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BSVP-12-02-237-272

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Bol. San. Veg Plagas, <strong>12</strong>: <strong>237</strong>-<strong>272</strong>, 1986<br />

Enfermedades producidas por hongos fitopatógenos<br />

que constituyen formas imperfectas (Deuteromicetos)<br />

de Ascomicetos<br />

I. GIMÉNEZ VERDU<br />

Ha sido efectuada una monografía sobre alteraciones de interés fitopatología),<br />

causadas por hongos que constituyen formas imperfectas (Deuteromicetos) de los<br />

Ascomicetos.<br />

Así pues, se han descrito las características sintomatológicas, etiológicas, biológicas,<br />

epidemiológicas, terapéuticas y otros importantes aspectos de las distintas<br />

alteraciones y de sus respectivos agentes fúngicos, en especial de los casos que presentan<br />

mayor frecuencia y perjuicio para las plantas huéspedes.<br />

I. GIMÉNEZ VERDU. Instituto Universitario de Ciencias Ambientales. Universidad<br />

Complutense. Madrid, abril de 1986.<br />

RESUMEN<br />

Como es sabido, diversas especies de hongos<br />

Deuteromicetos que se incluyen entre los<br />

Ascomicetos, constituyen graves desequilibrios<br />

en plantas de cultivo o espontáneas de<br />

distintos países.<br />

Así pues, teniendo en cuenta el grado de<br />

agresividad y virulencia de los diferentes<br />

agentes causales, destacan los siguientes:<br />

— Fusicoccum amygdali Del., Sphaeropsidáceae<br />

que origina el «cáncer de las yemas<br />

y nudos de las drupáceas», cuyo control<br />

químico presenta frecuentemente dificultades<br />

si no es aplicado a tiempo y proseguido.<br />

Este hongo produce entre otras toxinas la<br />

«fusicoccina A», glucósido de alto poder<br />

toxicológico y fitopatológico, por lo que se<br />

vienen realizando estudios sobre la actividad<br />

y estructura de esos compuestos, lo que es a<br />

su vez, de interés para conseguir productos<br />

de control más eficaces. Entre estos, de los<br />

usualmente suministrados parecen más eficaces<br />

los de tipo cúprico y azufrado.<br />

El género Coryneum Nees, Melanconiáceae<br />

presenta 2 especies de gravedad:<br />

— C. beijerinckii Oud., causa la «perforación<br />

foliar y gomosis de las drupáceas», una<br />

de las enfermedades que origina mayores<br />

daños a los frutales de la cuenca mediterránea<br />

y otros países.<br />

En su control resultan eficientes los compuestos<br />

que contienen TMTD como principio<br />

activo y los de Cu.<br />

— Seiridium cardinale (Wag.) et Gibs.,<br />

sin. de C. cardinale Wag., da lugar el «cáncer<br />

del ciprés». Constituye un agente de<br />

seria patogenicidad, presentando una enorme<br />

rapidez de expansión debido a su alta<br />

capacidad de reproducción, lo cual le facilita<br />

formar en el mismo huésped un alto número<br />

de centros de infección secundarios.<br />

Su control químico es todavía deficiente,<br />

si bien algunos resultados positivos se han<br />

obtenido en ciertos casos con productos de<br />

Cu, ejemplo, ferbam. Tanto para la consecución<br />

de compuestos más eficaces, como en<br />

la búsqueda de métodos de control basados


en la mejora genética, se realizan estudios<br />

sobre la caracterización química de los<br />

metabolitos fitotóxicos producidos por el<br />

parásito. Recientes trabajos han permitido<br />

identificar 2 de ellos, consistentes en 2 butanólidos,<br />

denominados, respectivamente, seiridina<br />

e isoseiridina (GRANITI y SPARAPANO,<br />

1985; en prensa).<br />

— Alternaría solani (Eli. et Mart.) Jones<br />

eí Grout), Hyfal Dematiáceae causante de la<br />

«alternariosis de las solanáceas», que aparte<br />

las pérdidas que producen en éstos cultivos,<br />

resalta por su incidencia y basta área de<br />

infección.<br />

En su control se han conseguido buenos<br />

resultados con productos de Cu, tales como<br />

zineb.<br />

— Cercospora beticola Sacc, Hyfal Dematiáceae<br />

agente de la «cercosporiosis de la<br />

remolacha». Presente en toda zona de su cultivo,<br />

produciendo una enorme reducción en<br />

el rendimiento de las cosechas azucareras,<br />

efecto facilitado por su facultad de diseminación<br />

debido a su enorme posibilidad de<br />

reproducción agámica.<br />

Para su control se intentan encontrar cultivares<br />

resistentes mediante cruces genéticos.<br />

En terapéutica química se vienen suministrando<br />

compuestos de Cu, ditiocarbamatos,<br />

bénomyl, etc.<br />

En cuanto a los agentes traqueomicóticos<br />

de interés que figuran entre éstas formas<br />

ascomicetales, cabe citar:<br />

— Fusarium oxysporum f. sp. lycopérsici<br />

(Brushi) Wr., Hyfal Tuberculariáceae y Verticillium<br />

dahliae Kleb., Hyfal Mucedinaceae.<br />

Ambos patógenos se presentan con frecuencia<br />

asociados, especialmente en climas cálidos<br />

y templados, tales como los meridionales<br />

(donde al parecer es más frecuente V.<br />

dahliae que su forma afín V. albo-atrum),<br />

originando la «traqueomicosis de las solanáceas»,<br />

que constituye uno de los desequilibrios<br />

más serios de estos cultivos.<br />

La citada especie de Fusarium, produce<br />

una toxina, la «licomarasmina», cuyo efecto<br />

sobre la fisiología de la planta incide fundamentalmente<br />

sobre el recambio hídrico.<br />

Especialmente en cultivares resistentes, ha<br />

sido observada una sustancia de carácter<br />

fungistático, denominada «licopersicina».<br />

El control, debido a las características biológicas<br />

y epidemiológicas del parásito, es<br />

difícil, no obstante parece que se va consiguiendo<br />

una mayor eficacia con fungicidas,<br />

en particular sistémicos, ejemplo denmert,<br />

así como mediante cruces interespecíficos<br />

entre los cultivares más apreciados comercialmente,<br />

con especies o razas salvajes de<br />

resistencia específica al parásito.<br />

Es también aconsejable la desinfección del<br />

suelo.<br />

Relativo al control de las citadas especies<br />

de Verticillium, es esencialmente preventivo,<br />

mediante alternancia de cultivos con gramíneas,<br />

básicamente con las no sensibles a<br />

éstos parásitos. No obstante, modernamente<br />

se suministran productos de eficaz resultado<br />

como thiram, además de la clásica desinfección<br />

de suelos con formalina, principalmente,<br />

usada en estos tipos de infecciones.<br />

— Phoma tracheiphila (Petri) Kanc, eí<br />

Ghik.), Sphaeropsidáceae que origina el<br />

«mal seco» de los agrios, afectando fundamentalmente<br />

al limonero y siendo capaz de<br />

arrasar rápidamente plantaciones enteras.<br />

El hongo tiene un alto grado de patogenicidad,<br />

produciendo toxinas de fuerte actividad<br />

(en filtrados de cultivo del hongo han<br />

sido aislados glucopéptidos fitotóxicos), con<br />

el inconveniente de no haberse logrado<br />

todavía medios de control suficientemente<br />

eficaces, no obstante, los estudios de resistencia<br />

basados: en la selección de cultivares<br />

considerando la acción de los compuestos<br />

fenólicos de tipo ácido o flavonoide (fitoalexinas);<br />

mejora genética incluyendo prácticas<br />

de cruce e hibridación, inducción de mutaciones<br />

y selección clonal; consecución de<br />

portainjertos más resistentes que el naranjo<br />

amargo y búsqueda de una resistencia de<br />

mayor persistencia en el huésped.


En terapéutica química, se procura una<br />

mayor eficacia de los productos estudiando la<br />

epidemiología del parásito, el mecanismo de<br />

acción de estas sustancias en el interior de la<br />

planta, la consecución de una mayor efectividad<br />

de los compuestos al ser suministrados<br />

con substancias auxiliares de acción vinculante<br />

y protectora, el alternar el suministro<br />

de compuestos con otros de distinto principio<br />

acivo o mecanismo de acción para evitar<br />

la aparición de fenómenos de tolerancia en<br />

cepas del patógeno (caso de antiesporulantes),<br />

etc.<br />

Paralelamente, se intentan poner a punto<br />

técnicas más idóneas en las diversas líneas<br />

de investigación.<br />

No obstante, como en toda alteración vascular,<br />

debido a la implantación del parásito<br />

en el interior de los tejidos del huésped,<br />

existe mayor dificultad de resolución.<br />

Entre los productos usados, los resultados<br />

más positivos se han obtenido con derivados<br />

bencimidazólicos.<br />

Finalmente, de esta enfermedad, si bien su<br />

presencia no está confirmada en España,<br />

dado su avance y existencia en países limítrofes,<br />

se considera importante la continua<br />

revisión de nuestros cítricos.<br />

Aparte las citadas alteraciones, han sido<br />

también tenidas en cuenta las siguientes:<br />

— «Escoriosis de la vid», producida por<br />

Phomopsis vitícola (Redd.) Goid., Sphaeropsidácea<br />

de cierta gravedad, presente en diversos<br />

continentes.<br />

En su control se ha conseguido buenos<br />

resultados con caldo bordóles y con sulfato<br />

de hierro activado con sulfúrico.<br />

— «Negrilla, tizne del olivo y frutales».<br />

Estas extructuras de naturalea criptogámica,<br />

aspecto fuliginoso y tan polífagas, dañan la<br />

fisiología de las plantas, disminuyen su<br />

vegetación y en consecuencia su producción.<br />

Entre sus representantes fúngicos figuran<br />

Hyfales Dematiáceae (Cladosporium herbarum,<br />

Alternaria tenuis), Shpaeropsidales<br />

(Peyronellaea fumaginoides), Ascomicetales<br />

(Capnodium elaeophilum).<br />

Una característica epidemiológica de este<br />

desequilibrio, es que carecen de relaciones<br />

nutricionales con el huésped, permaneciendo<br />

en superficie aprovechando los materiales<br />

azucarados ocasionales. Dichas substancias,<br />

denominadas normalmente «melaza» (consecuencia<br />

del catabolismo de azúcares ternarios<br />

de la planta) puede ser de origen fisiológico<br />

(debido a cambios de factores ambientales),<br />

o parasitario (resultado de la actividad catabólica<br />

de fitófagos: Saissetia, Philippia, Aspidiotus,<br />

etc).<br />

La placa opaca que determina el micelio<br />

de los hongos sobre la superficie de los<br />

vegetales, impide la fotosíntesis e intercambios<br />

gaseosos.<br />

El control es fundamentalmente indirecto<br />

mediante anticóccidos y solucionando los<br />

disturbios que inducen a la planta a catabolizar<br />

substancias ternarias. En cuanto a fungicidas<br />

se suministran compuestos de Cu.<br />

— «Manchas foliares de la tomatera»,<br />

debida a Cladosporium fulvum Cke., Hyíal<br />

Dematiáceae. Dado su requerimiento de una<br />

elevada humedad y temperatura, afecta especialmente<br />

a invernaderos. El control es esencialmente<br />

preventivo, siendo eficaces TMTD,<br />

ferbam, zineb.<br />

— «Emplomado del olivo» causado por<br />

Cercospora cladosporoides, Hyfal Dematiáceae<br />

que en ocasiones adquiere cierta gravedad,<br />

siendo su control inespecífico.<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La clase Ascomicetos está integrada por<br />

formas caracterizadas por presentar aseas,<br />

órgano especializado en el que se verifica la<br />

cariogamia, meiosis y la diferenciación de<br />

esporas (función esporangio). Otra característica,<br />

si bien compartida con Basidiomicetos,<br />

es la de tener el micelio provisto de septos<br />

regulares.


