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Actas del Concilio de Calcedonia - Curso - Pontificia Universidad ...

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Textos para el estudio <strong><strong>de</strong>l</strong> cristianismo primitivo<br />

P. Samuel Fernán<strong>de</strong>z Eyzaguirre (ed.)<br />

ACTAS DE CONCILIO DE CALCEDONIA<br />

Facultad <strong>de</strong> Teología<br />

Tercera Sesión<br />

1. En el consulado <strong>de</strong> nuestro señor Marciano, perpetuo Augusto, y <strong><strong>de</strong>l</strong> que será<br />

<strong>de</strong>signado, seis días antes <strong><strong>de</strong>l</strong> I<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Octubre [10 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 451], en <strong>Calcedonia</strong>,<br />

por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> nuestro divino y piadoso señor, Marciano, perpetuo Augusto, allí<br />

reunidos en la santa iglesia <strong>de</strong> la santa mártir Eufemia los gloriosos oficiales, es <strong>de</strong>cir:<br />

(1) el ilustrísimo Anatolio, magister militum, primer prefecto, primer cónsul, y<br />

patricio, (2) el ilustrísimo Paladio, prefecto <strong>de</strong> los sagrados pretorianos, (3) el<br />

ilustrísimo Taciano, prefecto <strong>de</strong> la ciudad, (4) el ilustrísimo Vincomalo, maestro <strong>de</strong> los<br />

divinos oficios, (5) el ilustrísimo Marcial, magister, (6) el ilustrísimo Esporacio...<br />

[Sigue la lista <strong>de</strong> 305 padres].<br />

2. Cuando todos hubieron tomado sus sitios frente a las balaustradas <strong><strong>de</strong>l</strong> santuario<br />

sagrado, los ilustrísimos oficiales y el eminente senado dijo: «En la sesión previa fue<br />

hecha una investigación acerca <strong>de</strong> la <strong>de</strong>posición <strong>de</strong> Flaviano, <strong>de</strong> <strong>de</strong>vota memoria, y<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> reverendísimo obispo Eusebio. Fue evi<strong>de</strong>nte a todos que la investigación fue hecha<br />

en total justicia y <strong>de</strong> acuerdo al <strong>de</strong>bido proceso, y se <strong>de</strong>mostró que ellos habían sido<br />

<strong>de</strong>puestos <strong>de</strong> manera impropia y cruel. Los pasos que pensamos que es necesario<br />

tomar en este asunto fueron entonces puestos en conocimiento por la resolución. La<br />

cuestión que <strong>de</strong>be ahora ser investigada, juzgada y estudiada es cómo confirmar la fe<br />

verda<strong>de</strong>ra: Es particularmente por causa <strong>de</strong> la fe que el <strong>Concilio</strong> se ha reunido.<br />

Uste<strong>de</strong>s saben que cada uno <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s dará cuenta a Dios por su propia alma y las<br />

<strong>de</strong> todos nosotros, quienes <strong>de</strong>seamos se nos enseñen las verda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la religión<br />

correctamente y ver toda disputa resuelta por medio <strong>de</strong> la concordia y el acuerdo, la<br />

exposición y enseñanza armoniosa <strong>de</strong> todos los santos padres. Por lo tanto,<br />

aplíquense sin temor, imparcialidad o enemistad a producir una exposición pura <strong>de</strong> la<br />

fe, a fin <strong>de</strong> que aun aquellos que parecen no compartir las visiones <strong>de</strong> todos puedan<br />

ser restablecidos en la armonía por el reconocimiento <strong>de</strong> la verdad. Queremos que<br />

sepan que el más divino y pío maestro <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo y nosotros mismos preservamos la<br />

fe transmitida por los 318, por los 150, y por otros santos y gloriosos padres, y<br />

creemos en concordancia con esto». (He leído, hemos leído, ha leído).<br />

1<br />

El cristianismo primitivo / Facultad <strong>de</strong> Teología<br />

<strong>Pontificia</strong> <strong>Universidad</strong> Católica <strong>de</strong> Chile


3. Los reverendísimos obispos exclamaron: «Nadie hace una nueva exposición, ni<br />

intentamos ni presumimos hacer eso. Pues fueron los padres quienes enseñaron. Lo<br />

que ellos expusieron está escrito, y nosotros no po<strong>de</strong>mos ir más allá <strong>de</strong> eso».<br />

4. Cecropio el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Sebastópolis dijo: «Allí surgió el caso <strong>de</strong><br />

Eutiques. Fue dado un <strong>de</strong>creto sobre la materia por el más santo arzobispo <strong>de</strong> Roma;<br />

nosotros asentimos a esto y hemos firmado su carta».<br />

5. Los reverendísimos obispos exclamaron: «Esto es lo que todos nosotros <strong>de</strong>cimos.<br />

Lo que ya ha sido expuesto es suficiente. No es permisible producir otra exposición».<br />

6. Los gloriosos oficiales y el magnífico senado dijeron: «Si les parece bien a sus<br />

reverencias, <strong>de</strong>jemos que los sagrados patriarcas <strong>de</strong> cada diócesis elijan, cada uno,<br />

uno o dos obispos <strong>de</strong> sus propias diócesis, se junten, <strong><strong>de</strong>l</strong>iberen en conjunto acercad<br />

<strong>de</strong> la fe, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>n a conocer sus <strong>de</strong>cisiones a todos, a fin <strong>de</strong> que, si todos están<br />

<strong>de</strong> acuerdo, toda disputa pueda ser resuelta (que es lo que queremos), y si alguien<br />

manifiesta tener una opinión contraria (cosa que no esperamos) esto permita que su<br />

opinión sea conocida».<br />

7. Los reverendísimos obispos exclamaron: «No haremos una exposición escrita. Hay<br />

un canon que <strong>de</strong>clara que lo que ya se ha expuesto es suficiente. El canon prohibe<br />

formular otras exposiciones. Que la voluntad <strong>de</strong> los padres prevalezca».<br />

