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“Espero un resultado que demuestre que represento el legado Uribe”: Miguel Uribe

La cabeza de lista al Senado del Centro Democrático defiende su lugar en el partido, critica a Gustavo Petro y a Claudia López, y abre la puerta a una discusión de antaño: modificar el Acuerdo de Paz y la JEP. Entrevista.

Javier González Penagos
10 de febrero de 2022 - 02:00 a. m.
El exconcejal y exsecretario de Gobierno de Bogotá espera ser “el senador que enfrente a Claudia López”. Pese a la impopularidad de Álvaro Uribe e Iván Duque, Miguel Uribe dice que el Centro Democrático ofrece “lo que necesita el país: orden en las ciudades”.
El exconcejal y exsecretario de Gobierno de Bogotá espera ser “el senador que enfrente a Claudia López”. Pese a la impopularidad de Álvaro Uribe e Iván Duque, Miguel Uribe dice que el Centro Democrático ofrece “lo que necesita el país: orden en las ciudades”.
Foto: Óscar Pérez

El desafío que tiene a cuestas Miguel Uribe Turbay no es menor. No solo busca hacerse elegir senador del Centro Democrático en momentos en los que el expresidente Álvaro Uribe padece mínimos de favorabilidad y el gobierno de Iván Duque no repunta en aprobación, sino que ocupa un lugar estratégico como cabeza de lista, una posición que hace cuatro años -de la mano del propio Uribe-, le significó a la colectividad 875.000 votos.

En contexto: Álvaro Uribe ratifica a Miguel Uribe Turbay como cabeza de lista al Senado

Justo esa tarea, jalonar la mayor cantidad de votos al ser #1 en el tarjetón, le generó sendas controversias internas al exconcejal liberal y exsecretario de Gobierno de Bogotá en el mandato de Enrique Peñalosa. Sin embargo, hoy dice tener una buena relación con todos sus compañeros y prefiere enfocar la discusión en el riesgo que, dice, representa Gustavo Petro para Colombia.

En esta entrevista, critica también a Claudia López, habla de sus propuestas, reivindica su lugar en el uribismo y abre una discusión que parecía superada, aun con los múltiples intentos de su ahora partido: modificar el Acuerdo de Paz y reformar la Justicia Especial para la Paz (JEP). Incluso, reclama que “tener a las Farc o a (Luis Alfredo) Garavito en el Congreso es lo mismo”.

Parece una controversia superada, pero ¿cómo quedaron los ánimos dentro del partido luego de que se ratificó su cabeza de lista?

Hoy estamos más unidos que nunca, conscientes del riesgo que representa, gane o pierda, Gustavo Petro. Si gana, será presidente y destruye la democracia. Si pierde, será senador y tendrá una bancada significativa y va a perseguir a la Fuerza Pública, al empresario y reivindicar la violencia. Por eso, es fundamental que seamos el muro de contención contra el populismo y logremos liderar una fuerza democrática en el Congreso.

Pero ¿quedó alguna roncha con María Fernanda Cabal?

Tengo una buena relación con todos los compañeros de la lista.

¿Han podido hablar después del rifirrafe que hubo por su designación?

Nos hemos encontrado, pero realmente cada uno está haciendo su campaña.

Le insisto por lo que dijo la senadora, que reclamó que tenía “más capacidad de arrastrar votos” que usted. ¿Qué responderle?

Estoy haciendo mi campaña invitando a los colombianos a que voten por mí. El 13 de marzo espero tener un resultado satisfactorio, o mejor un gran resultado, que demuestre que represento no solamente el legado del presidente Uribe y el futuro de Colombia, sino que genero esperanza. Soy juventud para renovar el Congreso, tengo experiencia administrativa y tengo una hoja de vida intachable.

Lea también: María Fernanda Cabal: “Tengo más capacidad de arrastrar votos que Miguel Uribe”

Ella en 2018 sacó casi 38.000 votos, ¿cuántos aspira a lograr usted, especialmente en Bogotá, donde ha sido esquivo el voto para el uribismo?

Necesitamos todos los votos posibles para poder enfrentar el riesgo que representa Petro, para recuperar Bogotá y liderar la agenda de transformación y bienestar para Colombia.

“Gane o pierda Petro va a seguir siendo un riesgo para Colombia”.

Échese al agua... ¿no tiene un número aproximado de votos? ¿cuál es su meta?

