I
Memorias
Encuentro Nacional de Mujeres Feministas de Colombia
Bucaramanga, octubre 15 y 16 de 2010
Organizado por la Fundación Mujer y Futuro, con
el apoyo financiero de VENTANA DE GÉNERO y
FUNDACIÓN APOYAME y UNIFEM.
Coordinación General:
Isabel Ortiz Pérez y Doris Lamus Canavate
Comités
de
apoyo
logístico,
metodológico
y
técnico:
Catalina
Valencia,
Mendoza,
Susana
Christiane
Pérez,
Lelievre,
Jenny
Ana
Rodríguez,
Andrea Hernández, Beatriz Gutiérrez, Benilda
González, Diana Carreño, Andrea Marín, Audrey
Robayo. .
Relatoría:
Christiane Lelievre y Jenny Carolina Rodríguez,
Andrea Hernández, Diana Carreño, Andrea Marín.
Edición:
Doris Lamus Canavate y Oscar Augusto Acevedo
Diseño Afiche:
Alejandro Ordóñez Ortiz
Fundación Mujer y Futuro
Bucaramanga, diciembre de 2010
II
III
Contenido
PRESENTACIÓN .................................................................................. 3
APERTURA DEL ENCUENTRO ................................................................ 6
PANEL 1 FEMINISMO EN COLOMBIA. ENTRE REALIDADES Y UTOPÍAS:
PONENCIA – ENCUENTRO FEMINISTA EN COLOMBIA.............................. 8
Encuentro de las nuevas generaciones con el feminismo .......................... 8
Alejandra Ortíz Valencia
En Cali estamos hablando de… Diálogo polifónico encuentro nacional
feminista. ......................................................................................... 18
Martha Quintero, Lina Gaitan, Carolina Narváez, Ana María Gómez, Jenny
Hiles, Yiya, Juliet Tamayo, Adalgiza Charria,
Bibiana Peñaranda y Gloria
Velasco G.
Las feministas nos re-inventamos, nos re-creamos y nos re-fundamos, a 30
años del primer encuentro feminista, Latinoamericano y del Caribe,
realizado en Colombia ........................................................................ 30
Clara Inés Mazo López
Feminismo y feminismos: consensos y disensos .................................... 34
Juanita Barreto Gama
De la subversión a la inclusión. Una contribución al “silencio roto”, desde mi
feminismo......................................................................................... 55
Doris Lamus Canavate
DEBATE PANEL 1 ............................................................................... 60
Mesa Temática 1: Violencia contra las mujeres: avances legislativos,
realidades y desafíos para el movimiento feminista ................................ 66
Feminismos y violencias contra las mujeres. De caminos recorridos y
por recorrer ................................................................................. 66
Claudia Cecilia Ramírez Cardona
Relatoría: .................................................................................... 70
Mesa Temática 2: Conflicto armado, verdad, justicia y reparación con
enfoque feminista. ............................................................................ 76
Relatoría ..................................................................................... 76
Mesa Temática 3: Feminismo y diversidad étnico-racial. ......................... 79
Mesa Temática 4: Feminismos y diversidad sexual ................................. 83
Relatoría: .................................................................................... 83
1
Mesa Temática 5: Propuestas de las nuevas generaciones feministas ....... 86
PANEL 2 CIUDADANÍA, DERECHOS Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS
MUJERES .......................................................................................... 90
La crítica y la práctica feminista de la ciudadanía. Una brevísima mirada
desde el Caribe colombiano ................................................................. 90
Rubiela Valderrama Hoyos
Teorías que fundamentan las políticas públicas: Desafíos para las mujeres97
Eucaris Olaya
Las cuotas de género en el sistema electoral colombiano, una conquista por
alcanzar y un debate vigente............................................................. 109
Graciliana Moreno Echavarría.
Aborto legal y seguro en Colombia: feministas ¿cómo vamos? ............... 131
Florance Thomas
Reflexiones Finales .......................................................................... 134
Declaración de apoyo a la Senadora Piedad Córdoba ..................... 136
Anexo 1: Agenda del encuentro ................................................... 137
Anexo 2. Lista de asistentes al encuentro ...................................... 138
2
PRESENTACIÓN
A
continuación
NACIONAL
DE
presentamos
MUJERES
las
FEMINISTAS
memorias
DE
del
COLOMBIA,
ENCUENTRO
realizado
en
Bucaramanga los días 15 y 16 de octubre de 2010, con la coordinación de
la FUNDACION MUJER Y FUTURO.
El Encuentro fue convocado en agosto de 2009, en la primera reunión
preparatoria del XII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe,
reunión en la cual coincidimos en la conveniencia de promover un espacio
de diálogo y articulación de las distintas expresiones del feminismo
colombiano,
previo
a
la
realización
del
XII
Encuentro
Feminista
Latinoamericano y del Caribe, previsto para el 2011. En esta reunión se
decidió que Bucaramanga fuera el sitio de encuentro, bajo la coordinación
de la Fundación Mujer y Futuro cuyas socias aceptaron el reto y la confianza
depositada.
La FUNDACION MUJER Y FUTURO, organización feminista creada en
1989 en Bucaramanga, asumió la tarea de impulsar la realización con un
equipo de coordinación local constituido por Doris Lamus, Isabel Ortiz,
Beatriz Gutiérrez, Ana Mendoza, Andrea Marín, Jenny Rodríguez, Andrea
Hernández, Catalina Valencia, Christiane Lelievre y Diana Carreño.
EL ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES FEMINISTAS COLOMBIANAS
se desarrolló con el fin de propiciar un espacio de reflexión y diálogo sobre
los feminismos en Colombia y facilitar debates que consideramos habían
estado aplazados por los desencuentros que en nuestro país,
produce la
confrontación armada que nos afecta desde hace varias décadas, en un
escenario en el que los distintos actores armados y el propio Estado,
generan intensas polarizaciones de las cuales el movimiento feminista no ha
escapado. Nos propusimos, previa consulta electrónica a cerca de
150
mujeres feministas y con las respuestas de 40 de ellas, realizar un
Encuentro Nacional con el objetivo de que mujeres feministas de distintas
regiones de Colombia nos reencontráramos para reflexionar acerca de los
logros, desafíos, amenazas y posibilidades de avanzar en una nueva etapa
del proyecto de construcción de una sociedad en la cual las mujeres no sólo
3
logremos un lugar en igualdad de condiciones y oportunidades con los
hombres, sino que, además, continuemos
en la tarea de alterar
profundamente su estructura patriarcal.
Los principales temas acordados en la agenda se desarrollaron en dos
paneles centrales: El primer día, sobre Feminismos en Colombia, entre
realidades y utopías y, el segundo día, sobre Ciudadanía, derechos y
participación política de las mujeres. En las tardes se realizaron mesas
temáticas alrededor de problemas significativos de las mujeres colombianas
como son la lucha contra todas las formas de violencias;
los retos sobre
verdad, justicia y reparación desde el feminismo; las diversidades sexuales,
étnicas y generacionales desde una visión feminista en el contexto nacional
colombiano. De igual forma se analizaron los avances y retos del feminismo
frente al aborto legal y seguro en Colombia, y los debates sobre
Cooperación
Marcosur,
a
Internacional
través
de
propiciados
los
por
encuentros
la
Articulación
Feminista
latinoamericanos
“Diálogos
Consonantes”.
Se propuso y se desarrolló una metodología que invitara a la
participación activa, por lo cual todos los planteamientos centrales de los
paneles y las dinamizadoras de las mesas fueron mujeres participantes
poniendo especial atención en
garantizar representación diversa de las
regiones y de las expresiones del feminismo colombiano y de las
diversidades generacionales, étnicas y de opción sexual.
Propusimos
también un encuentro que incluyera un taller de corporalidades, y que en
su conjunto facilitara el acercamiento y el diálogo intersubjetivo, que
combinara aspectos académicos y culturales para permitir la expresión de la
heterogeneidad que caracteriza el movimiento feminista colombiano.
Al Encuentro se inscribieron 135 mujeres y asistieron 117 (ver lista
adjunta), todas ellas mujeres feministas pertenecientes a grupos, redes u
organizaciones, quienes participaron a nivel personal o como parte activa de
las organizaciones de nueve departamentos de Colombia. La convocatoria
fue abierta y las interesadas se inscribieron previamente.
Las
memorias
que
a
continuación
presentamos
recogen
las
intervenciones entregadas por las panelistas y las facilitadoras de las mesas
4
temáticas; también procura dar cuenta de la mayor parte de las
intervenciones de las participantes en las plenarias.
Es importante destacar que en el Encuentro se destinó un tiempo
para socializar los avances del XII Encuentro Feminista Latinoamericano y
del Caribe que tendrá lugar en Bogotá en 2011. El informe estuvo a cargo
de
las
comisiones
respectivas,
así:
Coordinación
General, Logística,
Temática-Metodológica, Comunicaciones y de Memoria. No se consigna aquí
información de este trabajo de socialización.
Para el equipo coordinador de la FUNDACION MUJER Y FUTURO fue
un reto y un logro muy importante organizar y realizar este encuentro
nacional, el primero descentralizado, es decir, desde Santander; así mismo
es muy satisfactorio hacer entrega formal de estas Memorias que llevan el
registro escrito del proyecto político feminista colombiano y que esperamos
contribuyan al avance, al diálogo conceptual y a la acción del movimiento
feminista colombiano. Quedan aquí registrados aportes diversos que nos
permiten evidenciar retos y urgencias para continuar en nuestra acción
comprometida y transformadora que desde el feminismo aportamos en la
construcción de nuestro país.
Isabel Ortiz Pérez – Doris Lamus Canavate
5
APERTURA DEL ENCUENTRO
Doy un saludo afectuoso en nombre de la FUNDACIÓN MUJER Y
FUTURO y del Comité organizador a todas las participantes de este
Encuentro Nacional de Mujeres feministas colombianas. Estamos presentes
mujeres de nueve ciudades de Colombia: Barranquilla, Cartagena, Bogotá,
Medellín, Popayán, Tunja, Pereira, Cali y Bucaramanga, para todas nuestra
calurosa y afectuosa bienvenida.
Hago un reconocimiento a todas las presentes, que con su voluntad
y energía han y hemos
hecho realidad este encuentro,
que es re-
encuentro de afectos, amistad, fortaleza de ideas y convicciones feministas,
de anhelos de hacer realidad un país en el cual nuestros pensamientos y
propuestas sean reconocidos en su potencial trasformador de la cultura y de
la realidad social.
Destaco la presencia y la voluntad personal y de las organizaciones y
grupos
para
descentralizado,
participar
activamente
realizado
en
en
este
Bucaramanga,
encuentro
bajo
la
nacional
orientación
y
convocatoria de una organización feminista, la FMF que cumple 21 años de
existencia, en una región fuertemente dominada por patrones e imaginarios
patriarcales, y en donde nuestra acción y trabajo sostenido ha contribuido
en el cambio de valores y normativas sociales muy tradicionales y
conservadores, sustento de negación de libertades y de vulneración de los
derechos humanos para las mujeres. Para nuestra región santandereana y
para la FMF, es muy significativo e importante este encuentro feminista de
mujeres de Colombia que realizaremos en estos dos días en Bucaramanga.
Doy también un reconocimiento a nuestros esfuerzos y al espíritu que
impulsamos de recurrir a la autonomía y autogestión para hacer posible
este Encuentro, al no contar con financiamiento externo cuando lo
convocamos. El aporte y apoyo personal fue un factor determinante en su
realización. Doy también nuestros agradecimientos a las organizaciones que
posteriormente
se
fueron
sumando
para
aportar
y
apoyar
con
financiamiento: VENTANA DE GÉNERO, que se vinculó y asumió los gastos
6
de alojamiento y alimentación, UNIFEM, que ha apoyado los costos de
trasporte local, el sonido y la filmación del encuentro y FUNDACION
APÓYAME que ha cubierto la publicidad y algunos costos de papelería. La
presencia de todas en este recinto, su aporte para la movilización hasta
Bucaramanga, por esfuerzo personal que hemos asumido cada una de
nosotras, significa el compromiso con las ideas feministas y el valor que
otorgamos de reunirnos para reflexionar entre nosotras en este Encuentro
Nacional Feminista. De nuevo en nombre de FMF y del equipo de trabajo y
coordinación, una bienvenida afectuosa para todas las participantes.
7
PANEL 1
FEMINISMO EN COLOMBIA. ENTRE REALIDADES Y UTOPÍAS:
PONENCIA – ENCUENTRO FEMINISTA EN COLOMBIA
Encuentro de las nuevas generaciones con el feminismo
Alejandra Ortíz Valencia
1. De mi encuentro con el feminismo (el reconocimiento)
En primer lugar me gustaría dar las gracias por abrir un espacio para
compartir algunas reflexiones de mi vivencia en la apuesta feminista que
espero puedan aportar constructivamente al diálogo que daremos estos dos
días. Agradecer especialmente a Isabel Ortiz y a las compañeras de Mujer y
Futuro por el compromiso, alegría y calidez que han hecho sentir en todo lo
que han implicado la preparación de este Encuentro Nacional Feminista.
Como le escuché decir a Isabel, este Encuentro seguramente estará lleno de
muchas sorpresas para todas.
Me siento muy contenta por compartir este panel con mujeres que
admiro
profundamente
y
de
quienes
he
aprendido,
leído,
y
hasta
confabulado conjuntamente. Muchas gracias a Juanita, Gloria, Clara, Doris
por los abrazos y las palabras que siento siempre están dispuestas a
brindar.
Creo que este encuentro es una gran oportunidad de conocer de
primera mano y reconocer en la historia de cada feminista presente aquí y
las no-presentes también, la memoria del Feminismo en Colombia. Le
estamos dando vida a la Memoria de las Mujeres, que gracias a mi amiga
Cris Suaza y a las que ahora llamo también “memoriosas” he aprendido a
valorar con mayor convicción.
Hace treinta años nací, para evitarles las cuentas… 1979. Por la
misma época en la que las feministas en Colombia habían comenzado a
buscarse como bolitas de mercurio que se atraen por la fuerza de la
intuición. Mujeres que para entonces tendrían ahora mi edad y otras mucho
menos, fueron movilizando sus inquietudes individuales hacia un ejercicio
de pensamiento colectivo. Juntas, no para resolver sus preguntas, sino tal
8
vez para preguntar mejor. A ustedes feministas presentes y a las nopresentes hoy aquí, les agradezco profundamente la posibilidad de tener
consciencia de ser parte del colectivo humano más inspirador: el colectivo
de las mujeres.
A punta de cartas, discusiones, grupos de autoconsciencia, reuniones,
revistas, pasquines, mucha espontaneidad y recursividad -en diferentes
puntos de nuestra vertiginosa Colombia-, fueron abriendo un espacio y
puliendo un espejo para reconocerse mutuamente y dar paso a un
movimiento que no retrocedería en su marcha jamás.
Y creo que algo parecido, ha pasado también con mi vida. Un
constante movimiento hacia mi propio reconocimiento. Desde que nací, he
ido creciendo, cambiando, transformando mi cuerpo y mis ideas. En mi
temprana juventud y sin que me diera cuenta del origen de estas
sospechas, comencé a distanciarme de “esos ciertos libretos” que me
generaban rasquiña. Uno de los momentos más significativos para mi, quizá
fue negociar con mi madre la posibilidad de celebrar mi cumpleaños número
15, sin tener que usar un vestido que me hiciera parecer el pastel de la
fiesta. Por alguna razón, sentía que no iba a permitir que “el rosado” llegara
a mi vida sin que tuviera mi autorización. Y así lo hice. (Bueno, a excepción
de mis mejillas que no preguntaban cada vez que se ponían rosadas cuando
sentía vergüenza o temor…). Ese día, en mis quince, me vestí de donde
parten todos los colores: de blanco y negro.
Muchas y muchos preguntaron quién era la quinceañera, otras me
advertían que ya estaba tarde para ir a cambiarme sin notar que ya estaba
vestida. Me sentía feliz y cómoda con mi atuendo (busito, falda y botas),
que me permitieron ser yo misma y lo mejor, estar orgullosa de serlo. Sin
embargo,
mi
gran
reinvidicación
“anti-rosadística”
que
pensé
sería
arrolladora duró más bien poco. Se fue diluyendo en medio de la algarabía
porque mi cumpleaños justo se celebra los días 31 de diciembre, fecha en la
que nací. ¡Tal vez les dio igual, estaban contentos y contentas despidiendo
el año! Pero yo pensé, no importa, esto es: un gran paso para Alejandra, un
insignificante vestido para los demás.
Todavía me pregunto y me sorprendo del poder intangible que ha
tenido el
movimiento feminista en Colombia y en el mundo, para
9
transformar las historias de una joven normal y corriente como yo, que
emprendió su lucha silenciosa, como tantas otras luchas que más mujeres
habrían hecho por sí mismas y sin saberlo, por todas las demás. Creo que el
feminismo es una “utopía”, pero una utopía que ha permitido transformar
“la realidad”.
En adelante, me siguieron acompañando múltiples sospechas, más
cuestionamientos sobre “esos libretos” que me sabían mal y que seguía
encontrándome
en el camino de
construirme
mujer. Las
opciones:
¿Acostumbrarme? ¿Ignorar mis sospechas? O seguirme resistiendo con
pequeñas acciones como las de mis 15 años que nadie notaba pero que me
generaron mucha satisfacción. Comprendí entonces, que la resistencia era
necesaria, era vital.
Desde nuestras diferentes realidades, mantenemos algunos intereses
comunes que nos hacen llamarnos hoy feministas. Y si hoy nos estamos
pensando el Feminismo en Colombia, creo que sería bueno comenzar por un
ejercicio de reconocimiento, mirar a quienes están a nuestro lado, adelante,
atrás. Permitir identificarnos y reconocer eso diferente que nos hace únicas.
2. ¿Qué me ha significado ser feminista joven con no-feministas y
feministas no-jóvenes?
Una vez me encuentro con el feminismo, gracias a las oportunidades
y palabras que me brindaron mujeres como María Elvia Domínguez, Juanita
Barreto, Yolanda Puyana, Patricia Prieto, María Mercedes Tello, Patricia
Jaramillo, emprendí este camino de descifrar qué es el feminismo y también
que significaría en mi práctica cotidiana. Tarea nada fácil.
Como cualquier novata, me encontraba con todos mis sentidos
dispuestos a oír, saborear y olfatear cuanta actividad me sonara feminista.
Además, mis tareas consistían en cargar el video beam y organizar las sillas
por lo que estaba siempre de comienzo a fin en cada espacio. Casi siempre
me encontraba con lo mismo en estas reuniones: mujeres convencidas de
una apuesta por la igualdad, hablando de la libertad de las mujeres, del
poder femenino, repletas de argumentaciones y citas de autoras que jamás
había escuchado mencionar en mis clases del pregrado. Sin embargo, no
entendía porque siempre existían seres (principalmente hombres) que
10
interpretaban todo lo contrario. Aquello de “las resistencias” comenzaron a
sonarme repetitivas y casi que faltas de originalidad. En los conversatorios,
los foros y otros espacios académicos encontré una enorme riqueza y una
inmensa
pobreza
de
quienes
hasta
el
momento
desconocíamos
la
producción intelectual de la mitad de la población del mundo.
Sentirme feminista entre mis amigas y amigos no-feministas me daba
gusto pero a la vez angustia. Ya no podía ser indiferente frente a los
significados de los actos, de las expresiones, de las relaciones. Así que me
fui encontrando con debates fuertes y duraderos sobre el aborto con gente
de mi generación que se decían defensores de la vida mientras al mismo
tiempo, despreciaban justo la vida de las mujeres. Me di cuenta entonces,
que no se trataba de convencer a los mayores, a los más conservadores.
Era un asunto más estructural que tocaba todas las esferas y todas las
edades, porque la gente joven también es muy diferente entre sí. Pero por
fortuna, mi optimismo es más fuerte que yo y seguí intentándolo.
Amigas, maestras y compañeras de vida como han sido Mary
Sánchez, Marcela Riveros, Angélica Bernal, Diana Gómez y Celenis
Rodríguez, con quien no sólo conversábamos de los textos sino de nuestras
historias vitales como referentes fundamentales para esta apuesta, me
ayudaron a encontrar con alivio que no solo era problema mío. ¡Era un
asunto del patriarcado! Uf! ¡Qué bien! Y que no, NO todo está logrado,
como dicen algunas que creen que siempre han decidido qué hacer con sus
vidas o que asuntos como la universidad siempre han estado ahí esperando
por ellas.
Pero ¿y qué hacemos entonces? Esta pregunta me llevó a conocer
otra dimensión,
el activismo. La posibilidad de actuar, para incidir y
transformar. Tarea que requiere de paciencia, voluntad y mucho esfuerzo
para llevar a la realización las propuestas de las mujeres por un nuevo
pacto social. Tuve la oportunidad de conocer algunos escenarios de
mujeres, iniciativas de paz, colectivos artísticos, espacios de trabajo de
feministas, llenos de riqueza y también de dificultad.
La aparición de nuevas mujeres como yo, “novatas”, que comenzaron
a compartir estos espacios con quienes llevaban una amplia trayectoria o
“las históricas” fue un asunto que me llamó poderosamente la atención. Las
11
tensiones que genera lo “diferente” en cualquier relación, conlleva siempre
una desestabilización y reacomodación de las piezas. Las más jóvenes
hablaban del “adultocentrismo” y comprendí el concepto no solo con su
definición en el diccionario, sino a partir de una extraña sensación que
generaba combinar el entusiasmo con que se recibían a las nuevas
integrantes de los colectivos, y el tratamiento secundario que también se
lograba percibir tan solo en las miradas.
Creo
que
generaciones”
las
son
llamadas
dos
“feministas
conceptos
más
históricas”
bien
y
recientes
las
“nuevas
que
surgen
precisamente de estos nuevos reconocimientos entre nosotras. El feminismo
en Colombia dio paso a otras voces, a las voces de las mujeres jóvenes. Fue
necesario
entonces,
hacer
un
reconocimiento
de
nuestra
particular
experiencia como jóvenes dentro del feminismo, que quizá hace que hoy
mismo sea un tema para un Encuentro Nacional Feminista.
La categoría juventud es una categoría de carácter histórico. Aparece
diferenciada como etapa del ciclo vital en el contexto de la sociedad
occidental a partir de los Siglos XVIII y XIX y fue definida inicialmente como
el paso de la madurez biológica a la madurez social. En Colombia se es
legalmente joven entre los 14 y 26 años, con lo que ya no clasifico, por lo
menos normativamente. Ahora mismo se está discutiendo una ley de
juventud en el Congreso que busca entre otras cosas, ampliar la edad hasta
los 30… con lo que me quedarían unos cuantos meses más de juventud.
Quisiera recoger solo tres elementos del uso de esta categoría para
compartirles lo que ha sido parte de mi práctica feminista.
Primer uso: como generación, que quiere decir no sólo que
compartimos un tiempo o una época, no solo la contemporaneidad, sino
también refiere a las formas de pensar y actuar asociadas con cambios en
las condiciones de vida, con lo cual se hace un esfuerzo por marcar
diferencias entre una generación y otra. Se escucha entonces cosas como:
“las nuevas generaciones comprenden mejor eso de los computadores” o
“las jovencitas de hoy en día son más alocadas que antes”… llamo la
atención frente a lo que puede tener de prejuicioso este uso, ya que nos
remite a la idea de lo que una generación de mujeres es incapaz o capaz de
hacer. Por supuesto, no se trata de negar nuestras diferencias sino de
12
dimensionarlas históricamente para no homogeneizarnos nuevamente entre
nosotras.