Los Ascomicetos están muy capacitados<br />

para la reproducción, tanto sexuada como<br />

agámica, así la mayoría de los hongos<br />

imperfectos son colegables al ciclo biológico<br />

de los Ascomicetos, lo que confiere a estos<br />

Eumicetos un destacado pleomorfismo.<br />

Los Deuteromicetos están constituidos por<br />

un alto número de hongos filamentosos, de<br />

los que sólo se conoce la forma conídica,<br />

pero no las aseas ni los basidios (origen<br />

denominación). En casos concretos deben<br />

haber perdido por completo la capacidad de<br />

formarlos, en otros se van descubriendo con<br />

el tiempo.<br />

En especial integran los estados imperfectos<br />

de los Ascomicetos, pero también de<br />

Basidiomicetos y Ficomicetos.<br />

No de todos los hongos imperfectos son<br />

conocidas las relaciones metagenéticas con<br />

sus respectivas formas sexuales y solo en un<br />

limitado número, es constante la diferenciación<br />

de un completo ciclo biológico que<br />

comprenda las fructificaciones sexuadas. Los<br />

motivos son múltiples, desde simples factores<br />

nutricionales o ambientales, a factores<br />

íntimamente relacionados con la estructura<br />

del organismo; así, por ejemplo, se produce<br />

a veces la desaparición o disminución de la<br />

eficiencia vital de una polaridad sexual en<br />

las formas heterotálicas.<br />

Muchos hongos imperfectos originan enfermedades<br />

importantes en vegetales superiores,<br />

entre las que figuran las que se manifiestan<br />

con la aparición de manchas en las<br />

hojas, como las causadas por especies del<br />

género Alternaria, que producen la alternariosis<br />

de la planta, o los marchitamientos<br />

debidos a especies de Fusarium y Vertícillium.<br />

Han sido consideradas las siguientes alteraciones:<br />

1. «Cancer de las yemas y nudos de las<br />

drupáceas» (Fusicoccum amygdali Del.).<br />

2. «Escoriosis de la vid» (Phomopsis vitícola<br />

(Redd.) Goid.).<br />

3.1. «Perforación foliar y gomosis de las<br />

drupáceas» (Coryneum beijerinckii<br />

Oud.).<br />

3.2. «Cáncer del ciprés» (Seiridium cardinale<br />

(Wag.) Sutt. et Gibs.).<br />

4. «Negrilla, tizne del olivo y frutales».<br />

5. «Alternariosis de las solanáceas» (Alternaria<br />

solani (Eli. et Mart.) Jones et<br />

Grout).<br />

6. «Manchas foliares de la tomatera» (Cladosporium<br />

fulvum Cke.).<br />

7.1. «Emplomado del olivo» (Cercospora<br />

cladosporoides Sacc.).<br />

7.2. «Cercosporiosis de la remolacha» (Cercospora<br />

beticola Sacc).<br />

8. «Traqueomicosis de las solanáceas» (Fusarium<br />

oxysporum f. sp. lycopersici<br />

(Brush i) Wr., Verticillium dahliae<br />

Kleb.).<br />

9. «Traqueomicosis del olivo y de otros<br />

cultivos» (Verticillium spp.).<br />

10. «Mal seco de los agrios» (Phoma tracheiphila<br />

(Petri) Kanc, et Ghik.).<br />

1. «Cáncer de las yemas y nudos de las<br />

drupáceas» (Fusicoccum amygdali Del.)<br />

El género Fusicoccum Cda., pertenece al<br />

orden Sphaeropsidales, estando incluido en<br />

la familia Sphaeropsidáceae (picnidios globosos).<br />

Características del género: picnidio de<br />

estroma voluminoso, primero subepidérmico,<br />

luego saliente, de una o más cavidades<br />

prolígenas irregulares, tapizadas de elementos<br />

conidiógenos simples. Conidios unicelulares,<br />

hialinos, fusiformes, grandes (fig. 1).<br />

La especie F amygdali, presente en Europa<br />

y América, afecta especialmente al peral y<br />

al almendro, originando manchas marrones sobre<br />

los nuevos brotes en correspondencia<br />

con las yemas (foto 1.1). Da lugar a un<br />

rápido decaimiento. Sobre las ramas viejas<br />

ocasiona a veces cánceres corticales, en cuya<br />

correspondencia el cilindro leñoso presenta<br />

iguales oscurecimientos.


Fig. 1.—Características morfológicas del género Fusicoccum.<br />

(GOIDANICH, 1964).<br />

Las manchas necrotizadas de las ramas<br />

presentan prominencias puntiformes, consistentes<br />

en picnidios pluriloculares de largo<br />

cuello que atraviesa la epidermis del huésped.<br />

Los conidios son irregulares, hialinos,<br />

de 5-7,5X2,5-3 /*•<br />

El control químico es eficaz si es oportuno<br />

y continuado, especialmente con ditiocarbamatos<br />

y en segundo lugar con productos cúpricos<br />

y azufrados. En la actualidad se ensayan<br />

compuestos como el DDB (l-2,dibromo,2,4,dicianobutano).<br />

El hongo produce metabolitos fitotóxicos<br />

implicados en el mecanismo patogenético,<br />

uno es la «fusicoccina a» de gran actividad<br />

toxicológica y fitopatológica, incluso en<br />

soluciones de 0,1 y 0,2 ppm origina necrosis<br />

y marchitez en las plantas de ensayo (GRA-<br />

NITI, 1962, 1964). Purificado se presenta<br />

como polvo blanco soluble en algunos solventes<br />

orgánicos (alcoholes, éter etílico, cloroformo,<br />

benzol). Se trata de un glucósido<br />

de fórmula empírica: C 38 H 58 Oi S ; Pm=722<br />

(BALLIO et al., 1964). La toxina produce<br />

sobre las ramas de almendro, síntomas folia-<br />

Fig. 1.1.—Ramas del peral con manchas necróticas<br />

entorno a las yemas, provocadas por una infección de<br />

F amygdaJi (MORIONDO, 1960).<br />

res similares a los que desarrollan las infecciones<br />

del hongo en igual especie (GRANITI,<br />

1964).<br />

Otros estudios sobre la extructura y actividad<br />

de la toxina se deben a BALLIO et al.<br />

(1971), BALLIO (1977). Sobre actividad se<br />

deben trabajos a TURNER y GRANITI (1969),<br />

GRANITI y TURNER (1970), FELDMAN et al.<br />

(1971), BOTALICO (1972), BALLIO et al. (1973),<br />

LERARIO (1975), BALLIO eí al (1976), SPARA-<br />

PANO(1976).


2. «Escoriosis de la vid» (Phomopsis vitícola<br />

(Redd.) Goid., sin. de Fusicoccum<br />

viúcolum Redd.)<br />

El género Phomopsis Sacc, pertenece al<br />

orden Sphaeropsidales, estando incluido en<br />

¡a familia Sphaeropsidáceae (picnidios globosos).<br />

Características del género: picnidios aisla-<br />

Fig. 2.2.—Colonia de Ph. vitícola en cultivo artificial.<br />

(GOIDANICH, 1937).<br />

Fig. 2.—Características morfológicas del género Phomopsis.<br />

(GOIDANICH, 1964).<br />

Fig. 2.1.—Ph. vitícola: a) Lesión cancerosa provocada<br />

sobre el entrenudo de un sarmiento de vid. b) Sección<br />

de una fructificación picnídica. (GOIDANICH, 1964).<br />

dos de pared estromática poco definida, inicialmente<br />

subcutáneos, luego salientes, con<br />

cavidad de contorno irregular, única o dividida.<br />

Conidios de 2 tipos: cortos, ovalados o<br />

fusiformes, producidos por largos conidiogenos<br />

cilindricos. Otros conidios son filamentosos,<br />

originados por cortos conidiógenos<br />

cónicos (fig. 2).<br />

La especie Ph. viticola, presente en Italia,<br />

Japón, Africa, U.S.A. Interesa especialmente<br />

los órganos leñosos. Los tejidos del tronco y<br />

sarmientos lignificados presentan una necrosis<br />

parcial o total, apreciándose en los<br />

entrenudos básales de los sarmientos, la<br />

formación de hendiduras longitudinales acompañadas<br />

de escrecencias (fig. 2.1.a). Los<br />

frondes presentan un desarrollo escaso y<br />

marcada clorosis. Los sarmientos todavía<br />

verdes y pecíolos, pueden tener pequeñas<br />

lesiones rojo-castaño o negro.<br />

Las fructificaciones del parásito son cuerpos<br />

estromáticos de uno o más compartimentos<br />

irregulares, tapizados de conidioforos<br />

(fig. 2.1.b). Los conidios son de 2 tipos: ovales<br />

de 6-10X2,4X3 /x. Otros son muy largos<br />

de 18-23X1-1,5 ¡i, afinados en las extremidades<br />

y más o menos curvos.<br />

La figura 2.2 muestra el aspecto de una<br />

colonia de la especie en cultivo artificial.<br />

En control es eficaz el caldo bordóles muy<br />

concentrado, así como el sulfato de hierro<br />

activado con sulfúrico.


3. Entre las especies patógenas del género<br />

Coryneum Nees, figuran 2 especies de<br />

interés fitopatológico: C. beijerinckii<br />

Oud., sin. de Clasterosporium carpóphilum<br />

(Lev.) Adern. y Coryneum cardinale<br />

Wag. sin. de Seiridium cardinale<br />

(Wag.) Sutt. eí Gibs.<br />

El género Coryneum presenta una típica<br />

estructura acervular, manifiesta al menos en<br />

la especie C. beijerinckii sobre los órganos<br />

leñosos de los huéspedes, que le acercan a la<br />

familia Melanconiáceae perteneciente al orden<br />

Melanconiales, caracterizado por fructificaciones<br />

acervulares, constituidas por reunión<br />

de conidioforos simples o ramificados.<br />

Comprende todos los términos de transición<br />

entre Sphaeropsidales e Hyíales.<br />

Características del género: estromas conidioforos<br />

subepidérmicos, discoidales o lenticulares,<br />

compactos, negros. Conidios fusiformes,<br />

oscuros, septados (fig. 3 a, b).<br />

3.1. «Perforación foliar y gomosis de las<br />

drupáceas», también denominada «aperdigonado»,<br />

«cribado», o «gomosis parasitaria».<br />

Está producida por la especie<br />

C. beijerinckii y constituye una de<br />

las enfermedades más graves del peral,<br />

albaricoquero, almendro, cerezo, de la<br />

cuenca Mediterránea. Está presente también<br />

en otras zonas.<br />

Ataca hojas, ramos y frutos, presentando<br />

una sintomatología poco específica, debido a<br />

que las características de los síntomas se<br />

deben más que al parásito a la reacción del<br />

huésped, similar para todo ataque a su<br />

morfología.<br />

Sobre las hojas origina pequeñas manchas<br />

circulares rojo-violáceo, rodeadas de un halo<br />

clorótico que vira a rojizo. Pueden confluir.<br />

Los tejidos enfermos interiores a la aureola<br />

se desprenden, originando los típicos agujros<br />

del limbo foliar (origen de su denominación)<br />

(fig. 3.1.1.a).<br />

Fig. 3.—Características morfológicas del género Coryneum,<br />

a) GOIDANICH, 1964. b) AGRIOS, 1978.<br />

En las ramas se forman cánceres y manchas<br />

(figs. 3.1.1.a, b). Estas confluyen alcanzando<br />

grandes tractos, simultáneamente se<br />

origina un enfosamiento y oscurecimiento<br />

con producción de goma. Los cánceres constituyen<br />

su evolución.<br />

Los tejidos afectados presentan posteriormente<br />

pequeños abultamientos negro carbón.<br />

El segmento de rama superior a la<br />

lesión se deseca.