8. Florencio, el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Sar<strong>de</strong>s dijo: «Como es imposible improvisar<br />

sobre la fe, para aquellos que han sido educados a seguir el santo concilio <strong>de</strong> Nicea y<br />

el <strong>de</strong> Éfeso, que fue convenido correcta y píamente, en consonancia con la fe <strong>de</strong> los<br />

santos padres Cirilo y Celestino, y la carta <strong><strong>de</strong>l</strong> más santo padre León, rogamos a sus<br />

reverencias nos concedan una prórroga a fin <strong>de</strong> que podamos alcanzar la verdad <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

asunto utilizando un plan apropiado (aun cuando en lo que a nosotros respecta, los<br />

que hemos firmado la carta <strong><strong>de</strong>l</strong> más santo León, pensamos que no se necesita<br />

corrección alguna)».<br />

9. Cecropio, el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Sebastópolis, dijo: «La fe fue bien <strong>de</strong>finida<br />

por los 318 santos padres y confirmada por los santos padres Atanasio, Cirilo,<br />

Celestino, Hilario, Basilio, Gregorio, y ahora <strong>de</strong> nuevo por el más santo León. Exigimos<br />

que el credo <strong>de</strong> los 318 padres y la carta <strong><strong>de</strong>l</strong> bienaventurado León sean leídas».<br />

10. Los gloriosos oficiales y el magnífico senado dijeron: «Que la exposición <strong>de</strong> los<br />

318 padres que se reunieron en Nicea, sea leída».<br />

Eunomio el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Nicomedia leyó <strong>de</strong> un documento:<br />

11. «En el consulado <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustrísimo Paulino y Juliano, en el año 636 <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

Alejandro, el 19 <strong><strong>de</strong>l</strong> mes <strong>de</strong> Dasio y el día 13 <strong>de</strong> las kalendas <strong>de</strong> julio, en Nicea, la<br />

metrópolis <strong>de</strong> Bitinia.<br />

[Símbolo niceno]».<br />

12. Los reverendísimos obispos exclamaron: «Ésta es la fe <strong>de</strong> los ortodoxos. En ésta<br />

creemos todos. En ésta fuimos bautizados, en ésta bautizamos. El bendito Cirilo<br />

enseñó así. Ésta es la verda<strong>de</strong>ra fe. Ésta es la santa fe. Ésta es la eterna fe. Dentro <strong>de</strong><br />

ella fuimos bautizados, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ella bautizamos. Así creemos todos. Así cree el Papa<br />

León. Así cree Cirilo, así interpretó el Papa León».<br />

13. Los gloriosos oficiales y el magnífico senado dijeron: «Lean en voz alta las<br />

exposición <strong>de</strong> los 150 padres».<br />

Aecio el reverendísimo archidiácono <strong>de</strong> Constantinopla leyó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un documento:<br />

La santa fe <strong>de</strong>finida por los 150 padres, en armonía con el santo y gran sínodo <strong>de</strong><br />

Nicea:<br />

[Símbolo <strong>de</strong> Constantinopla]<br />

15. Todos los obispos exclamaron: «Ésta es la fe <strong>de</strong> todos. Ésta es la fe <strong>de</strong> los<br />

ortodoxos. Así creemos todos».<br />

2<br />

El cristianismo primitivo / Facultad <strong>de</strong> Teología<br />

<strong>Pontificia</strong> <strong>Universidad</strong> Católica <strong>de</strong> Chile


16. Aecio, el reverendísimo archidiácono, dijo: «También está la carta escrita por el<br />

bienaventurado Cirilo, ahora contado entre los santos, el entonces obispo <strong>de</strong> la gran<br />

ciudad <strong>de</strong> Alejandría, a Nestorio, que fue aprobada por todos los santos obispos<br />

reunidos previamente en Éfeso, para con<strong>de</strong>nar al mismo Nestorio, y fue confirmada<br />

por la firma <strong>de</strong> todos ellos. También está la carta <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo Cirilo, ahora contado<br />

entre los santos, escrita a Juan <strong>de</strong> santa memoria, el entonces obispo <strong>de</strong> la gran<br />

ciudad <strong>de</strong> Antioquia, que también fue confirmada. Si les parece, las leeré».<br />

17. El ilustre oficial y el magnífico senado dijeron: «Que las cartas <strong>de</strong> Cirilo, <strong>de</strong> santa<br />

memoria, sean leídas».<br />

Aecio, archidiácono <strong>de</strong> Constantinopla leyó:<br />

18. «Cirilo a su Colega, el Reverendísimo y Religiosísimo Nestorio, salud en el Señor.<br />

Algunos, como bien sé, calumnian mi aceptación a Tu Piedad; lo hacen<br />

frecuentemente, sobre todo aprovechando la ocasión <strong>de</strong> las asambleas <strong>de</strong> las<br />

personas constituidas en autoridad. Quizá, creyendo agradar los oídos, lanzan<br />

calumnias sin fundamento. No se les ha hecho daño personal, sino que se les ha<br />

con<strong>de</strong>nado con justicia: a uno porque hizo daño a ciegos y a pobres», y el resto <strong>de</strong> la<br />

carta que ha sido anteriormente escrita, y que fue leída en el sínodo <strong>de</strong><br />

Constantinopla, contra Eutiques.<br />

De la misma manera, el mismo archidiácono Aecio leyó:<br />

19. «Cirilo al obispo Juan, hermano querido y colega, saluda en el Señor. 'Regocíjense<br />

los cielos y exulte la tierra' (Sal 95,11): la barrera <strong>de</strong> separación está <strong>de</strong>struida, ha<br />

cesado nuestra tristeza, toda clase <strong>de</strong> disentimiento ha sido apartada; Cristo Salvador<br />

<strong>de</strong> todos ha otorgado la paz a su Iglesia», y el resto <strong>de</strong> la carta que ha sido<br />

anteriormente leída en el mismo sínodo referido a Eutiques.<br />

20. Después <strong>de</strong> la lectura los reverendísimos obispos exclamaron: «Así creemos<br />

todos. Así cree el Papa León. ¡Anatema sea aquel que divi<strong>de</strong> y aquel que confun<strong>de</strong>!.<br />

Esta es la fe <strong><strong>de</strong>l</strong> Arzobispo León. Así cree León. Así creen León y Anatolio. Así creemos<br />

todos. Así como cree Cirilo, así creemos nosotros. Eterna es la memoria <strong>de</strong> Cirilo. Tal<br />

como está contenido en las cartas <strong>de</strong> Cirilo, así sostenemos nosotros. Así hemos<br />

creído y así creemos. Así piensa, cree y escribió el Arzobispo León».<br />

21. Los gloriosos oficiales y el magnífico senado dijeron: «Que la carta <strong><strong>de</strong>l</strong> más<br />

religioso León, arzobispo <strong>de</strong> la Roma imperial y señorial, sea leída».<br />