Segundo uso: como clase de edad, para agrupar distintas etapas
vitales en: infancia, adolescencia, vejez, establecemos estos límites
borrosos a través de consensos sociales. Diferenciamos estas etapas para
intentar dar un orden y una justificación a cierto tipo de comportamientos
de acuerdo a una edad. Establecemos criterios y esperamos por tanto en las
jóvenes de 18 años, ser capaces de tomar decisiones y ejercer su derecho
al voto, ingresar al mercado laboral o determinar a qué edad sería
conveniente iniciar su actividad sexual genital.
Tercer uso: como uso estratégico que hace que distintos valores se
asocien a intereses individuales o demandas provenientes de organizaciones
sociales. Y ahí muchas veces nos decimos “eres joven de espíritu”,
“recuerda que la juventud se lleva por dentro”, “no te preocupes, todavía te
ves joven” para referirnos a un estado ideal y sobre valorado. Sin embargo,
este concepto muestra los diferentes y contradictorios usos de esta
denominación cuando por ejemplo, es deseable ser joven para el mercado
sexual aunque no se desea para el laboral o para el acceso al poder.
Como ven, puedo sentirme muy orgullosa y a
la vez muy limitada
cuando alguna de ustedes me ve como una mujer joven. Sin embargo, me
he reivindicado “joven feminista” porque creo que es necesaria la reflexión
que hemos empezado a dar. Quizá las feministas de hace treinta años no se
encontraron con esta necesidad por su carácter de pioneras. Y así como nos
reivindicamos “mujeres” aunque seamos conscientes de las desigualdades
que hemos vivenciado, quisiera invitarles a reivindicar “lo joven” para que la
vivencia de la juventud no se traduzca en otra diferencia que genere
desigualdad. Creo en el feminismo como un movimiento autoreflexivo que
se deja permear y actualizar con los cambios propios de las sociedades, así
que esta puede ser otra “utopía posible” que sumo a nuestra práctica
cotidiana.
13
3. Los nuevos-viejos retos para la práctica feminista hoy en Colombia
Nuestro país continúa en guerra. Así siempre lo he conocido. La
necesidad de encontrar una salida negociada del conflicto sigue siendo
urgente. El cuerpo de las mujeres sigue siendo botín de guerra, se mantiene
la sanción social del aborto, la capacidad de decidir sobre nuestra
sexualidad
sigue
siendo
limitada
y
el
Estado
sigue
eludiendo
sus
responsabilidades en torno a la protección de nuestros derechos. Y no es
porque no hayamos avanzado, es solo que el patriarcado sabe esquivar
nuestros logros y ha buscado nuevas formas que le permitan acomodarse a
los cambios. Ustedes, nos enseñaron a hablar de nuestras parejas como
“compañeras/os” y ya no como “medias naranjas”, aunque no hemos
terminado de aprender a no sufrir por amor; Nos enseñaron a disfrutar de
nuestra sexualidad aunque nuestro cuerpo aún no termina de ser del todo
nuestro.
Estas nuevas-viejas demandas parecen ser las mismas demandas del
feminismo en su comienzo en nuestro país pero creo que deben ser leídas
ahora en un marco más amplio y abierto a nuevas posibilidades de acción.
Mencionaré solo algunos retos de los que considero merecen también
nuestra atención y nuestro esfuerzo. Durante estos dos días seguramente
tendremos aún más inquietudes y tareas, pero me consuela que no todas
tenemos que hacerlo todo, así que es importante reconocer nuestra
diversidad de pensamiento y actuación para emprender acciones colectivas:
Un reto al que nos enfrentamos actualmente es la creación y
mantenimiento de una institucionalidad con inspiración feminista que poco a
poco ha venido incorporando en sus responsabilidades frente a la promoción
de la igualdad. Muchas mujeres jóvenes, hemos hecho parte de esta
construcción en este siglo, a punta de intuiciones, mucho trabajo y mucha
reflexión. Seguramente algunas feministas ahora pensarán desarrollar su
campo
laboral relacionado
con alguna
institucionalidad del gobierno
municipal, nacional y de cooperación internacional. Este seguramente es un
factor nuevo en la proyección de los planes de vida con el que las feministas
recientemente contamos en el país.
Sin considerar que la apuesta feminista se agota en estos escenarios
de lo institucional o que obtiene su realización allí, si creo que ha sido útil
14
para gradualmente posicionar asuntos de las mujeres en el ámbito de lo
público.
Otro nuevo-viejo reto constituyen los debates sobre la categoría
Género vs. El Feminismo. Si bien, la categoría género ha sido una
herramienta tecnificada desde las teorías del desarrollo, creo que es el
momento de potenciar estos terrenos de lo políticamente correcto para ir
ganando en reconocimiento y echando atrás la campaña de “desprestigio”
del feminismo para ser reconocida como una teoría, una práctica y un
movimiento social clave en el desarrollo equilibrado de nuestra sociedad.
No basta con creer que las generaciones nuevas traen ideas nuevas.
También las nuevas generaciones proponen modificaciones al patriarcado
que se incrustan en diferentes lecturas del cuerpo, no necesariamente
libertarias para las mujeres. Una de las definiciones del cuerpo que impacta
en la vida de las mujeres por ejemplo, ha sido la “narcocultura” que es
protagonizada por los cuerpos de las mujeres jóvenes que se ponen al
servicio del poder masculino a cambio de poder adquisitivo. Tendríamos que
hacer una lectura crítica y así mismo, proponer nuevas expresiones del ser
mujer.
Necesitamos apropiar y ser parte de la construcción de nuevas
herramientas de comunicación como las nuevas tecnologías. A las mujeres
en general se nos tacha de tecnófobas y nos hemos creído el cuento que no
nacimos para eso. Espero también motivarles a que aprovechemos más
nuestras capacidades y nuestras herramientas para que también cerremos
las brechas digitales y nos tomemos el espacio virtual como espacio clave
en
la
construcción
de
nuevas
formas
de
relacionamiento
y
de
transformación social.
También quiero invitarles a que no nos vean no solo como las chicas
que toman apuntes en las computadoras…. No solo transcribimos también
inventamos, escribimos y queremos que nuestras ideas nutran los debates.
15
4.
Propuesta
ética
para
establecer
relaciones
generacionales.
Del
reconocimiento al relacionamiento.
Finalmente solo quiero dejar tres ideas más sobre una posible
propuesta: Animarles a mantener un diálogo transparente sobre nuestras
relaciones generacionales como feministas. Por ejemplo, descifrar el
significado de categorías como “las feministas históricas”, para que nos
permitan pasar de un “reconocimiento” a un “relacionamiento” en el que
también podemos ser sujetas históricas que aporten a la memoria
feminista.
Necesitamos alimentarnos de nuestras diferencias que no son otra
cosa que expresiones de nuestro múltiple ser mujer (negra-afro-indígenacampesina-niña-lesbiana-anarquista-punk-autónoma-ciberfeminista…).
Les
hablo también a las demás chicas a las que comparten los signos de mi
edad y las que todavía no los tienen tan acentuados. Les hablo a las
mujeres feministas en Colombia, en este país que nos reta todos los días a
no morirnos de tristeza, a mantener el optimismo. Para que sigamos
hablando y valorando cada una de las experiencias de vida.
Quise invitarles a una reflexión generacional para que intentemos ver
en las otras, nuestras hermanas, con quienes tenemos nuestras diferencias
pero a la vez con quienes crecemos. Mujeres que han decidido transitar por
el feminismo y permitir que el feminismo transite por nuestros cuerpos.
Las invito a que hablemos. Como me dijo una mujer, “Tú eres tú”
para decir lo que quieras, cuando quieras y a quien te quiera escuchar. Por
eso me animo más y animo a otras…. sobre todo a Ellas… para expresar sus
pensamientos, para tomar la palabra, para decir, para construir, para
completar la historia no contada. Somos nuestro trabajo y más, somos
nuestros estudios y más… somos nuestra experiencia y más, somos lo que
leímos y más, somos lo que sentimos y más. Tenemos mucho que decir,
aunque nos entrenen para no hacer ruido, para disfrutar del silencio, para
escuchar porque las mujeres ¡cómo somos de buenas escuchando! (me
gustas cuando callas porque estás como ausente...)
Me animo y animo a participar más. Me animo a seguir tomándonos
las palabras en la red, a escribir en las paredes, cantando, gritando y si,
chismoseando!
no
importa
como
quieran
16
llamarlo.
Si
las
palabras
construyen realidades, tenemos una gran oportunidad de narrar la utopía
que queremos, mientras la vivimos posible.
Me gustaría un día lograr caminar o correr orgullosa, cuando
encuentre que podamos ser felices con nuestro nombre de mujer, de
indígena, de negra, campesina. Cuando nos sintamos únicas dueñas de
nuestros cuerpos. Cuando tengamos un espacio para las ideas diferentes,
como dice una feminista para “atrevernos a vivir en voz alta” sin necesidad
de gritar, sin que nadie nos grite.
Tanto hoy, como hace 20 o 30 años atrás, las colombianas seguimos
necesitando esas mismas manos, las primeras manos y las últimas que
llegan, no para pasarnos la posta y hacer una carrera de relevos
generacionales, las necesitamos a todas para seguir sumando en la lucha
por nuestra libertad.
17
En Cali estamos hablando de… Diálogo polifónico encuentro
nacional feminista.
Martha Quintero, Lina
Ana
María
Gómez,
Gaitan, Carolina Narváez,
Jenny
Tamayo, Adalgiza Charria,
Hiles,
Yiya,
Juliet
Bibiana Peñaranda y
Gloria Velasco G.
Las tardes femihistóricas…
Con epígrafe de Judith Buttler llamando al movimiento feminista a
tener una vida intelectual y con la fuerza de nuestro propósito nos dimos a
la tarea de reconocer los caminos y posturas que tienen diferentes grupos y
mujeres en la ciudad, reuniéndonos los viernes en las tardes, creyendo que
esto nos fortalecería como movimiento, reconociéndonos y visibilizándonos
desde diferentes voces feministas y todo para saber la historia de los
encuentros feministas y cómo prepararnos para el que se hará el próximo
año en Colombia. Ocurrieron cosas fantásticas que redundarían en un grupo
heterogéneo de feministas. Nos encontramos con palabras gruesas y
debates álgidos que nos han edificado y llenado de sentido, todas estas
ganas de libertad que nos contienen independientemente desde donde nos
movamos.
Pero
en
el
camino
pronto
empezaron
a
plantearse
intereses
concretos, temas en los que se han ido especializando algunas (feministas
antiguas?)…y así de conversa en conversa, muy divertidas, sororas,
creativas y profundas ya van más de catorce tardes.
El primer planteamiento que surgió fue ¿por qué nos interesa estar en
esta reunión, en este encuentro permanente feminista?. Las respuestas,
como las asistentes, han sido múltiples y variadas:
Porque sería valioso consolidar un espacio más allá de la preparación
metodológica del décimo segundo encuentro Feminista.
Porque vale la pena la inclusión de otros discursos como el propuesto
por el feminismo lésbico-materialista.
Porque hablar “entre-mujeres” es una posibilidad política.
Porque se quiere hacer parte de la historia.
18
Porque hay un compromiso de vida con el feminismo y con las
transformaciones que desde ahí se proponen.
Porque este espacio puede permitir un acercamiento al feminismo.
Porque puede ayudarnos a identificar las diferentes variables de la
discriminación.
Porque vale la pena conocer diferentes formas de vivir y sentir eso del
SER feministas.
Porque debemos ver el estado de las cosas, por curiosidad, por la
necesidad de hacer propia una causa.
Porque es urgente que sigamos construyendo referentes femeninos,
reconociendo y aprendiendo de las otras, sin temor, sin desconfianzas.
Algunos propósitos y acuerdos colectivos que surgieron para motivar
estas reuniones fueron
los de conversar, encontrarnos, acompañarnos en
nuestra decisión de vida (El ser feministas). Reconocer y conocer la historia
de nuestro movimiento, de nuestras luchas, los caminos recorridos, las
señales dejadas por otras, las angustias políticas, las formas de trabajar, los
nuevos feminismos, las nuevas mujeres, el patriarcado en sus mutaciones,
etc.
Por supuesto muchas no han podido asistir, o se fueron sintiendo en
el lugar equivocado, pero gracias al juicio de hacer memoria de cada
encuentro y compartirlo en el ciberespacio se ha logrado mantener el
interés de las que físicamente no asisten pero esperan cada vez la relato-ría
que de alguna manera especial las llena de alegría, sorprendiéndose a veces
con su lenguaje descomplicado e irreverente.
Tratamos temas que a más de una, presente o ausente, la ha puesto
a rascarse la cabeza, a pensar de que ya anda quedada en el discurso, a
manifestar que ese espacio no es su espacio, o lo contrario, unas tantas han
ido encontrando algunas pistas en eso que se ha llamado feminismo, a otras
las ha puesto a leer sobre temas de los que no se había enterado que
estaban circulando por ahí.
Contar aquí todo lo que se ha conversado no es fácil, pues no nos
interesa hacer una simple relatoría o síntesis de los temas conversados en
este año, para eso está en el blog creado, surgió por supuesto la pregunta
19
¿cómo será el texto?: primero hablamos de relatos poéticos, pero no todas
navegamos en dichas aguas, así que para no hacer “coerción poética”,
decidimos hablar de relatos experimentales o mejor un docurelato: que
cuente cuáles son las reflexiones, sentimientos y prácticas feministas que
estamos viviendo en Cali a partir de nuestra experiencia como espacio de
encuentro de los viernes.
Así que más que hablar de líneas feministas surgió la propuesta de
contar en este Encuentro de qué hablamos las feministas en Cali, o mejor,
algunas
feministas,
pues
sería
un
tanto
irrespetuoso
decir
que
representamos el pensamiento o la postura de muchas de las que transitan
aun estos caminos.
Todo lo que contamos fue pasando sin ningún orden que permitiera
consignarlo como relato único, ¡por eso hemos tenido la relato-ría!… Risas,
palabras, reflexiones teóricas profundas. Ideas van, ideas vienen. Cada
tema implica mirar cómo será abordado y de allí saltan preguntas y debates
que rumiamos sin afán mientras cesaba la lluvia y la luna llena anunciaba la
noche de un viernes cualquiera.
Así, este compendio de textos es el que da vida a nuestro docurelato,
conformado por múltiples voces que a su vez irá dando origen, eso
esperamos, a muchas otras propuestas a presente y futuro: ¡Un fanzine!
que podemos construir entre todas después del encuentro, haciendo collage
y contando nuestra historia, incluyendo esta del Encuentro Nacional de
Bucaramanga.
Aquí hago una aclaración, para las que no sabíamos, según la
Wikipedia un fanzine es una publicación temática realizada por y para
aficionados y aficionadas. El desarrollo de esta actividad no suele ir
acompañado
de
remuneración
económica,
siendo
los
fanzines
tradicionalmente gratuitos o con un coste mínimo para pagar los gastos de
producción. Y de eso sí que hemos producido las feministas desde hace 30
años solo que no le teníamos un nombre tan sofisticado.
Volviendo a nuestro docurelato hemos hablado de temas que van
desde la espiritualidad hasta el pornopunk, como para que se den cuenta
del abanico tan grande que tenemos que contar y para que no esperen un
hilo conductor que va a generar un solo punto de vista, pasando además
20
por la historia de las ideas del pensamiento feminista desde finales del siglo
XV hasta el presente siglo.
En la búsqueda constante de relacionarnos distinto encontramos
experiencias de sociedades matrísticas con un alto contenido de la
solidaridad, las culturas matrísticas existieron, en Creta, gobernada por
mujeres, sin armas, sin guerras, las relaciones y el papel de la música era
muy importante, se tomaban decisiones colegiadas, las relaciones eran
armónicas, eran espacios de reflexión y de resistencia, también era una
economía del regalo, economía del corazón, una crítica a la economía del
mercado patriarcal y capitalista. Y es desde esta perspectiva desde donde
se corrobora la existencia efectiva de estructuras y organizaciones sociales
distintas a las actuales.
Contra la bahía de la playa siguieron sonando las olas feministas, nos
arrastraban de 1970 a 1990, pero esta se había hecho grande y fuerte por
tres vertientes que la alimentaron. Se habló de los ríos de las feministas
anglosajonas, francesas e italianas: Helene Cixous, Luce Irigaray, Julia
Kristeva, entre otras.
Golpeó la tercera ola. Una ola más cercana para quien les escribe
este relato, pues nos llevó de la costa de los años 90 a las playas de
nuestra época-continente posestructuralista actual, y que con la influencia
del feminismo de la diferencia nos acerca cada día más a diálogos con el
eco, anarco y ciber feminismos, con el feminismo lésbico, la teología
feminista, la teoría Queer entre otros, y que gracias a la desaparición de la
amnesia en muchas cuantas, inundan nuestras calles globales.
El video del I Encuentro nos permitió devolvernos en el relato y a las
preguntas que salían a flote en largas conversaciones registradas en la
cinta. Algunas preguntas con respuestas similares se mostraban, algunas
viejas preguntas aún muy vigentes, algunos nudos aún no desanudados
pero sí con más alternativas para ser tratados y reinventados.
Otra tarde femihistórica nos cruzamos con el cuento de la teología
feminista que llegó para desencasillar ideas y removernos como siempre
suele hacerlo el feminismo. Escuchamos del diálogo entre las creencias
espirituales de las mujeres y sus procesos de liberación. Nos condujo a la
reflexión hacía la vivencia de la fe a través de la tradición de las
21
espiritualidades femeninas y así mismo nos mostró como se hila algo muy
fuerte entre las creencias de las mujeres y los procesos de liberación que
pueden generarse a partir de la práctica espiritual.
Confrontadas de nuevo con la pregunta de la genealogía o las
genealogías que construyen nuestro largo linaje de hermanas, volvimos de
nuevo a las historias de mujeres, María de Magdala, Judith, María, Esther,
Hildegarda de Bingen, Sor Juana Inés de la Cruz…Ahora eran más las
desconocidas para nosotras y al mismo tiempo era ver cada vez más
nítidamente el legado de rebeldes que han marcado los señuelos.
Entonces pensamos si deberíamos, desde las prácticas y los discursos
feministas, incluir las reflexiones generadas desde la Teología Feminista
como herramientas para acercarnos a otros lugares no explorados de la
colonización patriarcal? Y allí surgieron muchos otros temas, miradas,
experiencias
personales, percepciones. Monique Wittig y la castidad
voluntaria, la búsqueda de la energía creadora, la libertad, el patriarcado y
la sexualidad, la moral y la espiritualidad. Diversas miradas y experiencias,
el ser sagrado-, se siente pero no se explica.
Otro viernes, otro tema provocador y tan silenciado como el
espiritual, el pornopunk feminista. ¿Alguna relación? Al parecer ninguna,
pues estas lectoras de Beatriz Preciado y la Butler nos dicen que el género y
la sexualidad se definen dentro de un marco que podríamos llamar policial:
cada cuerpo es considerado únicamente como un individuo susceptible de
ser gobernado, como un órgano funcional, que debe reproducir la norma de
género y reproducirse. Hay muchas cosas que no podemos evitar por vivir
del modo en el que vivimos, pero se plantea que el cuerpo no es un mero
receptáculo de lo social. El organismo, si lo tomamos en serio, no es sólo un
lugar que podemos moldear, también es el lugar que nos moldea a
nosotras. Eso es, tal y como lo entendimos, tomarse en serio la no
separación psique-cuerpo desde una posición que no tiene nada que ver con
los purismos o naturalismos. Pensemos cómo se producen los cuerpos y
cómo
desestabilizar
el
sistema
sexo-género
visibilizando
otras
subjetividades.
En cuanto a la pornografía, algo tan soslayado de las discusiones
feministas, se comenta que existe un movimiento que podríamos denominar
22
de emancipación pornográfica, que lucha por construir otro cuerpo, por
producir otros placeres y que lejos de renunciar a los dispositivos técnicos
de representación de la sexualidad, decide reapropiarse de ellos de manera
crítica y creativa. Este tipo de porno está situado en esta encrucijada:
puede ser tanto la repetición del lenguaje porno-autoritario dominante,
como un lugar en el qué producir representaciones críticas. Se puede decir
que emerge entonces un sujeto pornográfico que ya no es mero consumidor
o reproductor del lenguaje sexual dominante, sino que se presenta como
agente de su propia sexualidad, que aspira a poner en cuestión la
pornografía como sistema total, sus códigos de género y sexuales.
Una conclusión o mejor una reflexión que generan estos temas es la
de mantener una actitud crítica con respecto a los efectos normalizadores y
excluyentes de toda identidad sexual. También se piensa que cuando se
quiere luchar contra una forma de opresión que es percibida socialmente
como ilegal o minoritaria es necesario entrar en redes de producción de
saber, trabajar colectivamente, leer, investigar, archivar…
De todas maneras, a pesar de la diversidad de temas tratados los
viernes, sí hay una presencia omnipotente y omnipresente que todas
cuestionan: El patriarcado, como preocupación histórica, vuelve al debate
formulando nuevas inquietudes tales como su permanencia/ vigencia/
fuerza aún en los actos cotidianos y privados de las mujeres. Esta
preocupación se expresa en frases tales como: “¿Qué entendemos por
patriarcado?”, “el patriarcado está vivito y coleando”, “en la vida cotidiana
estamos permanentemente habitadas por el patriarcado”. Va siendo claro
para todas que debemos entender el patriarcado como un sistema global
que dirige y llena de contenido lo político, lo económico, lo cultural y lo
simbólico en general. Desde el amor hasta la guerra, todo está preñado por
la relación de dominación amo-esclavo.
Otro tema recurrente es el del cuerpo, se plantea que debe ser uno
de los ejes en el próximo Encuentro Feminista Latinoamericano, hablar del
cuerpo como escenario político, recordando un poco lo planteado en el I
Encuentro Feminista donde se impulsó aquello de politizar la sexualidad. Se
reconoce que cada día se evidencia que la utilización y el control de los
cuerpos constituyen una estrategia más del poder que se ejerce sobre los
23
otros. Como dice la filósofa Victoria Sendón de León, esto es más cierto aún
respecto al cuerpo de la mujer que respecto al del hombre. Antes nos
quemaban por brujas, ahora nos controlan con la estética. Muchas mujeres
de clases medias y altas han puesto sus cuerpos en manos de los cirujanos
como antes ponían sus almas en manos de los directores espirituales. Y
todo en función de un modelo estético del gusto de los varones, además de
la agresión física que supone para sus cuerpos.
La soberanía del cuerpo no significa que seamos seres independientes
de los demás, cuerpos aislados ¡no! Somos cuerpos que sirven a la vida en
el sentido más abstracto y cósmico, pero somos también sujetos libres
capaces de decidir sobre el modo de vida y sobre el propio cuerpo. Libres y
responsables de vivir una vida digna y feliz. La soberanía del cuerpo carece
de sentido en un mundo patriarcal que sigue venerando las guerras como
hechos que le honran, y en las que mercenarios pagados se han convertido
en máquinas de matar sin ningún respeto por la vida y por los cuerpos de
tantos y tantos seres humanos inocentes. Pero si contabilizamos las
muertes por violencia de género y las vidas maltrechas y desgraciadas por
esa violencia, superamos con mucho a las víctimas provocadas por las
guerras.
De todo lo tratado de estos encuentros queda claro que hay que
recoger los temas y compilar nudos, y sacar en claro las cosas comunes, las
que nos preocupan a todas y que como enunciamos anteriormente van
siendo el cuerpo y el patriarcado. Claro que el feminismo no se queda atrás
pues es claro que dentro del feminismo hay tanta diversidad y siempre
llegan mujeres nuevas, es un movimiento que está en continuo crecimiento,
esta es la esperanza que da vida a nuestra actividad.