Entre los cultivares más sensibles figuran<br />

«bella di Roma», «impero», etc.<br />

Elementos vegetativos del hongo: hifas de<br />

diverso aspecto y constitución. De filamentos<br />

cilindricos, setpados, oscuros. Forman estromas<br />

subepidérmicos de los que parten hifas<br />

fértiles, conidioforos, formados por elementos<br />

irregulares, muy cortos. Conidios ovoidales,<br />

pluriseptados, oscuros, de 25-50X10-15 u<br />

(figs. S.l.l.byS.1.2).<br />

Fig. 3.1.2.—Fructificaciones conídicas de C. beyerinkii.<br />

(PASINETTI, 1953).<br />

Fig. 3.1.1.—C beyerinkii, «perforación foliar y gomosis<br />

de las drupáceas», {a): 1) Infección sobre ramita y hojas<br />

de peral. 2) Infección de tipo «desbordante» desarrollada<br />

en ambiente húmedo. 3) Infección sobre fruto<br />

joven. 4) Fruto maduro en estado de infección. 5) Segmento<br />

de tallo con mancha, (b): 6) Sección de rama en<br />

correspondencia con una mancha de C. beyerinkii.<br />

(PISTOIA, en GOIDANICH, 1960).<br />

Las yemas infectadas oscurecen y pueden<br />

ser envueltas por una formación que se origina<br />

en su punto de inserción.<br />

En el fruto joven se observan como picaduras<br />

rosáceas que tienden a ser aisladas,<br />

originándose cráteres (fig. S.l.l.c). En el<br />

fruto inmaduro se producen manchas como<br />

las de las ramas, con producción gomosa<br />

que al desecarse oscurecen formando incrustaciones<br />

negruzcas (fig. 3.1.1.a).<br />

En cuanto a la biología y epidemiología<br />

del hongo: transcurre el invierno en forma<br />

de micelio o estroma en el interior de las<br />

ramas, o en forma de conidios protegidos<br />

por secreciones gomosas del huésped. La<br />

germinación es sensible a la humedad, así<br />

como la diferenciación de conidios en los<br />

estromas.<br />

En control son aconsejables 2 intervenciones<br />

obligadas y 1 facultativa. Las obligadas<br />

aplicadas, respectivamente, una en concordancia<br />

con la caída de la hoja en otoño,<br />

para eliminar elementos de conservación del<br />

parásito y la otra en primavera al reanudarse<br />

la vida vegetativa como prevención.<br />

Son eficaces los compuestos de cobre, como<br />

el caldo bordóles (que por tener cal es muy<br />

alcalino) y compuetos con TMTD como<br />

principio activo, por ejemplo, ziram. También<br />

son eficaces zineb y captano, siendo<br />

menos fitotóxicos.


3.2. «Cáncer del ciprés» (Seiridium cardinale<br />

(Wag.) Sutt. et Gibs., sin. de<br />

Coryneum cardinale Wag.<br />

Presente en América y Europa, causa graves<br />

daños en especies forestales y ornamentales<br />

de Cupressus y otros géneros de Cupresáceas.<br />

La mayoría han demostrado escasa<br />

resistencia a la enfermedad.<br />

El hongo penetra por heridas debidas a<br />

insectos o agentes climáticos. También puede<br />

penetrar a través de la epidermis de plantas<br />

jóvenes (WAGENER, 1928; GRASSO, 1951).<br />

Las ramas infectadas presentan inicialmente<br />

alrededor del punto de infección una<br />

mancha indefinida castaño-rojiza y posteriormente<br />

oscurecimientos y necrosis corticales<br />

con producción de resina (MAGNANI,<br />

1956; INTINI y PANCONESI, 1976). Sobre ramas<br />

gruesas y tronco las áreas necrosadas se<br />

expanden especialmente, aumentando la secreción<br />

de resina y alcanzando al leño las<br />

hendiduras cancerosas.<br />

Estas alteraciones se acompañan sucesivamente<br />

por el marchitamiento de la planta,<br />

desecamiento de las hojas, ramas y finalmente<br />

de la planta entera.<br />

El hongo se desarrolla sobre la corteza y<br />

máximo sobre los arcos leñosos más externos,<br />

diferenciando abundantísimas fructificaciones<br />

acervulares que liberan masas conídicas<br />

negruzcas. Los conidios son ovoidales,<br />

alargados, de 2X8,5 /*, con 5 septos, castañooliváceos,<br />

hialinos en las extremidades (fig.<br />

3.2.1).<br />

El medio artificial, el crecimiento de los<br />

aislamientos es particularmente efectivo sobre<br />

agar líquido de Czapek-harina de maíz y<br />

en segundo lugar sobre agar-líquido de<br />

Czapek-cocción de ramitas de cirpés (fig.<br />

3.2.2).<br />

Presenta gran capacidad de reproducción,<br />

originando sobre el mismo huésped gran<br />

número de centros de infección secundarios.<br />

Las plantas jóvenes mueren en pocos años.<br />

En cuanto al ciclo biológico del patógeno<br />

Fig. 3.2.1.—Ciclo biológico de Seiridium cardinale.<br />

(Luisi, 1980).<br />

Fig. 3.2.2.—Colonia de S. cardinale crecida sobre medio<br />

de agar-líquido de Czapek-harina de maíz, mostrando<br />

una abundante esporificación en forma de círculos<br />

concéntricos.


(fig. 3.2.1), las nuevas infecciones se realizan<br />

de otoño a primavera. Mayormente en estas<br />

2 estaciones, debido a que las condiciones<br />

ambien tales favorecen la germinación de<br />

conidios.<br />

£1 alto número de acérvulos formados al<br />

avanzar el patógeno en los órganos infectados<br />

del huésped, da lugar a una gran masa<br />

de inoculo en el medio.<br />

Al germinar los conidios con las lluvias<br />

otoñales, originan un período de fuerte<br />

infección natural. Durante el invierno se<br />

realizan nuevas infecciones en tanto se<br />

extienden y agravan las precedentes, observándose<br />

sucesivamente en el huésped un<br />

inflamiento de la corteza, la que al ser seccionada<br />

muestra estratos sucesivos de goma<br />

que tiende a salir. Finalmente la corteza<br />

muere, se deseca, cuartea y deprime.<br />

Al llegar la primavera, nuevamente las<br />

condiciones ambientales son motivo de otro<br />

importante período de infección natural,<br />

pudiendo apreciarse como las precedentes<br />

lesiones continúan desarrollándose, así como<br />

se van originando nuevos centros de infección<br />

secundaria.<br />

Finalmente, durante el verano el avance<br />

del parásito en los órganos afectados llega a<br />

determinar cánceres avanzados.<br />

£1 hongo produce metabolitos fitotóxicos<br />

implicados en la patogénesis, presentes en<br />

filtrados de cultivo y en las ramas de ciprés<br />

infectadas (WAGENER, 1939; CAPINERI et al.,<br />

1971; LORENZINI y TRIÓLO, 1978; TRIÓLO y<br />

LORENZINI, 1980). Recientemente han sido<br />

identificadas 2 toxinas, consistentes en 2<br />

butanólidos: seiridina e isoseiridina (GRANITI<br />

y SPARAPANO, 1985, en prensa).<br />

Control: compuestos de Cu, como caldo<br />

bordóles (este espesado sirve para proteger<br />

los cortes de poda), ferbam.<br />

4. «Negrilla, tizne del olivo y frutales»<br />

Se denominan así comúnmente, estructuras<br />

de naturaleza criptogámica y aspecto<br />

fuliginoso, que recubren la superficie de<br />

órganos epígeos, sobre todo hojas, de plantas<br />

muy variadas, dañando la fisiología y<br />

disminuyendo la vegetación y en consecuencia<br />

la producción.<br />

Sobre la superficie de los órganos aparece<br />

como un depósito fuliginoso continuo o no,<br />

húmedo-blando y casi untuoso, o seco y costroso.<br />

Estos depósitos están constituidos por<br />

filamentos oscuros formando placas lisas o<br />

relieves irregulares, intercalados por minúsculos<br />

nudos y cordones, entre los que pueden<br />

aflorar núcleos de material viscoso,<br />

Fig. 4.—«Negrilla», «tizne», del olivo. 1) Ramita particularmente<br />

recubierta en la parte inferior por costras<br />

determinadas a causa de esta alteración. 2) Colonia de<br />

Saissetia oleae. 3) Hojas infectadas por Philippia aleae.<br />

4) Observación de una muestra de «tizne» tomada de<br />

una hoja (x 500): elementos vegetativos y reproductivos<br />

de Damatiáceae entre 2 pelos del huésped de aspecto<br />

estrellado. (SCOTO y PISTOIA, en GOIDANICH, 1960).


amarillento, insectos o residuos de insectos<br />

esparcidos o en colonias espesas, libres o<br />

revestidos por la vegetación fuliginosa.<br />

Los agentes de la «negrilla» o «tizne» ya<br />

sea del olivo (fig. 4), como de otras plantas,<br />

son un grupo de microorganismos muy<br />

heterogéneos, que sólo tienen en común el<br />

particular «habitat» y el estar adaptados de<br />

forma especial al comensalismo, lo que les<br />

permite vivir en una enorme variedad de<br />

combinaciones. No obstante la «negrilla» del<br />

olivo es más uniforme en cuanto a sus componentes<br />

que otras, como la de los agrios.<br />

Entre los agentes criptogámicos se encuentran<br />

Hyfales, Sphaeropsidales, Ascomicetos,<br />

con gran predominio de formas con aparato<br />

vegetativo oscuro-negro opaco, dotadas de<br />

elementos toruloides muriformes.<br />

Entre los Hyfales, son más frecuentes:<br />

Cladosporium herbarum Link., Dematiáceae,<br />

de fructificaciones agámicas, con conidioforos<br />

reunidos en pincel, rígidos y tortuosos,<br />

terminados en una serie de conidios<br />

uni o bicelulares, oliváceos, con disposición<br />

arborescente y fácilmente desintegrables.<br />

Fig. 4.2.—Formaciones clamisdopóricas alternaroides de<br />

Peyronellaea spp. (GOIDANICH, I960).<br />

Alternaria tenuis Nees, Dematiáceae característica,<br />

debido a tener conidios muriformes,<br />

piriformes alargados, dispuestos en<br />

cadenas sobre conidioforos cortos indiferenciados.<br />

Aureobasidium pullulans (De Bary) Arn.<br />

polimórfico, de abundante vegetación consti-<br />

Fig. 4.1.—Características morfológicas del género Peyronellaea.<br />

(GOIDANICH, 1964).<br />

Fig. 4.S.—a) Clamidosporas alternaroides de Peyronellaea<br />

fumaginoides; picnidio diferenciado interiormente<br />

liberando picnoconidios. b) Picnidio en avanzado estado<br />

de diferenciación. (FILIPPOPULOS, 1927 y GOIDANICH,<br />

1964).


alaeóphi-<br />

Fie. 4.5.a.—Fructificaciones pienídicas de C<br />

lum (100 x). (PETRI, 1915).<br />

Los Ascomicetos están representados principalmente<br />

por el género Capnodium Mont,<br />

(fig. 4.4), de incierta taxonomía y morfología.<br />

Está constituido por cuerpos fructíferos<br />

redondeados, cilindricos, emergentes y casi<br />

pedunculados, con ascóforo muriforme, castaño.<br />

En el ciclo de desarrollo de estos hongos,<br />

entran otras formas de reproducción<br />

con aspecto característico de pseudopicnidios<br />

o pseudocoremios, codificantes internamente.<br />

La especie típica es C. elaeophilum (Mont.)<br />

Prill, (figs. 4.5.a, b).<br />

Fig. 4.4.—Características morfológicas del género Capnodium.<br />

P: fructificaciones ascóforas; Pj: sección de un<br />

pseudotecio; A: asea; As: ascospora; Pe: picnidio; C:<br />

conidios de Fumago; C\. coremio. (GOIDANICH, 1964).<br />

tuida por elementos muy regulares en cuanto<br />

a dimensión y estructura, dotado incluso de<br />

una fase gemante que facilita muchísimo la<br />

posibilidad de multiplicación y difusión.<br />

Entre los Sphaeropsidales del género Peyronellaea<br />

(figs. 4.1, 4.2), figura la especie<br />

Peyronellaea fumaginoides Goid. (fig. 4.3),<br />

que presenta además de picnidios redondeados,<br />

orbiculados, oscuros y muy fértiles, una<br />

forma clamidospórica alternaroide.<br />

En cuanto a epidemiología, los agentes<br />

del «tizne» carecen de relaciones nutricionales<br />

con el huésped, permanecen siempre en<br />

superficie a espensas de materiales azucarados<br />

que se encuentran ocasionalmente. El<br />

origen de tales materiales, que cuando se<br />

producen en cantidad se denominan «melaza»,<br />

puede ser:<br />

— Consecuencia de una alteración metabólica,<br />

«melaza fisiológica».<br />

Se interpreta como efecto de un paro en la<br />

Fig. 4.5.D.—Aspectos morfológicos de Capnodium saliciiicum.<br />

1) Espermogonio (spg) produciendo microconidios<br />

(sp), picnidio (p) produciendo conidios septados<br />

(st), picnidio ramificado (g), apéndice en forma de seta<br />

(h), cuerpo ascóforo (pe) con aseas (s). 2) Estrato miceliar<br />

(h), yemas filamentosas (f), nódulos pluricelulares<br />

tipo Coniothecium (z), conidioforos (ct), conidios (c).<br />

(SORAUER, 1908).