Veroniciano, el sagrado secretario <strong><strong>de</strong>l</strong> divino consistorio, leyó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un documento<br />

que le entregó Aecio, archidiácono <strong>de</strong> la santa iglesia <strong>de</strong> Constantinopla:<br />

22. «León, al querido hermano Flaviano: Habiendo leído, etc.».<br />

[Carta <strong>de</strong> León a Flaviano]<br />

23. Después <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> lo anteriormente expuesto, los reverendísimos obispos<br />

exclamaron: «Ésta es la fe <strong>de</strong> los padres. Ésta es la fe <strong>de</strong> los apóstoles. Todos<br />

creemos así. Nosotros, los ortodoxos, creemos así. Anatema sea el que no crea esto<br />

<strong>de</strong> este modo. Pedro nos ha dicho esto a través <strong>de</strong> León. Los apóstoles enseñaron<br />

unánimemente. León enseñó, piadosa y verda<strong>de</strong>ramente. Cirilo enseñó lo mismo.<br />

Eterna es la memoria <strong>de</strong> Cirilo. León y Cirilo enseñaron lo mismo. León y Cirilo<br />

enseñaron unánimemente. Anatema a aquel que no crea lo mismo. Ésta es la<br />

verda<strong>de</strong>ra fe. Nosotros, los ortodoxos, creeemos unánimemente. Esta es la fe <strong>de</strong> los<br />

padres. ¿Por qué no se leyó esto en Efeso? Dióscoro lo ocultó».<br />

24. Cuando se estaba leyendo una <strong>de</strong> las partes <strong>de</strong> lo arriba escrito que dice: «Para<br />

pagar la <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> nuestra condición, la naturaleza invulnerable se unió a una<br />

naturaleza capaz <strong>de</strong> sufrir. Así un único y mismo mediador entre Dios y los hombres,<br />

el hombre Cristo Jesús, podría, por ser hombre, morir y, por ser Dios, no morir;<br />

nuestros remedios requerían eso», los reverendísimo obispos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilírico y Palestina<br />

3<br />

El cristianismo primitivo / Facultad <strong>de</strong> Teología<br />

<strong>Pontificia</strong> <strong>Universidad</strong> Católica <strong>de</strong> Chile


levantaron una objeción. Aecio, el reverendísimo archidiácono <strong>de</strong> la Constantinopla<br />

oriental, leyó en voz alta el capítulo <strong>de</strong> Cirilo -<strong>de</strong> santa memoria- el último obispo <strong>de</strong><br />

la ciudad <strong>de</strong> Alejandría, que contenía las palabras: «Pero como a<strong>de</strong>más, por la gracia<br />

<strong>de</strong> Dios, tiene su propio cuerpo, como afirma el apóstol (Heb 2,9), se dice que sufrió<br />

la muerte para bien <strong>de</strong> todos nosotros. No que Él experimenta la muerte en lo que<br />

atañe a su propia naturaleza (sería locura <strong>de</strong>cirlo o pensarlo), sino porque, como he<br />

dicho hace poco, su carne ha gustado la muerte».<br />

25. Asimismo, cuando se leía esa parte que dice: «Pues cada naturaleza obra en<br />

comunión con la otra lo que le es propio; es <strong>de</strong>cir, cuando obra el Logos, obra lo que<br />

es propio <strong><strong>de</strong>l</strong> Logos y cuando obra la carne, obra lo que es propio <strong>de</strong> la carne. Una <strong>de</strong><br />

ellas resplan<strong>de</strong>ce en los milagros y la otra sucumbe bajo las injurias», los<br />

reverendísimos obispos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilírico y Palestina levantaron una objeción. Aecio,<br />

archidiácono <strong>de</strong> la santa iglesia <strong>de</strong> Constantinopla, leyó el capítulo <strong><strong>de</strong>l</strong> Cirilo, <strong>de</strong><br />

sagrada memoria, que contiene las palabras: «Algunas <strong>de</strong> las palabras [<strong>de</strong> Jesús] son<br />

particularmente apropiadas a la divinidad, otras son particularmente apropiadas a la<br />

humanidad, mientras otras ocupan un lugar intermedio, revelando que el Hijo <strong>de</strong> Dios<br />

es, simultáneamente y al mismo tiempo, Dios y hombre».<br />

26. Asimismo cuando se estaba leyendo <strong>de</strong> la misma carta esas partes que contienen<br />

las palabras: «Aunque en el Señor Jesucristo, la persona divina y humana es una sola,<br />

sin embargo existe otro principio, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> la ignominia es común y también la gloria.<br />

En efecto, por su origen <strong>de</strong> lo nuestro, su humanidad es inferior al Padre; por su<br />

origen <strong><strong>de</strong>l</strong> Padre, su Divinidad es igual al Padre», los reverendísimos obispos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilírico<br />

y Palestina levantaron una objeción. Teodoreto el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Ciro dijo:<br />

«Hay algo muy similar en los escritos <strong><strong>de</strong>l</strong> bendito Cirilo que contiene las palabras: 'El<br />

se volvió hombre sin abandonar lo propio (permaneciendo lo que era). Pero, lo que<br />

habita es, <strong>de</strong> todos modos, comprendido como algo que habita en otro, esto es, la<br />

divina naturaleza en lo que es humano'».<br />

27. Los ilustrísimos oficiales y el más prestigioso senado, dijeron: «Después <strong>de</strong> todo<br />

esto, ¿tiene alguien alguna otra objeción?».<br />

28. Los reverendísimos obispos exclamaron: «Nadie tiene ninguna objeción».<br />

29. Ático el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Nicópolis dijo: «Como su reverencia se ha<br />

mostrado paciente para escuchar, or<strong>de</strong>ne que se nos conceda unos pocos días para<br />

que, con calmada reflexión y sereno pensamiento, sea formulado lo que es grato a<br />

Dios y a los santos padres. Y puesto que ahora ha sido leída la carta <strong>de</strong> nuestro<br />

maestro y santo padre, el arzobispo León, que administra la cátedra apostólica, es<br />

necesario que también nos sea dada la carta <strong><strong>de</strong>l</strong> bienaventurado Cirilo, escrita a<br />