El hecho de que el feminismo sea entendido de modos diversos
significa que se trata de un pensamiento potente con grandes posibilidades,
pero lo que sería absurdo es que un tipo de pensamiento feminista tratase
de desbancar a otro como si el primero fuera el único verdadero, sobre todo
porque actualmente no tienen cabida las certezas absolutas, ya que la
ciencia no es más que un proceso de búsqueda objetiva, pero sin
conclusiones definitivas.
24
Un tema reiterado que se ha presentado es el de las mujeres trans en
los Encuentros y aunque para algunas es un tema superado y es claro que
ellas pueden participar, para otras no lo es tanto, así que se ha conversado
mucho alrededor de ello, sin llegar a conclusiones definitivas.
Para la metodología del Encuentro Feminista Latinoamericano se
propone que se debe tener una visión política evitando los protagonismos y
que los temas tengan cierto aire, tratar de que las conferencistas que se
lleven no sean tan “ladrilludas”. Una de las preguntas fundamentales es
¿Para qué un encuentro feminista? Se piensa que es para hacer un balance
del movimiento feminista y para dar las grandes líneas para el futuro del
feminismo, se sabe, esto es un ideal, pero sería muy agradable tenerlo
como tema base para las discusiones, además se habla mucho del
posicionamiento del feminismo en Latinoamérica.
Tenemos
clara
la
importancia de
recordar que existe mucha
diversidad, de acuerdo a la edad, la etnia, la región, la preferencia sexual,
posición política, posición social, conocimientos, bueno, es tanta la
diversidad que no alcanzamos a nombrarlas. Como parte del debate nos
interesa saber qué más diferencias existen, además de las posiciones de los
diversos feminismos. El encuentro debería enfocarse en decir por dónde
vamos y en qué trampas estamos.
Encontrarnos cada una desde nuestros intereses personales y
colectivos nos ha permitido hacer una mirada retrospectiva de los
encuentros feministas y también futurista… ¿Será este encuentro nacional
plural y diverso? ¿Cómo recogerá en tan poco tiempo tanta vitalidad,
propuestas, caminos?… ¿Saldremos satisfechas de lo compartido? Es una
pregunta que nos ronda reiteradamente.
Tener esta disposición de encontrarnos con otras, escucharnos,
discutir amorosamente, es uno de los aprendizajes más hermoso del
feminismo. Siguen las preguntas de siempre sobre nuestra incidencia
política, sobre si hay consensos, sobre cuáles son los debates hoy… hay
debilidades, hay vacíos, no están las rutas para todo, pero vamos tejiendo,
encontrando tal vez esa sabiduría de la vida que enseña que debemos
despejar sufrimientos inútiles y potenciar todas las fuentes de felicidad,
satisfacción y goce.
25
Lo fundamental de la vida debería ser el deseo, de modo que
construyamos una ética que nos ayude a llegar a ser conscientemente lo
que
somos
de
un
modo
inconsciente,
de
suerte
que
nuestro
comportamiento sea más activo, más potente y más libre, lo cual no tiene
nada que ver con la muerte, sino con una vida plena. Queremos en últimas
un feminismo gozoso que nos ayude a llegar a ser quienes somos, sin
miedos.
Otro tema importante que no escapó a las conversaciones de los
viernes fue el de las mujeres negras feministas, afrodescendientes
palenqueras y raizales colombianas quienes reconocen el aporte del
feminismo en su lucha antirracista, antisexista, antihomofóbica y contra la
violencia.
Creemos
además
que
el
feminismo
es
movimientos sociales, el único que concibe
entre
los
diferentes
desde Ángela Davis la
interseccionalidad entre genero y raza, y es por ello que como feministas
negras y afrodescendientes, proponemos desde nuestra mirada, enfrentar
nuevos retos que acompañen a los feminismos negros y no negros en
Colombia y que busquen hacer de la interseccionalidad una estrategia
política anticapitalista y de rebeldía.
Para nadie es un secreto que el racismo no ha desaparecido, sino que
mas bien ha sufrido una metamorfosis que lo lleva hasta el punto de ser
irreconocible como uno de los pilares del capitalismo y neocapitalismo así
como lo es el sexismo. Por lo anterior, el abordaje que queremos presentar
en este documento, es desde su contra, desde el “antirracismo”. Sí, las
mujeres
negras
feminista,
afrodescendientes,
palenqueras
y
raizales
queremos que el antirracismo acompañe el proyecto político subvertidor del
orden social que representan las feministas no negras colombianas.
Queremos que el “antirracismo” se convierta en un terreno común que
produzca sororidad entre las mujeres negras y no negras; que genere
estrategias que desestabilicen el racismo, el sexismo, la violencia y la
homofobia con métodos noviolentos que sean traducidos no solo en
términos políticos sino en acciones colectivas políticas.
En
conclusión,
lo
que
las
mujeres
negras,
afrodescendientes,
palenqueras y raizales feministas proponen al feminismo colombiano,
26
es,
romper el pacto social de subordinación que existe entre raza, género, clase
y sexualidad y realizar un pacto que luche por la justicia, cuestionando las
jerarquías que producen las desigualdades de raza, género, clase y
sexualidad.
Es urgente entonces para las mujeres negras y feministas:
Que se deslegitime el trabajo racializado que representa un orden
simbólico que legitima la subordinación de las mujeres negras.
Que el feminismo colombiano se una a las luchas por los
territorios de las comunidades negras e indígenas, donde se busca
recuperar los recursos naturales, la industria minera, las fuentes
de energía, la cultura y la biodiversidad, es decir el territorio de
las mujeres negras y sus familias afrodescendientes, palenqueras
y raizales, lo que significa en ultimo la defensa por la vida ya que
vivimos en un modelo en crisis por sus prácticas depredadoras.
Que se considere en los debates, discusiones, reflexiones, análisis,
escritos y
pronunciamientos que el racismo tiene múltiples
dimensiones soterradas en actitudes, discursos ideológicos y
comportamientos presentes tanto en la vida cotidiana como en las
instituciones sociales de manera estructural.
Que se clarifique políticamente en todos los espacios que hablar
del antirracismo no es hablar de racismo a la inversa.
Que el feminismo colombiano reconozca que hay otras formas de
luchas diversas, desde las diferentes formas que tenemos de ser
mujeres
negras,
afrocolombianas
indígenas
y
populares,
respetando los procesos personales y organizativos, es decir,
otras concepciones ancestrales que se practican sin decir que son
feministas,
lo que seguramente le permitirá al feminismo
rejuvenecer y llenarse de nuevos contenidos.
Que se fortalezcan los espacios en donde se faciliten los
encuentros entre académicas, no académicas y mujeres populares
Que se sigan fortaleciendo las relaciones entre las mujeres
urbanas y rurales propiciando espacios para enriquecimiento
mutuo.
27
Y por último, creemos que se hace urgente seguir trabajando
conjuntamente para que no exista al interior del feminismo
colombiano las jerarquías organizacionales.
También hablamos de que somos seres en devenir, en proceso,
caminantes en experimentación. Que es preciso reconocer las trampas del
patriarcado en nuestro pensamiento y prácticas cotidianas porque este no
solo significa dominar a las mujeres, representa un modo de relacionarse
con la naturaleza, el saqueo; de resolver los conflictos, las guerras; de
entender la divinidad, la sumisión; de concebir el amor, la dependencia… El
ansia de control, la hegemonía de la razón, la búsqueda de certezas son
productos del orden patriarcal. Y esta ideología binaria y polarizante se
presenta en nuestras relaciones. Darnos cuenta y evidenciarlo, porque
desde ahí sólo repetiremos con ropaje nuevo los comandos de dominio: el
antropocentrismo, el etnocentrismo, el desarrollismo, los hegemonismos
culturales, la banalización de lo sagrado. El cambio paradigmático nos reta
pues no solo se trata de pensar nuevas cosas sino cambiar la manera de
pensar: deslizarnos de las estructuras a los procesos dinámicos, de las
verdades absolutas a las descripciones aproximadas, de la suma de las
partes al orden emergente, de los bipolar a lo múltiple, del dualismo a la
complejidad, de una ética humana a una ética cósmica, del ser o no ser al
ser, estar y hacer parte.
Hablamos del poder de lo paradojal, de nuestro tránsito por la
fragilidad del misterio que a veces desde la propia razón nos anuncia
universos que no pueden explicarse desde sus limitadas dimensiones. El
corsé de lo conocido, lo aceptado, lo demostrado, lo lógico, no puede
cercenar la realidad. Y hemos de entrar en el misterio con los pies
descalzos.
¿Cómo arrancarle a la realidad de pito y alcantarilla algo más que
cansancio y desasosiego? ¿Por dónde tirar el anzuelo para que los sentidos
alcancen a percibir la vida de los días? ¿Dónde colgar el corazón para que
no aje sus canciones? ¿Qué es lo que deseamos?, Qué imágenes, fantasías,
prácticas desatan las poderosas fuerzas eróticas en nosotras para que
nuestra
sexualidad
pueda
ser
una fuente
28
refrescante, juguetona
y
apasionada de conexión y energía. Hablar de nuestra sexualidad también
nos ocupa.
Desde hace mucho tiempo las mujeres le hemos asignado una
dimensión política a la celebración. Hablamos del derecho a la esperanza,
de la fuerza de la alegría, de la potencia de la risa. Concebimos una
revolución donde “se permita bailar”. La ética de la celebración en los
pequeños
gestos
cotidianos como
acción de
gracias.
Y
hablamos
lógicamente, del tono tentativo, conjetural y experimental de nuestros
propios discursos.
29
Las feministas nos re-inventamos, nos re-creamos y nos refundamos,
a
30
años
del
primer
encuentro
feminista,
Latinoamericano y del Caribe, realizado en Colombia
Clara Inés Mazo López
Hemos dicho palabras,
palabras para despertar muertos,
palabras para hacer un fuego,
palabras donde poder sentarnos
y sonreir.
Hemos creado el sermón
del pájaro y del mar,
el sermón del agua,
el sermón del amor.
Nos hemos arrodillado
y adorado frases extensas
como el suspiro de las estrellas,
frases como olas,
frases como alas.
Hemos inventado nuevos nombres
para el vino y para la risa,
para las miradas y sus terribles caminos…
Alejandra Pizarnik- Cenizas
Un gran abrazo para todas las presentes y las no presentes. Somos
muchas y aquí solo podemos estar algunas, pero con la claridad de que
somos multiplicadoras de lo que en este encuentro feminista compartamos.
En lo que yo quiero poner acento en mi intervención es en las
realidades, las utopías y los desafíos como mujeres feministas. Voy a hacer
énfasis en nosotras, en el entre nosotras como feministas. No voy a hablar
del feminismo y los feminismos.
La primera pregunta que me hice para iniciar mi planteamiento, es
¿por qué en este panel central no son todas mujeres feministas jóvenes y
diversas?. Si bien las que estamos aquí somos mujeres jóvenes de corazón
y pasión, es innegable que somos feministas veteranas y catanas a mucho
orgullo por supuesto, pero que ya nos dimos la posibilidad de hablar
durante mucho tiempo y es hora de que hablen otras. No queriendo decir
con esto que nos silenciamos, sino que nuestras voces pasan a otros
30
lugares. De este modo nosotras, podríamos dar el lugar, a otras que hacen
parte de la gran diversidad que somos y que hace el feminismo.
Lo segundo de lo que quiero que conversemos, es de la importancia
del encuentro entre nosotras. A partir del primer Encuentro Feminista
Latinoamericano y del Caribe hecho en Colombia, quisimos instalar la
necesidad
de
programaciones,
encontrarnos,
sino
para
no
tanto
sentirnos,
para
cumplir
agendas
para
re-conocernos,
y
para
compartirnos, para pensarnos como feministas en el mundo, en el
continente y en el país.
Hoy el encuentro entre nosotras se ha desdibujado y los momentos
en los que nos vemos se han convertido exclusivamente en acciones para
incidir políticamente. Hemos olvidado una gran frase de las feministas
Italianas de Milán: “Las relaciones entre las mujeres son la sustancia de
nuestra política”.
La idea no es “distinguirnos” como decían nuestras mamás. Es
conocernos, extrañarnos, comunicarnos, buscarnos cuando nos necesitamos
y cuando no, es simplemente reunirnos con la periodicidad que nos
reunimos las amigas, a tomarnos un café con galleticas, para podernos
contar las cuitas y los avatares de nuestras vidas feministas y para construir
juntas salidas y caminos para lograr los sueños.
Tal vez, le hemos cogido temor a las reuniones entre nosotras,
porque quizá ellas se parezcan mucho a los antiguos costureros de las
llamadas “señoras bien”, o porque esas reuniones o círculos de mujeres,
ahora son leídos como poco estratégicos y poco políticos. Quiere decir que
hemos caído en la trampa de lo político.
Los espacios de autoconciencia perdieron sentido entre nosotras y ya,
son cosas de la historia del feminismo. Se leen como el método feminista de
los años 70 y no como el gran descubrimiento que nos regalamos las
feministas para devolverle la dignidad a la vida cotidiana y el estatus de lo
político.
Los vínculos entre nosotras, si bien son la fuerza de nuestro
movimiento feminista; hoy por la fuerza de los hechos y del bien nombrado
con-texto, estamos cada vez más distanciadas; también por las diferencias
31
de postura, por los conflictos, por las rivalidades de poder, por pertenecer a
una u otra expresión del movimiento social de mujeres.
Como tercer elemento, quiero que hablemos sobre el auto-cuidado y
el cuidado de las feministas. He ido viendo, como se van de este mundo
mujeres feministas, relativamente jóvenes y llenas de vitalidad. Todas
dedicadas a salvar a las mujeres y en el entremedio, viviendo angustias,
tristezas, desesperanzas, descreimiento y soledades.
Me pregunto entonces: ¿Qué estamos haciendo colectivamente por y
para nosotras? Nos hemos dedicado a trabajar por la calidad de vida de las
otras mujeres y ¿Nuestra calidad de vida cómo está?
La idea no es abandonar la lucha por las otras y con las otras; es no
perdernos de nosotras mismas y volver a retomar el cuidado por si mismas;
el auto-cuidado.
Realmente han sido muchos años dedicadas a esta labor feminista y
si bien hay grandes transformaciones sociales y en la vida de las mujeres,
también hay profundos retrocesos. Por esto nos inventamos cada día los
exorcismos para alejar de nosotras todas las caras del fundamentalismo y la
misoginia.
Nos llega el cansancio y nos damos cuenta que en nuestras propias
vidas han sido muy pocas las modificaciones. En el campo del amor por
ejemplo.
Si bien somos mujeres sincréticas y tenemos de la vieja y de la nueva
mujer; hay cosas en la cotidianidad que nos muestran como de arraigado
está el patriarcado en la sociedad, la cultura y en nosotras mismas; y en
este campo del patriarcado en nosotras mismas, lo poco que estamos
haciendo colectivamente para lograr una transformación. Cada una se la
juega como puede por zafarse de ese monstruo. Por todo esto, es que nos
invito a repensarnos y re-construirnos como feministas. Todas estas
preguntas y cuestiones, hacen pensarme cotidianamente en lo que hemos
hecho de nosotras como feministas y del feminismo.
Ser un movimiento social y político que nace en el contexto de un
malestar en la cultura “haber sido construidas como lo inexistente, leídas
como el problema de las mujeres, no sujetos, no sujetas de derechos, de
segunda categoría, excluidas, subordinadas, sumisas, sin autonomía”;
32
entrampadas en la noción de víctima que no nos permite pasar a otra
condición y posición.
Hoy esto me hace preguntarme por nuestro futuro, por el desafío que
tenemos frente a nuestras vidas como feministas. Quizá este tipo de
preguntas no sean las de las mujeres jóvenes feministas, si las nuestras, las
que hoy nos sabemos efímeras.
Un día por allá en los 70, nos salimos de los partidos y movimientos
de izquierda porque las mujeres y nuestros intereses no eran de su
preocupación y no tenían un lugar en ellos. También nos distanciamos de
ellos porque no creíamos en la unificación del pensamiento y en la
masificación de las luchas.
Sin embargo, hoy nos preocupamos por estar en los partidos, por las
acciones masivas del movimiento, porque si no lo son, pierden la calidad de
políticas. Nos preocupamos por no tener un solo feminismo vs la diversidad
de feminismos. Es como si hubiéramos caído en la trampa de lo un día
rechazamos tan vehementemente.
Otro día por allá en los años 80, nos planteamos dejar los pequeños
grupos de autoconciencia, para salir al mundo a hacer pública nuestra lucha
y para involucrar cada vez a más mujeres en ella. Y perdimos los pequeños
grupos como el espacio de nuestra retroalimentación feminista.
Con todo esto quiero mostrar, las tensiones vitales entre ser las
feministas de ayer, ser las feministas de hoy y poder seguir siendo las
feministas del mañana; las tensiones entre lo individual- personal y lo
colectivo, lo social y político.
Hoy a mis cincuenta y cinco años, veo el feminismo desde otra
óptica, creo que es tiempo de re-inventarnos, re-crearnos y re-fundarnos. Y
en esto consiste nuestra creatividad feminista. Lo que si se, es que esta
labor no es nada fácil y no puede hacerse en solitario. Es un asunto que
implica volver a abrir espacios de encuentro, conversación, autoconciencia,
cuidado y auto-cuidado entre nosotras.
Valdría la pena retomar la bella consigna “las mujeres buenas van al
cielo, las rebeldes a donde ellas quieran”. Entonces queremos seguir yendo
a todas partes y hacer lo que nos da la gana, sin culpas. Somos nosotras
mismas las que re-orientamos nuestro futuro y nuestra utopía.
33
Feminismo y feminismos: consensos y disensos
Juanita Barreto Gama
Ante todo quiero saludar a presentes y ausentes y dedicar estas
palabras a todas las mujeres muertas por su condición de mujeres en su
casa o en la plaza, a quienes han sido desplazadas por el conflicto armado
en Colombia y a quienes nos dejaron su legado en la práctica cotidiana de
las éticas del cuidado, caminando en la búsqueda de respuestas a la
pregunta “¿Qué sentido tiene la revolución si no podemos bailar?”
Quiero también invitar a que nos miremos dentro y nos preguntemos
acerca de los caminos andados por cada una de las aquí presentes para
descubrir en ellos los materiales que hemos ido acuñando en nuestras
historias para cambiar tres metáforas:
1) La metáfora de la cuadratura del círculo, animadas por los círculos
concéntricos que cierran los caminos.
2) La metáfora de los triángulos de poder, con su correlato en los
triángulos que nos simbolizan los debates entre y sobre las relaciones
entre el poder del amor, el poder del saber y el poder del poder.
3) La metáfora de la sociedad armónica y de las mujeres bellas que
han convertido y mantenido a las mujeres como objetos de consumo
y al consumismo como modelo homogenizante y única opción
universal para el desarrollo de la economía, la política y la cultura y la
sociedad.
Hoy pienso que la deconstrucción de estas metáforas nos va llevando
a construir una nueva metáfora, una metáfora construida desde el
feminismo que animara Virginia Woolf desde su obra “Un cuarto propio”: La
metáfora de la casa, esa casa que es nuestro cuerpo siempre ligado y
situado en los territorios que habitamos y en los territorios que llevamos
dentro; esa casa que es también nuestro cuarto propio y que está en
posibilidad de conectarse con los cuartos propios que construimos en la
acción colectiva de las mujeres.
34
Una casa en cuyos cimientos están las voces y apuestas de las
mujeres que nos antecedieron en los milenios de la historia de la cultura
patriarcal.
Una casa que en sus techos da cuenta de los límites y al mismo
tiempo a través de sus puertas y ventanas que se abren y se cierran al
ritmo con el cual cada mujer construye su autonomía, nos conecta con el
infinito que tiene el tamaño de nuestros sueños.
Una
casa
en
cuyas
paredes
están
las
mujeres,
grupos
y
organizaciones de mujeres con quienes hemos departido en nuestras
trayectorias personales y, también, las autoras y escritoras a quienes nos
hemos acercado a través de sus escritos y de las obras vivenciales y
monumentales que nos han legado en sus incesantes procesos de
reproducción y transformación de la cultura patriarcal.
Ahora debo decir a ustedes que no ha sido sencillo para mí preparar
estos veinte minutos de participación en este panel porque el tema central
que nos fue dado, Feminismos en Colombia: realidades y utopías, es tan
amplio como las preguntas por la génesis, el devenir y el porvenir del
feminismo, de los feminismos y de los sueños que lo han animado. También
porque a medida que ha pasado el tiempo, ese tiempo en el cual siempre
están fundidos el tiempo de la historia de la humanidad y del país con el
tiempo de mi propia historia y con el tiempo de mis antecesores y
sucesores, de mis
antecesoras
y sucesoras, mis
relaciones con el
feminismo, y más recientemente con los feminismos, han sido muchas,
intensas, variadas, contradictorias y, ante todo, siempre plenas de
posibilidades.
Opté por concentrar mi atención en la pregunta por el paso del
feminismo a los feminismos, centrando la mirada en el problema de los
consensos y los disensos siempre presentes en los procesos que lo han
animado, los cuales también en su amplitud y su complejidad me permiten
hoy, para hacer más sencilla esta tarea,
proponer cuatro preguntas, a
modo de punto de partida, y aventurarme en el camino de tejer posibles
respuestas, un tejido que ya ha sido construido y que cuenta hoy con
mantas, colchas, telas e hilos de diversos calibres, colores y olores que
acogen infinidad de sabores y saberes. Son estas las cuatro preguntas:
35
1. ¿Cuál es en la actualidad la relación entre el feminismo y los
feminismos?
2. ¿Y en esa relación, que lugar han tenido y tienen hoy los consensos y
los disensos y son éstos necesarios, deseables, posibles?
3. ¿Es el consenso una feliz, hermosa y paradisíaca utopía y el disenso
una dramática, dolorosa e infernal realidad?
4. ¿Las experiencias que hoy mantienen vivo el feminismo, en sus
diferentes dimensiones, matices, vertientes, corrientes y conceptos
que
ya
se
nombran
como
feminismos,
ciberfeminismos
y
transfeminismos permiten proponer el disenso como utopía que
alimenta la vida, ante la desolación de los territorios producto de la
pretensión inhumana del consenso?
No pretendo responder estas preguntas, solamente echarlas a andar,
o mejor hacerlas visibles para que puedan encontrarse con otras muchas y
más precisas preguntas que acompañan tanto a mis compañeras de mesa
como a todas y cada una de quienes hicieron un alto en el camino para
concurrir a este escenario.
Debo decirles en este momento que quisiera, por razones de tiempo,
utilizar los minutos que me quedan, no para aventurar mis posibles
respuestas a estas cuatro preguntas, sino para poner en escena el texto de
una canción que acompañó a muchas de quienes estamos hoy acá. Una
canción que lleva por título precisamente Cuatro preguntas1 una canción
que nos cuenta, tal vez sin darnos cuenta, de la profundidad de la
persistencia del patriarcado que se resiste a desaparecer. Una canción que
con seguridad ha sido objeto de análisis, de estudio, de trabajo en sesiones
realizadas con y entre mujeres, para interrogar las violencias contra las
mujeres, las violencias o las violencias basadas en el género; para
preguntarnos si hay en esta canción expresiones de algún tipo de violencia
1
Cuatro preguntas Autor: Eduardo López Compositor: Pedro Morales Pino Interpretada por: Los Músicos
Ritmo: Bambuco Instrumentos: tiple y bandola. Letra: Niegas con él lo que hiciste y mis sospechas te
asombran,/pero, si no lo quisiste ¿por qué te pones tan triste/cuando en tu casa le nombran? // Dices que
son cosas mías y que me estoy engañando,/mas,/¿por qué le sonreías, sonreías cuando él te estaba
mirando?// Si aún en no ser te empeñas, culpable como pareces,/ si él te odia y tú le desdeñas/ por qué
¿por qué tantas veces os vi entenderos por señas?// Si no te dejaste en derroche de amor que te
acariciara/¿por qué te azotó una noche,/ una noche con el pañuelo en la cara?.