transpiración que sigue a un período cálidohúmedo,<br />

acompañado de cambios de temperatura<br />

y fuertes insolaciones. La planta<br />

debido a la alta temperatura del suelo, continúa<br />

tomando líquido en cantidad por el aparato<br />

radical en plena actividad, siendo constrecta<br />

a eliminar agua incluso por aperturas<br />

grosolanas; agua que lleva consigo gran cantidad<br />

de materiales azucarados en solución.<br />

Según otra interpretación, la melaza fisiológica<br />

estaría en relación a un estado de alta<br />

humedad y a una alternancia de períodos<br />

cálidos y fríos, donde los fríos serían favorables<br />

a la transformación de las substancias<br />

ternarias de acumulo en azúcares simples,<br />

con contemporáneo aumento de la presión<br />

osmótica. Se supone que esto debería ser<br />

acompañado de una alteración de la semipermeabilidad<br />

de la membrana plasmática.<br />

Es resultado de la actividad catabólica de<br />

fitófagos, como las cochinillas (Saissetia<br />

oleae (fig. 4), Philippia oleae (fig. 4), Aspidiotus<br />

hederae, Aonidiella maleti) o de psi-<br />

11 idos (Euphyllura olivina). Estos fitófagos<br />

no asimilan las substacias ternarias que<br />

absorben del jugo celular y las depositan en<br />

pequeñísimas gotas que al acumularse se<br />

hacen visibles.<br />

La abundante y compacta vegetación de<br />

los micelios de Capnodium, Cladosporium y<br />

Peyronellaea, todos saprofitos, constituye sobre<br />

los órganos que recubren del huésped,<br />

una placa opaca que interfiere la fotosíntesis<br />

y los intercambios gaseosos. En consecuencia,<br />

la acción perjudicial de la negrilla está<br />

subordinada a la de los factores bióticos y<br />

abióticos que originan la melaza.<br />

El mejor control es el indirecto, con insecticidas<br />

(anticóccidos) y solucionando los disturbios<br />

que inducen a la planta a catabolizar<br />

substancias ternarias. En el control de<br />

los hongos son aconsejables los usuales<br />

anticriptogámicos con base de cobre. En<br />

caso de plantas delicadas, como el olivo, es<br />

más conveniente aplicar zineb, o preparados<br />

análogos sin cobre.<br />

5. «Alternariosis de las solanáceas» (Alternaria<br />

solani (Eli. et Mart.) Jones et<br />

Grout., sin. de A. porri (Eli.) Neerg. f.<br />

solani (Eli. et Mart.) Neerg.)<br />

Afecta especialmente tomatera, patata.<br />

El género Alternaria Nees, pertenece al<br />

orden Hyfales, estando incluido en la familia<br />

Dematiáceae (conidioforos no reunidos,<br />

oscuros. Conidios oscuros).<br />

Características del género: conidioforos oscuros,<br />

cortos, simples. Conidios en cadena,<br />

oscuros, septados longitudinal y transversalmente,<br />

fusoidales, con prolongación terminal,<br />

más o menos pronunciada (fig. 5).<br />

La especie A. solani, presente en toda área<br />

de cultivo de tomate, ataca la planta en<br />

todos sus órganos y estados de desarrollo.<br />

Origina necrosis en el cuello de las plantas<br />

jóvenes, destruyéndolas en pocos días,<br />

pero normalmente la infección permanece<br />

en el huésped sin desarrollarse hasta la<br />

época de maduración de éste.<br />

Sobre las hojas produce manchas oscuras,<br />

aisladas. Las zonas del limbo infectadas se<br />

Fig. 5.—Características morfológicas del género Alternaria.<br />

(GOIDANICH, 1964).


Fig. 5.2.— A. solani, cadena de conidios. (PASINETTI,<br />

1953).<br />

Fig. 5.3.—Desarrollo y síntomas de la enfermedad causada<br />

por especies fttopaiógenas del género Alternaria*<br />

(AGRIOS, 1978).<br />

Fig. 5.1.—«Alternan os is de la tomatera» de A. solani.<br />

1) Planta atacada; sobre el tallo central, frutos y hojas<br />

se observan manchas oscuras. 2) Mancha foliar aumentada.<br />

3) Fructificaciones conídicas. (PISTOIA, en GOIDA-<br />

NICH, 1960).<br />

fragmentan formándose perforaciones irregulares<br />

(fig. 5.1).<br />

Sobre tallos y pedúnculos se originan<br />

manchas necróticas similares. Sobre los frutos<br />

la infección es menos frecuente, se forman<br />

manchas negras sobre la región inmediata<br />

al pedúnculo (fig. 5.1).<br />

El hongo presenta micelio septado, ramificado,<br />

oscuro de viejo. Conidioforos cortos,<br />

oscuros. Conidios generalmente aislados, oscuros,<br />

con 5-<strong>12</strong> septos transversales, algunos<br />

longitudinales, con larga prolongación terminal<br />

de 20-80 ix (figs. 5.1, 5.2).<br />

En cuanto a la biología y epidemiología<br />

del hongo (fig. 5.3), los conidios o micelio<br />

constituyen sus elementos invernantes sobre<br />

restos de plantas, semillas, tubérculos, etc.<br />

Los conidios al germinar emiten un promicelio<br />

que penetra a través de las discontinuidades<br />

del leño, hojas, frutos, originando<br />

las infecciones tempranas, que producen a<br />

partir de los conidioforos formados en los<br />

tejidos infectados nuevos conidios, que dan<br />

lugar a otras infecciones naturales.<br />

Micelio y conidios tienen una vitalidad<br />

superior a un año. Generalmente no fructifica<br />

sobre substratos artificiales.<br />

Se obtiene efectividad de control con caldo<br />

bordóles y zineb.<br />

6. «Manchas foliares de la tomatera» (Cladosporium<br />

fulvum Cke.)<br />

El género Cladosporium Lk, pertenece al<br />

orden Hyfales y está incluido en la familia<br />

Dematiáceae.<br />

El género se caracteriza por tener: Conidioforos<br />

diferenciados. Conidios aislados, en


cortas cadenas (2-3 elementos) o largas y de<br />

diversa forma, siendo oscuros, primero unicelulares,<br />

luego típicamente Medulares<br />

(fig. 6).<br />

La especie Cl. fulvum, está presente en<br />

Europa y América. Interesa las hojas. Sobre<br />

el limbo aparecen manchas mal definidas,<br />

recubiertas en la página inferior de mufa<br />

olivácea constituida por las fructificaciones<br />

del parásito (fig. 6.1.a). Si la infección es<br />

violenta, las hojas se desecan y encartuchan.<br />

Las características de la especie son: Conidioforos<br />

rectos, septados, ramificados. Conidios<br />

polimorfos de <strong>12</strong>X6 ¡x. Generalmente<br />

bicelulares. Pueden ser unicelulares, o septados<br />

(2-3). (Figs. 6.1.b y 6.2).<br />

Fig. 6.—Características morfológicas del género Cladosporium.<br />

(GOIDANICH, 1964).<br />

Fig. 6.2.—Cl. fulvum, conidioforos y conidios. (PASI-<br />

NETTI, 1953).<br />

Fig. 6.1.—a) Sección de una hoja infectada, b) Conidióforo<br />

y conidios del Cl. fulvum. (GOIDANICH, 1964).<br />

Debido a requerir elevada humedad y<br />

temperatura, la infección afecta especialmente<br />

a invernaderos.<br />

El control es esencialmente preventivo.<br />

Son eficaces TMTD, ferban, zineb.


7. Entre las especies patógenas del género<br />

Cercospora existen 2 especies que originan<br />

alteraciones de gravedad: Cercospora<br />

cladosporoides Sacc, y C. beticola Sacc.<br />

El género Cercospora Fres, (orden Hyfales,<br />

familia Dematiáceae) presenta las siguientes<br />

características: Conidioforos oscuros, oliváceos,<br />

simples, primero cilindricos, luego<br />

nudosos, denticulados en la cima debido a<br />

la inserción de los conidios. Dispuestos en<br />

haces más o menos divergentes desde la<br />

base. Conidios hialinos u oliváceos, septados,<br />

estrechos y largos, superiormente apuntados<br />

(fig. 7).<br />

7.1. «Emplomado del olivo». Originado<br />

por la especie C. cladosporoides, ataca<br />

especialmente al envés de las hojas.<br />

Produce en el envés de éstas manchas<br />

aterciopeladas de distribución irregular,<br />

presentando el haz en correspondencia<br />

áreas cloróticas que viran a castaño.<br />

Las hojas caen prematuramente.<br />

El parásito tras invadir el parenquima<br />

lagunar, origina entrecruzamientos miceliares<br />

de los que se originan conidioforos largos<br />

reunidos en cestillos, que salen a través<br />

de las aperturas estomáticas o de la epidermis.<br />

Conidios alargados, de 2-7 septos y<br />

50X4,5 n (figs. 7.1.a, b).<br />

Produce esclerocios (fig. 7.1.c). El hongo<br />

puede también permanecer en las hojas,<br />

debido a que éstas tardan en caer y el micelio<br />

tiene tiempo de diferenciar los conidios.<br />

Las infecciones se producen particularmente<br />

en otoño, por la mayor receptividad<br />

foliar, ya que es más receptiva la hoja<br />

madura.<br />

El control químico es inespecífico.<br />

7.2. «Cercosporiosis de la remolacha» (Cercospora<br />

beticola Sacc).<br />

Está presente en toda zona de cultivo de la<br />

remolacha.<br />

Las plantas vienen atacadas tras la desvitalización<br />

del parenquima asimilador. En el<br />

tipo sacarífero comporta pérdida de sacarosa,<br />

debido al menor desarrollo radical y contenido<br />

unitario de azúcar. El peso puede disminuir<br />

el 40% y el grado polarimétrico 3-4<br />

unidades. Simultáneamente las hojas se vuelven<br />

inutilizables.<br />

Exteriormente aparecen síntomas sobre los<br />

Fig. 7.—Características morfológicas del género Cercospora.<br />

(GOIDANICH, 1964).<br />

Fig. 7.1.—Aspectos morfológicos de C. cladosporoides.<br />

a) Conidios de distinto tipo, b) Haz de conidioforos<br />

saliendo por el envés de una hoja, c) Elementos diploides<br />

que constituyen esclerocios. (Goví, 1952).