Nestorio, en la que le urgía a aceptar los 12 capítulos, a fin <strong>de</strong> que cuando llegue la<br />

hora <strong><strong>de</strong>l</strong> examen estemos bien preparados».<br />

30. Los obispos exclamaron: «Si or<strong>de</strong>nas que esto sea concedido, nosotros<br />

solicitamos que los padre participen en el examen».<br />

31. Los oficiales y el senado dijeron: «La audiencia será <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> 5 días para que,<br />

mientras tanto, sus reverencias puedan reunirse en la resi<strong>de</strong>ncia <strong><strong>de</strong>l</strong> Arzobispo<br />

Anatolio para <strong><strong>de</strong>l</strong>iberar juntos acerca <strong>de</strong> la fe, a fin <strong>de</strong> que los que objetan puedan ser<br />

instruidos».<br />

32. Todos los reverendísimos obispos exclamaron: «Así creemos nosotros. Así<br />

creemos todos. Lo que León cree, eso creemos nosotros. Ninguno <strong>de</strong> nosotros tiene<br />

alguna objeción. Nosotros ya hemos firmado».<br />

33. Los oficiales y el senado dijeron: «Ya no es necesario que todos se reúnan, pero<br />

como es conveniente a todos los <strong>de</strong>tractores sean convencidos, <strong>de</strong>jen que el<br />

ilustrísimo Arzobispo Anatolio, elija <strong>de</strong> entre los obispos que firmaron al más<br />

competente para instruir a los <strong>de</strong>tractores».<br />

4<br />

El cristianismo primitivo / Facultad <strong>de</strong> Teología<br />

<strong>Pontificia</strong> <strong>Universidad</strong> Católica <strong>de</strong> Chile


34. Los obispos exclamaron: «Hacemos una petición acerca <strong>de</strong> los padres. ¡Repongan<br />

a los padres en el concilio! ¡Los que están <strong>de</strong> acuerdo con León, [que vuelvan] al<br />

<strong>Concilio</strong>! ¡Los padres al <strong>Concilio</strong>! Lleven nuestra petición al emperador. Reporten estas<br />

peticiones al ortodoxo. Reporten estas peticiones al Augusto. Todos hemos errado,<br />

perdónen a todos».<br />

35. Los clérigos <strong>de</strong> Constantinopla exclamaron: «Pocos gritan, no habla el concilio».<br />

36. Los obispos orientales y los reverendísimos que estaban con ellos exclamaron:<br />

«¡El egipcio al exilio!».<br />

37. Los obispos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilírico y los reverendísimos que estaban con ellos exclamaron:<br />

«Les rogamos, tengan misericordia <strong>de</strong> nosotros».<br />

38. Los obispos orientales y los que estaban con ellos exclamaron: «¡El egipcio al<br />

exilio!».<br />

39. Los obispos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilírico y los reverendísimos que estaban con ellos exclamaron:<br />

«Todos hemos pecado, tengan misericordia <strong>de</strong> nosotros. Reporten estas<br />

exclamaciones al emperador ortodoxo. Las Iglesias están divididas».<br />

40. Los clérigos <strong>de</strong> Constantinopla exclamaron: «¡Dióscoro al exilio! *** Dios ha<br />

<strong>de</strong>spuesto a Dióscoro».<br />

41. Los obipos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilírico y los reverendísimos que estabana con ellos gritaron: «Todos<br />

hemos pecado, perdónen a todos. ¡Dióscoro [<strong>de</strong> vuelta] al concilio! ¡Dióscoro [<strong>de</strong><br />

vuelta] a las iglesias! Que no ocurra ninguna <strong>de</strong>sgracia en nuestro tiempo. Que no<br />

ocurra ninguna <strong>de</strong>sgracia en nuestro reino. ¡Que no haya ninguna división en nuestro<br />

reino!».<br />

42. Los clérigos <strong>de</strong> Constantinopla exclamaron: «El que está en comunión con<br />

Dióscoro es un judío».<br />

43. Los orientales y los reverendísimos obispos que estaban con ellos exclamaron:<br />

«¡El egipcio al exilio, el hereje al exilio!».<br />

44. Los <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilírico y los reverendísimos obispos que estaban con ellos exclamaron:<br />

«¡Los padres [<strong>de</strong> vuelta] al concilio!».<br />

45. Los oficiales y el senado dijo: «Las propuestas serán puestas en marcha».<br />

Quinta Sesión<br />

1. En el consulado <strong>de</strong> nuestro señor Marciano, perpetuo Augusto, y el consul que será<br />

<strong>de</strong>signado, diez días antes <strong>de</strong> las calendas <strong>de</strong> noviembre [22 <strong>de</strong> octubre], en<br />

<strong>Calcedonia</strong>, por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> nuestro más divino y piadoso señor Marciano, perpetuo<br />

Augusto, se reunieron en la más santa iglesia <strong>de</strong> la santa martir Eufemia, el<br />

ilustrísimo Anatolio, magister militum, ex consul y patricio, el ilustrísimo Paladio,<br />

prefecto <strong>de</strong> los pretorianos, y el ilustrísimo Vincomalo, maestro <strong>de</strong> los oficios divinos.<br />

También se reunieron: los reverendísimos obispos Pascasiano y Lucencio, y el<br />

presbítero Bonifacio, representando al más santo León, arzobispo <strong>de</strong> la Venerable<br />

Roma, Anatolio [sigue la lista <strong>de</strong> los nombres y títulos <strong>de</strong> 58 obispos presentes].<br />

Eusebio, el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Dorileo, y el resto <strong><strong>de</strong>l</strong> santo y ecuménico concilio<br />

convocado en la ciudad <strong>de</strong> <strong>Calcedonia</strong> por el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong> su ilustre y piadoso señor,<br />

Marciano.<br />

2. Cuando todos habían tomado asiento al frente <strong>de</strong> las balaustradas <strong><strong>de</strong>l</strong> santo<br />

santuario, los gran<strong>de</strong>s y gloriosos oficiales dijeron: «Por favor, <strong>de</strong>nos a conocer lo<br />

formulado acerca <strong>de</strong> la fe».<br />

3. Asclepía<strong>de</strong>s, diácono <strong>de</strong> la gran iglesia <strong>de</strong> Constantinopla, leyó en voz alta la<br />

<strong>de</strong>finición, la cual se <strong>de</strong>cidió no incluir en esta acta.<br />

