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¿Y para cuándo el regreso del fútbol sala?

En 2016 Colombia fue sede del Mundial FIFA de esta disciplina. Este año el torneo se canceló debido a la pandemia del COVID-19, pero dirigentes, entrenadores y jugadores insisten en hacer un campeonato corto, de uno o dos meses, para retomar actividades con todos los protocolos de bioseguridad.

26 de agosto de 2020 - 06:26 p. m.
Camilo Reyes, jugador de la selección colombiana de fútbol sala que participó en el Mundial Fifa de 2016, en nuestro país.
Camilo Reyes, jugador de la selección colombiana de fútbol sala que participó en el Mundial Fifa de 2016, en nuestro país.
Foto: Agencia AFP

A pesar de que está en marcha el plan para el regreso del fútbol profesional, el deporte colombiano sigue al borde del abismo como consecuencia de la pandemia del COVID-19.

Hace más de cinco meses, cientos de miles de atletas, entrenadores, árbitros y dirigentes de todas las disciplinas tuvieron que parar. En un alto porcentaje son jóvenes y niños que pertenecen a escuelas de formación o clubes aficionados, pero también hay un buen número de personas cuyo sustento y el de sus familias depende del trabajo que cumplen en estas actividades físicas.

Con parques, canchas y coliseos cerrados por la cuarentena, muchos recurrieron al entrenamiento virtual en las primeras semanas, pero a medida que pasó el tiempo, la monotonía mermó su moral y, sobre todo, sus finanzas.

Los organizadores de torneos se quedaron sin ingresos, así como árbitros, entrenadores y muchos deportistas que algo recibían por su labor.

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Es el caso de quienes practican el fútbol sala, un deporte que se popularizó en Colombia hace veinte años y ya tiene una liga profesional. Es la versión FIFA del microfútbol o fútbol de salón, que se practica al aire libre.

Nuestro país fue sede del Mundial de 2016 y tiene 32 clubes en la liga de primera división, ganada en las últimas tres temporadas por Alianza Platanera, de Apartadó (Antioquia), que será el representante de Colombia en la Copa Libertadores, cuando se pueda disputar.

Su entrenador y ex director técnico de la selección nacional, Osmar Fonnegra, explica que “este año ha sido complejo, con problemas internos en la Federación Colombiana de Fútbol y lo de la pandemia. El tema realmente no ha sido por falta de plata, porque Conmebol y FIFA han aportado. No entendemos por qué hacen todo para reanudar el fútbol 11 y nada por el fútbol sala, que fue el único que cancelaron de una, cuando en otros países de Suramérica esperaron, cumplieron con los protocolos y ya regresaron a actividades”. El estratega cuenta que hay muchas personas, pero falta liderazgo para gestionar.

El dirigente Diego Fernando Morales, principal impulsor de esa disciplina, al lado de Álvaro González Alzate,  explica que antes de la pandemia “había 25 ligas departamentales trabajando con equipos masculinos y femeninos en las categorías sub-17 y sub-20, en la sub-15 no tanto. Nuestro deporte está en el programa de Juegos Nacionales desde 2015 y es muy fuerte y organizado a nivel universitario”.

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Fonnegra agrega que “equipos hay de sobra, pues incluso en algunas regiones que no tienen, hay interés y patrocinadores. El problema es que para los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol, de la que dependemos, no somos prioridad. Para acabar de ajustar ellos tienen que afrontar ahora el lío de la reventa de boletas y nosotros somos los afectados”.

El 70 % de los clubes están bien organizados. Sus empleados ganan desde un salario mínimo hasta $3,5 millones, pero a casi todos les cancelaron los contratos o no les hicieron para 2020.

“Hay que hacer una reingeniería; no arrancar de ceros, porque ya es mucho lo que hemos avanzado y la afición está”, admite Morales, para quien “fue un error haber acabado con el ascenso y descenso que tuvimos en 2018, porque generaba mayor competitividad”.

La Asociación de Entrenadores y los colegios de árbitros coinciden en que es urgente retomar actividades lo más pronto posible, más que por el tema económico, por el impulso anímico que significaría volver a las canchas.

Y ni qué decir de los futbolistas. Actualmente apenas hay una decena en el exterior. Los demás están en sus casas a la espera de una llamada para reiniciar labores, como ocurrió con jugadores de la División Nacional de Baloncesto, que disputarán una liga reducida entre octubre y diciembre, en Cali, gracias al aporte de $700 millones del Ministerio del Deporte.

La comercialización y venta de derechos de transmisión a canales regionales o internet podrían significar el impulso definitivo que requiere el fútbol sala, pues por el lado del Gobierno el panorama es oscuro, ya que de los $863.451 millones presupuestados para este sector en 2021, Planeación Nacional solamente aprobó $436.641, porque los gastos para afrontar la pandemia fueron elevados

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