36
o si no las hay; para saber por qué en algunos momentos al entonarla
respondemos que no es necesario exagerar y la cantamos con la añoranza
de un recuerdo del que no sabemos bien si nos hace daño o no; por lo
pronto, para descubrir la sutileza de una letra s, así con minúscula cuando
pasamos de lo que no hace daño a lo que nos hace daño.
Nací en plena mitad del siglo XX y puedo decir que desde la primera
década de mi existencia, aún sin saberlo, y de pronto sin que muchos
quisieran que algún día lo supiera -lo supiéramos-, el feminismo debió
entrar por mis poros e inscribirse suavemente en mis entrañas. El
feminismo, así en singular, entró a mí ser silenciosamente, en medio del
dolor y la alegría, en plena confrontación y coexistencia de la vida y la
muerte.
La violencia de los años cincuenta y de los desplazamientos de
quienes huían de la muerte que asolaba los campos fue el contexto en el
cual las mujeres que clamaban por el reconocimiento de su condición de
ciudadanas, celebraban en 1954
el derecho al voto
y lo
ejercían
participando activamente en el plebiscito de 1957. No supe si mi madre, mis
abuelas o mis tías sabían del feminismo cuando cambiaron sus tarjetas de
identidad que las signaba o señalaba como tuteladas en el cincuenta y
cuatro o cuando concurrieron por vez primera a las urnas en el cincuenta y
siete, llevando en sus manos un documento que las acreditaba como
ciudadanas. Tampoco sé si mi padre, mis abuelos o mis parientes varones
sabrían de la existencia del feminismo o de las sufragistas y qué pensaban
de ellas y de las diferentes condiciones en que ellos y ellas ejercían la
ciudadanía en ese momento.
Hoy comprendo que haber nacido en este territorio precisamente
cuando el siglo XX se partía en dos, me hace parte de las generaciones de
mujeres que nacieron en Colombia sin tener inscrita en sus cuerpos la
condición de ciudadanas, y también de las generaciones que inauguraron la
ciudadanía de las mujeres, una conquista en el camino de la construcción de
los valores del pensamiento moderno hasta ese momento considerada una
utopía. Una conquista que está siendo interrogada por algunas corrientes
del pensamiento postmoderno, cuando aún las utopías animadas por los
valores de la libertad, la igualdad, la solidaridad y la justicia. Una conquista
que aún yo misma no puedo poner en cuestión por cuanto considero que su
37
realización es parte del proceso de poner en la escena de la historia, las
historias de las mujeres.
El feminismo se fue depositando en mi cuerpo durante las primeras
tres décadas de mi existencia. De la década del sesenta sigo percibiendo el
aroma de los vientos de cambio, de los movimientos contraculturales, de las
luchas contra el coloniaje contra el racismo, el sexismo y todas las formas
de dominación, subordinación y discriminación. La fuerza transformadora
del mayo del sesenta y ocho, la píldora y los métodos de planificación
familiar con sus apuestas por la libertad de las mujeres para el amor y al
mismo tiempo por el amor a la libertad transitaban por el mundo
pretendiendo hacer frente a otras guerras, muchas guerras localizadas y
que iban configurando un nuevo orden mundial como rescoldos de las dos
guerras mundiales que ensangrentaron la primera mitad del siglo XX.
Rescoldos que aún persisten y que me hacen evocar cuando esto escribo la
canción colombiana cenizas al viento; rescoldos que traen a mis memorias
internas ya no el suave carraspeo de las cenizas sino el ruido ensordecedor
de las guerras y que por tanto, al mismo tiempo, me invitan a nombrar a
Alessandra Bochetti especialmente en su discurso sobre la guerra y las
mujeres, en sus deseos por construir a las mujeres como nuestras
semejantes y en sus denuncias del absurdo de pretender alcanzar el
bienestar con la sangre y el sacrificio de las vidas de quienes lo proponen
como condición para toda la humanidad.2
En el cruce de los años sesenta y setenta empecé a percibir las
siempre presentes tensiones entre los intereses personales y los colectivos
y a asumir opciones que me permitieron empezar a reconocer a las mujeres
como mis semejantes, tal como lo fuera descubriendo a medida que
avanzaba
y
se
transformaba
mi
inserción
en
la
vida
universitaria
inicialmente como discente, luego a través de una experiencia docente que
aún persiste.
El feminismo de los años setenta se ancló en mi cuerpo con palabras
más fuertes; conocí el feminismo profundamente ligado a los idearios de
2
Y permítanme acá decir desde ya gracias a Safo de Lesbos, a las mujeres troyanas, a Hypatie de
Alejandría, a Artemisa, a Olympia de Gouges, a las mujeres de Milán y a todas las mujeres que alimentan
discursos como los que leemos en la obra de Alessandra Bocchetti, todas las cuales están hoy nutriendo
los encuentros entre el feminismo de antaño y los feminismos de hoy.
38
una sociedad en la cual el valor de la igualdad se viviera como una
condición para hacer frente a la concentración de la riqueza y a la carencia
de soberanía de los pueblos. Es en esta década cuando leí por primera vez a
Simone de Beauvoir, de quien aprendí a formular muchas preguntas sobre
“El segundo sexo”, y unos años después sobre “Los mandarines”, “La
sangre de los otros” y “La mujer rota” los cuales me permitieron acceder a
la palabra feminista para interrogar todos los mandatos en los cuales se han
cimentado y se sostienen aún las relaciones de dominación de las mujeres
y su correlato en las relaciones de subordinación.3
En la década del setenta están también los debates frente a los
procesos de planeación del desarrollo inspirados en el influjo de la
planificación estatal cuando los juegos, más de sombras que de luces, de la
guerra fría situaban a los países en la confrontación de dos bloques de
poder, en cuya conformación las utopías que animaban los valores de la
libertad y de la igualdad pugnaban entre sí para sustentar otras múltiples
contiendas.
La guerra entre la libertad y la igualdad ocultaba, hacía lejana y
pisoteaba la utopía de la fraternidad y la solidaridad. El paradigma
racionalista interroga, pregunta, construye explicaciones, en medio de un
lento y a la vez creciente legitimación del acceso de las mujeres a la
educación y a un mundo laboral en el que la industrialización y los servicios
demandan la “mano de obra femenina” y la vinculación de las mujeres al
trabajo remunerado reproduce las condiciones de existencia subordinada de
las mujeres.
Mi feminismo de los años setenta empezó también con las preguntas
sobre el incesante trabajo de las mujeres en los barrios y veredas, en los
pueblos y ciudades, en donde fui aprendiendo que la participación
comunitaria y la participación social eran ámbitos por excelencia de la vida
cotidiana de la mujeres, y que el valor asignado a éstas dimensiones de la
participación
era
significativamente
3
inferior
que
el
asignado
a
la
Acá mis recuerdos me obligan a nombrar a amigas como Martha Méndez, que ha recorrido el mundo
buscando diversas opciones de vida construidas por mujeres y con quien me acerqué a Simone de
Beauvoir en esta década, y como Marisol Isaza quien en las aulas universitarias tuvo la osadía en esta
década de nombrar el orgasmo clitorial y de hablar de las relaciones estrechas entre feminismo y
ambientalismo adviertiéndonos sobre la existencia de este feminismo que empezó a nombrarse como
ecofeminismo.
39
participación política. Descubrí entonces que también el triángulo de poder
en cuyo vértice superior está el poder político, del cual dependen o al cual
se deben los micro-poderes de la vida cotidiana.
Incursioné en esta década en los encuentros y desencuentros entre
los movimientos políticos, los que fueron llamándose viejos movimientos
sociales, entre los cuales se encontraban los movimientos sindicales y los
movimientos campesinos y descubrí las profundas tensiones derivadas de
las dobles militancias de quienes interrogaban a sus compañeros y
compañeras de partido por los derechos de las mujeres.
Allí la pregunta por el trabajo comunitario de las mujeres se unió a
las preguntas sobre el valor del trabajo doméstico y a las experiencias
organizativas de las llamadas “empleadas de servicio” quienes empezaban a
demandar reconocimiento a sus derechos laborales; también las de quienes
se dedican al doloroso oficio de la prostitución quienes reclamaban los
derechos correspondientes con su condición de “trabajadoras del sexo”. Las
demandas de las mujeres por un trabajo digno y por ingresos justos se
alimentaron de los caminos andados por el movimiento feminista y por las
diversas vertientes del pensamiento feminista y se entrecruzaron con las
luchas por los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, y
con las luchas de los derechos de los pueblos.
Las tensiones entre los intereses de clase y los intereses de las
mujeres
estaban
presentes
en
muchos
espacios,
comenzaban
a
conformarse los departamentos, secciones o comisiones de mujeres en las
diversas organizaciones sociales y los dilemas de las dobles o triples
pertenencias acompañaban las dobles y triples jornadas de trabajo de las
mujeres, y hoy siguen acompañando la que se nombra como “jornada
redonda” para referirse al trabajo incesante de las mujeres. Un ejemplo de
éste son los datos aún exiguos y poco difundidos sobre la prevalencia de las
mujeres en los estudios nocturnos, y de manera específica en los programas
nocturnos del SENA o en los cursos virtuales.
El Feminismo con efe mayúscula y subrayado fue echando raíces en
mi cuerpo alimentado y alimentando las preguntas por las relaciones entre
los viejos y los nuevos movimientos sociales. Preguntas que tenían
diferentes maneras para ser formuladas cuando provenían del saber de las
40
mujeres de sectores populares o de los saberes interrogados e interpelados
por los debates acerca de las relaciones entre conocimiento común y
conocimiento científico en el ámbito académico.
Mi feminismo de los años ochenta estuvo alimentado con los sabores
de la denominada década internacional de la mujer y con la puesta en
escena de los debates que permitieron pasar de las preguntas y propuestas
acerca de la Mujer en el Desarrollo a las preguntas y propuestas sobre el
Género en el Desarrollo. Y de manera muy especial, mi feminismo se nutrió
de la existencia de las colegas y amigas que nacían como Grupo Mujer y
Sociedad en el momento mismo en el cual ingresé a la planta docente de la
Universidad Nacional de Colombia4, después de haber sido durante algunos
semestres docente interina u ocasional en ella, y con el acumulado de haber
compartido la década del setenta y los primeros de la del ochenta con mis
colegas docentes y estudiantes del Colegio Mayor de Cundinamarca y del
Externado de Colombia muchas preguntas acerca de las condiciones de la
mujer y de las mujeres en el ámbito educativo.
En la Universidad Nacional de Colombia viví la profunda conexión
entre la autonomía universitaria, que no había percibido de manera
concreta en las otras universidades a las cuales había estado vinculada, y el
ejercicio cotidiano de la autonomía personal. Por ello en las tres décadas en
las cuales transcurrió mi inserción en la vida universitaria, tenía ante mis
ojos el triángulo de poder conformado por el Estado, la Academia y la
4
Estábamos a mediados del año 1985 cuando Florence Thomas, María Eugenia Martínez, María Himelda
Ramírez y Guiomar Dueñas, habían comenzado a reunirse, a buscar un nombre para identificarse –
inicialmente pensaron en Lilith- y luego decidieron un nombre que tuviera una connotación mas audible en
el mundo universitario: “Mujer y Sociedad”. Muy pronto se unió a ellas Yolanda Puyana y poco tiempo
después de un Simposio sobre Vida Cotidiana organizado por Florence Thomas, empecé a realizar los
nada sencillos rituales de iniciación para ingresar al grupo. No sobra tener presente que todos los grupos
tienen rituales para quienes desean hacer parte de él y éste no era la excepción. Tampoco sobra decir
que acceder a formar parte de un equipo de trabajo, de un grupo, o de una expresión concreta de un
movimiento social es un arte muy semejante al de la seducción y tan complejo como éste, pues requiere
atracciones mutuas. Hoy, deseo decir a gracias a estas amigas y colegas fundadoras gracias por haber
gestado este grupo, a Florence por haberlo coordinado durante los cinco lustros de existencia, a Dora
Isabel Díaz hoy presente en este auditorio, a Circe Sencial, Patricia Prieto, Noema Hernández y María
Mercedes Tello con quienes seguimos siendo partícipes de las sesiones habituales de este grupo en la
actualidad, tal vez aprendiendo mas de de los disensos que de los consensos frente a las inseparables
relaciones entre el feminismo, los feminismos y las feministas que lo reinventan día a día. Unas palabras
para reconocer también los feminismos encarnados en Magdalena León, Anita Rico, Donny Meertens,
María Cristina Salazar, Martha López, Ángela María Estrada, Luis Santos, Patricia Jaramillo, María Elvia
Domínguez, Ángela Inés Robledo, Lya Yaneth Fuentes, Elsa Olid Rondón, Zully Moreno, Gloria Elena
González y Angélica Bernal quienes vivieron su pertenencia al Grupo durante algunos años y con quienes
aprendimos el respeto a que nos merece y nos preserva el ejercicio de la autonomía.
41
Sociedad Civil. Un triángulo en el cuál las disputas por quién estaba en el
vértice se hicieron muy y más fuertes.
Si en mis dos primeras décadas mi existencia estuvo signada por el
sacrosanto triángulo del poder patriarcal representado en la sacrosanta
familia patriarcal en cuyo vértice superior estaba el varón como cabeza de
familia, y en mi tercera década mi cuerpo experimentó los avatares del
triángulo que sitúa en el vértice superior al poder político que subordina los
poderes sociales y los comunitarios, en mi cuarta década, es decir, en mi
tránsito de los treinta a los cuarenta, estuve signada por las preguntas
relativas a las tensiones emanadas de las relaciones entre estado, academia
y sociedad civil.
Preguntas, debates y combates entre estos tres actores para definir
quién o cuál de ellos estaba en el vértice, construidas en medio de la
reproducción de las jerarquías y de otros triángulos de poder que sustentan
los triángulos mas grandes, tales como el triángulo de poder entre naciones
del primer, el segundo y el tercer mundo, o entre los supra-estados, los
estados nacionales y los estados-nación no viables; o el ne menos explícito
triángulo de poder entre las ciencias, las disciplinas y las profesiones, o
entre las ciencias dura, las ciencias blandas y las artes y prácticas que se
resistían a ubicarse entre la dureza de las ciencias de la naturaleza y la
blandura de las ciencias del espíritu; o los diversos triángulos de poder que
podríamos simbolizar entre las diversas formas de organización de la
sociedad civil, sobre la cual muchos y muchas dudaban y dudan aún de su
existencia; baste mencionar a manera de ejemplo de uno de los muchos
triángulos que acá podríamos dibujar, los gremios y sociedades de diverso
tipo, las organizaciones sociales y las organizaciones no gubernamentales.
Allí con el Grupo Mujer y Sociedad debatimos acerca de las relaciones
entre la academia y los movimientos sociales, entre el feminismo académico
y las nacientes redes, grupos y organizaciones de mujeres; participamos
activamente de los procesos de Reforma Constitucional en la Colombia que
se dibujaba con nuevos contornos al dar lugar en la Carta Magna del 91 a
nombrar la participación como un derecho y como un deber, a registrar los
derechos humanos como uno de sus capítulos, al declarar a Colombia como
un Estado Social de derecho, de carácter laico y pluricultural, un país de
42
regiones en las cuales también circula la diversidad y la diferencia, una
Colombia clasista, elitista y discriminadora que aún difícilmente abría
camino a reconocer las comunidades negras y afrodescendientes y a los
pueblos indígenas. Una Constitución que al mismo tiempo incluyó el artículo
43 relativo a la autonomía de las mujeres y el artículo 42 relativo a la
familia patriarcal, en el cual aún se aprecian componentes que mantienen
aún la simbiosis mujer y familia, con la cual, al mismo tiempo que se
enuncian los principios de igualdad y respeto a las diferencias se incluyen
expresiones que legitiman el sacrificio de los derechos de las mujeres en
defensa de la sacrosanta familia patriarcal.5
Múltiples interrogantes acerca de las relaciones entro lo público y lo
privado, lo personal y lo político, lo natural y lo cultural, lo individual y lo
colectivo, el erotismo femenino y la sexualidad masculina, lo identitario y lo
subjetivo ante las cuales las feministas que nos antecedieron habían
recorrido ya algunos trechos y habían abierto diversos caminos, animaron la
edición del primer libro del Grupo Mujer y Sociedad Mujer, amor y violencia
nuevas interpretaciones de antiguas realidades, la inserción en los debates
sobre el género como categoría analítica y los aún vigentes debates acerca
de los encuentros y desencuentros entre los estudios de y sobre la mujer,
los estudios de género, los estudios feministas, los más recientes estudios
Queer o de la extrañeza, estudios sobre nuevas masculinidades y nuevas
5
Constitución Política de Colombia, 1991. Artículo 42. “La familia es el núcleo fundamental de la
sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer
de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla. El Estado y la sociedad garantizan
la protección integral de la familia. La ley podrá determinar el patrimonio familiar inalienable e
inembargable. La honra, la dignidad y la intimidad de la familia son inviolables. Las relaciones familiares
se basan en la igualdad de derechos y deberes de la pareja y en el respeto recíproco entre todos sus
integrantes. Cualquier forma de violencia en la familia se considera destructiva de su armonía y unidad, y
será sancionada conforme a la ley. Los hijos habidos en el matrimonio o fuera de él, adoptados o
procreados naturalmente o con asistencia científica, tienen iguales derechos y deberes. La ley
reglamentará la progenitura responsable. La pareja tiene derecho a decidir libre y responsablemente el
número de sus hijos, y deberá sostenerlos y educarlos mientras sean menores o impedidos. Las formas
del matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los deberes y derechos de los cónyuges, su
separación y la disolución del vínculo, se rigen por la ley civil. Los matrimonios religiosos tendrán efectos
civiles en los términos que establezca la ley. Los efectos civiles de todo matrimonio cesarán por divorcio
con arreglo a la ley civil. También tendrán efectos civiles las sentencias de nulidad de los matrimonios
religiosos dictadas por las autoridades de la respectiva religión, en los términos que establezca la ley. La
ley determinará lo relativo al estado civil de las personas y los consiguientes derechos y deberes”. Artículo
43. “La mujer y el hombre tienen iguales derechos y oportunidades. La mujer no podrá ser sometida a
ninguna clase de discriminación. Durante el embarazo y después del parto gozará de especial asistencia
y protección del Estado, y recibirá de este subsidio alimentario si entonces estuviere desempleada o
desamparada. El Estado apoyará de manera especial a la mujer cabeza de familia.”
43
identidades sexuadas y corporizadas, alimentaron el vertiginoso e intenso
paso de la cuarta a la quinta década de mi existencia.
Estas y muchas otras preguntas me permitieron sentir con las
mujeres otras dimensiones de la posibilidad de cuidar y mantener la vida
ante el dolor que nos acompañó durante estas décadas en las cuales hemos
visto caer en el fragor de las guerras y los desplazamientos forzados a
tantos compañeros y compañeras de la cultura, la política y la acción social;
décadas en las cuales hemos visto circular la reproducción ampliada de las
violencias sobre los cuerpos de mujeres y hombres que pareciera no tener
fin. Violencias en las cuales los cuerpos de las mujeres han sido y siguen
siendo botín de guerra, y los cuerpos de los varones eliminados del
territorio y consagrados por las sacrosantas instituciones como héroes o
villanos. Violencias con mayúsculas que se sustentan en las violencias
aparentemente minúsculas y que sostienen un conflicto armado ante el cual
ese triángulo de poder Estado, Academia y Sociedad Civil no logra, en
medio de sus disputas, escuchar realmente las voces de quienes proponen y
promueven la solución humanitaria del conflicto armado. Paradójicamente
pensé en cambiar las expresiones proponen y promueven por claman como
clamaban las multitudes ante su rey en épocas que parecieran remotas,
pero solo lo dejo registrado acá ante mi convicción de que existen
diferencias sustanciales entre las monarquías que le han dado giros a la
historia eterna de opresión y subordinación, de emancipación y construcción
de la autonomía.
Fue así como ya no de manera imperceptible, en el curso de mi
quinta década que ya se extingue y que da paso a la sexta de mi existencia,
con el Grupo mujer y sociedad fuimos haciendo consciente y creciente su
descendencia que podríamos llamar sus hijos y sus hijas: entre los que se
cuentan:
44
1) Un hijo prematuro llamado Fondo de Documentación Mujer y
Géneros6, nacido en el año 1993
2) Un hijo un tanto ilegítimo llamado Programa de Estudios de
Género, Mujer y Desarrollo que entre los años 1994 a 2001 que
buscaba un lugar en el lentísimo proceso de institucionalización7
3) Una hija gozosa y libertaria, la revista En Otras Palabras… cuyo
No. 1 vio la luz en el año 1996 producto de las alianzas entre el
Grupo Mujer y Sociedad, la Corporación Casa de la Mujer de Bogotá,
la Fundación Promujer y el Programa de Estudios de Género, alianzas
que fueron variando durante sus diez números de existencia y que
hoy próxima a la edición número 18, se resiste a la indexación y a los
dictámenes de Colciencias
4) Una cuarta última hija, nacida en los albores del siglo XXI (2001),
nombrada –bautizada- con el nombre de Escuela de Estudios de
Género al mismo tiempo en que naciera la Escuela de Estudios de
Psicoanálisis y Cultura, y que a diferencia de ésta, que desde el
momento en el cuál nació cuenta con seis docentes de planta
mientras que la Escuela, después de diez años de existencia solo
cuenta con una docente de plata y el 75% del tiempo de otra
docente.
No sobra precisar en este recuerdo, la riqueza de las
discusiones, los intercambios, los encuentros, los desencuentros entre
quienes integraron el Grupo Interdisciplinario de Psicoanálisis y las
amplias posibilidades que se gestaron en el devenir de estos dos
grupos.8
6
Y acá, un explícito reconocimiento explícito a Magdalena León, quien como parte de su historia feminista
gestó la Biblioteca Ofelia Uribe que dotó con muchas de sus publicaciones y con buena parte de su
biblioteca personal, la cual funcionó durante sus primeros años en Bogotá, en la Cra. 25 entre calles 39 y
39ª, barrio La Soledad, y que decidiera donar a la Universidad Nacional de Colombia cuando formaba
parte del Grupo Mujer y Sociedad, y como antesala del nacimiento del Programa de Estudios de Género
del cual entró a formar parte en el momento de su nacimiento como Fondo de Documentación Mujer y
Género.
7
Y lo llamo un tanto ilegítimo porque no tenía lugar en la estructura institucional, y sin embargó creó su
lugar, en el territorio de la ciudad universitaria -donde en las décadas anteriores estuvieron ubicadas las
antiguas residencias Gorgona, para estudiantes procedentes de las diversas regiones del país- hoy
llamado Unidad Camilo Torres, lugar que comparte con el Centro de estudios Sociales –CES, en el
bloque 5-6, justo a la sombra de la rectoría de la UN
8
Acá cabe señalar como una fuente imprescindible de consulta para mantener los debates acerca de las
relaciones entre feministas y psicoanalistas, entre feminismo y psicoanálisis, la obra de Luis Santos
Velásquez, quien durante más de una década formó parte del grupo Mujer y Sociedad.