4. Después <strong>de</strong> la lectura, mientras algunos pusieron objeciones, Juan el reverendísimo<br />

obispo <strong>de</strong> Germánica [caminando al centro] dijo: «La <strong>de</strong>finición no está bien y <strong>de</strong>be<br />

ser hecha con mayor precisión».<br />

5<br />

El cristianismo primitivo / Facultad <strong>de</strong> Teología<br />

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5. Anatolio, el reverendísimo Arzobispo <strong>de</strong> Constantinopla, dijo al santo concilio: «¿A<br />

uste<strong>de</strong>s, les satisface la <strong>de</strong>finición?».<br />

6. Todos los reverendísimos obispos, aparte <strong>de</strong> los romanos y algunos <strong>de</strong> los<br />

orientales, exclamaron: «La <strong>de</strong>finición nos satisface a todos. Esta es la fe <strong>de</strong> los<br />

padres. Cualquiera que no piensa así es un hereje. Si alguien piensa diversamente,<br />

sea anatema. Echen fuera a los nestorianos. Esta <strong>de</strong>finición satisface a todos. Que los<br />

que no anatematizan a Nestorio, <strong>de</strong>jen el concilio».<br />

7. Anatolio, el obispo más querido por Dios <strong>de</strong> Constantinopla, dijo: «¿Deja<br />

satisfechos a todos la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> fe ayer?».<br />

8. Los reverendísimos obispos dijeron: «La <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>ja satisfechos a todos. No<br />

creemos <strong>de</strong> otro modo. Sea anatema cualquiera que sostenga una creencia diferente.<br />

Ésta es la fe <strong>de</strong> los padres. La <strong>de</strong>finición ha satisfecho a Dios. Que la fe no sufra<br />

engaños. 'Santa María Theotokos' sea escrito, y agreguen esto al símbolo».<br />

9. Lo que sigue ha sido traducido <strong><strong>de</strong>l</strong> latín al griego. Pascasiano y Lucencio, los<br />

reverendísimos obispos, y Bonifacio, el <strong>de</strong>votísimo presbitero, representates <strong>de</strong> la<br />

se<strong>de</strong> apostolica <strong>de</strong> Roma dijeron: «Si no están <strong>de</strong> acuerdo con la carta <strong><strong>de</strong>l</strong> apostólico<br />

y bienaventurado Arzobispo León, man<strong>de</strong>n cartas para que podamos volver a casa, y<br />

el <strong>Concilio</strong> será concluido allá».<br />

10. Los ilustres oficiales dijeron: «Si les parece bien, que sean tomados seis <strong>de</strong> los<br />

reverendísimos obispos orientales, tres <strong>de</strong> las diócesis <strong>de</strong> Asia, tres <strong><strong>de</strong>l</strong> Ponto, tres <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Ilírico, y tres <strong>de</strong> Tracia, y que, acompañados por el más santo arzobispo Anatolio y los<br />

reverendísimos legados <strong>de</strong> Roma, nos retiremos juntos al oratorio <strong>de</strong> santo<br />

martyrium. Y cuando hayan examinado todo en or<strong>de</strong>n, sus recomendaciones respecto<br />

<strong>de</strong> la santa fe sean comunicadas a uste<strong>de</strong>s».<br />

11. Los reverendísimos obispos exclamaron: «La <strong>de</strong>finición ha <strong>de</strong>jado satisfechos a<br />

todos. Informen acerca <strong>de</strong> nuestras <strong>de</strong>claraciones al Emperador. Ésta es la <strong>de</strong>finición<br />

<strong>de</strong> los ortodoxos».<br />

12. Cuando Juan, el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Germánica, se acercó <strong>de</strong> nuevo a los<br />

gloriosos oficiales, los reverendísimos obispos exclamaron: «Echen fuera a los<br />

nestorianos. Echen fuera a los que luchan contra Dios. Con dificultad se ha revelado<br />

quienes son. El mundo es ortodoxo. Ayer, la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>jó a todos satisfechos. El<br />

emperador es ortodoxo. El Augusto es ortodoxo. El Augusto expulsó a Nestorio. Los<br />

oficiales son ortodoxos. ¡Muchos años al Augusto! ¡Muchos años al Emperador! Ayer,<br />

la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>jó a todos satisfechos. ¡Muchos años a los oficiales! Exigimos que la<br />

<strong>de</strong>finición sea firmada sobre los evangelios. Ella <strong>de</strong>jó satisfechos a todos. Or<strong>de</strong>nen que<br />

la <strong>de</strong>finición sea firmada. Que no haya engaño acerca <strong>de</strong> la fe. Cualquiera que no<br />

firmara la <strong>de</strong>finición es un hereje. Santa Maria es Theotókos. Cualquiera que no<br />

piensa <strong>de</strong> este modo es un hereje. Uste<strong>de</strong>s oficiales ortodoxos, protejan la fe.<br />

¡Oficiales ortodoxos <strong>de</strong> emperadores ortodoxos! Nadie reniega <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición. El<br />

Espíritu Santo dictó la <strong>de</strong>finición. La <strong>de</strong>finición es ortodoxa. Dejen que la <strong>de</strong>finición sea<br />

firmada ahora. Cualquiera que no firme es un hereje. Echen fuera a los herejes. La<br />

Virgen María es Theotókos. Echen fuera a los herejes. Que se agregue 'Maria<br />

Theotókos' a la <strong>de</strong>finición. Echen fuera los nestorianos. Cristo es Dios».<br />

13. Los ilustrísimos oficiales dijeron: «Dióscoro dijo que por esta razón fue <strong>de</strong>puesto<br />

Flaviano, porque había dicho que son dos naturalezas, pero la <strong>de</strong>finición dice 'a partir<br />

<strong>de</strong> dos naturalezas'».<br />

14. Anatolio, el reverendísimo arzobispo <strong>de</strong> Constantinopla, dijo: «Dióscoro no fue<br />

<strong>de</strong>puesto por la fe, sino porque excomulgó al Señor Arzobispo León y fue citado por<br />

tercera vez y no vino, por esto fue <strong>de</strong>puesto».<br />

15. Los ilustres oficiales dijeron: «¿Aceptan la carta <strong><strong>de</strong>l</strong> Arzobispo León?».<br />

16. Los piadosos obispos exclamaron: «Sí, la hemos aceptado y la hemos firmado».<br />

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17. Los ilustres oficiales dijeron: «Entonces, el contenido tiene que ser insertado en la<br />