La mayor cantidad de votos posibles. Entre más votos tenga yo, más senadores va a haber en el Centro Democrático y tendremos mayor posibilidad de hacer contrapeso al populismo, la destrucción y la violencia que representan los sectores radicales.

En 2011, cuando se lanzó al Concejo de Bogotá, obtuvo casi 17.000 votos, obviamente solo en la capital y hace una década....

Y saqué 426.000 a la Alcaldía... Espero ser el senador de Bogotá y Cundinamarca. Que la capital tenga un senador que enfrente a Claudia López, que exija seguridad, que apoye al empresario, que promueva programas sociales y que le exija al próximo gobierno que invierta en la ciudad.

¿Cómo fue ese acercamiento con el expresidente Uribe para que llegara a darle la cabeza de lista?

Llegó al Centro Democrático por invitación de él, a quien agradezco su confianza y generosidad por permitirme liderar la lista y ser parte una bancada que ha sido valiente en la defensa de la democracia y la libertad. Comparto, la necesidad de enfrentar a Gustavo Petro y los sectores radicales del populismo, que he enfrentado hace 10 años desde que soy concejal. Cuando me eligieron fui el líder de la oposición a Petro, lo desenmascaré y enfrenté siendo presidente del cabildo. Como secretario de Gobierno fui responsable, con el equipo, de recuperar a Bogotá después la crisis en la que la dejó Petro.

“Espero ser el senador que enfrente a Claudia López”.

Adicionalmente, cuando me lanzó a la Alcaldía, represento un modelo de bienestar progreso y transformación que, evidentemente, buscaba superar el modelo de odio y resentimiento que promueven Petro y Claudia López. En estos años he compartido esa preocupación que representan estos malos gobernantes, así como un modelo de ciudad con el Centro Democrático. Fui el candidato del partido a la Alcaldía.

¿Cómo evitar un revés como el de 2019, cuando quedó de último?

Para mí fue un éxito la campaña a la Alcaldía. Una campaña por convicción, no incoherente. No vendí mis principios, no negocié mis convicciones y defendí lo correcto, a pesar de que era impopular en aquel momento. Defendí la posibilidad, por primera vez, de terminar lo que se comenzó en Bogotá y mejorar lo que era necesario. Hice una campaña de opinión, en la calle y con propuestas. Tuvimos el mejor programa de gobierno y adicionalmente, puedo decir con tranquilidad que no tuve un solo escándalo o crisis en la campaña.

Era el candidato más nuevo, más joven –aunque tenía más experiencia– y por lo tanto creo que fue un éxito. Estoy agradecido con los bogotanos que me apoyaron y hoy, desafortunadamente, el tiempo nos dio la razón: Claudia López y los demás candidatos representaban un modelo de destrucción para Bogotá.

¿Cómo combatir a sectores radicales en el uribismo que lo señalan de votar por el Sí en el plebiscito?

Primero, voté por el no, como lo he explicado en varias oportunidades. Durante esa campaña yo era secretario y por lo tanto no hice activísimo. Mi responsabilidad era garantizar la seguridad de las elecciones y la logística. Sin embargo, privadamente con mi familia, tomé la decisión de votar por el No, porque no me convencía la manera en que se estaba dando un tratamiento de impunidad y en materia de narcotráfico.

El Centro Democrático es un partido de país, que presenta una visión a todos los colombianos. Hoy lo que está demostrando y reivindica conmigo que es un partido de matices, democrático y en el que caben todos. Incluso, es uno de los pocos que genera esa amplitud en la que nos unimos en la defensa de la democracia, las libertades, el sector privado y la Fuerza Pública.

¿Cómo quedaron las relaciones con el Partido Liberal, colectividad en la que militó desde que arrancó en política?

He mantenido mis convicciones desde el primer día hasta hoy. Como diría Winston Churchill: “he cambiado de partido para mantener mis convicciones, pero no he cambiado de convicciones por el partido”. Es decir, he mantenido una coherencia ideológica y una coherencia de causas durante toda mi vida pública. Cuando me lancé a la Alcaldía lo hice como independiente y recogí firmas. Ya no era militante del partido y lo hice con el ánimo de convocar a la gente y hacer un movimiento ciudadano. Hoy tomo la decisión de ingresar al Centro Democrático porque estoy convencido que es desde allí que podemos consolidar un muro de contención para enfrentar al populismo, detener los riesgos a la democracia y poder construir una agenda de progreso para el país.