45
Es en este ámbito de la academia que siempre se nutre y a la vez
nutre las demandas de los movimientos sociales, y de las incesantes, viejas
y nuevas preguntas acerca de las relaciones entre la ciencia, la tecnología y
la política, y acerca de si es posible, deseable o necesario pensar la
universidad y democracia como una preocupación del orden teórico o como
una relación vivida y puesta en práctica dentro y fuera de la universidad,
que se hicieron presentes las preguntas sobre las relaciones entre las
dimensiones
políticas,
epistemológicas,
subjetivas
e
identitarias
del
feminismo9. Las especificidades de cada una de estas dimensiones y sus
profundas articulaciones, como también sus variadas y profundas rupturas,
estuvieron presentes en la gestación y desarrollo de los feminismos de la
igualdad y de la diferencia, liberal, socialista y radical, del eco-feminismo
anteriormente enunciado, de los cuales fueron emergiendo y no sin
dificultad los encuentros con otros feminismos, con los feminismos
cibernéticos que nos asombran y nos asustan, nos iluminan y nos
enceguecen:
también
los
más
recientes
feminismos
lésbicos
y
los
transfeminismos aportando nuevas luces que controvierten la homofobia y
el heterosexismo como modelo universal sustento y asiento del orden
patriarcal10.
Es en los difíciles debates acerca de las relaciones entre academia y
política, entre una academia que se proclama neutra y acéptica y una
academia que reconoce su responsabilidad social, ética y política, que a
mediados de la década que está terminando este año, la vida, a instancias
de mujeres, grupos, redes y organizaciones de mujeres de Bogotá, me
regaló una experiencia que merece un capítulo aparte y de la cual opté por
no hablar en este panel. Solo diré que esta experiencia dio forma al que
nombramos como “proceso de construcción colectiva de la política pública
de mujer y géneros de Bogotá D.C.”11. Con esta experiencia, me sitúo en la
9
Es amplia la bibliografía ilustrativa de estas dimensiones. Registro en la bibliografía dos artículos en los
cuales he aventurado algunas reflexiones sobre ellas.
10
Luces de las cuales siempre emanan sombras, como aprendí cuando leí al Bachelard de los años
setenta, quien afirmaba “El conocimiento es una luz que siempre proyecta algunas sombras”; un
enunciado que fui comprendiendo en su profundidad a medida que encontraba epistemólogas feministas
que interrogaban las sombras de la sempiterna razón patriarcal.
11
Un reconocimiento especial a todas las mujeres que formaron parte del equipo que animó, puso en
marcha y desarrolló este proceso, que ha quedado inscrito en nuestros cuerpos y anda con nosotras por
donde transitamos y con quienes fuimos creciendo, multiplicando los equipos de trabajo en el Distrito y
46
última década de este recorrido para nombrar dos momentos diferentes y
estrechamente conectados que entran en escena, el primero, desde mi
inserción en instancias decisorias del gobierno distrital que cubre los años
2004-2007 como integrante del Gabinete Distrital del Alcalde Luis Eduardo
Garzón, como asesora del despacho y responsable de la que fue llamándose
Oficina de Mujer y Géneros, una oficina sin lugar específico en la estructura
institucional que fue creando su lugar en el territorio del Distrito Capital, y
el segundo, desde mi inserción en instancias organizativas de la sociedad
civil en el nivel distrital, que cubre los años 2008-2011, periodo durante el
cual fui elegida para integrar el Consejo Consultivo de Mujeres de Bogotá12
De esta manera hemos recorrido seis décadas en las cuales confluyen
mi historia, nuestra historia y la historia del país en que vivimos y en el que
hoy nos encontramos, de las cuales las tres últimas vieron la emergencia de
los feminismos, llamados así, en un plural muy suave casi imperceptible,
que como alcancé a enunciar antes, empezó a tomar forma en mi cuarta
década, la de los ochentas y fue creciendo y consolidándose con fuerza en
la de los noventa cuando el nacimiento de una Colombia Constituyente que
redefinía sus principios para ampliar la democracia, alimentaba aún las
ilusiones por un mundo en el que todos y todas cupiésemos. Una época en
la cual la letra ese, empezó a formar parte de los nuevos léxicos, en los
cuales también me siento y me pienso inmersa, ya no para eliminar a las
palabras singulares y universales que las precedieron sino mas bien para
dar lugar a la asignación de valores éticos a las diferencias, a todas las
diferencias constitutivas de lo humano.
Una S que muy recientemente recorre muchos rincones del mundo y
muchas
expresiones
de
la
humanidad
entera
animando
quienes
la
conforman a reconocer la diversidad, a asumir las diferencias con sentido
descubriendo como poco a poco y también a veces imperceptiblemente el feminismo y los feminismos
fueron incorporándose de manera diversa en sus cuerpo, en consonancia con sus experiencias y
trayectorias vitales, con sus relaciones con los movimientos de mujeres y con otros movimientos sociales.
Hoy digo gracias y renuevo acá mis especiales reconocimientos a Marta Buriticá, Patricia Prieto, Marta
Buriticá, Magdalena Barón, Elizabeth Quiñones, Sandra Mojica, Luz Yanira Garzón, Angélica Bernal,
Alejandra Ortiz, Diana Marcela Gómez Correal, Chila Pineda, Martha Lucía Sánchez y con ellas a todas
las mujeres que formaron y forman hoy parte de este proceso sobre el cual escribí un artículo en la
Revista En Otras Palabras… No. 17.
12
Para conocer la génesis, composición, principios, objetivos y funciones del Consejo Consultivo de
Mujeres del D.C. de Bogotá, puede consultarse el Decreto 403 del 5 de septiembre de 2007 del Alcalde
mayor de Bogotá y las demás normas que lo sustentan.
47
ético-político y epistémico, a dar cuenta de la pluralidad, a asumir la
coexistencia de lo uno y lo múltiple, a dar lugar al nacimiento del sí misma,
de nosotras mismas como sujetas deseantes y no como objetos del deseo,
de nosotras mismas como sujetas de derecho y no como sujetas al derecho
patriarcal.
Una S que nos habla de las profundas relaciones entre la violencia y
las violencias, esas violencias cotidianas contra las mujeres por el hecho de
ser mujeres en las que se sustentan todas las violencias estructurales que
se siguen legitimando en las guerras.
Una y muchas SSSS que nos situaron en los pretendidos y falsos
límites entre la modernidad y la posmodernidad. Esas SSSS que en el decir
cotidiano se nos hacen agua la boca, que animan la mirada de la sospecha,
la complicidad, la pre-ocupación y la pregunta por si estamos en el fin de la
historia o más bien en el incesante comienzo de nuevas historias que no
tienen fin.
Esta historia que Marcela Lagarde, situada en el dilema mismo sobre
de los universales, le permite afirmar a voz en cuello que “el feminismo es
universal por primera vez en la historia”. Esta historia sobre la que aprendí
a preguntarme con Lucía Guerra acerca del sujeto femenino y la sujeta
mujer cuando interrogaba porqué razones, precisamente en el momento en
que emergen en la historia nuevos sujetos, los sujetos inesperados de
Lyotard, otras voces claman o proclaman a los cuatro vientos por la eclosión
del sujeto y el derrumbe de los universales…
Por ello esas cuatro preguntas que formulé al comienzo de mi
intervención, ya no son mías, quedan abiertas al debate público y por tanto
al debate de cada una de las aquí presentes y de los colectivos a los cuales
pertenecen, como también quedan de nuevo en sus mente las cuatro
preguntas de esta canción del folclor colombiano que sigue entonándose en
nuestro territorio. Y todas quedan acá registradas no para creer en ellas,
sino para de-construirlas desde sus propias experiencias, desde la acción
individual y colectiva que nos acompaña al venir a este encuentro, con el
deseo de que sean motivo para animar éste y muchos encuentros más. Para
que se formulen de otras múltiples y variadas maneras y permitan la
emergencia de nuevas y variadas historias. Para que nos permitan
48
mantener vivo el deseo de contarnos los cuentos que necesitamos para
conferir sentido a nuestra existencia. Para que contribuyan a volver al
pasado, ya no para repetirlo sino para conocerlo y desentrañar en él la
siempre presente relación entre lo que se mantiene y lo que se trasforma.
Para desatar nudos y reanudar el futuro contando con las apuestas y las
propuestas del feminismo y de los feminismos en sus múltiples expresiones.
Para que quienes no son feministas comprendan que ni las feministas
ni el feminismo deseamos la univocidad no solo porque no es deseable sino
además porque no es posible, ni necesaria. No queremos un mundo en el
que todos y todas sean feministas, deseamos un mundo en el cual todas y
todos sepamos que gracias al feminismo estamos hoy en posibilidad de
transitar espacios que nos fueron vedados.
Queremos una Colombia en la cual sea posible descubrir el potencial
transformador de esa magia que hoy nos permite reconocernos en las
diferencias que nos constituyen y cuyas artes aprendimos en el feminismo
que permitió la emergencia de la mujer como sujeta de la historia, sujeta
de derechos y sujeta deseante, y que paulatinamente va abriendo sus
puertas a la diversidad de feminismos, a su multiplicidad.
Y permítanme ustedes finalizar esta intervención escuchando algunas
voces que han alimentado y hecho crecer mis diversos encuentros con el
feminismo entre las certezas y las incertidumbres de la frágil condición
humana, y diciendo gracias a todas y cada una de ellas:
Gracias a todas las mujeres anónimas que me enseñaron a decir una
y muchas herejías, entre las cuales se destacan:
Dios es negra
Patriarca tus pesadillas son nuestros sueños
Anónimos grafittis
Gracias a todas las mujeres con quienes la vida nos permitió encontrarnos
para aprender el valor de otras voces:
Nunca fui capaz de saber con precisión qué era el feminismo. Lo
único que sé es que la gente me llama feminista cada vez que
expreso sentimientos que me diferencian de un limpión o un trapo.
49
Traducción libre de un pensamiento de Rebecca West Hoy día, una de
las pocas utopías que siguen en pié y la única revolución triunfante
de este siglo, revolución que si fue avanzando en las cuatro esquinas
del mundo y que se efectúo sin fusiles, sin tanques, sin ejércitos y sin
un solo muerto. Florence Tomas (1999).
Gracias Florence, Martha Cecilia, Cris y todas las mujeres que hace
treinta
años,
hicieron
posible
un
Primer
Encuentro
Feminista
Latinoamericano y del Caribe quienes en 1980 afirmaban con la fuerza de la
historia de las mujeres:
Dentro de lo que han significado los procesos históricos y el despertar
de todos los grupos oprimidos, la mujer se plantea como uno de los
poros que estallan, como uno de los puntos que ataca y cuestiona el
poder social que la coacciona. Históricamente este movimiento se ha
llamado feminista y ha querido significar algo más que femenino o de
mujeres en general. Con esta palabra “feminista” se ha querido
abarcar a la mujer, a las mujeres (en grupos o independientes) que
nos agrupamos en una causa común, que cuestionando la forma
social
de relacionarse, cuestionamos el gesto “natural” que nos
discrimina como “mujeres”. Que afirmamos una causa, no como
minoría oprimida sino como más de la mitad de la población que no
quiere estar más sumida.
(…) La transformación de las relaciones
que nos oprimen como mujeres potenciará cualquier causa porque
obraremos no como sombras o complementos sino como personas.
La causa feminista las atraviesa todas. Es la herida profunda que lo
recorre todo.
Martha Cecilia Herrera Cortés y María Cristina Suaza Vargas 1980.
Gracias a las mujeres que desde ese otro continente con el cual nos
encontramos
para
reconocernos
como
Iberoamérica
con
quienes
interrogamos hoy, desde la posibilidad antes no existente en la historia de
reconocernos como pares, las relaciones entre lo local y lo global:
50
La
influencia
del
feminismo
va
in
crescendo
en
progresión
geométrica. A finales del siglo XX el feminismo ha penetrado en
muchos espacios de la realidad social. El feminismo del siglo XXI debe
clarificar las conexiones de los ideales de los diferentes feminismos. Y
en ese sentido debe pensar globalmente al mismo tiempo que actuar
de manera local. Pero siempre contrastando los discursos con las
prácticas sociales y nunca olvidando los hechos.
Amelia Valcárcel, Andalucía, España, 2000.
Gracias a las mujeres latinoamericanas que concentran la mirada en
las propuestas gestadas en este continente y nos animan a mantener vivos
los necesarios nexos entre una modernidad cuyos valores aún no se han
realizado y una postmodernidad que busca nuevos discursos, nuevas
prácticas y nuevas rupturas que nos mantienen alertas:
De hecho, la autonomía política de las mujeres es un rasgo distintivo
del movimiento feminista. En eso, hasta los noventa, coincidían todas
las formas feministas del movimiento
de liberación:
liberales,
socialistas, radicales, de la diferencia sexual y académicas.
En su
búsqueda de la igualdad de derechos, las mujeres organizadas han
sido ridiculizadas, menospreciadas, asesinadas Pero desde hace una
década, de repente, parece que la igualdad está al alcance de sus
manos.
Personajes
cinematográficos
de
mujeres
peleadoras,
amazonas en la televisión, ministras de estado, presidentas de
corporaciones financieras: la imagen está creada. Pero no, la
universalidad les está vedada; su diferencia sigue visualizándose
como contingente, anecdótica, no constitutiva de la humanidad. (…)
El feminismo hoy mas que nunca vive gracias a sus diferencias
internas. Es un movimiento de movimientos, algunas veces en
diálogo, otras enfrentados, la mayoría de las veces desconociéndose
mutuamente. (…)Estoy convencida de que la utopía, a pesar de todos
los límites que pueda tener el concepto, es el espacio ético por
excelencia desde donde pugnar por una política de las mujeres, que
51
informe a la macrocultura de la supremacía masculina acerca de
nuestras formas de interacción.
Francesca Gargallo, Bogotá, Colombia, 2004.
Gracias a Paulina Triviño, a las Mujeres de Fundac y con ellas a todas
las mujeres que han ido tejiendo redes que animan el encuentro entre las
diversas expresiones organizativas de las mujeres de sectores populares y
del amplio movimiento social de mujeres con quienes transitamos para
descubrir las profundas huellas que dejan en nuestros cuerpos las historias
inscritas en los cuerpos de quienes portan una, dos, tres o más diferencias
que ancestralmente han sido objeto de discriminación:
La formación y capacitación que he recibido ha estado influenciada
por el feminismo y orientada por la educación popular y la pedagogía
de género como forma de ver y entender el mundo, y sobre todo
como práctica social para avanzar en el ejercicio de la libertad y de la
autonomía que aporta a la construcción de la democracia. (…) He
ganado en capacidad de concertación, de gestión, de construcción de
alianzas. La claridad y la certeza de que los derechos humanos y los
derechos humanos de las mujeres se deben cumplir en todo el
territorio Nacional; la certeza de que las leyes y las políticas son
susceptibles de cambio, y sabiendo las limitaciones y falta de
voluntad
política
corporaciones
organización
que
públicas,
y
con
encontramos
hoy
una
en
seguimos
participación
las
instituciones
reafirmando
consciente,
que
y
con
decidida
y
propositiva lograremos lo que nos propongamos.
Paulina Triviño, Bogotá, Colombia, 2009.
El feminismo está vivo donde quiera que haya una mujer feminista
porque el feminismo es una forma de ver y de mirar el mundo
Cris Suasa, Bogotá, 2009.
Gracias a todas ellas por enseñarnos el valor de conversar entre
mujeres y de conversar con mujeres. Gracias por hacer posible reconocer y
52
asumir las tensiones presentes en esa conflictiva y promisoria relación entre
el feminismo y los feminismos, el movimiento social de mujeres, otros
movimientos sociales, la academia, el estado y las siempre necesarias,
preguntas y denuncias sobre la omnipresencia del poder patriarcal que aún
en extinción se resiste a desaparecer.
Gracias por hacer posible el paso de la soberanía de los pueblos a la
soberanía de nuestros cuerpos. Gracias por las posibilidades que este
encuentro nos ofrece para mantener las tensiones entre disentir y
consensuar, armonizar y conflictuar, incidir y decidir siempre presentes en
las dinámicas cambiantes del movimiento feminista y del más amplio
movimiento social de mujeres que toma la palabra para interpelar al con la
firmeza y las fuerza de la construcción del valor de la sororidad como
posibilidad del diálogo entre libertad, igualdad y sororidad que nos permiten
y nos obligan a seguir interpelando el Estado, la Academia, la Sociedad civil,
las relaciones entre éstas, siempre desde lo que somos y lo que hacemos, o
mejor, desde lo que vamos siendo a medida que vamos haciendo.
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Traducido por Edmundo Moure y Marisol Moreno sobre la base de una adaptación
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54
De la subversión a la inclusión. Una contribución al “silencio
roto”, desde mi feminismo.
Doris Lamus Canavate
De la subversión a la inclusión, recoge la dinámica general que
registran los movimientos de mujeres/feministas de la Segunda Ola en
Colombia (1975-2005). Presento aquí, de manera esquemática, los ciclos a
los que hago referencia y unos elementos claves al final para aportar a la
reflexión. Esta es mi contribución al “silencio roto”. El agente de este
discurso es el movimiento social.
1. Dinámica general movimiento(s) feminista/de mujeres
Ciclos del movimiento:
1. Etapa formativa: se inicia hacia los años 70 y se caracteriza por un
discurso
y
unas
prácticas
que
muestran
posturas
radicales,
contestatarias y subversivas.
2. Hacia finales 80 e inicios del 90: Se produce un desplazamiento en
su proyecto político hacia posturas de corte liberal e incluyente.
En consecuencia:
El campo feminista/de mujeres, en este segundo momento del ciclo,
el movimiento en sus diversas expresiones se institucionaliza, construye y
reconstruye a partir de y en interacción con otros discursos; entre otros se
destacan los siguientes:
1. Naciones Unidas
2. Agencias de cooperación
3. Políticas de Estado
De este modo el discurso inicial pierde beligerancia y queda
inscrito/instalado en el proyecto democrático liberal, al parecer el único
55
disponible para articular las diversas formas de resistencia CIVIL a la
subordinación.
En resumen, la intención fundamental de transformar valores y
prácticas de la cultura patriarcal da paso en los 90 a reivindicaciones no
menos importantes pero que desplazan y quizás sacan de la agenda, las
intenciones primordiales y sitúan en su lugar aquellas que la tensión
guerra/paz hace MÁS visibles.
2. Movimiento(s) Feminista/ de Mujeres
En la revisión de la literatura disponible en Colombia y algunos países
de América Latina de significativa producción escrita, la denominación o
etiqueta de movimientos sociales no se registra sino hacia los años 80. Sin
embargo con esta etiqueta se puede rastrear en la literatura un importante
conjunto de textos escritos por académicas y activistas que dan cuenta de
sus discursos y movilizaciones. Esta denominación,
a) Simplifica lo complejo. Habla de un movimiento amplio y diverso
donde confluyen múltiples diferencias y por consiguiente, todos sus
conflictos, nudos y tensiones. Unas veces son mujeres en los movimientos;
otras, movimientos de mujeres, algunas feministas confesas, otras no, y, la
mayoría de las veces feministas con algún apellido…
b) Revela, en la literatura existente, que prevalece el registro de la
dinámica, los debates políticos, las estrategias de trabajo, pero, resulta casi
ausente la reflexión teórica, un cuerpo teórico/político/estratégico del
proyecto de emancipación, transformación, como movimiento social.
c) Se destaca así mismo la temprana y emblemática bandera por la
Autonomía frente al padre, al compañero/marido/esposo; al Estado, la
Iglesia y frente a toda relación que subordine, subyugue, discrimine o
explote. El cuestionamiento a todo tipo dogmas y valores imperantes en
relación con el lugar de las mujeres en la sociedad. Esta mirada feminista
nos diferencia del feminismo precedente, el de la ola sufragista.
3. Treinta años de los Movimiento(s) Feminista/ de Mujeres
1970 – 1980:
Formación, avance, fortalecimiento, consolidación
56
Desde su etapa formativa y a medida que se desarrolla formas
organizativas, se produce la incorporación de las diferencias de
orígenes, posturas políticas, identidades. Surge por ello como
elementos inseparable el conflicto, los antagonismos,
las
rupturas, los (re)inicios…
En este primer ciclo es fundamental en el discurso y en las
prácticas feministas de entonces el rechazo, la desconfianza y
crítica a las instituciones del Estado y a los partidos…
1990 – 2000:
Fortalecimiento de organizaciones, formación de redes nacionales y
trasnacionales. Rupturas, (re)inicios y (re)articulaciones.
Institucionalización de discursos y prácticas feministas ahora
denominadas de género
Descentramiento e ingreso en el Estado y otros espacios de la
sociedad.
Procesos pre y post constitucionales favorecieron nueva formas de
organización (ONG)
Estudios de género, centros de documentación…
Discursos
y
prácticas
se
llenan
de
nuevo
contenido:
nuevos
escenarios, nuevas categorías, demandas de mayor inclusión y cambios
formales a través de la legislación y las instituciones del orden político. En
este proceso el discurso inicial pierde beligerancia y radicalidad y queda
inscrito en el proyecto democrático liberal.
En los inicios del siglo XXI: Hemos incursionado por todos los
espacios, la calle, la plaza, el aparato burocrático del Estado, instancias de
designación y elección, partidos políticos, academia, Ongs…
Tenemos una tupida trama de organizaciones inspirada en mayor o
menor medida en la lucha contra la discriminación y por los derechos de las
mujeres, algunas de ellas feministas, sólo algunas…
Sin embargo, es necesario evaluar la relación logros cuantitativos vs.
cualitativos;
re-evaluar
elementos
aplazados, desplazados, reemplazados.
57
claves
del
proyecto
fundacional,
Es importante recordar que las transformaciones del mundo cultural y
simbólico son de larga duración y no se modifican con las conquistas legales
y, menos, en el corto plazo. Hay frentes y estrategias de trabajo, así como
discursos que no se deben abandonar.
Asuntos relevantes pendientes
1. ¿Fragmentación o polisemia?
“No es la pobreza de significados sino la polisemia
la que desarticula una estructura discursiva”
Mouffe y Laclau.
Frecuentemente se oyen voces que lamentan la situación de
“fragmentación”
en
que
e
encuentra
el
movimiento.
Sin
embargo,
acudiendo a la lectura de la cita que enuncia este punto, quiero recordar
que es la riqueza de voces, de propuestas, de orientaciones, de discursos,
de debates, de prácticas, lo que hace vital, vigentes las reivindicaciones del
feminismo.
El ejercicio de articulación tiene que partir de lugares de encuentro,
puntos estratégicos de lucha frente al objetivo de trasformación
que se
supone nos convoca.
Tenemos la responsabilidad de administrar, de procesar el conflicto,
pues este es parte de nuestra propia existencia como sociedad y como
movimiento.
Tenemos un amplio movimiento con estrategias desde afuera, como
sociedad civil; desde adentro (Estado y aparato burocrático y político) y en
contra, del patriarcado y sus instituciones.
2. Efectos perversos (no deseados, ni buscados) de la des/re/politización
del discurso feminista. Sólo quiero plantear el problema, no la solución.
En el desarrollo de estas tres décadas el discurso feminista ha sufrido
importantes cambios, reorientaciones, ha enriquecido sus discursos y sus
práctica. En ese proceso, sin embargo, el discurso se ha DESpolitizado, en
el sentido de perder fuerza las categorías propias del feminismo. En su lugar
se han posicionado conceptos y categorías que al parecer introducen
58
elementos “técnicos” o “neutros” en el discurso. Pero no hay discursos
neutros. El mejor ejemplo es la generalización del uso de la categoría
género. Estos nuevos conceptos repolitizan las intervenciones, las hacen
“más estratégicas” pero, al tiempo, se las despoja de la fuerzo y la
intencionalidad del discurso inicial, feminista.
Pienso que no podemos dejar al azar los rumbos del proyecto
feminista. Tenemos que recuperar el sentido crítico, más aún, autocrítico.
Hay tareas de profundidad que continuar.