<strong>de</strong>finición».<br />

18. Los piadosos obispos exclamaron: «No se <strong>de</strong>be producir otra <strong>de</strong>finición. No falta<br />

nada a la <strong>de</strong>finición».<br />

19. Eusebio el reverendo obispo <strong>de</strong> Dorileo, dijo: «No se <strong>de</strong>be redactar otra<br />

<strong>de</strong>finición».<br />

20. Los reverendísimos obispos exclamaron: «La <strong>de</strong>finición ha confirmado la carta. El<br />

arzobispo León cree como nosotros. Que se firme la <strong>de</strong>finición. La <strong>de</strong>finición contiene<br />

todo. La <strong>de</strong>finición contiene la fe. León habló las palabras <strong>de</strong> Cirilo, Celestino confirmó<br />

las palabras <strong>de</strong> Cirilo, Sixto confirmó las palabras <strong>de</strong> Cirilo. ¡Un bautismo, un Señor,<br />

una fe! Excluyan todo engaño <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición».<br />

21. Los gloriosos oficiales dijeron: «Sus aclamaciones serán transmitidas a nuestro<br />

más divino y piadoso maestro».<br />

Veroniciano, el sagrado secretario <strong><strong>de</strong>l</strong> divino consistorio, fue al divino palacio, <strong>de</strong><br />

acuerdo a la or<strong>de</strong>n dada por los gloriosos oficiales. Después <strong>de</strong> un breve espacio <strong>de</strong><br />

tiempo volvió y se dirigió al concilio así:<br />

Notificación<br />

22. «Nuestro glorioso y piadoso soberano ha or<strong>de</strong>nado que, o bien según las<br />

<strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s e ilustres comisarios imperiales, seis reverendos obispos<br />

tomados <strong>de</strong> la diócesis <strong>de</strong> oriente, tres <strong>de</strong> la diócesis <strong><strong>de</strong>l</strong> Ponto, tres <strong>de</strong> la diócesis <strong>de</strong><br />

Asia, tres <strong>de</strong> la <strong>de</strong> Tracia y tres <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilírico, se reunan, en presencia <strong><strong>de</strong>l</strong> reverendísimo<br />

Arzobispo Anatolio y <strong>de</strong> los reverendísimos legados <strong>de</strong> Roma, en el oratorio <strong><strong>de</strong>l</strong> santo<br />

martyrium y que <strong>de</strong>finan correctamente las cuestiones <strong>de</strong> fe y sin prejuicio, para que<br />

todos estén <strong>de</strong> acuerdo y que nada sea <strong>de</strong>jado en duda; o bien que, si esto no le<br />

parece bien, que cada uno dé a conocer su fe, por medio <strong>de</strong> su metropolita, en modo<br />

que igualmente no que<strong>de</strong> ninguna duda o <strong>de</strong>sacuerdo. Si vuestra santidad no quiere<br />

esto, sepa que el <strong>Concilio</strong> pue<strong>de</strong> tener lugar en Occi<strong>de</strong>nte, puesto que vuestra piedad<br />

no quiere dar aquí una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la fe verda<strong>de</strong>ra y ortodoxa, en modo que no<br />

que<strong>de</strong> lugar a dudas».<br />

23.Los reverendísimos obispos exclamaron: «¡Muchos años al Emperador! ¡Que la<br />

<strong>de</strong>finición sea cofirmada o nos vamos! ¡Muchos años a los emperadores!».<br />

24. Cecropio, el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Sebastópolis, dijo: «Nosotros proponemos<br />

que se lea la <strong>de</strong>finición en voz alta y que aquellos que disienten y no la firmen,<br />

salgan. Porque estamos <strong>de</strong> acuerdo con lo que ya había sido bien <strong>de</strong>finido y no<br />

levantamos ninguna objeción».<br />

25. Los reverendísimos obispos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilírico dijeron: «Que los que se opongan, se<br />

i<strong>de</strong>ntifiquen. Los disi<strong>de</strong>ntes son nestorianos. Que los disi<strong>de</strong>ntes se vayan a Roma».<br />

26. Los gran<strong>de</strong>s y gloriosos oficiales dijeron: «Dióscoro dijo: "Lo <strong>de</strong> 'a partir <strong>de</strong>' dos<br />

naturalezas, lo acepto, pero lo <strong>de</strong> 'dos', no lo acepto". Pero el más santo Arzobispo<br />

León dice que hay dos naturalezas en Cristo, unidas sin confusión, cambio o<br />

separación en el único Hijo Unigénito, Nuestro Salvador. Así pues, ¿a quién van a<br />

seguir, al más santo León, o a Dióscoro?».27. Los obispos reverendísimos<br />

exclamaron: «Nosotros creemos como León. Los que se oponen son eutiquianos. La<br />

enseñanza <strong>de</strong> León es ortodoxa».<br />

28. Los gran<strong>de</strong>s y gloriosos oficiales dijeron: «Entonces agreguen a la <strong>de</strong>finición, <strong>de</strong><br />

acuerdo con el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong> nuestro santo Padre León, que, en Cristo, hay dos<br />

naturalazas unidas sin cambio, sin división y sin confusión».<br />

29. A petición <strong>de</strong> todos, los gloriosos oficiales entraron en el oratorio <strong>de</strong> la muy santa<br />

Eufemia, junto con Anatolio, el reverendísimo Arzobispo <strong>de</strong> Constantinopla, los<br />

reverendísimos obispos Pascasiano y Lucencio, el presbitero Bonifacio, y Julián, el<br />

reverendísimo obispo <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Cos, los legados <strong>de</strong> la Se<strong>de</strong> Apostólica <strong>de</strong> la gran<br />

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ciudad <strong>de</strong> Roma, y también Máximo, el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Antioquía <strong>de</strong> Siria,<br />

Juvenal, el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Jerusalem, Talasio, el reverendísimo obispo <strong>de</strong><br />

Cesarea <strong>de</strong> Capadocia, Eusebio, el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Ancira <strong>de</strong> Galacia,<br />