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He mantenido una buena relación con todas las personas. He sido firme defendiendo mis convicciones, pero siempre he tenido el ánimo para construir desde la diferencia y generar consensos. Por eso fui efectivo y tuve buen desempeño como concejal, presidente del Concejo y secretario de Gobierno. Tengo las mejores relaciones en el Partido Liberal y en muchos otros.

¿Se sigue hablando con César Gaviria?

Con todos. No he vuelto a hablar con César Gaviria, pero tengo una buena relación con él y con las personas del Partido Liberal y otras colectividades. Recuerde que el Partido Liberal también me apoyó a la Alcaldía.

Hay matices entre el Partido Liberal, ser independiente y ahora estar en el Centro Democrático....

“No he vuelto a hablar con César Gaviria, pero tengo una buena relación él”.

La coherencia ideológica en causas y en posturas ha sido la misma. Siempre he tenido una postura que busca combatir la violencia, me la he jugado por los derechos humanos y cuando fui secretario creé la ruta de atención a líderes sociales más efectiva del país. Es que no es casualidad que, cuando fui secretario, mientras mataban líderes en el Cauca, en Bogotá no. Cuando Petro fue alcalde mataron seis líderes sociales, mientras que en 2015, 2017 y 2018 no hubo crímenes contra ellos. Eso demuestra que he tenido una visión integral del país en la que, si bien represento una postura de orden, nunca he querido sacrificar las libertades ni la inversión social.

Yo no solamente estoy donde comparto principios y convicciones, donde puedo estar tranquilo de que no las voy a negociar, sino además donde siento que puedo ser útil y voy a contribuir. Hoy estoy aquí con el pleno convencimiento que hay que enfrentar a Petro. Creo en la necesidad de defender un legado que transformó el país entre 2002 y 2010. Es necesario cuando tenemos el narcotráfico disparado, la violencia también, una persecución al sector privado y con la inseguridad jurídica, pues la Fuerza Pública está siendo víctima de una criminalización como la que hacen Petro o López para darles mayor empoderamiento a los criminales. Además, no tengo rabo de paja, me puedo enfrentar a cualquiera de ellos y no le debo nada a nadie. Eso es fundamental para poder hacer política bien hecha y recuperar la confianza de los ciudadanos.

Fuera de atajar a Petro y Claudia López, ¿con qué banderas espera convencer al electorado?

Le ofrezco a los colombianos una candidatura fresca y nueva, que llegue a renovar el Congreso. Soy joven, con experiencia, preparación y resultados concretos. He demostrado que hacer política con hechos y con transparencia es posible. Eso es lo que va a recuperar la confianza de los ciudadanos. He propuesto, por ejemplo, que los alcaldes y gobernadores que no cumplen su programa de Gobierno sean inhabilitados y tengan muerte política por engañar a los electores. Por ejemplo, Petro prometió 1.000 jardines e hizo menos 10. Claudia López ganó con mentiras. Lo mismo pasa en Medellín con Daniel Quintero o en Cali con Jorge Iván Ospina.

Propongo, además, reducir el Congreso para garantizar que los recursos que vamos a ahorrar se puedan orientar a inversión social y generar mayor control social, mayor castigo a malos congresistas y mayor eficiencia y oportunidad en los debates. Tengo una agenda de austeridad, lo hice como secretario de Gobierno. Redujimos los costos de la entidad e hicimos una modificación interna a cero costo. Pasé de 45 inspectores de Policía a más de 100, y no costó un peso de más.

En materia de seguridad, una de las grandes apuestas del uribismo, ¿cuál es su propuesta?

Llego con una agenda para poder enfrentar la criminalidad. Hice parte del equipo que acabó el Bronx, Cinco Huecos, San Bernardo o La Estanzuela, las ollas más grandes de Colombia. Vamos a trabajar para enfrentar el crimen organizado con una ley que reestructure la Dirección Nacional de Inteligencia, que mejore la capacidad de inteligencia estratégica, contrainteligencia e investigación criminal para desarticular la cadena de valor de los delitos y poder combatir las bandas.