A veces las manchas se expanden irregularmente,<br />

no formándose halo antociánico o<br />

castaño.<br />

El hongo presenta conidios hialinos, aciculares,<br />

de base tronca y ápice en cúspide, 8-<br />

15 septos. Las dimensiones varían con la<br />

humedad. Los conidioforos son más gruesos<br />

que las hifas normales, no ramificados, castaños<br />

oscuros en la base y casi hialinos<br />

superiormente. Se disponen reunidos en<br />

haces apretados. En el interior del huésped<br />

parten de cuerpos estromáticos, saliendo a<br />

través de los estomas (fig. 7.2.2).<br />

Presenta alta capacidad reproductiva agámica,<br />

apenas contacta con los elementos<br />

receptivos del huésped, puede germinar emi-<br />

Fig. 7.2.1.—C. beticola, «cercosporiosis de la remolacha».<br />

1) Planta muy dañada por la infección. 2) Manchas<br />

sobre hoja vieja. 3) Manchas sobre hoja joven.<br />

(SCOTO, en GOIDANICH, 1960).<br />

parénquimas foliares y otros órganos epígeos.<br />

Consisten en pequeñas lesiones circulares<br />

(2-3 mm. de diámetro), con una zona<br />

central de tejidos necrotizados, grisáceos,<br />

rodeados de un halo grisáceo castaño, más o<br />

menos intensamente pigmentado. Las lesiones<br />

son precedidas por punteaduras. Los<br />

tejidos verdes delimitados por las aureolas<br />

decoloran, pierden turgencia y oscurecen. Las<br />

aureolas se expanden rápidamente dando al<br />

vegetal el aspecto enfermo característico.<br />

Puede darse un posterior agravamiento de<br />

las lesiones, si concurren factores capaces de<br />

alterar el equilibrio entre agresividad del<br />

patógeno y reacción del huésped (figs. 7.2.1<br />

y 7.2.2).<br />

Fig. 7.2.2.—C. beticola. 1) Infección sobre plantita. 2)<br />

Infección sobre elementos de la semilla. 3) Sección de<br />

hoja con una porción de conidio en germinación penetrando<br />

por un estoma (PISTOIAC;, en GOIDANICH, 1964).


tiendo un promicelio que puede alcanzar la<br />

cámara subestomática, modificándola al crecer<br />

e iniciando relaciones con las células,<br />

destruyéndolas (fig. 7.2.2).<br />

Paralelamente a los síntomas externos,<br />

interiormente se originan estratos de células<br />

que tratan de aislar los elementos lesionados<br />

y metabolitos del parásito.<br />

El hongo puede entrar en quiescencia.<br />

En control se usan métodos genéticos<br />

mediante cruces con la especie Beta marítima.<br />

En el químico se suministran compuestos<br />

de Cu, como caldo bordóles y oxicloruro.<br />

También son eficaces los ditiocarbamatos,<br />

en especial etilén-bis-ditiocarbamato.<br />

Un producto de reciente aplicación es el<br />

MDPC (metil-N(3,5-diclorofenil) carbamato).<br />

Traqueomicosis<br />

Consiste en un tipo de alteración de carácter<br />

universal, que interesa gran variedad de<br />

plantas de cultivo o espontáneas, herbáceas<br />

o leñosas. Normalmente las plantas mueren.<br />

Los patógenos que la producen están dotados<br />

de un alto grado de agresividad, de gran<br />

capacidad de difusión y de persistencia en el<br />

medio que invaden.<br />

Su denominación viene de interesar únicamente<br />

el sistema vascular ascendente, así<br />

pues, salvo intervención de otros patógenos,<br />

solo el leño (xilema) es alterado y coloreado.<br />

La alteración se manifiesta especialmente<br />

en las partes bajas del tallo, que en sección<br />

longitudinal o tangencial aparece como estriado<br />

y en la transversal muestra oscurecido<br />

el anillo xilemático.<br />

Estos parásitos, son particularmente sensibles<br />

a la temperatura. En cuanto a la velocidad<br />

de desarrollo de la enfermedad, puede<br />

ser rápido o agudo en que los frondes se<br />

marchitan sin dar tiempo a caer la hoja, o<br />

bien lento y crónico en que se produce una<br />

progresiva defoliación y subsecuente decaimiento<br />

de la vegetación. Generalmente un<br />

proceso y otro están caracterizados por una<br />

determinada traqueomicosis y ciertas condiciones<br />

ambientales.<br />

En las primeras fases de la infección es<br />

frecuente el desarrollo rápido, especialmente<br />

si el clima es seco y cálido.<br />

La sintomatología externa normalmente es<br />

poco específica, ya que es parecida a las<br />

provocadas por disturbios o alteraciones<br />

parasitarias, en las que existe un defecto<br />

transitorio o definitivo de la disponibilidad<br />

hídrica.<br />

La diversa coloración del leño, así como<br />

su intensidad y difusión es consecuencia de<br />

un proceso de degeneración prevalentemente<br />

de base gomosa. A este proceso están sometidos<br />

los elementos del tejido conductor, en<br />

particular tráqueas y células vivas anexas.<br />

Estas vierten sus paredes en la luz de los<br />

vasos, formando los tilos y blocando la<br />

circulación.<br />

Junto a ésta alteración del sistema linfático,<br />

se producen otros disturbios fisiológicos<br />

que agraban el recambio hídrico ocasionado<br />

por la trombosis traqueal.<br />

8. «Traqueomicosis de las solanáceas»<br />

{Fusarium oxysporum f. sp. lycopersici<br />

(Brushi) Wr.)<br />

El género Fusarium Lk. pertenece al<br />

orden Hyfales, estando incluido en la familia<br />

Tuberculariáceae (conidioforos reunidos<br />

en esporodoquios).<br />

Características del género: Esporodoquios<br />

en forma de cojincitos de color vivaz. Conidioforos<br />

septados, ramificados; microconidios<br />

pequeños, ovoidales, uni o bicelulares,<br />

pueden formar cadena (fig. 8).<br />

La especie F. oxysporum f. sp. lycopersici,<br />

agente de la «traqueo-fusariosis del tomate»,<br />

especialmente en climas cálidos y templados,<br />

con V. dahliae, forma afín de V. albo-atrum<br />

y en segundo lugar con éste último, desarrollan<br />

alteraciones de suma gravedad no sólo<br />

en la tomatera, sino en las solanáceas, en<br />

general.


Fig. 8.—Elementos vegetativos del género Fusarium.<br />

(GOIDANICH, 1964).<br />

La citada especie de Fusarium, interesa la<br />

planta en todo estado de su desarrollo. Sobre<br />

las plantas jóvenes se aprecia inicialmente<br />

una leve clorosis de las hojas, seguida de su<br />

marchitez o caída prematura; las plantitas<br />

con frecuencia sucumben en breve tiempo,<br />

debido a que la enfermedad en este estado<br />

asume un desarrollo agudo.<br />

Sobre los individuos adultos, en cambio,<br />

se observa una clorosis pronunciada en<br />

todas las hojas o en un sector, seguido de su<br />

marchitez y desecamiento, que es de sentido<br />

acrópeto en los estados finales de la enfermedad.<br />

Paralelamente se afecta la fisiología de la<br />

planta. Se produce una alteración del recambio<br />

hídrico en la que influye una toxina<br />

la «licosmarasmina», que conduce primero a<br />

una dilatación y luego a una parálisis de la<br />

transpiración. Dicha toxina actúa sobre el<br />

protoplasma celular, alterando el poder de<br />

retención hídrico y también sobre los estratos<br />

ectoplásmicos y a nivel de- las vacuolas<br />

alterando el poder de semipermeabilidad: el<br />

turgor celular y la presión osmótica son<br />

menos afectados, hasta que los tejidos se<br />

colapsan.<br />

Por otra parte, la planta produce una<br />

substancia, «licopersicina», más abundante<br />

en tomateras resistentes, capaz de inhibir el<br />

desarrollo del parásito en cultivo artificial.<br />

Relativo a los elementos vegetativos del<br />

hongo, presenta macroconidios falciformes,<br />

con 3-5 septos, de una media de 37X4 /u.<br />

Los microconidios son unicelulares, de<br />

2,5X8 fi. Diferencia clamidosporas intercalares<br />

o terminales (fig. 8.3). Las colonias tienen<br />

aspecto rosado (fig. 8.3.3).<br />

En el ámbito de la especie son distinguibles<br />

diferentes formas, debido a características<br />

biológicas o patogenéticas. Por ejemplo,<br />

alguna raza fisiológica no ataca las variedades<br />

de tomatera que presentan el carácter de<br />

resistencia transmitido.<br />

En cuanto a la epidemiología del parásito,<br />

este infecta el huésped a través de soluciones<br />

de continuidad del aparato radical y puede<br />

permanecer durante un largo período en el<br />

terreno, tanto como saprofito, como parásito<br />

de huéspedes secundarios. La difusión se<br />

realiza mediante semilla infectada, residuos<br />

de vegetación, etc.<br />

Fig. 8.I.—Desarrollo del ciclo biológico de F. oxysporum<br />

t. sp. lycopersice en la «traqueofusariosis de la<br />

tomatera». (AGRIOS, 1978).


Fig. 8.2.—Microfotografía que permite observar hifas de<br />

F. oxysporum f. sp. lycopersice, en los elementos del<br />

xilema de una planta de tomatera infectada. (BARNES,<br />

1978).<br />

En cuanto al ciclo biológico de Fusarium<br />

(fig. 8.1), las formas en que se encuentra en<br />

el suelo son de: macro y microconidios,<br />

clamidosporas y micelio.<br />

Las esporas al germinar penetran por discontinuidades<br />

de la raíz. Al invadir el patógeno<br />

el cuello de la planta, los vasos del<br />

xilema secundario se decoloran y posteriormente<br />

oscurecen (fig. 8.3). Paralelamente, el<br />

micelio al desarrollarse en los vasos (fig.<br />

8.2), progresivamente los obtura, a lo que<br />

contribuyen las formaciones gomosas de los<br />

tilos que origina la planta. Como consecuencia<br />

de todos estos efectos, las tráqueas<br />

aparecen al final deformadas y colapsadas.<br />

Los conidios formados en estos órganos<br />

infectados, dan lugar a nuevas infecciones.<br />

La evolución de la enfermedad viene favorecida<br />

por la alta temperatura del suelo,<br />

incluso superior a 28°G, en consecuencia la<br />

enfermedad es más grave en regiones cálidas,<br />

siendo particularmente activa en terrenos<br />

ácidos, relativamente húmedos, ricos en N y<br />

carentes de K.<br />

El control, debido a las características biológicas<br />

y epidemiológicas del patógeno, es<br />

muy difícil por su capacidad de multiplicación<br />

y adaptación a la vida saprofitaria,<br />

aparte de su localización en el interior de<br />

los tejidos del huésped, que dificulta la<br />

acción de los fitofármacos, por lo que se<br />

recurre al control preventivo, además de con<br />

el uso de técnicas de cultivo adecuadas, con<br />

el empleo de variedades resistentes, especialmente<br />

importante en las traqueomicosis.<br />

El método usualmente seguido para mejorar<br />

con medios genéticos la resistencia al huésped,<br />

está basado en el cruce interespecífico<br />

de las variedades de cultivo más importantes<br />

con especies o razas salvajes del género<br />

Lycopersicon, que presenten una resistencia<br />

específica al parásito.<br />

Fig. 8.3.—«Traqueomicosis de las planus hortícolas:<br />

Fusariosis y Vertícilosis». 1) Sección longitudinal y<br />

transversal de un tallo de tomatera mostrando alterado<br />

el cilindro leñoso, debido a F. oxysporum f. sp. lycopersici.<br />

2) Colonia joven. 4) Fructificaciones conídicas.<br />

3) Colonia joven de V. dahiiae. 5) Fructificaciones<br />

conídicas y aparato vegetativo de V. dahiiae. (PISTOIA,<br />

en GOIDANICH, 1960).