3. Para terminar quiero llamar la atención, sobre lo que en mi trabajo he
llamado nuestra tarea pendiente: Las articulaciones con las organizaciones
feministas/de mujeres afrodescendientes. Y aquí sólo dejo una pregunta:
¿Cómo articularnos con ellas, sin subordinar, discriminar o excluir?
Bibliografía
Lamus Canavate, Doris (2010), De la subversión a la inclusión, Movimiento de
Mujeres de la Segunda Ola en Colombia, 1975-2005. ICANH, Bogotá.
59
DEBATE PANEL 1
Argelia Londoño Vélez
Me evoca y me produce mucha conmoción algunas intervenciones y
me gustaría agregar tres elementos del tema de los orígenes y tiene que
ver con esa invitación a refundar el feminismo del país, en conversaciones
con con Ana Cristina,
Beatriz y Clara Mazo, recordábamos las influencias
del feminismo en el país, que nos influencio a las personas que nos
autodenominamos feministas, en el 75 y 76 era bastante difícil auto
nombrarse feminista, de esas cosas recuerdo la música y recuerdo
despeinada, las lecturas Rosa Luxemburgo, David Cooper, Simone de
Beavouir entre otras, la feminista italiana Carla Alonso y donde reunidas en
mi casa donde Beatriz, lo leíamos y releíamos a lo que he llamado la auto
fundación en el año 76, amábamos una figuras de Tania la guerrillera, la
defensa de cuba, del son cubano, además de la autoconciencia era el
énfasis sobre el discurso del cuerpo, contra el aborto, entre otros
estábamos en la militancia y en el compromiso social con el cambio
Cuando hablo de refundarnos es la autoconciencia, la partícula anti,
anti patriarcal, anti…
Doris Lamus
Retoma las preguntas ¿Por qué debemos dejar de ser subversivas y
subvertirnos?
Lo que yo estoy planteando no es eso, lo que digo es que los inicios
y hasta muy avanzados los años 80, las reivindicaciones de las feministas
eran muy subversivas, era la puesta en escena del sujeto y de la
subjetividad, las feministas son las que ponen en público lo privado eso es
lo más interesante que he oído y vivido. Esas posturas subversivas declinan
en el avance de las posturas feministas.
Muy recientemente después de la despenalización del aborto y las
movilizaciones, hemos recuperado nuestras manifestaciones beligerantes.
No quise decir que dejemos de subvertirnos.
60
Juanita Barreto
¿Nos podrías contar de la experiencia como feminista en el Estado?
En 2004 en café entre mujeres, me preguntaron es posible el
feminismo en el Estado y conteste .. no se [hace referencia a unos texto
citados en su ponencia]
El feminismo está vivo donde quiera que haya una mujer feminista.
Me congratulo mucho con las mujeres de Cali con su polifonía de
pensamiento nos han puesto de nuevo a algo que siempre nos olvida. Yo
quería insistir en el temor que me asiste el perder en esta oleada capitalista
los riesgos para nosotras.
Elizabeth Quiñónez
Creo que hay muchas sintonías en la capacidad subversiva, me
congratulo con las mujeres de Cali, con su polifonía de pensamiento de
voces, nos ha puesto de nuevo algo que algunas veces se nos olvida, por la
razón patriarcal.
Me asiste un temor de perder, en esta recuperación que hace el
mundo capital, permanentemente estamos ampliando los derechos, pero
estamos también ampliando las capacidades, el sistema mundo capital.
Yo desconfió de la tal llamada democracia, pues es un terreno
resbaladizo y peligroso, yo he trabajado para el estado, uno debe estar en
el estado para que el cuerpo de las mujeres sea deshabitado de las
violencias y del sistema patriarcal.
Nancy Prada
Doris mencionaba que hay varias maneras de intervenir desde
adentro, fuera y en contra; pero insistir en ese discurso de todas las
acciones son necesarias, creo que es importante revisar el debate y trabajar
más en contra, mas subversivas desde lo simbólico, como muchos grupos
de estudiantes universitarios y jóvenes, que después crecen y se les olvida
todo.
Estas mujeres jóvenes no hacemos parte de las feministas duras del
país y entonces luego se olvida el trabajo realizado
61
Piedad Morales
Desde que empecé a bajar de la calle que conduce a la autopista para
tomar el autobús, empecé a llorar, porque venía para acá. Yo hace 29 años
no era feminista era comunista y sin embargo aquí están mis maes, algunas
de mis maestras feministas, no están mis maestras feministas comunistas
Estoy muy conmovida porque hoy soy poeta, feminista poeta, y acepto el
desafío de lo que significa amar a otra mujer, y eso es un reconocimiento a
lo que el feminismo inauguro en mi vida. Que rico esa voz de las jóvenes,
esas preguntas, esa genealogía, que ya hicieron algunas de las que
hablaron. -Lee un poema-.
Alejandra Ortiz
¿Por qué plantear la división biológica entre el feminismo joven y
todas las demás?
Justamente lo que quería proponer es hacer una crítica necesaria, era
un debate también sobre lo que ha significado ser feminista joven. La idea
no es hacer relevos generacionales, es caminar juntas, reconociendo
nuestra edad diferente sin que la edad sea significado de desigualdad.
Ana Cristina González
Quería hacer un par de comentarios sobre lo de la juventud, esta no
es
una
discusión
intergeneracional,
nueva,
y
mi
hace
postura
17
sigue
años
siendo
estaba
la
en
misma,
una
mesa
desde
mi
perspectiva, pocos movimientos capaces de abrir el feminismo. También
con sus tensiones, todas aquí llegamos jóvenes al feminismo.
Todas debemos estar en todo y en todas partes, que hay tensiones,
claro que las hay, entonces todas las que tengamos ánimos para decir,
para pelear para transformar. Todas debemos estar en todas partes,
hacemos parte de este movimiento político y hay problemáticas en todos los
grupos de mujeres, entre todas tenemos que discutir.
Reflexiones sobre el tema de la juventud, mi preocupación política es
que esta disyuntiva entre las jóvenes y otras, hace que en momentos
perdamos a mujeres jóvenes porque dejaron de ser jóvenes dentro del
62
feminismo. Creo que nuestro terreno de disputa del feminismo
como
práctica feminista es de todas.
Clara Mazo
¿Qué nos constituye como movimiento, cual es la diferencia entre
movimiento de mujeres y movimiento feminista?
Yo creo que en Colombia nos hemos convertido en movimiento de
mujeres y hemos perdido mucho en movimiento feminista, en mi
intervención intente ser clara sobre las feministas y feminismos. Cuáles
pueden ser las estrategias, retomo las palabras que le dijeron a Alejandra
“Tu eres tú para decir lo que quieras”, no hay una forma, se supone que el
autor reconocimiento cada una se lo da.
¿Qué significa la sororidad?. Yo tengo un problema con la sororidad
por lo que significa la palabra, yo tengo un problema con la palabra de
monja porque ahí hay mucho de rivalidad, me gusta más el término
afidamento.
Florance Thomas
Antes de hablar si sororidad es una palabra que nos gusta, el
esfuerzo que debemos rescatar es la creación de nuevas palabras, cuando
yo me refiero a la sororidad nunca pienso en Dios, ni en monjas, bueno
podemos hablar de Sor Juana Inés de la Cruz, que no fue cualquier monja
Graciliana Moreno.
Con muchos años de vínculos con la izquierda pero sin la fortuna de
otras de haberse podido conectar con el feminismo, pero sintiéndome
mujer, Me aborda la pregunta de la refundación del feminismo, retomando
la palabra de la compañera de Cali, que hablaba sobre la necesidad de
establecer vínculos con las otras mujeres, sin ser declaradas feministas
posiblemente sin menos conciencia de que la lucha contra el patriarcado,
creo que no podemos hacerlo y trabajar solas, sin contar con las otras
mujeres,
quienes
en
el
cotidiano,
viven
las
distintas
formas
de
discriminación. Me llamo la atención un debate que se dio en Cali en la
mesa de mujeres de Cali, la crítica de las afrodescendientes, de las mujeres
63
feministas que nos comprenden nuestro discurso, cuales son los vínculos
que debemos dar con las otras, hasta con las institucionalizadas, y también
quiero poner en la mesa la relación con los otros, un movimiento planetario,
y nuestras relaciones con las feministas latinoamericanas, europeas que nos
dan punto de transformación
Raquel González Henao
Quería retomar las cosas que han dicho para referirnos a una
preocupación que tengo hace tiempo. Hay colectivos que son anti… pero son
deslegitimados pues se entiende que ese asunto es de juventud. El tema del
anti, no es de juventud sino de diferencia política, así queremos
relacionarnos con las mayores, y no queremos que se nos considere son tan
jóvenes y por tanto rebeldes.
Martha Buriticá
Somos múltiples formas de ser mujer, no a la normalización del
patriarcado, a las utopías del poder y Juanita nos refirió al poder triángulos
y círculos. Mapa de la complejidad no se puede repensar desde formas tan
poco lineales, mi pregunta es cuál sería la fórmula del feminismo, mi
pregunta es si necesitamos un proyecto feminista o desde donde queremos
construir un proyecto de sociedad desde nosotras. Mi pregunta es si el
feminismo puede responder al proyecto de sociedad que la polisemia nos plantea.
Cecilia Barraza
Hay una aproximación histórica al feminismo, pero falto el contexto
político en el cual se desarrollo el feminismo para decir si hoy el feminismo
es o no subversivo o mas subversivo que antes. Creo que el contexto
político que vivimos hoy, es importante preguntarnos que es el feminismo,
yo creo que es súper subversivo estar reunidas hoy hablando de feminismo,
no basta con tener una identidad, sino una posición política,
No basta con tener una identidad ni unas características que nos
reúnen, lo fundamental es ver cuál es nuestro proyecto político, alrededor
de tres cosas que nos plantean: Violencia de las mujeres, participación
64
política, afectación del conflicto armado en la vida de las mujeres. Lo cual
aporta elementos para cual es el estado en que queremos vivir, cual es el
país en el que queremos vivir.
Bibiana Peñaranda
Hay
una
preocupación
de
las
mujeres
negras
que
es
la
interseccionalidad, la violencia no nos golpea igual a las mujeres negras que
a las mestizas. Qué hacer para que el anti racismo se convierta en una
lucha de las mujeres. El racismo es una pata del capitalismo y del
neoracismo. Si el racismo no se acaba el machismo tampoco se va a
acabar.
Aunque se sea defensora de muchas cosas, se tienen
muchas
actitudes racistas. Cómo hacemos para que las mujeres mestizas y blancas
para que sientan que la lucha contra el racismo son una lucha de ellas.
Andrea Martínez
Pensarnos una nueva sociedad y el feminismo a través de diferentes
espacios, y uno de ellos desde la educación
Juanita Barreto
¿Cómo proponer los estudios sobre las mujeres desde una práctica de
los feminismos? La institucionalización de los estudios sobre las mujeres no
hubiera sido posible sin estudios feministas, sin la fuerza de los debates. La
forma como hemos vivido la subordinación no es lo mismo entre todas, no
puede seguir anulándonos para dividir sino compartiendo
Julieth Gómez
Yo recibo con muchísimo amor las palabras de Clara. Tenemos que
seguir apostando a cerrarnos un poco por inventario, antes de hacer las
transformaciones hacia afuera. Debemos hacer reflexiones internas antes
de ir hacia fuera y pasar por un proceso de concientización. Pensarnos
feministas desde la autoconciencia, desde el autocuidado.
65
Mesa Temática 1: Violencia contra las mujeres: avances
legislativos,
realidades
y
desafíos
para
el
movimiento
feminista
Coordina: Claudia Cecilia Ramírez Cardona
Feminismos y violencias contra las mujeres. De caminos
recorridos y por recorrer
Claudia Cecilia Ramírez Cardona
Buenos días, muchas gracias por la invitación a participar en este
espacio tan necesario para que pensemos juntas sobre nuestras utopías y
los caminos para hacerlas realidad.
Se ha avanzado en hacer visibles las violencias contra las mujeres
Se ha logrado incorporar las violencias contra las mujeres en las
normatividades nacionales e internacionales
Se han posicionado las violencias contra las mujeres y contra otros
grupos humanos que por color de la piel, edad u otra condición o
situación no encajamos aún del todo en el paradigma de lo humano,
como violaciones a derechos humanos, con lo que los Estados se han
visto llamados a ejercer labores de prevención, atención, sanción y
reparación.
¿Qué pasa entonces, si a pesar de todo lo anterior las violencias
contra las mujeres o están ocurriendo igual que antes o van en aumento?
Propongo para el debate, una mirada –a vuelo de pájaro- por algunos
de los caminos que hemos transitado y algunas pistas de mujeres
visionarias y atentas a las mutaciones en los dispositivos de poder que
continúan perpetuando el patriarcado en nuestras narices.
1. El camino estrecho del derecho
Durante una época no tan lejana de la historia parecía evidente,
aunque fue necesario mostrarlo y demostrarlo, que el derecho era un
66
instrumento más a través del cual el patriarcado sustentaba el ejercicio de
poder de los hombres sobre las mujeres. Los ejemplos son innumerables:
se nos negaba el derecho al voto, no podíamos administrar nuestros bienes,
tenía un mayor castigo el robo que la violación, la mujer podía ser
asesinada impunemente cuando era encontrada con el amante, no había
lugar para medidas de acción positiva. Por supuesto persisten algunas
medidas que como la penalización del aborto continúan siendo un terreno
en disputa en el ámbito legal frente a las cuales no podemos bajar la
guardia. No obstante, desaparecidas del espacio de la ley una gran cantidad
de expresiones de uso cínico y abierto del poder, de una manera u otra, el
derecho sigue siendo un espacio de ejercicio de poder de los hombres sobre
las mujeres. ¿Qué se nos escapa?, Lograda la norma “justa” o la exclusión
de la norma “injusta”, ¿cuál es el peso real de las prácticas judiciales en la
impunidad que día a día verificamos en los casos concretos de violaciones a
los derechos humanos de las mujeres? ¿Por qué los incrementos de penas
no son tan efectivos ni desde el punto de vista punitivo ni como disuasores?
¿Hemos dimensionado las consecuencias en la sociedad, en los agresores y
en las víctimas, de incrementar penas o de crear nuevos delitos que en la
práctica no se aplican?
Para Rita Laura Segato (2003) quien reivindica el derecho como un
espacio para posicionar lo que una sociedad considera como éticamente
deseable, éste se queda corto como espacio único para atender una
problemática que está ligada a “los afectos constitutivos de las relaciones de
género” terreno en el cual la violencia es percibida como normal, como
parte de las reglas de juego, lo que infelizmente señala “no puede
modificarse por decreto, con un golpe de tinta, suscribiendo el contrato de
la ley”.
Iris Marie Young (1990) propone una mirada a la violencia contra las
mujeres y otros grupos sociales como un asunto no solo de pertinencia del
derecho, sino de justicia social pues la caracteriza como una cara de la
opresión que consiste más que en el conjunto de actos particulares en sí, en
el contexto social que los rodea y que los hace posibles y hasta aceptables.
“Lo que hace de la violencia un fenómeno de injusticia social, y no solo una
acción individual moralmente mala, es su carácter sistemático, su existencia
67
en tanto práctica social. La opresión de la violencia consiste no solo en la
persecución directa, sino en el conocimiento diario compartido por todos los
miembros de los grupos oprimidos de que están predispuestos a ser
víctimas de la violación”. Y que es bastante improbable que haya castigo. Al
enmarcar la problemática como un asunto de justicia social, la agenda de
las mujeres tiene una mayor exigencia de integralidad pues en la medida en
que las instituciones y las prácticas sociales alientan, toleran o permiten que
se lleva a cabo la violencia contra miembros de grupos determinados,
dichas instituciones y prácticas son injustas y no deberíamos abandonar
este terreno de acción política buscando su cambio para que ellas sean
realmente justas.
El camino del derecho es uno de tantos, uno que aunque tal vez más
seguro a lo mejor por lo derecho, no nos puede disuadir de transitar
muchos otros. Además, la vida real tiene muchas curvas……
2. El camino del género y lo políticamente correcto
Es cierto que parecemos más inofensivas cuando hablamos de
género, parecemos también más inclusivas, menos egocéntricas, más
ecuánimes. Si hablamos de violencia de género pareciera que concordamos
con la objeción tantas veces expresada: “las mujeres también son violentas
con los hombres”. Es decir que, si bien desde la teoría, cuando se habla de
violencia de género está se enmarca en un sistema en el que existe
desigualdad en las relaciones de poder de los hombres respecto de las
mujeres,
niños
y
niñas,
personas
con
discapacidad;
de
hombres
heterosexuales respecto de personas LGBT; de hombres blancos respecto
de otras razas etc…, el discurso oficial ha “neutralizado” el término tanto en
su potencial de develador de un ejercicio de poder como respecto de sus
posibilidades revolucionarias. Cuando nombramos “violencias contra las
mujeres” en lugar de “violencias de género” estamos poniendo el dedo en la
llaga, estamos hablando de manera directa de una realidad.
Estratégicamente es necesario poner en una balanza lo que ganamos
y lo que perdemos…
68
3. El camino de la mujer, las intersecciones de las mujeres, los caminos
diversos
Cuando decimos “la mujer” ¿de quién estamos hablando? ¿tiene
carne y hueso esa mujer?, ¿vive en algún lugar la mujer?. Somos
latinoamericanas, somos mestizas, negras, indígenas, somos pobres, ricas,
clase media, somos adultas, niñas, ancianas, somos urbanas, campesinas….
En España las mujeres buscaron una ley para regular las relaciones
afectivas en las parejas. Para nosotras, habitantes del continente más
desigual de la tierra, con mucha pobreza, la violencia económica juega un
papel determinante. Aquí la feminización de la pobreza es palpable y se
trata de un elemento de contexto imprescindible a la hora de valorar,
dimensionar y plantear soluciones a la problemática integral de las
violencias contra las mujeres. Un reciente informe de la Cepal da cuenta de
la gravedad de la situación de las mujeres en la región1.
De otro lado, la diversidad étnica de Colombia y Latinoamérica es
parte de nuestra riqueza. Qué sabemos las mestizas de las mujeres
indígenas, de las mujeres negras? ¿Qué saben ellas de nosotras? ¿Cuáles
son las violencias que viven? ¿cómo las afrontan? ¿Cuáles de nuestras
violencias no las tocan? ¿cómo nos relacionamos?
La pregunta por la diferencia cobra sentido vital cuando nos la
planteamos frente a los demás, a los otros y al interior de nosotras mismas.
4. El camino de las pobrecitas – nosotras las víctimas
El hecho de hacer visible la violencia contra las mujeres como
violación a nuestros derechos humanos nos ubica de manera automática en
el paradójico lugar de víctimas. De un lado, podemos ser vistas como parte
de un colectivo que está sufriendo un daño, que hay responsables del
mismo y que debe haber justicia y reparación. Este sería el lugar político de
las víctimas. Pero, de otro lado, estamos permanentemente en riesgo de
ver a las demás y de ser vistas por los demás como minusválidas que
1
Las mediciones a nivel regional muestran que, en 2007, aproximadamente un 32,6% de las mujeres
urbanas y un 34,1% de las mujeres rurales de 15 años de edad en adelante que no estudian no cuentan
con ingresos propios. Las actividades de estas mujeres consisten principalmente en quehaceres
domésticos, lo que ocurre con una frecuencia que supera el 70,3% en los tramos de edad por encima de
los 25 años. La falta de ingresos hace más vulnerables a las mujeres ante rupturas conyugales, viudez o
cesantía de la pareja y las expone a la violencia aun en caso de vivir en hogares no pobres. (Cepal, 2010)
69
necesitan a otros que actúen por ellas, como seres desvalidos que requieren
protección, reforzando de esta manera el estereotipo de feminidad frente al
que nos rebelamos y corriendo el riesgo de fomentar medidas de prevención
o protección que terminen restringiendo aún más nuestra libertad y
autonomía.
¿Ni con el pétalo de una rosa?...
5. Nosotras las duras – El camino solitario
Queremos una vida libre de violencias, queremos ser libres, nuestra
aspiración es a la autonomía, la independencia. El empoderamiento. Todos
éstos son términos relacionales: libres frente a quién? Contra quién? ¿con
quién? ¿independientes de quién? Del padre, del hermano, del doctor, del
juez, del cura, del hombre?. Y el hombre qué?
Las
preguntas
sobre
la
paternidad,
sobre
la
responsabilidad
masculina como formadores y educadores de hijos e hijas, sobre las
instituciones de la modernidad y su relación con el sujeto masculino, sobre
la relación con el mundo económico y del trabajo, sobre el ejercicio del
poder desde una nueva masculinidad, les competerán sólo a ellos?
¿Más allá de las opciones sexuales individuales, ¿Nos interesa
construir espacios afectivos inéditos más allá de la victimización y la
culpabilización de los hombres?
Relatoría:
Se establecieron los acuerdos de la intervención
La violencia se da en el ámbito de un continuo en muchos ámbitos,
son multiplicidad de violencias, que se refiere no solo a lo físico, psicológico,
social, las preguntas son ¿cuál es el fundamento y a donde va orientada la
violencia? ¿Cuando hablamos de sancionar el maltrato, el Estado sanciona
al agresor?
Christiane
La nueva la ley saca la violencia hacia las mujeres del ámbito
doméstico.
70
Natalia Álvarez
Retomo las propuestas, el camino del Derecho es muy derecho, pero
hay una subjetividad de quien la aplica, y creo que nos podríamos quedar
aquí sin avanzar, el derecho es importante pero no creo que sea el espacio
y que sea el único camino para abordar las violencias, propongo acuerdos
como mujeres feministas,
Graciliana
A mí me parece que el movimiento de mujeres y de feministas tiene
un gran reto y es importante aclarar lo que podríamos trabajar en la
agenda. Revisando el cuerpo normativo, estamos en el país que tiene
muchas normas que no se aplican, la excesiva reglamentación. Nuestro
transitar se ha debilitado la movilización, de expresar nuestra rebeldía y
critica profunda que es un elemento fundante para el feminismo. Debemos
posicionar y hacer acuerdos
Elizabeth
La violencia hace parte del sistema, las leyes son para que no sean.
En el sistema patriarcal hace parte la violencia hacia las mujeres, deben
constituir un sujeto débil. Habitamos un cuerpo. Sin la violencia no existiría
el patriarcado y el capitalismo.
La normativa funciona como suavizador para que fluya mejor la
violencia, el derecho funciona a partir del patriarcado y el capitalismo, el
orden jurídico no hace sino bajarle el tono, el trabajo de las feministas es
muy fuerte en este tema. Nosotras protegemos el ser, como especie
propiamente humana para la libertad y desarrollo, no es suficiente la
normatividad, debemos desinstalar de nuestros cuerpos estas violencias
sistémicas, desde que nacemos, es muy complejo y un reto muy grande,
porque tienes vulva eres mujer y no necesariamente, puedes tener vulva y
ser hombre, hay que trabajar con la ley pero también de construirla, y
contra la ley. Debemos tener una capacidad de vida digna de vivir. Hay que
desarrollar 10 capacidades que nos potenciarían a las mujeres y esto solo lo
puede hacer el feminismo.
71
Mónica Sánchez
Soy arquitecta y mediante el trabajo en la vivienda, me he acercado
al trabajo con las mujeres, la 1257 aplica a la vivienda y a la ciudad a partir
de mi tesis en arquitectura. Mediante unas postales que he elaborado, estoy
trabajando en la sensibilización sobre la violencia, en la parte de atrás se
puede escribir, a manera de hacer catarsis sobre el mismo cuerpo.