En segundo lugar, vamos a crear un marco de seguridad jurídica para que la Fuerza Pública pueda combatir a la criminalidad y pueda ejercer las funciones, en el marco del deber y la legalidad, pero que no terminen siendo perseguidos por enfrentarla. El caso es Bogotá: Claudia López empoderó a la primera línea y criminalizó a los policías. Eso es absurdo, porque debilita la capacidad institucional para combatir el crimen. También vamos a promover herramientas para garantizar que el Estado pueda luchar contra el narcotráfico y voy a trabajar para prohibir el consumo de droga en el espacio público, para que los jíbaros no tengan un pretexto o espacio para envenenar a las familias en parques o colegios.

En el componente social, ¿cuál es la apuesta?

En materia de oportunidades sociales mi prioridad es ofrecer apoyo económico a las personas que están en la pobreza, sin restringir el crecimiento económico ni limitarlo. Eso implica que gradualmente se pueda ofrecer el Ingreso Solidario como una ayuda temporal para superar la pobreza. Por otro lado, vamos a trabajar en la reactivación económica: la mejor política social es el empleo. Voy a proteger al sector productivo. Eso implica créditos, incentivos y crédito popular. Vamos a promover además marcos jurídicos mucho más fuertes para proteger la propiedad privada y el ahorro para que no sigamos corriendo el riesgo, ante este tipo de políticos populistas, de ahuyentar la inversión y sacar corriendo a los inversionistas.

También vamos a trabajar para que el 90 % de los jóvenes que no ha tenido acceso a la educación superior o tienen un trabajo, puedan ser formados en competencias y habilidades a bajo costo y corta duración para tener empleos bien remunerados, dignos y formales de acuerdo con la necesidad de las empresas. ¿Qué quiero? Promover la formación de los nuevos trabajos digitales. La pandemia nos enseñó que hay trabajos que se pueden hacer desde casa y ese tipo de oficios se pueden hacer desde cualquier parte del mundo. Para ello, se requiere formar a los jóvenes con habilidades en trabajos digitales como programación o análisis de datos. Así vamos a permitir una fuerza laboral no solo para las empresas colombianas, sino para las extranjeras.

Por último, también propongo una política muy ambiciosa de agro. Quiero que el país tenga una política proagro y no antiparo, que no sea la respuesta a los paros agrarios, sino que sea pensando en el futuro. Tenemos que actualizar la legislación de 1900 para poder tener una mucho más amigable y coherente con el momento. Necesitamos promover la agricultura de precisión. Generar en las escuelas rurales formación de administración para que los jóvenes, antes de ser paperos o floricultores, puedan ser empresarios y emprendedores. Con eso vamos a garantizar que van a tener mucha mayor productividad y mayor éxito.

Si le entiendo, sus tres grandes banderas serían austeridad, seguridad y lucha contra el narcotráfico...

La primera es recuperar la confianza, que es combatir la corrupción, austeridad e impunidad. Dos, seguridad, y finalmente, crecimiento económico y oportunidades sociales.

Frente a la austeridad, ¿está de acuerdo con la propuesta de su ya copartidario, el representante Gabriel Santos, frente al receso legislativo, al que muchos en la bancada le dieron la espalda?

Sí, estoy a favor de todas las acciones que generen mayor confianza y que generen más efectividad en el Congreso. Necesitamos garantizar un poder legislativo cercano, efectivo y que saque adelante los proyectos. Si ese tipo de normas generan eso, las voy a apoyar. Lo importante es no caer en el error de promover políticas populistas que suenan bien, pero que, en lugar de mejorar el desempeño del Congreso, le hacen daño.

¿Qué hacer para mejorar la desprestigiada e histórica imagen negativa del Congreso?

Lo primero es elegir gente buena, transparente y que tenga resultados y experiencia. En estas elecciones son tan importantes los comicios al Congreso como las presidenciales. El único seguro de vida para defender la democracia y la libertad es tener un Congreso firme e independiente.

En ese sentido, estoy promoviendo leyes que demuestren que el Congreso puede responder a las necesidades del país y puede ser reformado, por ejemplo, para tener mejor representación. Se podría volver a la circunscripción regional en el Senado para garantizar que departamentos como Arauca o Chocó tengan senadores y mayor capacidad para poder enfrentar los problemas. No solo voy a actuar con los más altos estándares, sino que voy a promover reformas para recuperar la confianza de los ciudadanos y mejorar el desempeño del legislativo.