Este método presenta diversos problemas,<br />

porque junto a la resistencia, se introducen<br />

caracteres desfavorables desde el punto de<br />

vista agrícola, por lo que hay que recurrir al<br />

recruce con la variedad de cultivo para eliminarlos<br />

y no siempre se consigue. Por otro<br />

lado, los caracteres de resistencia no son<br />

propios de una determinada especie o raza<br />

de cultivo o selvática, sino de uno o algunos<br />

de los muchos individuos que la componen,<br />

por consiguiente, previamente es necesario<br />

identificar que la componen estos progenitores.<br />

Esta selección lleva consigo la dificultad<br />

de la gran variabilidad de los patógenos,<br />

por lo que hay que disponer los muchos<br />

cultivares resistentes, cada uno provisto de<br />

característicos factores de resistencia, cuantas<br />

son las razas de las que el patógeno está<br />

dotado en la zona agronómica considerada.<br />

Actualmente parecen ser efectivos frente a<br />

este patógeno los siguientes herbicidas: prometryme,<br />

fluormeturon, simazine, bromophenoxim,<br />

ridomyl, sin descontar el sistémico<br />

denmert.<br />

Otro medio de control consiste en suministrar<br />

al suelo formalina o fumigantes.<br />

Entre éstos se encuentra el bromuro de<br />

metilo, la cloropicrina y el vapam. Con este<br />

es luego necesario remover el terreno en<br />

superficie para eliminar los vapores, ya que<br />

son altamente tóxicos.<br />

9. «Traqueomicosis del olivo y de otros<br />

cultivos» (Verticillium spp.)<br />

El género Verticillium Kleb., pertenece al<br />

orden Hyfales, estando incluido dentro de la<br />

familia Mucedináceae (conidioforos no reunidos;<br />

conidioforos y conidios claros).<br />

El género se caracteriza por tener conidioforos<br />

rectos septados, hialinos, con ramificaciones<br />

dispuestas en verticilos. El ápice de<br />

las últimas ramitas es apuntado y produce<br />

por sucesivas gemaciones conidios solitarios,<br />

ovoidales, hialinos (ligeramente coloreados<br />

Fig. 9.—Características morfológicas del género Verticillium<br />

(GOIDANICH, 1964).<br />

en masa), que con frecuencia permanecen<br />

englobados dentro de una gota de material<br />

mucoso opalescente (fig. 9).<br />

Verticillium con la especie V. albo-atrum<br />

Reinke et Berth, y quizás en regiones meridionales<br />

especialmente con su forma afín V.<br />

dahliae Kleb., causan junto a Fusarium<br />

oxysporum var. lycopersice la traqueomicosis<br />

que constituye una de las más graves<br />

alteraciones de los cultivos de solanáceas.<br />

Por efecto de estas especies de Verticillium,<br />

el huésped se marchita y deseca<br />

entera o parcialmente en su parte aérea.<br />

V. albo-atrum es un parásito extremamente<br />

polífago que ataca plantas de todo<br />

tipo herbáceas, arbustivas o arbóreas, entre<br />

las que se pueden mencionar el arce, albaricoquero,<br />

acelga, café, alcachofa, fresa, berenjena,<br />

melón, menta, olivo, olmo, patata,<br />

pimiento, tomate, tabaco, etc. Especialmente<br />

es frecuente sobre tomatera, pimiento, beren-*<br />

jena, menta, arce y algunas plantas ornamentales.<br />

Las plantas enfermas vienen sometidas a


un gradual debilitamiento, seguido del desecamiento<br />

de la vegetación aérea. Se inicia en<br />

las partes básales y se difunde en sentido<br />

acrópeto de forma más o menos rápida,<br />

según las condiciones climáticas y terreno,<br />

siendo favorable la escasez de agua. Los tejidos<br />

leñosos se presentan oscurecidos de<br />

forma más evidente en las partes básales del<br />

tallo y raíces.<br />

Sobre el pimiento y la berenjena la traqueoverticilosis<br />

determina análogos fenómenos<br />

de decaimiento, provocando daños ingentes,<br />

sobre todo, en terrenos meridionales,<br />

donde el pimiento es más cultivado. Según<br />

la velocidad con que se desarrolla la infección,<br />

en las plantas jóvenes puede dar lugar<br />

a un nanismo (fructifican mal y se marchi-<br />

Fig. 9.1.—1) Planta de pimiento con síntomas de traqueofusariosis<br />

o traqueoverticilosis. 2) Alteración del<br />

cilindro leñoso, corte longitudinal de un tallo. 3) Oscurecimiento<br />

vascular observado en un corte transversal de<br />

un tallo. 4) Observación microscópica del cilindro<br />

leñoso con mivelio y tilos endotraqueales. (PISTOIA, en<br />

GOIDANICH, 1960).<br />

tan lentamente), o en las adultas a un desecamiento<br />

más o menos rápido que suele<br />

terminar con la muerte.<br />

Sobre la patata, Verticillium representa<br />

una de las causas más comunes de marchitez,<br />

especialmente en terrenos arenosos y<br />

secos. Generalmente al inicio del verano, el<br />

desecamiento iniciado en las hojas apicales<br />

llega a las básales. Las plantas enfermas<br />

producen tubérculos pequeños y desvitalizados.<br />

Los vasos leñosos se presentan oscurecidos<br />

y un tanto invadidos por micelio<br />

(especialmente en la base del tallo, estolones<br />

y zona umbilical del tubérculo) Si la infección<br />

es tardía, el patógeno puede alcanzar<br />

los tubérculos sin que la planta presente<br />

síntomas evidentes de marchitez.<br />

En plantas arbóreas se asiste a una lenta<br />

marchitez y desecamiento, mientras la planta<br />

intenta sobrevivir produciendo nuevos brotes<br />

en la parte inferior del tronco. Como en las<br />

plantas herbáceas, aparece el leño marrón o<br />

verde negruzco. Paralelamente los vasos son<br />

ocluidos por las gomas procedentes de células<br />

anexas a las tráqueas y de éstas.<br />

Produce considerables daños sobre los<br />

arces, especialmente sobre el A. campestre.<br />

Sobre el olivo es esecialmente perjudicial en<br />

zonas de regadío, donde se cultiva asociado<br />

con solanáceas de huerto muy susceptibles.<br />

El patógeno es difícil de observar en el<br />

interior de los tejidos del huésped, ya que se<br />

desarrolla poco y en consecuencia escasean<br />

sus elementos vegetativos. Inversamente sucede<br />

en cultivo artificial.<br />

K albo-trum presenta conidioforos hialinos<br />

que llevan 2-3 verticilos, cada uno con<br />

3-4 ramas fusoidales que originan numerosos<br />

conidios. Los conidios son unicelulares,<br />

hialinos ovoidales-alargados, de 6-7X2-3 /i.<br />

V. dahliae se diferencia de V. albo-atrum<br />

en que este tiene hifas oscuras y carece de<br />

esclerocios, mientras que V. dahliae tiene<br />

hifas hialinas y abundantísimos microesclerocios<br />

negros, ovoidales de unas 80X40 ix<br />

(fig. 9.2).


Fig. 9.1.—Aspeaos morfológicos de a) V. albo-atrum,<br />

con hifas oscuras y sin esclerosis, b) micelio de V. dah-<br />

Hae, con hifas hialinas y alto número de microesclerocios<br />

negros. (CICCARONE, en GOIDANICH, 1964).<br />

La figura 8.3.5 muestra fructificaciones conídicas<br />

y aparato vegetativo de V. dahliae y<br />

la figura 8.3.3 una colonia azul oscura.<br />

V. albo-atrum puede perpetuarse desarrollándose<br />

continuamente al estado parasitario,<br />

pasando de uno a otro de los muchísimos<br />

huéspedes espontáneos o de cultivo. Por otra<br />

parte, puede conservarse durante años en los<br />

residuos de las plantas muertas del suelo. En<br />

éste puede desarrollarse incluso a más de<br />

1 m. de profundidad.<br />

La diseminación del patógeno se realiza<br />

especialmente mediante los órganos de multiplicación<br />

de la planta (tubérculos de patata,<br />

estolones de menta, etc.) infectados. En<br />

condiciones favorables conidifican con abundancia<br />

y rapidez.<br />

El parásito penetra por discontinuidades<br />

de la base de los tallos o raíces (especialmente<br />

producidas por insectos, nematodos,<br />

etcétera), difundiéndose con extrema rapidez,<br />

debido a que porciones de hifas se destacan<br />

y pueden ser transportadas por la corriente.<br />

El micelio induce al huésped a formar<br />

tilos que ocluyen los vasos (fig. 9.1) y contemporáneamente<br />

ejercita una acción enzimática<br />

sobre las paredes de las células perivasales.<br />

Todo esto unido a las toxinas en<br />

circulación, origina una alteración del intercambio<br />

hídrico, que ocasiona, a su vez, la<br />

marchitez y desecamiento de las frondes.<br />

El desarrollo de V. albo-atrum es sensible<br />

a la temperatura, en cambio V. dahliae<br />

soporta temperaturas superiores a los 30°C.<br />

El control es especialmente preventivo.<br />

Los suelos infectados deben ser cultivados<br />

con plantas gramíneas durante años, evitando<br />

los huéspedes más sensibles (Cucurbitáceas,<br />

Solanáceas, etc). El suelo puede ser<br />

desinfectado con formalina al 2%. Los terrenos<br />

muy infectados pueden ser tratados con<br />

fumigantes (cloropicrina, bromuro de metilo,<br />

etc).<br />

En terapéutica química, resulta efectivo el<br />

thiram y algunas sales cuaternarias de la<br />

piridina y del tiazol.<br />

10. «Mal seco de los agrios» (Phoma (Deuterophoma)<br />

tracheiphüa (Petri) Kanc. et<br />

Ghik.)<br />

El género Phoma Fr. Em. Desm., pertenece<br />

al orden Sphaeropsidales, formando<br />

parte de la familia Sphaeropsidáceas (picnidios<br />

globosos).<br />

Características del género: picnidio sin<br />

estroma, globosos o aplanados. Inicialmente<br />

subepidérmicos, luego salientes, provistos de<br />

ostiolo. Elementos conidiógenos simples. Conidios<br />

unicelulares, hialinos, ovoidales o<br />

alargados, pequeños.<br />

Es rico en especies parásitas de numerosos<br />

huéspedes, si bien de muchas no son bien<br />

conocidos los límites de patogenicidad.<br />

La especie bien descrita por PETRI (1929 a)<br />

como Deuterophoma tracheíphila, si bien<br />

CICCARONE (1971) lo transfirió al género<br />

Phoma.<br />

Está presente en las costas orientales del<br />

Mar Negro o en la cuenca Mediterránea,<br />

salvo Marruecos, Portugal y España. Origina<br />

una traqueomicosis que afecta espe-


Fig. 10.1.—Planta de limonero «Femminello» con síntomas<br />

de «mal seco».<br />

Fig. 10.2.—Coloración del leño de una rama de limonero<br />

«Fern mine I lo* afectada de «mal seco».<br />

cialmente al limonero (Citrus limon Burm.),<br />

pudiendo destruir rápidamente plantaciones<br />

enteras (SALERNO er al, 1976).<br />

Presenta una sintomatología externa poco<br />

específica (fig. 10.1): típicamente clorosis de<br />

las nerviaciones foliares, seguida de la defoliación<br />

de los brotes y posterior desecamiento<br />

de tallos y ramas. Dicha sintomatología<br />

es común con la de otras alteraciones:<br />

«gomosis» de Phytophthora «antracnosis»<br />

de Colletotrichum gloeosporoides «fusariosis»<br />

de Fusarium lateritium, diversas podredumbres,<br />

descortezamientos varios, etc).<br />

£1 principal síntoma interno consiste en<br />

la coloración del tejido leñoso vascular rosa<br />

salmón o amarillo anaranjado, que al desecarse<br />

la rama infectada vira a castaño<br />

oscuro (fig. 10.2). Dicha coloración es similar<br />

a la presentada por la citada «fusariosis»<br />

(SALERNO, 1959), rayos, etc.<br />

El hongo presenta característicos picnidios<br />

que constituyen su principal fuente de<br />

infección y dan a la rama cuya epidermis<br />

los recubre aspecto gris plomo.<br />

Los picnidios son negros, de globosos a<br />

lenticulares, de 100-180 /x de diámetro, revestidos<br />

internamente de células conidiógenas.<br />

Los picnoconidios son unicelulares, hialinos,<br />

derechos o curvados, de extremidad<br />

redondeada y miden 2-3X1 /x (PUNITHALIN-<br />

GAM y HOLLIDAY, 1973) (figs. 10.3, 10.4).<br />

«In vitro» los conidios se producen libremente<br />

sobre las hifas. En los conidioforos<br />

las células conidiógenas presentan forma de


PETRI (1930 a, c) señaló la existencia de 2<br />

razas en la naturaleza. BALDACCI (1950) las<br />

denominó: DPR colonia con micelio demacoide<br />

que produce picnidios y pigmento<br />

rojo), DP (idem, pero sin producción de<br />

picnidios y menos patógena), R (sólo con<br />

producción de pigmento rojo).<br />

«In vitro» la producción de pigmentos<br />

viene muy influenciada por la naturaleza del<br />

medio de cultivo, condiciones ambientales, etc<br />

(PETRI, 1930 a, b); GOIDANICH y RUGGIERI,<br />

1953). Los pigmentos se producen libremente<br />

sobre las hifas, siendo excretados a su<br />

superficie externa como agregados cristalinos<br />

roj izo-castaño.<br />

El hongo produce gran cantidad de pigmentos<br />

antraquinónicos como «helmintos-<br />

Fig. 10.3.—Rama de naranjo amargo, mostrando picnidios<br />

de P. trachciphila sobre la epidermis lacerada.<br />

botella a lageniforme, delimitadas por collaretes<br />

bien definidos. Los conidios se presentan<br />

en agregados formando cabezas mucosas.<br />

Son simples, unicelulares, derechos, de extremidad<br />

redondeada, miden 2-2,5X1-1,5 /t y<br />

tienen una gota en cada extremidad (PUNIT-<br />

HALINGAM y HOLLIDAY, 1973).<br />

Las colonias típicas son grises, más o<br />

menos oscuro superiormente, inferiormente<br />

castaño oscuro intenso con irisaciones rosadas.<br />

La cromogeneidad puede sufrir variaciones,<br />

incluso una colonia no cromógena<br />

puede pasar a cromógena, debido a que el<br />

patógeno tiene la propiedad constante de<br />

diferenciar pigmento rojo. La coloración va<br />

siempre unida a una pérdida de fertilidad<br />

(fig. 10.5).<br />

Fig. 10.4.—Picnidio de P. trachciphila, aislado de una<br />

rama de limonero infectada, mostrando una masa<br />

cirrosa de picnoconídios expulsados.