Quintilio, Ático y Sozón, los ilustrísimos obispos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilírico, Diógenes, el reverendísimo<br />

obispo <strong>de</strong> Cízico, Leoncio el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Magnesia, Florencio el<br />

reverendísimo obispo <strong>de</strong> Sar<strong>de</strong>s, Eusebio el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Dorileo, Terodoro<br />

el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Tarso, Ciro, el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Anazarbo,<br />

Constantino, el reverendísimo obispo <strong>de</strong> Bostra, Teodoro el reverendísimo obispo <strong>de</strong><br />

Claudiópolis en Isauria y Franción, Sebastián y Basilio, los reverendísimos obispos <strong>de</strong><br />

Tracia.<br />

Después que discutieron acerca <strong>de</strong> la santa fe y que salieron, una vez que tomaron<br />

sus puestos, los gran<strong>de</strong>s y gloriosos oficiales, dijeron: «Que el santo <strong>Concilio</strong>, en<br />

<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la fe, escuche en silencio lo que ha sido establecido en nuestra presencia<br />

por los santos padres quienes se han reunido y expuesto la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> fe».<br />

Aecio, el archidiácono <strong>de</strong> la más santa iglesia <strong>de</strong> Constantinopla, leyó:<br />

30. «El santo y gran <strong>Concilio</strong> ecuménico, reunido por la gracia <strong>de</strong> Dios y la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

nuestros piadosos emperadores, amigos <strong>de</strong> Cristo, Valentiniano y Marciano, Augustos,<br />

en <strong>Calcedonia</strong>, metrópolis <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Bitinia, en el martyrium <strong>de</strong> la santa y<br />

victoriosa martir Eufemia, ha <strong>de</strong>finido lo que sigue:<br />

31. Cristo, nuestro Señor y Salvador, confirmando el conocimiento <strong>de</strong> fe en sus<br />

discípulos, dijo: 'Mi paz les doy, mi paz les <strong>de</strong>jo' (Jn 14,27), para que nadie difiera <strong>de</strong><br />

su prójimo acerca <strong>de</strong> los dogmas <strong>de</strong> la piedad, sino que se manifieste la predicación<br />

<strong>de</strong> la verdad. Pero, puesto que el Maligno no cesa <strong>de</strong> hacer crecer su cizaña entre las<br />

semillas <strong>de</strong> la piedad, y está siempre listo para encontrar alguna novedad contraria a<br />

la verdad, por esta razón, el Señor, en su habitual provi<strong>de</strong>ncia por el género humano,<br />

ha estimulado el celo <strong>de</strong> este Emperador piadoso y creyente, que, <strong>de</strong> todas partes,<br />

convocó hacia sí a los jefes en el sacerdocio, <strong>de</strong> modo que, bajo la acción <strong>de</strong> la gracia<br />

<strong>de</strong> Cristo, nuestro Maestro, por una parte <strong>de</strong>scarten toda la peste <strong>de</strong> la mentira <strong>de</strong><br />

estas ovejas <strong>de</strong> Cristo, y, por otra, fortalezcan estas ovejas en los brotes <strong>de</strong> la<br />

verdad.<br />

Esto es lo que hemos hecho rechazando unánimemente las enseñanzas <strong><strong>de</strong>l</strong> error, y<br />

renovando la infalible fe <strong>de</strong> los padres, proclamando a todos el símbolo <strong>de</strong> los 318<br />

[padres] e inscribiendo como propios los padres que aceptaron aquel símbolo <strong>de</strong> la<br />

piedad, a saber, los 150 que, habiéndose reunido en la gran Constantinopla,<br />

sancionaron la misma fe. Guardando nosotros también, <strong>de</strong> esta manera, el or<strong>de</strong>n y<br />

todas las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> fe <strong><strong>de</strong>l</strong> santo concilio reunido en Éfeso, don<strong>de</strong> los jefes fueron<br />

estos padres: Celestino <strong>de</strong> Roma y Cirilo <strong>de</strong> Alejandría, <strong>de</strong> santa memoria, <strong>de</strong>finimos<br />

la preeminencia <strong>de</strong> la exposición <strong>de</strong> la fe, correcta e irreprochable, <strong>de</strong> los 318 santos y<br />

bienaventurados padres, reunidos en Nicea bajo el Emperador Constantino, <strong>de</strong><br />

piadosa memoria, y también la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> las or<strong>de</strong>nanzas establecidas por los 150<br />

santos Padres <strong>de</strong> Constantinopla para suprimir las herejías, que habían surgido<br />

entonces, y para confirmar la misma fe católica y apostólica que nosotros<br />

observamos.<br />

El símbolo <strong>de</strong> los 318 padres en Nicea:<br />

32. [Símbolo y anatematismos <strong>de</strong> Nicea]<br />

Lo mismo a propósito <strong>de</strong> los 150 santos padres reunidos en Constantinopla:<br />

33. [Símbolo <strong>de</strong> Constantinopla]<br />

34. Este sapiente y saludable símbolo <strong>de</strong> la divina gracia ya sería suficiente al pleno<br />

conocimiento y confirmación <strong>de</strong> la fe. Ofrece, en efecto, una perfecta enseñanza sobre<br />

el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y presenta, a quien lo acoge con fe, la<br />

hominización <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor. Pero los que intentan rechazar el anuncio <strong>de</strong> la verdad con<br />

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sus herejías han inventado nuevas expresiones: Mientras algunos intentan alterar el<br />

misterio <strong>de</strong> la economía <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor, en favor nuestro, y rechazan la expresión<br />

Theotókos para la Virgen; otros introducen confusión y mezcolanza imaginando<br />

insípidamente que sea única la naturaleza <strong>de</strong> la carne y <strong>de</strong> la divinidad y sosteniendo<br />

absurdamente que, a causa <strong>de</strong> esta confusión, la naturaleza divina <strong><strong>de</strong>l</strong> Unigénito<br />

pue<strong>de</strong> sufrir. Ante todo esto, queriendo impedir que éstos se vuelvan contra la<br />

verdad, el actual santo y gran <strong>Concilio</strong> ecuménico que enseña la inmutable doctrina<br />

predicada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio, establece ante todo que la fe <strong>de</strong> los 318 santos Padres<br />