Patricia Salazar
Muchas veces las posiciones jurídicas desvirtúan el contenido político,
la legislación ha sido muy importante y los aspectos jurídicos son muy
importantes para las mujeres feministas. Creo que es importante hablar de
conciliación, hablar de VIF, la ley 1257 es innovadora. Hay que seguir
castigando los delitos.
Sandra
Retomo la frase del rumbo de fortalecernos entre mujeres, traigo
preguntas que Claudia dejo en la intervención, y el titulo de la mesa de
trabajo. Para que hablemos de violencia contra las mujeres, pues es el dedo
que se pone en la llaga, demos un debate sobre los avances legislativos.
Habían estos avances pero desde el feminismos vemos esto o lo otro,
sabemos que hay obstáculos muy grandes, y hay que revisarlos.
Si
tenemos estos impedimentos tenemos unos desafíos
Juanita Barreto.
Tenemos retos y desafíos referentes a lo que nos propone Claudia, y
las paradojas sobre el lugar de las víctimas y sobre nuestros anhelos y
voluntades, no solamente de los gobiernos, donde nosotras no queremos
ser mas las victimas ni vulnerables, porque eso nos vulnera, cada vez que
tratamos este tema, que ha sido alimentando por el servilismo, feudalismo,
aquí la ley nos dio el derecho de quitar la palabra sirviente y cuantas de
nosotras nos sabemos los nombres y apellidos de las mujeres que trabajan
para nosotras. Tenemos paradojas, las normas son una condición necesaria
72
para el pacto social, pero no suficientes.
No todas estamos en todos los
movimientos.
Mujer de Girón,
En el municipio
de
Girón los
funcionarios
públicos
no están
cumpliendo la Ley y están agrediendo a las mujeres.
Juanita
Es importante tener en cuenta el camino recorrido, hemos logrado
normas y leyes, convenciones internacionales, yo soy de sector popular y he
vivido de cerca todos los tipos de violencias, la violencia no se puede reducir
al ámbito privado, hay múltiples espacios donde se da la violencia. Muchos
funcionarios y funcionarias desconocen la leyes, la 1257 e insisten en la
conciliación. Nosotras desde los trabajos que hacemos tenemos un espacio
y es necesaria la reeducación entre todos para ponerse a tono con las
nuevas normas. Tiene que seguirse penalizando la violencia.
Las normas y las leyes debemos revisar como desde el movimiento
feminista se aplican y como se logra que los perfiles de las funcionarias y
funcionarios públicos tengan un perfil que defienda los derechos de las
mujeres.
Janeth
Como hacemos con los casos que se están presentando de violencia,
me pregunto ¿esta igual la violencia o ha aumentado? Debemos tener
herramienta jurídica para esos casos. Cuál es la estrategia desde el
feminismo para abordar esta problemática
Elizabeth
Tenemos expectativas heterogéneas leer la violencia desde el
feminismo, en comparación sobre con la lectura que hace la ley, que son
importantes los avances jurídicos, pero la estrategia es desinteriozar desde
el cuerpo de las mujeres la violencia, hicimos un ejercicio de encontrarse
consigo misma, una re significación vivencial desde el cuerpo de las niñas y
muchachas. Esta es una experiencia probada, que permitió avances, hasta
73
para niñas violadas, la propuesta es sacar del cuerpo las violencias, como
las acciones probadas que realizamos.
Martha
Tres temas, es muy importante la estrategia jurídica pero no
suficiente, desde el enfoque de derechos. El tema de las violencias puede
caminar igual en el tema de lo político. Es una trampa aceptar que las
políticas públicas son neutras. El tema de la VIF hacerle el juego solamente
a la VIF, es encasillar que las mujeres sufrimos por no poder manejar el
conflicto. Las organizaciones de las mujeres debemos denunciar y poner el
tema de las violencias en lo público.
Graciliana
Requerimos ejes articuladores, la inclusión de mujeres en las altas
cortes, por procesos formativos. Atrevernos a censurar esa forma que el
estado ha instrumentalizado de violencia, las ferias, el licor, el tabaco,
cigarrillo, cuando sabemos la relación que existe entre el alcohol y las
violencias hacia las mujeres, estamos hablando de estado cantinero.
Estamos al frente de prácticas cotidianas perversas, que se mantienen. Y
otro espacio es en la web donde se cosifica el cuerpo de las mujeres, la
pornografía, y la trata de personas.
Diana
Soy abogada feminista, la norma no puede ser ajena al feminismo, la
norma a favor de las mujeres es un avance. En el ámbito jurídico tenemos
avances y retos, debemos divulgarla y reglamentarla. Alguien hablaba de
penalizar la violencia como única sanción, nos convoca la sanción social?,
Catalina
Cuando
una
mujer
logra
sentirse
sujeto
de
derecho,
independientemente del apoyo que reciba del funcionario o de cualquier
persona, en el momento que dice a mi no me violenta nadie, es un avance y
a partir de allí ella para la violencia. Cuando hablamos de violencia de las
74
mujeres terminamos victimizando a las mujeres, y existen libertades
individuales, que debemos respetar.
Claudia
Yo creo que las discusiones políticas son complementarias a las
discusiones jurídicas, cuando se puso el tema de las casas refugios, sobre si
las casas refugios no re-victimizan a la mujer, cuando no se tiene en cuenta
la discusión política. Hay que tener una mirada política de la ley. La ley no
necesita ser reglamentada para cumplirla, pero si hay unos aspectos
fundamentales que si requieren reglamentación.
Los funcionarios machistas que le pegan a la mujer, no va hacerla
cumplir, porque él cree que las mujeres agredidas se lo merecen. El
próximo año en los planes del gobierno de los candidatos a las alcaldías es
importante poner el debate público sobre los planes de desarrollo. Están las
acciones de cumplimiento que son importantes tenerlas en cuenta. En
cuanto al tema de conciliación, negociación con la ley 294 podía terminar en
conciliación, con la 1295 es una violación a derechos humanos, la ley 1142
del 2007 dijo que no se podía conciliar, pero también que si en la
inasistencia alimentaria.
75
Mesa
Temática
2:
Conflicto
armado,
verdad,
justicia
y
reparación con enfoque feminista.
Coordina: Ana Mendoza
Relatoría
Responsable: Ana Mendoza Díaz
Metodología:
Se parte de considerar que esta mesa es un espacio para el debate,
la argumentación y la adquisición de nuevos conocimientos, el intercambio
de saberes y experiencias, teniendo en cuenta que el sentido político es la
búsqueda de formas creativas para la discusión y el debate, el diálogo de
saberes y la participación sin exclusiones.
1. Contexto de los feminismos
De las formas que nos han sido posibles las mujeres hemos hecho
visibles y denunciado las violencias y
luchado por el logro de la justicia,
especialmente en los países en donde las dictaduras y los regímenes
totalitarios han estado presentes.
Hemos priorizado en la agendas el tema de los derechos humanos, lo
que ha dado como resultado un cambio en el lenguaje y en las formas como
las feministas reclamamos, en los diferentes escenarios de los internacional
y
lo
local,
logrando
un
impacto
especialmente
en
los
organismos
multilaterales.
El feminismo que vivimos se relaciona con Estado, con los partidos
políticos y con las organizaciones sociales de una manera diferente, de
manera que se han puesto los reclamos de las mujeres en busca de solución
a las profundas necesidades de las mujeres.
Los Encuentros feministas Latinoamericanos y del Caribe, marcan un
hito, ya que permiten una reflexión y visión mas profunda del pensamiento
y la realidad de las mujeres de esta parte de continente.
76
Pero también con elementos sustanciales, como el hecho de la
fragmentación
y
cooptación
por
parte
de
los
gobiernos
locales
especialmente y el surgimiento de numerosas Ongs, ¿En que momento nos
institucionalizamos?
Con dificultades para lograr diálogos entre las diferentes vertientes y
concepciones
de
práctica
feminista,
llevando
a
que
expresiones como las autónomas en institucionalizadas.
feminismo
colombiano
el
conflicto
armado,
las
se
concibieran
En el caso del
agendas
de
las
organizaciones, grupos y Ongs de mujeres han dado una dinámica llena de
tensiones y discusiones políticas no resueltas.
2.
Sobre Justicia y Reparación
Si se hace una lectura de cómo se ha desarrollado el trabajo hacia la
eliminación de la violencia contra las mujeres es posible observar que en
muchos casos esta ha sido puesta como un problema de cómo se vivencian
las relaciones personales, dejando de de lado el análisis de un contexto que
oprime a las mujeres en los diferentes escenarios de la vida.
Si entendemos el patriarcado como un sistema socio-sexual que
perpetúa la agresión sexual y las violencias contra las mujeres, es posible
ver en la mayoría de los casos el trabajo contra la violencia solo llega hasta
la defensa de la víctima y la búsqueda de la empatía con las víctimas.
¿Ha perdido el feminismo el ímpetu subvertor? ¿Se ha vuelto
conservador? ¿Estamos en condiciones de desafiar al patriarcado y buscar la
construcción de una conciencia social y de cambio?
La Ruta ha compartido que el patriarcado es un sistema socio-sexual
en el cual los varones se apropian de amor, el erotismo, el cuerpo y el
trabajo de las mujeres y, que el patriarcado funciona no sólo como sistema
político y social que explota a las mujeres desde fuera en formas obvias y
visibles, sino que también habita el individuo por medio del lenguaje y las
estructuras en que pensamos
¿Puede el feminismo ir mas allá de contribuir a que la violencias
contra las mujeres seas considerada injustas?. ¿Y contribuir a aliviar la
grave situación de millones de mujeres n en el contexto del conflicto
armado colombiano?
77
Un elemento clave para la discusión que aporta el enfoque feminista
es lograr escenarios de justicia para las mujeres, pero que no impliquen
discriminación para otros u otras.
La justicia, se presenta como una virtud pública estrechamente
vinculada a la ciudadanía y a la configuración o delimitación de lo político y
lo público. Es decir, se debe tener criterios para evaluar las sociedades, las
instituciones, las políticas como justas e injustas, de cómo se distribuyen los
derechos y los deberes, las cargas y los beneficios.
En el pensamiento de Nancy Fraser podría ser las formas en que una
sociedad realiza la distribución y el reconocimiento. La justicia se evalúa
desde una dimensión social, política y pública. Esta forma de entender la
justicia se relaciona con la forma de entender lo público y lo privado, lo
personal y lo político.
¿Es posible hablar de justicia en escenario de desigualdad y de no
respeto a la diferencia? ¿Cuál es la respuesta feminista a la impunidad?
Cuando esta es claramente una negación del derecho a la justicia.
Si los perpetradores de las violencias contra las mujeres, están en
medio de las comunidades, sin que en la mayoría de los casos la dimensión
legal de la justicia se de es necesario crear mecanismos alternativos de
justicia, que garanticen a las mujeres la no repetición de las violencias de
las que han sido víctimas y su sanación emocional y física
Las mujeres en Colombia nos hemos negado a seguir siendo víctimas
de la guerra y las violencias, estamos haciendo visibles sus efectos en la
vida y el cuerpo de las mujeres, construyendo paz en los territorio,
haciendo memoria, negándonos a reproducir la guerra, pero es necesario ir
más allá, es necesario horadar el modelo que sustenta y naturaliza las
violencias contra las mujeres en todos los escenarios de vida posibles.
Apuntes
¿Estamos las feministas defendiendo una
concepción en la que la
justicia aparece como una finalidad?
¿El conflicto colombiano se tomó la agenda feminista y dejó de lado
reivindicaciones de las mujeres, quedando la acción de las feministas
dedicada a paliar los efectos del conflicto?
.
78
Mesa Temática 3: Feminismo y diversidad étnico-racial.
Coordina: Maura Nazly Mosquera
Relatoria: Bibiana Peñaranda.
Maura Nazly plantea que quiere realizar el conversatorio sobre
feminismos y diversidades étnicas y analizar críticamente lo que significa
ser sujetos del feminismo.(mujer feminista) desde una perspectiva afro.
Realiza un recorrido sobre lo que significa el término identidad, que
no significa tener solo un color de piel desde la perspectiva de Gabriela
Castellanos.
De igual manera aclara el término diversidad étnico racial,
haciendo énfasis en que el racismo como el género es una construcción
social
que
legitima
desigualdades
y
afirmas
estereotipos
negativos,
alimentas prejuicios, por lo tanto todo lo que gira alrededor del término y su
concepción
se
puede
deconstruirse,
e
indica
que
en
la
página
www.americalatinagenera.org; brindan elementos y herramientas para
profundizar sobre el tema.
El termino raza constituye subdivisiones de la raza
humana lo que
nos lleva a hablar de racismo por lo tanto el racismo también es una
construcción social.
Aborda entonces la reflexión sobre el Feminismo negro (Black
Feminism) afirmando que son las interpretaciones de las vivencias
y
experiencias
y
de
todas
resistencias cotidianas
las
formas
de
opresión,
subordinaciones
de las mujeres negras creado por las mujeres
afronorteamericanas.
Plantear un feminismo desde esta lógica es hablar necesariamente de
la violencia racial, es decir el poder que otorga tener un color piel, como
“propiedad” que deslegitima y califica a las mujeres negras como
subordinadas.
Ser mujer negra afrodescendiente entonces, desde esta perspectiva
significa confrontar el modelo igualitario, patriarcal y el racismo estructural.
Surgen entonces algunas preguntas:
79
¿Cómo hacer para que la práctica del movimiento feminista alrededor
del tema antirracista sea real y deje de ser un tema de moda?. Parece que
la lucha del feminismo fuera una y la del racismo otra. ¿Cómo converger en
las luchas? ¿Cómo enlazarnos desde las potencias y no desde las carencias,
en la lucha de las mujeres?
Sobre cómo enlazarnos en las potencialidades se anota que es
necesario: Reconocer la participación de las mujeres negras en el proceso
de liberación cimarrona con su aporte físico, intelectual, estratégico militar.
También a través de la medicina tradicional, sabiduría ancestral que da
pista no sólo de cómo las mujeres han hecho las resistencias cotidianas e
históricas sino de cómo se viven las relaciones y se acompañan entre
mujeres y se relacionan con el entorno.
Hay que reconocer que la categoría de género fue utilizada por las
feministas como estrategia política,
razón por la cual se distorsionó el
propósito político del feminismo y esta estrategia fue reproducida dentro de
algunas organizaciones afro generando confusión del poder emancipador del
feminismo, lo que también significa que se evidencian que aunque hay
mujeres que no se dicen feministas sus luchas han sido alrededor de los
derechos con enfoque de género, algunas han aprendido de las feministas a
cómo hacerlo y otras siguen sus luchas también con los hombres, otras
como en Palenque que tienen desde hace 16 años un currículo étnico con
perspectiva de género que las feministas ni siquiera se han pensado.
El feminismo crea unas distancias que se pueden volver incorrectas
cuando necesitamos defender cosas que nos acercan a todas.
Se plante de igual manera que hay que mirar y escuchar la historia
pues mientras las mujeres europeas luchaban por tener derechos como
ciudadanas, las mujeres negras luchaban por ser reconocidas como gente,
por eso la lucha feminista no es igual ni pareja.
Es distinto hablar de la violencia que siempre ha estado allí, otra es
vivir en un mundo que se acepta socialmente, hay otros códigos, otras
maneras de ver el mundo, se ve el feminismo desde otros puntos de vistas.
Para las mujeres negras la lucha contra el racismo y la discriminación
es más importante, hay unas prioridades y para las feministas mestizas hay
otras; la cultura le cobra a las mujeres negras el que sean radicales,
80
estamos viviendo
momentos históricos diferentes, debemos buscar los
espacios comunes.
Y hay que reconocer la capacidad que tienen las mujeres negras sin
que ellas tengan que demostrar doblemente que pueden hacer las cosas.
En el marco del debate surge nuevas preguntas: ¿Cual es la sociedad
que queremos?, si la capitalista no es y la socialista no respondió al cómo
queremos vivir las mujeres entonces ¿cuál es? ¿Cómo crear un dialogo
inter-cultural sobre la definición del sujeto de las luchas?, porque para el
feminismo el sujeto concreto es la mujer, mientras que para las
comunidades, el sujeto es la búsqueda de la autonomía, libertad y territorio
de los pueblos, no el individuo. lo importante es descubrir cuáles son esos
elementos de la cultura que subordinan y deben eliminarse.
A este cuestionamiento se precisa que se debe tener cuidado como se
abordan los discursos, no se puede trasladar lo que se habla en un contexto
mestizo a uno indígena o afro, allí hay que ver cómo son las relaciones de
poder y desde el contexto hablar y proponer. De igual manera se expresa
que el peso que tienen las mujeres negras afrodescendientes de preservar
la
cultura,
de
ser sus depositarias
no deja que ellas
vean las
contradicciones internas, las violencias que existen a causa de esta cultura
y que se puedan proponer alternativas frente a estás.
Se lanza una nueva pregunta ¿Por qué cuando las mujeres feministas
cuestionamos a los movimientos negros e indígenas por la lógica patriarcal
dentro de la misma cultura, las mujeres deciden unirse a los hombres antes
que reivindicar sus derechos? No se reconoce que hay una violencia que no
es de color, pero que se vive al interior de estas comunidades y que ellas no
se deciden a confrontarla.
El racismo como proceso de violencia cotidiana no ha sido un discurso
abordado por el feminismo; hay que reconocer que el mestizaje niega las
identidades que en Latinoamérica existen, el racismo se hace desde la
constitución de los Estados, de las instituciones, es decir los Estados han
sido promotores del racismo. Esta debe ser una crítica del feminismo
moderno.
Surge entonces una última pregunta, las feministas nos ponemos
nosotras mismas los límites con el etnocentrismo. Yo no necesito que me
81
den permiso para asumir la lucha antirracista, aunque vayamos en
diferentes procesos, como movimiento debemos asumir las diversas luchas
sin permiso, para ello hay que pensarse el modelo de desarrollo y partir del
saber y del poder que tienen las mujeres en estas comunidades y llegar al
punto de encuentro que nos ayuda a distinguir quién es el opresor, la lucha
es por eliminar las subordinaciones.
Hay que visibilizar los estudios cuantitativos donde se muestra como
se concentra y se superponen las pobrezas y subordinaciones en las
poblaciones afro; tenemos un subproducto indeseable de la esclavitud y la
historia que se traduce en las subordinaciones actuales.
¿Qué pasa entonces con las luchas territoriales, (indígenas-afro),
contra el capitalismo? El feminismo todavía no se lo ha planteado y esto
tiene que ver con el exterminio de un grupo humano.
¿Qué indicadores desde la cultura afro están ayudando a medir las
subordinaciones, la violencia…?.
¿Cómo vamos a enlazar esta lucha anti patriarcal, anti racista, anti
sexistas?: tomando como referente los propios escritos de las mujeres afro,
viendo que proponen y cuales son sus resistencias. (Ángela Davis, Ochy
Curiel, Mara Viveros, Claudia Mosquera Rosero, Epsy Cambell, Sueli
Carneiro, Gina Dent.)
82
Mesa Temática 4: Feminismos y diversidad sexual
Coordina: Nazly Mulfort1
Relatoría: Nancy Prada
Ampliar el tema: no sólo se trata de Feminismos y orientación sexual,
sino también de otros temas: normalización de los deseos, la sexualidad,
los cuerpos. Temas que tal vez si estaban en los debates iníciales del
Feminismo en Colombia
Es importante abrir los temas, pero siempre en relación con los
feminismos. Crear posturas o comprensiones feministas de la sexualidad.
¿Qué ha pasado con la diversidad sexual dentro del Feminismo? ¿Cómo
entra? ¿En qué momento? ¿Qué pasa en este momento?
¿Qué se entiende por Diversidad Sexual? Esto puede estar muy de la
mano de la noción de normalización del deseo, y enmarcarse en el debate
de pluralidad y la diferencia. No siempre nuestra sociedad ha aceptado, al
menos teóricamente, como ahora, la noción de diversidad. Asistimos a una
ampliación progresiva de inclusión de las diferencias.
Los opiniones no son homogéneas: por un lado se percibe al
Feminismo abriéndose a nuevos sujetos, ahora a los y las sujet@s con
orientaciones sexuales diversas; por otro lado se advierte que en un
principio el Feminismo colombiano tuvo acercamientos con luchas gays y
lésbicas pero luego estos temas no han sido suficientemente incluidos en la
agenda feminista, han sido de hecho dejado de lado siempre con la excusa
de otras urgencias.
¿Existe una única agenda Feminista? Tal vez explícitamente no, pero
durante los últimos 15 o 20 años existen unos temas hegemónicos en la
acción de los colectivos feministas, básicamente temas que giran en torno a
la guerra, y que desplazan a otros temas fundamentales que nos atraviesan
a todas, como el tema del cuerpo.
Nos comparten la experiencia de una organización, en la que el nodo
de una ciudad propuso en una ocasión una investigación en torno al tema
de las mujeres lesbianas, bisexuales y trans dentro del movimiento
1
Por razones de último momento, no pudo asistir al Encuentro
83
feminista, y las otras regiones se resistieron, alegando en primer lugar las
otras urgencias del país y en segundo lugar que las mujeres populares no
estaban preparadas para comprender estos asuntos.
Pero lo anterior puede también leerse como: a) Complicidad con la
lesbofobia dentro de las organizaciones, porque muchas veces no son las
mujeres populares sino las mismas activistas de las organizaciones las que
no quieren mirar el tema de la sexualidad porque no les parece relevante.
2) Complicidad con el clasismo: pensar que hay ciertos temas que las
mujeres populares no “pueden entender” y sólo están al alcance de unas
pocas privilegiadas.
Nos comparten la experiencia de Cali, en la que se logró incluir un eje
de Diversidad Sexual en la Política Pública de Mujeres. En la misma ciudad
también se hizo la producción de algunos materiales comunicacionales en el
tema, materiales que han sido vetados por el Consejo Municipal. Se señala
la importancia de posicionar el tema en las políticas públicas de las ciudades
y departamentos.
No tenemos que ser lesbianas o trans para posicionar el tema dentro
del movimiento. La
heterosexualidad (al menos
la heterosexualidad
revisada que se esperaría de una feminista) también hace parte del
panorama de la diversidad sexual.
El Feminismo, los Feminismos, comprenden en sí mismos una
apertura intrínseca hacia la diversidad. Pero eso sucede mayoritariamente
en el discurso y en el debate conceptual, porque en la práctica y la agenda,
el tema sí permanece marginal.
Ratificamos la dificultad enorme que persiste de reconocernos en la
diferencia. No sólo frente a la orientación sexual, que ya tiene más historia
y reconocimiento, sino frente a otros temas que todavía cuestan más
trabajo y que constituyen también fuentes de normalización del deseo y la
sexualidad: la pregunta por el amor, la crítica de la monogamia, opciones
distintas a ella como la promiscuidad (entendida como libertad sexual) o el
poliamor. Esos temas siguen estando vetados y las discusiones feministas
no le prestan atención. ¿Dónde quedó el lema de que “lo personal es
político?
84
Importante qué programas o mecanismos de acción de implementan
dentro del feminismo en este tema de la diversidad sexual, y allí es muy
importante el tema de la educación.
Hay un aporte muy importante que le ha hecho la diversidad al Feminismo:
una pregunta sobre el horizonte moral – ético. La diversidad sexual le ha
ampliado el horizonte moral al Feminismo, moral entendida como la vida a
la que tenemos derecho.
La carga de la moral religiosa constituye una enorme dificultad para
abordar temas como el aborto y la diversidad sexual. La diversidad sexual le
ayuda
al
Feminismo
a
cuestionar
esta
fuerte
carga
religiosa
y
concretamente cristiana de la sociedad, por ejemplo, retomando la pregunta
por el amor y por las relaciones de poder que lo atraviesan.