Fig. 10.5.—Aspecto y coloración diferente de tes colonias del parásito, observadas superior e inferíormente.<br />

porina» y «cynodontin» (forma oxidada del<br />

anterior).<br />

En las paredes del patógeno se encuentran<br />

aminoácidos: isoleucina, leucina, valina, prolina,<br />

alanina y otros.<br />

La enfermedad se transmite por la combinación<br />

de los factores agua-viento (RUGGIERI,<br />

1949; SOLEL, 1976). La infección se verifica a<br />

través de discontinuidades naturales o artificiales,<br />

epígeas o hipógeas.<br />

Debido a la localización del hongo en las<br />

tráqueas (fig. 10.6), sin interesar rayos medulares,<br />

fibras, parenquima leñoso u otros<br />

elementos del xilema, se trata de una típica<br />

traqueomicosis tóxica. Las tráqueas obturadas<br />

por las hifas (más o menos ramificadas)<br />

presentan abundantes taloconidios.<br />

La velocidad de desarrollo de la enfermedad<br />

está ligada al origen de las infecciones.<br />

En la forma común se realiza por las partes<br />

altas del árbol, siendo el desarrollo lento y<br />

crónico y no viniendo atacadas las raíces. Si<br />

se verifica por el cuello del árbol o raíces se<br />

dan 2 formas de «mal seco»: «mal fulminante»<br />

cuando la infección interesa arcos<br />

leñosos externos (funcionantes) a través de<br />

heridas poco profundas, siendo el proceso de<br />

desecamiento violento, debido a que la<br />

corriente ascendente difunde los productos<br />

tóxicos del metabolismo del parásito, junto<br />

a sus órganos de reproducción agámica<br />

(taloconidios). A este tipo de infección no<br />

resiste ninguna variedad de cítricos (fig.<br />

10.7). Si la infección se realiza a través de<br />

heridas profundas que interesan el leño no<br />

funcionante, se origina la forma de «mal<br />

seco», en la que el micelio se extiende lentamente<br />

en el leño del tronco y ramas, pro-


cuando el micelio invade los vasos, se produce<br />

una formación gomosa que reduce<br />

enormemente la corriente, observándose los<br />

tejidos leñosos coloreados de rojo-salmón a<br />

rojo-zanahoria, así como una coloración castaña<br />

posiblemente resultante de un estado<br />

más avanzado de la manifestación previa.<br />

Según PETRI (1926, 1926 a, 1927, 1929,<br />

1930, 1930 a, 1930 b), los pigmentos producidos<br />

por el hongo se difunden en las paredes<br />

celulares del xilema infectado, siendo<br />

absorbidos por las gomas y resinas abundantemente<br />

formadas en éste, virando las paredes<br />

a rosáceo, mientras que las gomas y<br />

resinas podrían colorearse de amarillo, rojo<br />

o castaño.<br />

Fig. 10.6.—Presencia de una hifa del patógeno en los<br />

vasos leñosos de una planta de limonero infectada.<br />

duciéndose con el tiempo (incluso años) una<br />

coloración amarillo salmón que luego vira a<br />

castaño, grisáceo o negruzco, punteando<br />

fuertes manchas muy oscuras a la periferia<br />

(figs. 10.8.a, b). Cuando finalmente son<br />

alcanzados los arcos leñosos funcionantes, la<br />

planta puede secarse en varios días a causa<br />

de «mal fulminante» (RUGGIERI, 1940, 1948;<br />

CUTULI, 1972).<br />

En la reproducción experimental de la<br />

enfermedad mediante infección por conidios,<br />

los síntomas se observan tras 2-3 semanas.<br />

En cuanto a la interrelación huéspedparásito:<br />

— Acción del hongo.<br />

a) Cromogeneidad<br />

BUGGIANI eí al. (1959), indicaron que<br />

Fig. 10.7.—Planta de limonero afectada por «mal fulminante»,<br />

que no obstante, haber sido objeto de diversas<br />

podas incluso de ramas gruesas, la infección reincide<br />

en sus nuevos brotes.


Fig. 10.8.—a) Naranjo amargo, sección del tronco a la altura de 10 cm. del suelo. Oscurecimiento del cilindro<br />

leñoso, de margen más o menos irregular y color negro sepia intenso, que vira hacia la parte externa a marrón<br />