Para mejorar esa confianza, ¿cree necesaria una reforma a la Comisión de Acusaciones? ¿cómo?

Por supuesto. Se necesita una reforma a la justicia e incluir ahí revisar esa comisión, porque necesitamos garantizar que no haya impunidad. Una de las causas de la violencia en Colombia es la impunidad, que la gente sienta que quien roba, mata, recluta, secuestra o narcotrafica no cumpla sanciones. Necesitamos buscar que todo el sistema de justicia, incluidos organismos de control e inspectores de Policía, tengan realmente una respuesta efectiva a los ciudadanos. De lo contrario, nunca vamos a construir un país en paz y de bienestar.

A propósito de paz, como miembro del Centro Democrático en el Congreso ¿llegaría a hacer reformas al Acuerdo firmado con las Farc?

Colombia se merece la reconciliación, la posibilidad de pasar el caos en el que nos metieron por haber desconocido el plebiscito y por haber impuesto a las malas un acuerdo con las Farc. Sin embargo, es evidente que hay que tomar la decisión de corregir algunos de los aspectos para poder generar tranquilidad, entendiendo que tenemos que avanzar, pero hay cosas que no necesariamente hay que dar como están. El Acuerdo con las Farc es un hecho, pero como colombianos tenemos el derecho de corregir lo que no ha funcionado.

Hoy Colombia se merece una evaluación integral de ese Acuerdo y lo que no está funcionando tiene que corregirse: la lucha contra el narcotráfico, el debilitamiento de las Fuerzas Armadas, la impunidad o la parcialidad de algunos organismos. Mientras no garanticemos que ese Acuerdo se corrija, probablemente vamos a seguir en esta discusión infinita que no tiene sentido.

¿Cuáles son esos aspectos para usted, que puede hablar además como víctima del conflicto?

No menciono mucho eso porque no hago política a nombre de nadie. Tengo un proyecto propio y he construido en mi vida, con hechos concretos. Sin embargo, fui víctima, como millones de colombianos del conflicto, en este país y probablemente de la peor manera, perdiendo a la persona más especial e importante en la vida, que era mi mamá, cuando tenía cinco años.

Tuve que ser un huérfano de la guerra como muchos otros y mi mamá, además, se murió creyendo en la paz de Colombia. Yo, particularmente, creo en la paz. La razón por la que estoy haciendo política es porque hay una deuda social histórica, pero también hay una necesidad de poder reivindicar la legalidad y la necesidad de combatir los crímenes que nos están perjudicando. La no violencia es la razón de ser de todos estos esfuerzos. No obstante, uno no puede construir reconciliación o perdón invisibilizando a una parte de la sociedad.

Es evidente que en Colombia, no solamente la mayoría votó en contra del Acuerdo, sino que después de seis años hay unos errores que si los corregimos, no con una carga ideológica, sino con un propósito común, vamos a lograr sacar adelante el país. Como víctima, como creyente de la paz y la no violencia en Colombia creo, con la autoridad moral del trabajo que he hecho, que es importante corregir lo que no va bien y darnos la oportunidad de pensar en el futuro. La mejor comparación es la Constitución del 91. Llevamos 30 años reformándola y mejorándola aparentemente. ¿Por qué no podemos corregir un Acuerdo que lo necesita?

¿Esa corrección implicaría modificar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)?

“Llevamos 30 años mejorando la Constitución, ¿por qué no podemos corregir el Acuerdo de Paz?”.

Sí. Cuando hablo de justicia hay que hacer una evaluación sobre el desempeño de este organismo. Hay que entender si la justicia transicional está o no está cumpliendo su propósito. Es que aquí ha habido sistemas efectivos como Justicia y Paz, que tuvo un resultado concreto. Tenemos que evaluar todos los esquemas de justicia transicional y lo que está pasando.

Frente a la JEP hay un tema concreto que no comparto de entrada: que se equipare a la Fuerza Pública con los terroristas que se vencieron y que están destruyendo y han destruido a este país. Si bien es necesaria la justicia transicional para los militares, bajo ninguna circunstancia se puede permitir que haya magistrados sesgados o con una clara afinidad a las Farc o a sectores que hoy persiguen a las Fuerzas Militares. Tenemos que garantizar la imparcialidad y reivindicar el papel de unas Fuerzas Armadas democráticas que han protegido al país.