<strong>de</strong>be ser intangible.<br />

Y confirma la doctrina sobre la sustancia <strong><strong>de</strong>l</strong> Espíritu Santo, transmitida en tiempos<br />

posteriores, por los 150 padres reunidos en la ciudad imperial, a causa <strong>de</strong> aquellos<br />

que combatían al Espíritu Santo; los padres conciliares <strong>de</strong>claran a todos que no<br />

quieren añadir nada a las enseñanzas <strong>de</strong> sus pre<strong>de</strong>cesores, como si se echara algo <strong>de</strong><br />

menos, sino que quieren sólo exponer claramente, según los testimonios <strong>de</strong> la<br />

Escritura, su pensamiento sobre el Espíritu Santo, contra los que intentaban negar su<br />

señorío. Frente a los que intentan alterar el misterio <strong>de</strong> la economía <strong>de</strong> la salvación y<br />

tienen la sinvergüenza <strong>de</strong> sostener que el que nació <strong>de</strong> la santa virgen María es sólo<br />

un hombre, [este <strong>Concilio</strong>] hace suyas las cartas sinodales <strong><strong>de</strong>l</strong> beato Cirilo, que fue<br />

pastor <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> Alejandría, a Nestorio y a los orientales, como a<strong>de</strong>cuadas tanto<br />

para refutar la necedad nestoriana, como para explicar el verda<strong>de</strong>ro sentido <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

símbolo salvífico a los que <strong>de</strong>sean conocerlo con piadoso celo. A éstas ha añadido con<br />

razón la carta <strong><strong>de</strong>l</strong> beatísimo y santísimo Arzobispo <strong>de</strong> la grandísima y antiquísima<br />

ciudad <strong>de</strong> Roma, León, escrita al Arzobispo Flaviano, <strong>de</strong> santa memoria, para refutar<br />

la mala concepción <strong>de</strong> Eutiques. Ésta, en efecto, está en armonía con la confesión <strong>de</strong><br />

fe <strong><strong>de</strong>l</strong> gran Pedro y es para nosotros una columna fundamental contra los heterodoxos<br />

y a favor <strong>de</strong> los dogmas <strong>de</strong> la ortodoxia.<br />

[Este <strong>Concilio</strong>] se opone a los que intentan separar en una dualidad <strong>de</strong> hijos el<br />

misterio <strong>de</strong> la divina economía <strong>de</strong> salvación; excluye <strong><strong>de</strong>l</strong> or<strong>de</strong>n clerical a los que se<br />

atreven a afirmar sujeta a sufrimiento la divinidad <strong><strong>de</strong>l</strong> Unigénito; resiste a los que<br />

piensan en una mescolanza o confusión <strong>de</strong> las dos naturalezas <strong>de</strong> Cristo; expulsa a los<br />

que tienen la necedad <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar celestial, o <strong>de</strong> cualquier otra sustancia, aquella<br />

forma humana <strong>de</strong> siervo que asumió <strong>de</strong> nosotros; y excomulga, finalmente, los que<br />

cuentan fábulas <strong>de</strong> dos naturalezas <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor antes <strong>de</strong> la unión, y <strong>de</strong> una sola<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la unión.<br />

Siguiendo, pues, a los santos padres [<strong>de</strong> Nicea], todos enseñamos unánimemente que<br />

se <strong>de</strong>be confesar un solo y el mismo Hijo Nuestro Señor Jesús Cristo el mismo<br />

perfecto en la divinidad y el mismo perfecto en la humanidad, verda<strong>de</strong>ramente Dios y<br />

verda<strong>de</strong>ramente hombre, el mismo <strong>de</strong> alma racional y cuerpo, consubstancial al<br />

Padre, según la divinidad, y el mismo consubstancial a nosotros, según la humanidad;<br />

semejante a nosotros en todo, menos en el pecado,<br />

por una parte, antes <strong>de</strong> los siglos, nacido <strong><strong>de</strong>l</strong> Padre, según la divinidad, y, por otra<br />

parte, el mismo en los últimos días, por nosotros y por nuestra salvación, [nacido] <strong>de</strong><br />

María la Virgen la Theotókos, según la humanidad, uno solo y el mismo Cristo, Hijo,<br />

Señor, Unigénito, conocido en dos naturalezas sin confusión, sin cambio, sin división,<br />

sin separación, sin que la distinción <strong>de</strong> naturalezas cese por la unión, sino quedando<br />

intactas las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las naturalezas al concurrir ambas en una<br />

sola persona y una sola hypóstasis, no dividido o separado en dos personas, sino uno<br />

y el mismo Hijo Unigénito Dios Logos Señor Jesús Cristo, <strong>de</strong> acuerdo a lo que <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

antiguo enseñaron los profetas, como nos enseñó el mismo Jesús Cristo y nos<br />

transmitió el símbolo <strong>de</strong> los padres.<br />

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Después que hemos <strong>de</strong>cidido todo eso con toda posible diligencia, el santo <strong>Concilio</strong><br />

ecuménico ha <strong>de</strong>cidido que nadie pue<strong>de</strong> presentar, escribir o componer una fórmula<br />

<strong>de</strong> fe distinta, o creer y enseñar <strong>de</strong> otro modo. Para aquellos que presuman ya sea<br />

elaborar otro credo, o publicar, o enseñar, o transmitir otro símbolo a aquellos que<br />

<strong>de</strong>sean convertirse al conocimiento <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el paganismo, judaísmo o<br />

cualquier herejía, el <strong>Concilio</strong> <strong>de</strong>creta que, si son obispos o clérigos, <strong>de</strong>ben ser<br />

<strong>de</strong>puestos, los obispos <strong><strong>de</strong>l</strong> episcopado y los clérigos <strong><strong>de</strong>l</strong> estado clerical, y en caso que<br />

sean monjes o laicos, <strong>de</strong>ben ser anatematizados.<br />

35. Después <strong>de</strong> leer la <strong>de</strong>finición todos los reverendísimos obispos exclamaron: «Ésta<br />

es la fe <strong>de</strong> los padres. Que los metropolianos firmen inmediatemente. Que la firmen<br />

en seguida en la presencia <strong>de</strong> los oficiales. Que esta esplendida <strong>de</strong>finición no sufra<br />

más <strong>de</strong>mora. Ésta es la fe <strong>de</strong> los apóstoles. A esto todos nosotros asentimos. Así<br />

pensamos todos nosotros».<br />

36. Los ilustrísimos oficiales dijeron: «Lo que ha sido <strong>de</strong>finido por los santos padres y<br />

ha <strong>de</strong>jado a todos satisfechos, será dado a conocer a la cabeza divina».<br />

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