claro, b) Planta mostrando el cilindro leñoso oscurecido.<br />

Estudios seguidos por GOIDANICH y RUG-<br />

GIERI (1948) sobre éste argumento, estiman,<br />

que no existe relación entre la coloración de<br />

los tejidos leñosos y la cromogeneidad del<br />

micelio del patógeno, debido a que la coloración<br />

del xilema está determinada por las<br />

características cromáticas de los productos de<br />

reacción de naturaleza predominantemente<br />

gomosa, las cuales son influenciadas por<br />

factores ambientales, etc.<br />

GRANITI (1969) añade que en estas reacciones<br />

se forman productos como glucósidos,<br />

lacas u otros productos de distinta coloración.<br />

b) Actividad enzima tica<br />

El patógeno produce enzimas que degradan<br />

las paredes celulares del huésped. GRA-


NITI (1969) cita enzimas pectocelulosolíticos:<br />

poligalacturonasa (PG), polimetilgalacturonidasa<br />

(PMG) y pectín-lasa (poligalacturonato-transeliminasa)<br />

(PGTE). De igual modo,<br />

EVOLA et al. (1973) indican la producción de<br />

pectín-metilesteras (PME), PG y PGTE,<br />

enzimas macerantes (MA), celulosolíticos (Cx)<br />

y 0-glucosidásicos.<br />

c) Toxicidad<br />

PETRI (1930) sugirió que metabolitos tóxicos<br />

excretados por el hongo estaban implicados<br />

en la patogénesis y sintomatología del<br />

«mal seco». POLJAKOV y SHUMAKOVA (1951) y<br />

ORSANSKAYA (1952), aislaron fitotoxinas de<br />

cultivos del parásito con actividad específica<br />

frente a especies del género Citrus. Como<br />

aplicación las toxinas han sido usadas para<br />

seleccionar cítricos resistentes (ORSHANSKAYA,<br />

1960).<br />

Según SCHUMAKOVA (1964) en las lisis del<br />

micelio se liberan toxinas. Asimismo, diversos<br />

trabajos intentan identificar «in vivo»<br />

toxinas de líquidos traqueales y extractos de<br />

leño. AKHULEIANI (1958) extrajo de éste una<br />

substancia rojo-anaranjada.<br />

METILISKI (1966) aisló la toxina «A», señalando<br />

por otra parte que la causa directa de<br />

la marchitez, se debe a la entrada de productos<br />

formadores de gei de las células de la<br />

planta en los vasos del xilema, bajo la<br />

influencia de productos tóxicos. De igual<br />

modo, NACHMIAS et al. (1977 a, b) observaron<br />

en cultivos del hongo un glucopéptido fitotóxico<br />

extracelular, capaz de desarrollar síntomas<br />

similares a los del «mal seco» en<br />

limonero.<br />

— Reacción del huésped.<br />

• Productos fungistáticos.<br />

BEN AZIZ et al. (1962) citan 2 substancias<br />

inhibidoras del crecimiento miceliar: C! y<br />

CS 2 , presentes en algunas variedades resistentes<br />

de cítricos, indicando la posibilidad<br />

de ser CS, narigerín y C, un inhibidor más<br />

fuerte no identificado.<br />

Efecto similar tienen las fitoalexinas, especialmente<br />

de tipo fenólico.<br />

Estudios metabólicos de cítricos infectados,<br />

indican que el catabolismo es superior<br />

(DEMETRADZE et al, 1970). Sobre fotosíntesis<br />

KANCHAVELI y KALICHAVA (1971) indican que<br />

la reducción de actividad en las hojas infectadas<br />

se debe a la destrucción del enzima<br />

portador de Mn, extremadamente inestable,<br />

que constituye un sistema directamente responsable<br />

de la liberación de 0 2 durante la<br />

fotosíntesis.<br />

En la actualidad, debido a la insuficiente<br />

eficacia de control químico y de las prácticas<br />

agronómicas (SALERNO y CUTULI, 1977) se<br />

intenta encontrar otras vías de solución a la<br />

enfermedad basadas en la mejora genética,<br />

con prácticas de cruce e hibridación, inducción<br />

de mutaciones, selección clonal y substitución<br />

del naranjo amargo como portainjerto<br />

por otras especies e híbridos del<br />

género. Igualmente se ensayan nuevas técnicas<br />

de ensayo de resistencia (LUISI et al.,<br />

1978; SOMMA et al, 1979), indispensables<br />

para conseguir una resistencia persistente en<br />

el huésped.<br />

Relativo al proceso infecioso, MAGNANO DI<br />

SAN LIO y PERROTA (1979), observaron que<br />

en las combinaciones resistentes las infecciones<br />

permanecen localizadas en sectores<br />

del xilema, viniendo circunscritas al tejido<br />

de cicatrización que en las combinaciones<br />

susceptibles degenera e indican como mecanismo<br />

primario de resistencia las reacciones<br />

gomosas a nivel del tejido conductor, que<br />

permiten a la planta poner en función otros<br />

mecanismos de resistencia.<br />

Estudios sobre resistencia, revelan la importancia<br />

de la síntesis de compuestos fungistáticos<br />

(fitoalexinas) por muchas plantas,<br />

como respuesta a infecciones por agentes<br />

bióticos (Kuc, 1979; INGHAM, 1972; MUSUMECI<br />

y OLIVEIRA, 1976, 1976 a). Así en el «mal<br />

seco» se ha observado que existe una relación<br />

entre compuestos fenólicos e infección.<br />

De acuerdo con esto, en extractos de cítricos


se han detectado flavonas como tangeritina,<br />

nobiletina (BEN AZIZ eí al., 1962; BEN AZIZ<br />

1967; PINKAS et al., 1968; PIATELLI e IMPELLIZ-<br />

ZERI, 1971), de las que algunas inhiben «in<br />

vitro» el desarrollo del patógeno (BEN AZIZ eí<br />

al., l.c; CATARA eí al., 1972 a 1973; PINKAS et<br />

al., l.c), lo que también se ha observado con<br />

espiritina, ácido m-cumárico, gentísico, ferúlico,<br />

4-hidroxifenilpirúvico y o-cumárico.<br />

«In vivo», la inyección de nobiletina retarda<br />

la aparición de síntomas.<br />

Investigaciones sobre el metabolismo fenólico<br />

postinfeccional en naranjo amargo y<br />

limonero «Femminello», han evidenciado<br />

que el parásito provoca un acumulo de<br />

fenoles libres (DAVINO eí al., 1974), especialmente<br />

cuando han sido objeto de injerto<br />

intermedio con naranjo dulce (más tolerante).<br />

Mediante «schrening» (CACCAMESE y DAVI­<br />

NO, 1979), DAVINO eí al. (1979), encontraron<br />

variaciones porcentuales de fenoles durante<br />

el desarrollo de la enfermedad, especialmente<br />

en extractos de hojas.<br />

En cuanto a la sensibilidad del limonero,<br />

varía dentro de sus cultivares, sin descontar<br />

que algunos exigen determinadas características<br />

edafoclimáticas, presentan poca compatibilidad<br />

del injerto con el naranjo amargo<br />

o tienen peculiaridades de fructificación, por<br />

lo que, no obstante, mostrar cierta resistencia<br />

han sido poco difundidas. Así pues, sólo<br />

han sido el «Monachello» y de la variedad<br />

de cultivo «Femminello» el clon «Santa<br />

Teresa».<br />

Estudios sobre mejora de resistencia han<br />

sido verificados especialmente sobre los citados<br />

cultivares mediante selecciones clónales<br />

en campo, así como a través de cruces entre<br />

variedades de cultivo de limonero o especies<br />

afines (Russo, 1979). Relativo a clones, se ha<br />

observado que los nucelares son más susceptibles<br />

que la planta madre. Trabajos sobre<br />

selecciones clónales se deben a DAMIGELLA y<br />

CONTINELLA (1970, 1971, 1971 a), CONTTNELLA<br />

y TRIBULATO (1979), BARATTA eí al. (1979),<br />

GRANATA etal. (1977, 1979).<br />

Algunas investigaciones indican que la<br />

selección clonal es menos eficaz que el<br />

cruce, que ha permitido obtener híbridos<br />

dotados de elevada resistencia y suficiente<br />

productividad, si bien de calidad muy inferior<br />

a la standard del limonero, por lo que<br />

ha sido necesario intervenir con sucesivos<br />

recruces (CARRANTE y BOTTARI, 1952; Russo y<br />

TORRISI, 1953; Russo, 1976-1977).<br />

La búsqueda de híbridos resistentes al<br />

hongo y de buena calidad comercial, ha sido<br />

efectuada mediante cruces de limonero entre<br />

sí y con otras especies resistentes, obteniendo<br />

un cierto número de híbridos de escaso<br />

vigor y gran número de plantitas nucelares<br />

más vigorosas.<br />

El carácter de resistencia venía transmitido<br />

parcialmente y en diversa medida en los<br />

híbridos, junto a una baja productividad y<br />

media calidad de fruto. Una eficaz solución<br />

consistiría en obtener cultivares de limonero<br />

capaces de producir triploides espontáneos<br />

para ser sucesivamente recruzados con variedades<br />

resistentes. Así se podrían obtener<br />

plantas triploides con un tercio del genoma<br />

original de la variedad resistente y en consecuencia<br />

híbridos resistentes de fruto apireno<br />

y buena calidad (GERACI, 1977, comunicación<br />

personal a Russo, 1976-1977).<br />

Por otra parte, la inducción de mutaciones<br />

a través de agentes físicos se ha realizado<br />

aplicando rayos X y campos electromagnéticos<br />

a polen de limoneros de cultivares resistentes.<br />

Actualmente se intenta inducir mutaciones<br />

resistentes en plantitas de origen<br />

nucelar de clones seleccionados. Para ello,<br />

frutos jóvenes derivados de flores expuestas a<br />

libre polinización han sido sometidos a<br />

radiaciones con Co 60 , siendo cultivada la<br />

núcela de estos frutos «in vitro». Así, partiendo<br />

de la suposición de que los embriones<br />

nucelares se forman de una sola célula<br />

y de que la mutación es un evento unicelular,<br />

se intenta aumentar la frecuencia de


mutabilidad natural, obteniendo mutantes<br />

estables y resistentes al patógeno (Russo,<br />

1976-1977).<br />

La bibliografía indica que de las semillas<br />

de limonero se pueden obtener plantas nucelares<br />

y zigóticas de las que es un tanto difícil<br />

ditinguir inicialmente el origen basándose<br />

en caracteres morfológicos. Entre los<br />

métodos de distinción figura la tradicional<br />

de hibridación con el naranjo trifoliado<br />

(Poncirus trifoliata Raf.), por el carácter de<br />

hoja trifoliada. Algunos métodos actuales<br />

usan diversos «test» bioquímicos (ESSEN et<br />

al, 1975; GERACI y TUSA, 1976; SPIEGEL-ROY<br />

et al, 1977).<br />

Una técnica eficaz de distinción se considera<br />

el cultivo «in vitro» sobre substrato<br />

nutritivo agarizado MS (MURASHIGE y SKOOG,<br />

1962), de óvulos abortados extraídos de un<br />

fruto maduro, lo que permite obtener plantitas<br />

similares entre sí. Así, STARRANTINO<br />

(1979) obtuvo plantas nucelares de limonero<br />

cultivadas «in vitro» a partir de óvulos abortados<br />

derivados de hibridación controlada.<br />

RANGAN et al. (1969) y BITTERS et al.<br />

(1969) señalan que el cultivo «in vitro»<br />

permite el desarrollo del zigoto sin la interferencia<br />

de la embrionía celular y ello es de<br />

notable importancia en los cruces en los que<br />

es necesario el uso de plantas madres<br />

poliembriónicas.<br />

REFORGIATO RECUPERO y STARRANTINO (1979)<br />

mediante cultivo «in vitro» efectuaron cruces<br />

intraespecíficos con selecciones clónales de<br />

limonero, con objeto de desarrollar embriones<br />

de semillas inmaduras y obtener así el<br />

mayor número posible de híbridos, los cuales<br />

frecuentemente sucumben en competición<br />

con nucelares más vigorosos.<br />

En cuanto a la susceptibilidad de otras<br />

especies del género Citrus, el pompelmo 9C.<br />

paradisi Macf.) se considera muy resistente<br />

(RUGGIERI, 1940), a excepción de cuando la<br />

infección se verifica por el tronco.<br />

El naranjo dulce (C. sinensis Osbeck) presenta<br />

baja susceptibilidad (RUGGIERI, 1948).<br />

El mandarino (C. reticulata Blanco) es<br />

resistente (RUGGIERI, 1931; GASSNER, 1940),<br />

en especial el cultivar «Cleopatra» (RUG­<br />

GIERI, 1953), de resistencia similar al naranjo<br />

dulce.<br />

El bergamoto (C. bergamia Risso y Poit)<br />

es considerado muy sensible (CATARA y<br />

CUTULI, 1972).<br />

El cedro (C. médica L.), parece muy susceptible<br />

(PETRI, 1930 b; REICHERT y FAWCETT,<br />

1930; CATARA y CUTULI, 1972).<br />

El naranjillo chino (C. mirtifolia Raf.) es<br />

muy susceptible.<br />

Del naranjo amargo (C. auriantium L.),<br />

las plantas jóvenes muestran una susceptibilidad<br />

similar al limonero, que disminuye<br />

con la edad atenuándose considerablemente<br />

en la planta adulta, por lo que sólo son<br />

importantes las infecciones por vía radical<br />

(CUTULI, 1972). LUISI et al. (1978) le atribuyen<br />

una intensidad mínima de enfermedad<br />

tipo (R-S).<br />

Es el portainjerto más difundido en toda<br />

área citrícola, tanto por su plasticidad de<br />

adaptación edafoclimática, como por su afinidad<br />

de injerto con las especies comunes y<br />

variedades de cultivo. Además presenta una<br />

baja poliembrionía (causa de su gran variabilidad<br />

genética en la naturaleza), especialmente<br />

en relación con otros portainjertos<br />

como Citrange troyer y Poncirus trifoliata.<br />

Se ha estudiado la posibilidad de encontrar<br />

una solución alternativa al uso del<br />

naranjo amargo como portainjerto del limonero<br />

(RUGGIERI, 1948, 1953; CATARA y<br />

CUTULI, 1972; Russo, 1976-1977; CRESCIMANO<br />

eí al., 1973), con objeto de identificar entre<br />

las especies e híbridos del género Citrus y de<br />

algunos géneros afines, todos aquellos tipos<br />

que frente a infecciones naturales o artificiales<br />

del patógeno presenten alguna resistencia.<br />

Según GRANATA et al. (1979), es menos<br />

susceptible que el C. volkameriana.<br />

En control preventivo RUGGIERI, 1953 a, b,<br />

sugiere realizar las labores de arado profundas<br />

y abonado al inicio del verano, para evi-


tar al máximo el riesgo de contaminación<br />

radical.<br />

En terapéutica quirúrgica se deben practicar<br />

2 intervenciones de poda, una en mayojunio<br />

con fin terapéutico y otra en septiembre-octubre<br />

de carácter epidemiológico (Cu-<br />

TULI y SALERNO, 1976).<br />

En control químico se considera básico el<br />

estudio epidemiológico (SALERNO y CUTULI,<br />

1977).<br />

Por otro lado, según RUGGIERI (1956) es<br />

necesario conocer el período de infección<br />

ordinario para establecer un calendario de<br />

tratamientos, señalando la eficacia del caldo<br />

bordóles, suministrando en 4 tratamientos<br />

alternados un mes de octubre a febrero.<br />

Otros productos eficaces son oxicloruro de<br />

Cu, ziram, siendo preferible en tratamiento<br />

foliar el ziram, dada la toxicidad de los<br />

compuestos de Cu (SALERNO y CARTIA, 1965,<br />

1967).<br />

En tarapéutica interna destacan los sistémicos<br />

singularmente bénomyl. SALERNO y<br />

SOMMA (1971) indican su mayor eficacia en<br />

aplicación al terreno antes de inocular el<br />

patógeno. SOMMA et al. (1974) como consecuencia<br />

de aplicaciones foliares polienales<br />

con bénomyl, establecieron un calendario de<br />

tratamientos anticipando el primero para<br />

conseguir un acumulo suficiente en la planta<br />

en concordancia con el período de infección.<br />

DE CICCO y Luisi (1975) observaron mayor<br />

eficacia del bénomyl, derivados bencimidazólicos<br />

y metiltiofanato suministrados en tratamiento<br />

foliar con aceites auxiliares minerales<br />

blancos, así como de estos con bénomyl,<br />

triforina y thiocur por GIMÉNEZ y DE CICCO<br />

(1978). Otros estudios sobre fungicidas bencimidazólicos<br />

se deben a Liusí et al. (1976 a).<br />

No obstante, los resultados obtenidos con<br />

compuestos bencimidazólicos, SALERNO y PE-<br />

RROTA (1978) indican que en caso de infecciones<br />

relativas a lesiones profundas del<br />

leño es necesario conocer mejor el comportamiento<br />

de los productos en el interior<br />

de la planta; el efecto de substancias<br />

aditivas dotadas de mayor acción vinculante<br />

y protectora, así como conseguir técnicas<br />

de suministro más eficaces, en cuanto a<br />

acumulo y distribución del producto. Asimismo<br />

consideran oportuno el estudio de<br />

compuestos químicos con distinto mecanismo<br />

de acción contra la enfermedad, para<br />

evitar la aparición de fenómenos de tolerancia<br />

en cepas del patógeno (GIMÉNEZ y LUISI,<br />

1978), señalando la conveniencia de los productos<br />

antiesporulantes (LUISI eí al., 1976).<br />

ABSTRACT<br />

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Monographic study on alterations of phytopatological interest, originated by<br />

funghi whic constitute Imperfect Forms (Deuteromycetes) of Ascomycetes.<br />

Thus, the symtomathological, ethiological, biological, epidemiological and therapeutical<br />

characteristics, as well as another important aspects related to the various<br />

parasite species and the respective diseases considered, are described, especially<br />

where frequency of occurrence and harme to the host plants are great.<br />

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