“Aquí ha habido sistemas efectivos como Justicia y Paz, que tuvo un resultado concreto”.

Además de la JEP, ¿hay algún otro punto que deba ser reformado?

Tenemos que proteger a las víctimas, garantizar que haya reparación y que haya verdad. Es inaudito que las Farc nieguen que reclutaron, abusaron y secuestraron. Es fundamental garantizar que haya realmente una reparación. Segundo, necesitamos fortalecer la lucha contra el narcotráfico. No puede ser posible que el Acuerdo le haya entregado vía libre a los criminales para que narcotrafiquen. Tercero, proteger a la Fuerza Pública. Si bien quienes hayan cometido una equivocación o un crimen deben ser sancionados, las autoridades deben ser protegidas y reivindicada.

Por último, no comparto que haya criminales de lesa humanidad en el Congreso. Estoy haciendo un esfuerzo enorme. Soy una persona buena, que ha estado en la legalidad y estoy haciendo todo tipo de esfuerzos para servirle a mi país. Por ello, no comparto que gente que ha cometido crímenes de lesa humanidad, que han matado, secuestrado y abusado de mujeres estén en el Congreso representando a los colombianos y creando legislación para todos. Esas curules deben ser para personas que representen la ideología de las Farc, pero no que hayan cometido crímenes. Es el peor mensaje. Es demostrar que el crimen paga.

Si resulta electo, dentro de meses tendrá que verlos cara a cara...

Este no es un problema personal, es un problema de país. Tengo la sensatez y capacidad de sentarme con cualquier colombiano a hablar. No tengo enemigos, tengo contradictores. Tenemos que generar las normas y leyes para que los colombianos se sientan tranquilos y recuperen la confianza. Hablando de ello, creo que tener a un miembro de las Farc o a Garavito en el Congreso es lo mismo. ¿Por qué vamos a tener a personas que han generado tanto daño y tanto crimen? Si el proceso de desmovilización buscaba representación política se puede garantizar de maneras diferentes sin premiar a los más delincuentes.

“Tener a un miembro de las Farc o a Garavito en el Congreso es lo mismo”.

¿Le apostaría a diálogos de paz con el Eln?

En este momento no. Hoy el Eln está infiltrando las primeras líneas en Bogotá, tiene guerrilla urbana, están generando terrorismo urbano y cada semana hacen un atentando en Arauca. Han generado daño y temor. Están reclutando niños, secuestrando, instrumentalizando venezolanos y son protagonistas de todos los crímenes de la frontera. En ese sentido, lo que amerita es que el Gobierno haga cumplir la ley y demuestre militarmente que tiene la soberanía. No obstante, si algún día se abre la compuerta de un diálogo, es importante que sea el Eln el que demuestre la voluntad dejando de cometer crímenes, pero uno no puede negociar con quien no quiere.

¿Está de acuerdo con la legalización de las drogas?

Es una irresponsabilidad pretender legalizar las drogas en Colombia cuando el narcotráfico es la economía ilegal que financia la violencia. La manifestación urbana del narcotráfico, el microtráfico, termina siendo el peor veneno para las familias. Es lo que lleva al fracaso absoluto de los proyectos de vida de miles de jóvenes que, sin oportunidades, son instrumentalizados por los jíbaros. Por eso, el esfuerzo no debe ser legalizar el consumo y la droga, sino ofrecer oportunidades sociales y acompañamiento a las familias.

Además, legalizar la droga termina siendo un discurso retórico porque no depende de Colombia. No se puede hacer sin que en el mundo entero se legalice. Si lo llegáramos a hacer estaríamos vetados en medio planeta y las cuentas bancarias de quienes exporten y comercialicen marihuana van a cerrarse en el mundo. Los bancos internacionales no van a aceptar dinero de droga. Mientras haya países que no han legalizado vamos a tener un mercado negro que va a seguir financiado a los más criminales. Adicionalmente, el Estado no tiene capacidad alguna de inspección, vigilancia y control para poder supervisar la cadena de producción, distribución o comercialización. No vamos a saber cuáles son cultivos legales o no. Cuáles están generando violencia en el Cauca o cuáles están sembrando en la Sabana de Bogotá.

Colombia debería ser pionero en ecoturismo o revolución digital, antes que cualquier esfuerzo en legalización. Le agregaría que países que han legalizado la marihuana están contemplando si lo mantienen o no. Legalizar la marihuana es un paso más para legalizar la cocaína, que sería el caos de este país.

