Por: I.A.Camilo W. Echeverri Erk


Hace algún tiempo escribí para esta columna una nota sobre la creciente importancia del aguacate Hass como fruta de exportación de nuestro país. La titulé “El oro verde de Colombia”, y recordé el inicio de la historia para esta promisoria alternativa que ya muestra cifras importantes en nuestra canasta exportadora:

“Por iniciativa del doctor John L. Shaw (médico veterinario), representante del Servicio de Inspección de Sanidad Agropecuaria de los Estados Unidos (APHIS, por su sigla en inglés) en Colombia, se creó el Centro de Excelencia Fitosanitaria – CEF, del cual hicieron parte también el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura – IICA. Con dineros de cooperación de los Estados Unidos, a través de USAID, se estableció este grupo de investigación integrado por profesionales colombianos, quienes recibieron formación por parte del APHIS. El objetivo era acelerar el proceso de admisibilidad por parte de los Estados Unidos, adelantando los estudios de análisis de riesgo de plagas para varias frutas, entre ellas el aguacate Hass y algunas hortalizas. Dichos estudios fueron revisados y aprobados posteriormente por el APHIS. Tuve el honor de hacer parte de este grupo entre el 2003 y el 2008, varios de cuyos participantes se integraron luego al ICA. Sin la intervención del CEF, la autorización de acceso a los Estados Unidos hubiera tomado muchos años más (México tardó más de 30 años para obtener el permiso). El éxito que puedan tener el aguacate Hass y otras frutas como la uchuva y la papaya en el gigantesco mercado del norte no sería posible sin la visión y el tesón del Dr. Shaw. Por aquel entonces no eran muchos los que apostaban por el desarrollo de las frutas colombianas, diferentes al banano, como alternativa de diversificación de la canasta exportadora de productos agrícolas de nuestro país. Uno de los ministros de agricultura de la época manifestó, en tono despectivo hacia las iniciativas del CEF, que era utópico pensar que se podría diversificar la oferta de frutas con uchuvas, berros o lechugas”.

Precisamente la uchuva (Physalis peruviana), originaria de los Andes de Colombia y de Perú, es otra de las frutas de exportación que cobra cada día más protagonismo en el sector exportador de frutas en Colombia. En el mercado internacional la conocen como golden berry, cape gooseberry, o Physalis. Alrededor de 36 empresas exportaron casi 7.900 toneladas en 2021 por un valor cercano a los 38 millones de dólares, con un crecimiento del 16% con respecto al año anterior. De enero a abril de este año ya se han alcanzado exportaciones por casi16 millones de dólares, manteniendo el mismo crecimiento del 16% con respecto al mismo periodo del 2021.

Antes de la creación del Centro de Excelencia Fitosanitaria, la uchuva se exportaba principalmente a la Unión Europea. El Centro llevó a cabo los estudios de análisis y mitigación de riesgo de plagas que condujeron a la admisión de esta fruta en el mercado de los Estados Unidos. Debido a que el APHIS – la autoridad fitosanitaria del país importador – consideraba que la fruta es hospedero de la Mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata), se restringió el ingreso solo a la fruta que fuera sometida a un largo y costoso proceso de tratamiento de frío. Posteriormente, el ICA logró negociar con el APHIS un protocolo que permite eximir del tratamiento de frío a frutas provenientes de cultivos ubicados por encima de los 2.200 metros sobre el nivel del mar en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. A pesar de estas restricciones, Colombia logró pasar de 3,9 millones de dólares en 2020 a 4,9 millones de dólares en 2021 en este mercado (un 24% más).

A comienzos de este año se obtuvo un nuevo logro con el reconocimiento por parte del APHIS de los estudios, iniciados en el CEF y continuados por el ICA, que demuestran que la uchuva no es hospedero de la Mosca del Mediterráneo y, por lo tanto, se permitirá su ingreso sin tratamiento fitosanitario ni otro tipo de restricciones en un futuro ojalá cercano. Gracias a estos logros, el comité de exportadores de uchuva de la Asociación Nacional de Exportadores (Analdex) estima que las exportaciones al mercado del norte pueden incrementarse en más de un 100% en este año, alcanzando las 2.500 toneladas. Esta meta se podrá lograr con mayor facilidad al permitirse la exportación de fruta producida en cualquier parte del país. Es de resaltar también que, gracias al trabajo mancomunado de los exportadores – representados por el comité de exportadores de uchuva de Analdex – con el ICA y Procolombia, se ha logrado el permiso de acceso a países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Rusia, Reino Unido, Canadá, Brasil, Chile y, más recientemente, México.

Las posibilidades de crecimiento en este rubro exportador son enormes. La estrategia de mercado de los exportadores incluye la promoción de las propiedades saludables de la fruta. Es sabido que por sus altos contenidos de vitaminas A y C y fibra dietaria, su consumo contribuye al mantenimiento de los tejidos y la mejora de las funciones inmunológicas y del sistema digestivo. Actualmente se adelantan estudios para demostrar la relación benéfica del contenido de la uchuva con la ruta de la insulina en el cuerpo humano.

El caso de la uchuva es otro de los ejemplos de éxito en el sector exportador de frutas colombiano. El trabajo en equipo de un sector exportador dinámico y comprometido, junto con las instituciones gubernamentales alineadas con los objetivos de este, ha logrado convertir a Colombia en el mayor exportador de uchuva del mundo. Para consolidar la posición de esta fruta en el mercado mundial es fundamental la participación de los importadores en los países de destino, a través de su involucramiento en actividades de mercadeo que conviertan a la uchuva en la “fruta de oro” – la golden berry – de Colombia. Felicito al comité de exportadores de uchuva de Analdex en cabeza de su director Carlos Lozano, a quien agradezco el suministro de la información y las fotos para este artículo.