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¿Era un meteorito? Las teorías sobre el origen de la Piedra del Peñol
Este monolito (bloque de roca de gran tamaño) recibe miles de visitas a la semana y tiene varios mitos a su alrededor. “El diablo se lo intentó robar y dejó su huella física en la piedra”, se escucha por las calles del municipio de Guatapé.
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Panorámica de la Piedra del Peñol en el municipio de Guatapé. Fecha: 11/01/2023. Fotos: Saldarriaga Quintero, Manuel / Carlos Mario Zapata -
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Luis Eduardo Villegas López. Foto: cortesía lapiedra.com.co -
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11 de mayo de 2023
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La piedra del Peñol, ahora conocida como el Peñón de Guatapé, es un monolito (monumento de piedra de una sola pieza) de 220 metros de altura que día a día recibe cientos de turistas de todo el mundo.
Está ubicado en el municipio de Guatapé, en Antioquia, a 75 kilómetros de Medellín y un trayecto por tierra de dos horas, aproximadamente. Se destaca por ser la única piedra de gran tamaño que tiene escaleras insertadas para poder subirla hasta la cima. Este monolito tiene 715 escalones y en la parte superior cuenta con baños y varios locales comerciales dispuestos para los turistas.
Pese al gran número de visitantes que tiene, muchos no saben su historia y las teorías -tanto mitos urbanos como hipótesis científicas- que hay alrededor de su origen.
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El Museo Histórico de El Peñol explica que durante la época prehispánica esta piedra fue un elemento de adoración para los indígenas.
El director del Museo Histórico El Peñol, José Nevardo García, cuenta que exploraciones arqueológicas han permitido encontrar basureros de los aborígenes que habitaban en los alrededores durante los siglos V y VI a. C., lo que permitió determinar que la piedra era un centro de rituales.
Duró así durante unos 15.000 años hasta el siglo XX, en donde se conformaron comunidades de agricultores.
A mediados del siglo XX, hacia 1950, esta piedra era vista como un estorbo para quienes vivían en la zona, pues al ser principalmente agricultores, los obligaba a rodearla y caminar por más tiempo para trasladarse de un lugar a otro.
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El historiador empírico Álvaro Idárraga recordó que los terrenos donde está ubicado el peñón pertenecían al menos a tres familias: los Franco, los Martínez y los Gallo.
La historia cuenta que escalarla se convirtió en un reto en el año 1954 cuando el padre Alfonso Montoya, párroco de Guatapé, dijo durante una misa una frase retadora: “los sapos no suben a las piedras”, asegurando que ningún guatapeño era capaz de escalarla y poner una cruz o un altar religioso.
Esa frase fue asumida por Luis Eduardo Villegas -un hombre que vivía en la zona- como un reto y convocó a sus amigos Ramón Díaz y Pedro Nel Ramírez a escalarla. Luego de cinco días de aventura, entre el lunes 12 de julio y el viernes 16 de julio (día de la Virgen del Carmen) de 1954, lograron izar una camisa en la cima.
Los tres amigos lograron subirla usando cuñas de madera y una escalera que les dio el párroco Montoya. Aprovecharon la grieta que hay en la piedra -sobre la que existe la leyenda que es un arañazo que dejó el diablo cuando trató de llevársela- para poder ascender.
La piedra del Peñol tiene dueño
Luis Eduardo Villegas López. Foto: cortesía lapiedra.com.co
Luego de conquistar la cima, Luis Eduardo Villegas López decidió comenzar a adquirir los terrenos aledaños y trabajar en construir unas improvisadas escaleras de madera para que más gente pudiera subir.
En 1970, las escalas de madera comenzaron a ser reemplazadas por concreto y finalmente en 1978, cuando Empresas Públicas de Medellín (EPM) adquirió centenas de predios para llevar a cabo la inundación de 2.262 hectáreas de tierra y construir un gigantesco embalse para un complejo hidroeléctrico, la zona se convirtió en una gran atracción turística, por lo que su construcción de escaleras más fortalecidas durante varios años.
Pero, las teorías de la aparición de la roca gigante son varias
¿Un meteorito?
Una de las teorías del origen de la piedra del Peñol cuenta que se trata de un meteorito. Durante varios años, geólogos de diferentes partes del mundo hicieron estudios de los componentes de la piedra, por lo que dicha versión fue completamente descartada. Los científicos encontraron compuestos de cuarzo y feldespato, además de extractos de granito, una roca, los tres elementos comunes en la tierra.
¿Una erupción volcánica?
La geóloga María Isabel Marín Cerón, docente de la universidad Eafit, al ser consultada por EL COLOMBIANO en 2020 explicó que algunas de las más grandes rocas del Oriente antioqueño se formaron entre hace 90 y 70 millones de años, a partir de procesos tectónicos (movimientos), magmáticos (volcánicos) y orogénicos (montañas) y luego con la evolución del paisaje impulsada por los agentes climáticos (entre ellos las lluvias y los vientos) alcanzaron sus formas actuales.
“Son rocas igneas (volcánicas) que se quedaron en la corteza, de las que no salió el magma al exterior y se cristalizaron”, cuenta la geóloga Mejía Cerón, que destaca que esos cristales son visibles, por ejemplo, en la conocida Piedra del Peñol.
Sobre la diferencia con otros sistemas rocosos en Antioquia, como cerro Tusa o los Farallones de La Pintada, la geóloga Mejía Cerón señala que estos últimos están asociados a cuellos volcánicos, en los que sí hubo expulsión de magma. “Esas formaciones son mucho más recientes, ocurrieron entre hace 12 y 16 millones de años”. Junto a la El Peñol, la más conocida, las de El Marial, El Tabor y El Peñón buscan protagonismo en las rutas turísticas de Antioquia.
¿Parte del relieve del Batolito antioqueño?
Esta es una de las versiones más aceptadas, pues se argumenta que El Peñol hace parte de lo que se conoce como Paisaje Granítico, un relieve que se levanta sobre el Batolito antioqueño (que es una masa rocosa subterránea que tiene siete veces el tamaño del Valle de Aburrá), que se extiende en la región oriental del departamento.
Los estudios geológicos permitieron conocer que es altamente probable que esa protuberancia de 140 metros se formara en el interior de la corteza terrestre y haya estado subiendo a la superficie por la erosión y los esfuerzos tectónicos después de más de 80 millones de años.
El fallecido ingeniero en geología y petróleos de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional (Medellín), Michel Hermelin Arbaux, fue uno de los que realizó destacados estudios que permitieron conocer que debajo del suelo de la Piedra de El Peñol se extiende una pequeña parte del Batolito antioqueño.
Aunque sobre la enorme piedra hay tantos mitos, como el ya mencionado de que el diablo que la quería robar y de ahí nació su extraña grieta, o que el Viernes Santo salen cerdos de oro de esa grieta, el monolito es un ícono antioqueño para el mundo y un destino turístico al que llegan miles de personas cada semana.
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