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Cementerios góticos en el corazón de Galicia: encanto y rareza de la arquitectura religiosa

Camposantos de la comarca de Terra Chá tales como el de Goiriz presentan en sus panteones y sepulturas una decoración ornamentada propia del arte gótico, destacando elementos como los pináculos coronados en su punta por cruces clásicas
El cementerio gótico en Vilalba, Lugo.
El cementerio gótico en Vilalba, Lugo.

Hay cementerios que son auténticos museos al aire libre y tumbas (de escritores, artistas e incluso políticos) que se han convertido en verdaderos lugares de peregrinación. En muchos rincones de Europa, las necrópolis llevan ya varias décadas siendo parte del recorrido habitual de los viajeros más curiosos e intrépidos. Un necroturismo de gran tradición en el continente que en el caso de Galicia empieza a abrirse camino como parte fundamental de la realidad antropológica y el patrimonio inmaterial y cultural de un determinado lugar. 

Hoy en día ya no es necesario recorrer el callejero parisino para disfrutar del encanto de camposantos tan famosos como el de Père Lachaise; ni tampoco viajar hasta la pequeña aldea rumana de Săpânța para maravillarse con conjuntos tan pintorescos como el que representa el Cimitirul Vesel, más conocido en nuestras fronteras como "el cementerio alegre". Y es que, en todo su territorio, Galicia alberga también algunas joyas de la arquitectura religiosa tan especiales como las ruinas de Santa Mariña de Dozo (Cambados), el cementerio gallego más meláncolico del mundo; el cementerio de Lira (Carnota) donde es tradición colocar sobre las tumbas conchas de vieira; o el de Arcos de Furcos en Cuntis, el único camposanto subterráneo de toda la región. 

Pero más allá de estas muestras únicas de la arquitectura popular y religiosa gallega, en la zona norte e interior de la provincia de Lugo, la inmensa llanura da Terra Chá constituye el edén de los cementerios góticos. Unas necrópolis cuya extraña belleza es capaz de conquistar a todas aquellas personas que visitan el lugar por primera vez, pues el interior de estos espacios de estética neogótica y esculpidos en granito esconden en ellos obras de arte realmente llamativas en forma de nichos con elevados pináculos, arcos, columnas y hasta diferentes símbolos religiosos tallados en piedra en cada rincón.  

Belleza y singularidad de los cementerios góticos

Cementerio gótico de Cospeito, Lugo. Foto: Shutterstock

La elevación en altura y la búsqueda de luz son unas de las características más destacadas dentro de la arquitectura gótica, un estilo que se desarrolló en Europa Occidental durante los últimos siglos de la Edad Media. Poniendo el foco en los detalles, los arcos ojivales, las bóvedas de crucería, los contrafuertes y arbotantes así como los pináculos son los elementos que permiten distinguir este tipo de arquitectura tan sobria. Sobre su origen se suele determinar que el norte de Francia fue la cuna del arte gótico durante la primera mitad del siglo XII, siendo la Basílica de Saint-Denis una de las manifestaciones primigenias de esta clase de arquitectura. 

El arte gótico saltó de los templos a los cementerios dibujando un cierto eclecticismo medido en sus estructuras y contrastes. Lo cierto es que las siluetas de estos camposantos destacan sobre todo por sus elementos graníticos que desafían a las alturas, entre ellos los característicos pináculos coronados por cruces clásicas y de estilo neogótico. En el caso particular de Galicia, esta expresión arquitectónica se hace especialmente notoria en la comarca da Terra Chá, concretamente en el Camino del Norte de peregrinación a Santiago de Compostela. Cementerios como los de Xermade y Cospeito, o los de San Xoán de Alba, San Román y Goiriz, situados en diferentes parroquias de Vilalba, constituyen auténticas obras de arte y ejemplos perfectos de este tipo de arquitectura en Galicia. De hecho, el de Goiriz es uno de los camposantos más conocidos e incluso fue declarado Monumento Histórico-Artístico por el enorme valor patrimonial y paisajístico que representa.

La necrópolis de Goiriz, el referente gótico en Galicia

Detalle del cementerio gótico de Vilalba, Lugo. Foto: Shutterstock

El camposanto de Goiriz se enmarca en pleno paso del Camino del Norte a Santiago de Compostela, junto a la iglesia parroquial y en mitad de la etapa entre Abadín y Vilalba. Se trata del cementerio más importante y llamativo de la Terra Chá, el cual ostenta asimismo el título de Monumento Histórico-Artístico. La estética de esta necrópolis lucense responde a los elementos característicos ya mencionados de la arquitectura neogótica, siendo especialmente relevantes los panteones acabados en cruces clásicas y celtas que sobresalen por encima de los muros del recinto. Según la constancia histórica, el cementerio de Goiriz fue construido en el siglo XVI, si bien a principios del siglo XX sufrió una importante ampliación. Pese a que durante el proceso se trató de mantener la estética y ornamentación propia del arte funerario de la época, la diferencia de los elementos se hace evidente en aspectos como el color de la piedra, mucho más clara en el caso de los añadidos más recientes. 

Visitar el cementerio de Goiriz en Vilalba es sumergirse de pleno en un auténtico escenario de época. Cada elemento pétreo, desde los arcos hasta las columnas, fueron tallados minuciosamente por canteros de la zona de Pedreiras de Rozadas, lugar del que proceden también las piedras utilizadas para la creación de este y otros cementerios de la Terra Chá. En el interior de Goiriz, la estampa general se encuentra repleta de varios grupos de nichos que apenas dejan espacio para las tumbas tradicionales o los panteones. Además, las piedras envejecidas por el paso del tiempo, con su aspecto puro y sombrío, otorgan una belleza casi irreal al camposanto lucense. Una belleza que muchos denominan como el encanto de lo antiguo.

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