¿Está a favor de ampliar las causales para el aborto?

No estoy de acuerdo.

¿Y con la eutanasia?

“Legalizar la marihuana es un paso más para legalizar la cocaína, que sería el caos de este país”.

No estoy de acuerdo.

Como miembro del Centro Democrático, ¿qué lectura hace de que Óscar Iván Zuluaga se esté jugando en solitario está elección?

Óscar Iván Zuluaga reúne todas las características para ser un gran presidente. Es el candidato que hoy representa la lucha contra la droga, el narcotráfico y el terrorismo. Representa firmeza y convicciones, pero también la capacidad para construir desde la diferencia. Tenemos en el partido el programa social más ambicioso y posible para el país.

Siempre he creído que es importante convocar a la unidad, lo he dicho durante toda la campaña y lo sostengo. Espero que los sectores democráticos que coincidimos en la necesidad de defender lo podamos hacer. Respeto la decisión que ha tomado Óscar Iván, precisamente de reivindicar lo que representa la institucionalidad del partido, que se la ha jugado por defender este país en los momentos de mayor adversidad. Vamos a acompañarlo, pero ante el momento de riesgo que tenemos hoy, es importante convocar a la unidad.

¿Cómo hacer para que los bajos niveles de este gobierno y la impopularidad del expresidente Uribe no jueguen en contra?

Hoy tenemos, estoy seguro, la mejor lista y, en mi caso particular, la tranquilidad de ofrecer renovación, experiencia y transparencia. Estamos representando lo que necesita el país y es orden en las ciudades, que los criminales paguen, una política clara en contra del narcotráfico y recuperar la seguridad para poder permitir que haya desarrollo económico y oportunidades sociales.

Representamos a un partido que hoy es responsable del mayor aumento del salario mínimo, la matrícula cero para estudiantes, la generosidad con los migrantes o el crecimiento económico más alto de la historia de Colombia. Es el partido que se la jugó por el sector privado y en los momentos de mayor dificultad de la pandemia subsidió a la mayoría de las empresas para que pudieran progresar y sobrevivir. Finalmente, el partido que garantizó que Colombia fuera hoy un ejemplo a nivel mundial sobre vacunación y lucha contra el COVID.

Me siento tranquilo, capaz de enfrentar cualquier debate y con la autoridad moral de que estamos haciendo lo correcto. Tenemos una posición clara que representa la opción democrática del país. Quienes crean en la democracia, en la libertad y en el sector productivo deben considerar al Centro Democrático como la mejor opción.

JAVIER GONZÁLEZ PENAGOS

TWITTER: @Currinche

jgonzalez@elespectador.com

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humberto jaramillo(12832)11 de febrero de 2022 - 10:59 p. m.
y cuál es el legado de uribe: si acaso 6402 asesinatos de jóvenes, que, cínicamente dijo hace unos días en Soacha, pero de quienes había dicho antes que no habrían ido a coger café y luego añadió que eran unos delincuentes, afirmación que le tocó recoger. El legado de Uribe es ese: limpieza social, hay que matar pobres porque estorban y como tienen hambre, nos molestan y buscan que les ayuden.
Carlos(16048)11 de febrero de 2022 - 04:31 p. m.
Claro que el resultado le demostrara eso y mas. Pedazo de bobarron
PEDRO(90741)11 de febrero de 2022 - 01:00 a. m.
Cuenta regresiva: faltan 178 días para que termine este gobierno antidemocrático. Piense su voto en las próximas elecciones para presidente de la república. Hay que colocar ahí a una persona preparada, con experiencia y sin tacha en su hoja de vida.
Daniel(34680)10 de febrero de 2022 - 11:45 p. m.
No espere mucho gran tarado, ya sabemos que sumercé lindo tiene toda la pasta pues de otra forma el Patrón no lo hubiera tenido en cuenta para ser cabeza de lista a esa gran institución que tanto ha hecho por este sufrido pueblo. No en vano por sus venas corre sangre de su ilustre abuelo que tan generosamente nos dió pata, bala y represión con su Estatuto de Seguridad. Ajuaaa¡¡¡¡¡
camilo(8968)10 de febrero de 2022 - 12:35 p. m.
Que viva el socialismo!! Petro presidente.
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