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La cocina prehispánica debió incorporar ingredientes muy diversos. Nuestros huertos tropicales y los ecosistemas naturales proveían cientos de plantas comestibles y animales de todo tipo.  Esta larva de un coleóptero, que crece en el tronco de una palma, es uno de los pocos ejemplos que han quedado.  Lo comen los Nukak en la Orinoquia, y es una fiesta encontrar una palma que ya suena a que tiene muchos de ellos en su interior. Este “plato” es un intento de acercar su sabor extraño a nuestro paladar, quitándole la textura y escondiendo su origen para evitar el rechazo.

Ingredientes

  • ½ libra de mojojoy
  • 2 libras de arroz
  • 8 tazas de agua
  • Ajo, cebolla y hierba al gusto
  • Sal al gusto

Preparación

  1. Lava y limpia las larvas, retirando las tripas y ponlas a freír en su propio aceite.
  2. Cuando estén fritas y hayan soltado bastante grasa, agrégales el agua, el arroz lavado y los demás aliños.
  3. Cuando el arroz abra y esté tierno, sírvelo acompañada de plátano, yuca o batata cocida.