La investigación feminista en estos temas sigue siendo muy escasa
en el país y existe una necesidad abrumadora de información local y
regional, pues en este campo existen relaciones de género particulares y
distintas en cada parte del país. No existen líneas de acción clara en buena
medida porque no existe investigación al respecto.
Necesidad de transversalizar el tema de la diversidad sexual y
referirse a mujeres lesbianas, a mujeres bisexuales, a mujeres Trans, etc.
cuando se habla de violencia contra las mujeres, cuando se habla de
derechos sexuales y reproductivos, etc. En el abordaje de estos temas es
imprescindible considerar el principio constitucional de la Diversidad Sexual.
En estas inclusiones es importante considerar la porosidad de las
identidades, que son móviles, nómadas, que son estratégicas y no
esenciales.
Las dictaduras están asentadas en la unificación, así que la
Diversidad, la Sexual entre ellas, abre brechas en el panorama político.
85
Mesa Temática 5: Propuestas de las nuevas generaciones
feministas
Coordina:
Gloria Amparo Henao Medina, Gloria María Bustamante Morales
Esperanza Cadavid, Maribel Giraldo.
(Corporación Educativa Combos)
“Pero es más, una vez que empiezan a bailar, él controla sus movimientos
casi completamente, si bien de manera apenas perceptible: al “tecletear”,
su espalda, le indica los pasos que debe ejecutar. A veces me detengo, cuando
con el dedo medio él me hace una leve presión en la columna…”
(Valenzuela 2002:149)
En aras de construir un marco de pensamiento con la idea de
relacionar nuestro mundo simbólico, hablaremos desde las vivencias de
mujeres jóvenes que viven su subjetividad de manera contradictoria, no
podría ser de otro modo, si por subjetividad entendemos aquello que
sucede debajo de la piel, estas aclaraciones son necesarias, dado que hay
que trascender lo obvio y asumir su problematización.
Abordar las propuestas de las nuevas generaciones feministas,
implica explicitar
un lugar desde el cual hablar, por lo tanto hay que
escudriñar lo que este enunciado contiene. Son propuestas –en tanto
promesas, ofrecimientos, invitaciones, vivencias, que se van construyendo
en el plano de la fluidez, en consonancia con estos tiempos.
Son nuevas en tanto acontecimientos, nacimientos que le agregan
algo propio al mundo, lo nuevo como suceso, lo nuevo como lo desconocido,
como lo distinto, como lo reeditado.
Generaciones, es decir, aquellas personas, ideas, corrientes que van
naciendo, que cobran vida, que devienen en pensamiento y feministas como
un marco comprensivo, una forma de alojarse, de moverse, de leer,
analizar, examinar, reconocer, explorar, vigilar, una manera de estar
despabiladas.
La categoría de lo nuevo podemos construirla también a partir de lo
que ha sido el feminismo en América Latina y concretamente en Colombia,
86
si nos guiamos por la recuperación histórica que se ha hecho, entonces nos
es posible ubicar a las nuevas generaciones con relación a los años 80.
Nosotras nos damos cita en el S.XXI que es nuestro tiempo, un
tiempo que nos recoge, tengamos la edad que tengamos, nos globaliza, con
todas las vivencias perplejas, de unas que peregrinan por la década de los
20 a los 30, otras por las décadas siguientes, con todas las mudanzas, con
las exigencias que nos hace este tiempo de bosquejar las líneas de
conflictividad que nos tensan, que nos aproximan, que nos
invitan a
conversar, a acompañarnos en nuestras composiciones, en nuestros versos.
Este mundo cambió, una buena metáfora para asomarnos a las veloces
transformaciones que vivimos, es recurrir a un escenario asignado
tradicionalmente a los y las jóvenes: una discoteca, los cambios de luces,
los múltiples colores de las nuevas luces, la velocidad del cambio, su brillo,
su opacidad, nos encandila, nos seduce, nos fascina, nos deslumbra, nos
ciega, es decir nos deja sin marcos explicativos para comprender las nuevas
vivencias,
nos
impresiona,
nos
ofusca,
si,
nos
ofusca
porque
inevitablemente esas luces generan sombras, y cada sombra tiene plena
correspondencia
con
conmovedoramente, es
cadencias,
la
intensidad
de
la
luz
que
se
decir, con-moviéndonos, exigiéndonos
posa
nuevas
nuevos desplazamientos por las pistas de la cultura, por las
pistas de los modelos de sociedad, por las pistas de las ocurrencias de un
nuevo orden social.
Nada se edifica sobre la piedra, todo sobre la arena, pero nuestro
deber es edificar como si fuera piedra la arena, nos preguntamos
entonces sino podemos construir como si la arena fuera arena, si la
arena es inhabitable de por sí ¿Necesitamos fingir que es piedra para
poder construir? En este punto se nos plantea el problema de la
incertidumbre: hemos de ver si nos constituimos como especie capaz
de construir sobre la arena sin fingir que es piedra, es decir, si
nuestra subjetividad es capaz de habitar un mundo de arena o
estamos condenados al anhelo de la piedra”.(Lewkowicz, 2004:167)
87
En un contexto de guerra, de primacía tecnológica y de luchas por la
inclusión de la diversidad y el cuidado del medio ambiente, aparecen nuevas
tramas y urdimbres de las luchas feministas.
1. ¿Nuevas apuestas o nuevas maneras de afrontar las viejas apuestas?
Las propuestas de las nuevas generaciones feministas, siguen la
imagen del arco, como una línea recta que se devuelve sobre si misma, así
como cuando soñamos que con la participación de las mujeres en el
mercado laboral se iba a desprender automáticamente la equidad en las
tareas domésticas y no fue así, y hoy la misma lucha pide de todas nosotras
nuestro trabajo y hoy nos toca mitigar las consecuencias de la crisis del
cuidado, porque en efecto, los modelos económicos no se han transformado
en beneficio del cuidado de la vida.
Asuntos como la prostitución, el aborto y las luchas por su
despenalización legal aunque en ocasiones no se haya “despenalizado la
conciencia”, al decir de María López Vigil, la violencia machista, que no la
violencia intrafamiliar porque es un sofisma, nos siguen ocupando a todas, a
las otras y las nuevas generaciones, además, nos ponen en camino con
temas
como
el
cuerpo,
las
identidades,
seguimos
interrogando
el
“espejismo de la igualdad”, de hecho los objetivos del milenio recogen el
ideal de superar las relaciones inequitativas entre hombres y mujeres, se
sigue cuestionando el acentuado individualismo, en suma, muchos de los
retos de este siglo son los mismos del siglo anterior.
El contexto social, político y económico es distinto, pero las luchas
son muy similares, aunque se pretenden canalizar desde nuevos espacios y
nuevos modos de expresión, aparecen con más fuerza las nuevas estéticas,
los performances, el arte, las nuevas tecnologías.
Las auto-narrativas y la con-versación dispositivos vigentes de
subjetivación femenina.
¿Llegan las nuevas generaciones al feminismo por la misma vía que
llegamos las demás? Cuando nosotras conversamos acerca de las vías por
las cuales llegamos a ser feministas, es decir cuando somos conscientes de
nuestros procesos de subjetivación, cuando desde nuestras autonarrativas,
damos cuenta de cómo llegamos a ser lo que somos, aparecen aspectos
88
comunes, toda vez que estas narrativas están atravesadas por la pregunta
en torno a las relaciones de poder, las vivencias de los abusos y acosos
sexuales, el acercamiento conceptual, el encuentro con una mujer feminista
o con un colectivo, o colectiva, el ingreso a una escuela de género, se
descubre el patrón cultural que avala el maltrato contra las mujeres y se
“hace la luz”, como lo diría una de las jóvenes con la que conversamos.
Hablar de subjetividad es hacer referencia a las posibilidades y vías
que tenemos de pensar-nos y comprender-nos, es un proceso de
interiorización de las marcas de nuestra existencia y en esa medida es la
asunción de nuestra historia como una construcción en el devenir. La
subjetividad es concebida
por Foucault, desde las prácticas sociales, es
decir, desde el ejercicio de poder, y desde las prácticas
epistémicas, es
decir, desde el como sabemos lo que sabemos. La subjetividad es la
“conciencia de sí”, y ésta es construida, es histórica, es política, es
relacional, por lo tanto es cimentada con otros y otras.
Las NGF recurren a una serie de mediaciones que les permiten
avanzar en la conciencia de sí, esto es otorgarle un lugar corporeizado a las
palabras, a esas que en determinado momento de nuestra vida nos han
revelado su lugar en la conciencia, es volver ex–peri-entia, es ponernos
delante de la vida, para mirar hacia las extensiones, no sólo hacia atrás, no
sólo hacia adelante, es asumir el borde, la periferia, para decantar lo que
nos afirmaron, para des-aprender lo que hemos venido repitiendo, es
coexistir, salir de mi para volver a mí.
La
subjetivación
es
un
proceso
en
espiral,
avanzamos,
nos
devolvemos, buscamos atajos, recuperamos algunas de las sendas. En
algunos ámbitos de nuestra vida, identificamos evoluciones, en otros,
repetimos acciones que nos desconciertan, así como citamos en el epígrafe:
“Pero es más, una vez que empiezan a bailar, el controla sus movimientos
casi completamente, si bien de manera apenas perceptible: al “tecletear”,
su espalda, le indica los pasos que debe ejecutar. A veces me detengo,
cuando con el dedo medio él me hace una leve presión en la columna…”
(Valenzuela, 2002:149.)
89
2. Re-bautizar el feminismo: ¿un nuevo traje para un nuevo cuerpo?
“Soy también mujer, dudosa ventaja, pero ventaja al fin, si se quiere hurgar en las
zonas ocultas del misterio, sin perturbarlo pero con decisión irrevocable. Conviene
repetir y recordar que las mujeres debemos estar particularmente atentas a
nuestra posición marginal en las tierras baldías del lenguaje.”
(Valenzuela, 2002:69)
Las
nuevas
generaciones
han
desarrollado
la
capacidad
de
renombrar, por eso inventan palabras que nombren de otro modo y que en
ello esté contenido otro sentido, mas incluyente, mas di-vertido. Palabras
como: matria en vez de patria, las feministas de rocola (para nombrar ese
“disco” que no quieren repetir), actuancia en vez de militancia (evitando los
lenguajes bélicos), gozantes en vez de dolientes, entre otras. Palabras que
han recuperado su valor histórico y reivindicativo como la palabra Bruja,
puta, insumisa, escandalosa y hasta histérica. Nombrarse en el lenguaje:
nosotras, ellas, sujeta (porque no estamos contenidas en ellos, nosotros y
sujetos). Un lenguaje nuevo para tener un lugar, para inventar otras formas
de aparecer, ser y estar.
3. La desinstitucionalización ¿una búsqueda de autonomía? Dime dónde
trabajas y te diré quién eres?
Las nuevas generaciones se están pensando la autonomía y en ese
sentido interrogan a las generaciones que les anteceden con respecto a la
institucionalización,
hacen
una
fuerte
crítica
a
una
suerte
de
tecnocratización del género, se decepcionan porque las fuentes primeras de
aprendizaje, hayan sido instituciones o colectivos, critican con fuerza el que
se hayan convertido en operadoras de unos saberes y dejen el borde para
habitar el centro, la oficialidad con todas sus exigencias y que la
desobediencia al “marco lógico” no sea una lucha que ahora emprendan.
Las nuevas generaciones proponen la des-institucionalización del
feminismo, pasar de operar un discurso a generar acciones concretas de
apoyo y ayuda a las mujeres, trascender el lugar del debate, el
logocentrismo a la solidaridad concreta entre las mujeres.
90
Si bien se reconoce que cierta influencia en
los diseños de las
políticas públicas pueden ser un resultado de la institucionalidad, no
obstante, se ha estratificado el feminismo, las intelectuales, las populares,
las de Base, este podría ser un resultado también de la institucionalización.
4. ¿Identidades nómadas, ampliación del horizonte moral?
En consonancia con los desarrollos de la denominada tercera ola, las
nuevas generaciones tienen mucha claridad en lo diverso, superan la
quimera de la homogenización, reivindican la dimensión personal de la
opción feminista, cuestionan las nominaciones cerradas, incluso algunas se
resisten a ser nombradas feministas, dado que transitan por las múltiples
identidades, pueden desplazarse por el ciberfeminismo, el ecofeminismo,
pueden ser feministas poscolonialistas o feministas multiculturales, es decir,
beben en un gran número de fuentes, algunas optan por transgredir, hacer
escándalos, desafiar la voz de la cultura, instalarse por algún tiempo en el
feminismo
anarquista,
de
igual
manera
a
otras
las
apasiona
el
antimilitarismo y la lucha por el agua como un derecho humano.
Las NGF prefieren evitar las clasificaciones, “las chapas”, argumentan
que hay prácticas feministas, sin que necesariamente se domine un discurso
o se explicite el ser feminista, “lo personal es político”, ahora puede no ser
el gran hallazgo como enunciado, pero es una vivencia en la cotidianidad.
Se apela a una suerte de nomadismo identitario, desde la certidumbre del
no somos, vamos siendo…
El grupo de mujeres de “Rompamos las cadenas”, las que se
inscriben en el feminismo socialista, las que todavía les anima la lectura
marxista de la sociedad, las que tienen claro el interjuego entre lo personal
y las técnicas de lo político, en ese sentido, le confieren gran importancia a
la formación política, participan en espacios de análisis de contexto, buscan
fuentes alternativas para comprender los conflictos que vive el país, estas
jóvenes están estudiando y construyendo con los hombres, se están
preocupando por el cómo tejer puentes entre los hombres y las mujeres.
Las nuevas generaciones invitan a revisar la relación con el dinero,
con el tener, reivindican las diferentes versiones de la economía solidaria,
91
analizan las fisuras existentes entre el feminismo y la actividad política
formal.
5. Relevo no, Re-nuevo
Las NGF, no quieren asumirse como relevo generacional, quieren
sentirse construyendo, generando nacimientos, se convocan junto a luchas
colectivas como los derechos sexuales y los derechos reproductivos.
Recuperan la magia, la potencia de las emociones, la intuición, “lo simbólico
y lo ritualico”, el “hacer visible lo invisible”, hay una búsqueda por agenciar
prácticas de libertad, se asume el poder como un ejercicio cotidiano
superando la idea de propiedad. Se pone en evidencia que detrás de las
cosas no hay esencias sino relaciones de poder que las han hecho posibles.
Aunque ellas expresen diferencias con otras generaciones reconocen la
herencia, la valoran, la narran, “encontrar el feminismo ha sido sanador, me
ha permitido recuperar la palabra”.
6. El cuerpo que encarna y escenifica la ruptura
Las NGF le dan mayor relevancia al cuerpo en vez de la palabra,
hacen rupturas culturales por medio de la estética, como una forma de
aparición y como movimiento cultural, corporeizan las reivindicaciones.
Algunas evitan discursar con relación a las sexualidades, optan por vivirlas
de otro modo, tienen la capacidad de liberar zonas para vivir el erotismo, se
toman la calle para mostrar otras formas de amor, se podría hablar de las
nuevas narrativas corporales, unas narrativas que “Describen el yo que se
historiza, pero al mismo tiempo proscribe mi compromiso con el yo que
quiero ser, es una suerte de promesa conmigo misma, con lo que yo
pretendo ser” 1.
Hay una continua transformación del rostro con el que se presentan
ante el mundo, para ratificar esa idea de lo arenoso, la fluidez de la piedra,
es decir la conciencia de la arena, sus estéticas en el vestuario, en los
atuendos, los adornos cada vez se reeditan, hay una suerte de eclecticismo
1
Conversación con María Teresa Luna.
92
estético.
Abogan por emocionalizar los procesos educativos, por las
narrativas no verbales…
7. Propuestas, Promesas, Invitaciones, Vivencias
En la relación con nuestras familias y personas cercanas, contarles
acerca de la vida de mujeres feministas, hacerlo amorosamente, con
paciencia, pues la cultura hegemónica ha dejado marcas muy fuertes con
relación al feminismo.
Seguir
haciendo
trabajo
pedagógico
desde
nuestras
propias
convicciones y vivencias.
Esfuerzo
colectivo
por
evidenciar
las
fuentes
de
opresión
contemporáneas, lo que implica ponerse los lentes “violeta” para
saber dar cuenta de los micromachismos.
Reconocer esas realidades sociales y culturales que queremos
transformar, fortalecer nuestros argumentos y capacidades para
asumir estos desafíos.
Recuperar y resaltar las diversas formas de vivir la sexualidad porque
es una fuente de opresión.
Deconstruir los fundamentalismos que atraviesan nuestros cuerpos.
Profundizar en la política relacional.
Búsqueda de fuentes criticas, conocer la historia de los diversos
movimientos sociales.
Fortalecer la capacidad de relacionar contextos macro y micro.
Mantener en el horizonte la pregunta: ¿qué ha hecho la sociedad de
mí que yo no quiero ser?
Recuperar el entre-nos, desde espacios vivenciales.
Bibliografía.
Valenzuela Luisa.(2002) Escritura y secreto, Colección Cuadernos de la Cátedra
Alfonso Reyes, Instituto Técnico.dDe Monterrey México 2002
Lewkowicz, Ignacio (2004) Instituciones perplejas en Pensar sin Estado. La
subjetividad en la era de la fluidez. Paidós, Buenos. Aires. pp. 167-186
http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/Instituciones%20perplejas.pdf
93
en:
PANEL 2
CIUDADANÍA, DERECHOS Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS
MUJERES
La crítica y la práctica feminista de la ciudadanía. Una
brevísima mirada desde el Caribe colombiano
Rubiela Valderrama Hoyos
Es realmente para mí un honor y un desafío conversar con ustedes
amigas y maestras feministas de tantos rincones del país, es un honor y un
desafío porque reconozco en muchas de ustedes una amplia y profunda
experiencia y conocimientos no solo en los debates feministas sobre la
ciudadanía, sino también sobre los temas que atraviesan a las mujeres, que
en efecto son todos los temas del conocimiento; de la política, la economía
y de la vida misma, por que como diría Evelyn Fox Keller
“no solo se le
asigna género a la mente y a la naturaleza, sino, que al caracterizar el
pensamiento científico y objetivo como masculino, la actividad misma por la
que el que conoce adquiere conocimiento, también es generizada” (Fox,
1991:87), y es allí donde justamente actúa la crítica y el método particular
feminista de análisis para develar los sesgos sexistas y genéricos de la
ciencias, de la política, etc., en los cuales reconozco como dije antes
muchas de ustedes son profundas estudiosas.
La ciudadanía es entonces para los feminismos un terrero minado de
contradicciones; mientras en su idea inicial la ciudadanía era la pertenencia
a una comunidad política, y en ella el ciudadano tenía una serie de deberes
y derechos, estas prerrogativas fueron cuidadosamente asignadas a ciertos
tipos de personas, ya todas lo sabemos; Varones, blancos, letrados, con
status socioeconómicamente viable y oficio definido.
Y mucho tiempo después ni las ideas iluminadas por la modernidad y
el renacimiento lograron permear los contenidos asignados a la noción de
ciudadanía, por el contrario más claro quedó quien era el verdadero
90
ciudadano, nuestras ancestras quedaron perplejas al ver como se nos
excluía de la ciudadanía, “observaron con estupor como el nuevo estado
revolucionario francés, por ejemplo, no encontraba contradicción alguna en
pregonar a los cuatro vientos la igualdad universal y dejar sin derechos
civiles y políticos a las mujeres” (De Miguel, 1995:223).
Pero mientras las feministas europeas luchan por iguales privilegios que
los varones, es decir derechos civiles y políticos, nuestras ancestras en el
Caribe luchan contra la esclavitud, es decir, para que se les considerara
gente y no mercancía. La ciudadanía como plantea Virginia Vargas (1994),
la podemos analizar desde diferentes perspectivas y desde diferentes
dimensiones o ejes.
Desde la perspectiva histórica, nos dice Virginia Vargas, permite
saber cómo se ha formado la ciudadanía, y ciertamente porque no todas las
mujeres fueron excluidas de todos los privilegios; de conocimientos,
alfabetización, económicos e incluso de poder, y desde esta breve mirada
que quiero hacer del Caribe, hay que nombrar lo racial, lo étnico y cultural
como un elemento fundamental, como una barrera de acceso, como un
obstáculo para acceder a la privilegiada ciudadanía, barreras que solo las
mujeres afrodescendientes o indígenas han sufrido. Y en este sentido traigo
a colación una nota de Nancy Fraser y Linda Gordon (1997)… “una de las
grandes ironías de la historia de la ciudadanía civil, en las mujeres
norteamericanas, es el derecho que adquirieron las mujeres casadas a la
propiedad sobre los esclavos”, es decir no tenían acceso a algunos
derechos, pero eran propietarias de esclavos.
Virginia
Vargas
(1994)
retomando
a
Calderón
plantea,
“Esta
evolución y construcción de diferentes dimensiones de ciudadanía no es
lineal y ni
fracturas,
apunta a una sola dirección. Es un proceso que contiene
retrocesos
y
recuperaciones
de
contenidos
perdidos….
La
ciudadanía es una renovada y nunca acabada construcción sociocultural”.
Desde
la
perspectiva
estructural,
continúa
planteando
Virginia
Vargas, nos permite analizar cómo es la ciudadanía, que rasgos la
caracterizan y cuál es su consistencia ciudadana, esta perspectiva nos
permite mirar las particularidades en las que mujeres de diferentes
condiciones
socioeconómicas,
políticas
91
y
geográficas
acceden
a
la
ciudadanía. En el Caribe colombiano sociedades marcadas por varios siglos
de esclavitud, (por la trata trasatlántica) (y la diáspora), y luego por la
estigmatización de su cultura y sus formas de SER, (por la cultura andina y
el centro) la ciudadanía continua siendo un privilegio de muy pocos, estos
pocos reúnen casi las mismas características que definieron al ciudadano
inicial que ya todas sabemos; varones, blancos, letrados, con status
socioeconómicamente viable y oficio formal definido.
Cartagena es un claro ejemplo de aquello; es una ciudad elitista y
excluyente,
siendo
su
población
mayoritariamente
negra
y
mulata
(morenas/nos cómo nos categorizamos nosotras mismas), estos se ven
reducidos en su mayoría a oficios y actividades secundarias y marginales,
territorialmente también es una ciudad excluyente y segregadora. La
mayoría de la población vive en sectores con poco desarrollo urbanístico,
social y económico, mientras que una minoría y “por supuesto la elite
política” vive en barrios que cuenta con todas las ventajas de la vida
moderna.” (Alcaldía de Cartagena, 2003:33)
Finalmente la perspectiva comparada, que permite comparar cómo se
ha formado la ciudadanía en diferentes lugares. Desafortunadamente la idea
hegemónica y eurocéntrica de ciudadanía universal se impuso, creando la
falsa idea de que todas podemos acceder por igual ella. Como diría un
amigo mío, la modernidad nos estafó. Y ahora las dimensiones, continúo
con Virginia Vargas; la dimensión objetiva – subjetiva, está referida tanto a
la existencia real de derechos y responsabilidades como al grado de
conocimiento que las personas tienen de sus derechos, responsabilidades y
sentido de pertenencia a una comunidad política… tiene que ver con las
barreras reales e imaginarias que las personas viven y perciben en relación
a su ciudadanía.
Para muchas mujeres, de pronto la mayoría, el trabajo domestico se
constituye en una de las barreras de acceso más perversas. Un ejemplo que
nos ocurrió hace un par de años en Cartagena; las mujeres debíamos llegar
al Concejo distrital para participar en la discusión de un proyecto de
acuerdo que nos interesaba, la discusión comenzaba a la 8.am, nosotras
llegamos justo a las 8: am, pero cuando intentamos entrar al recinto no
pudimos porque ya estaba lleno, entonces discutimos con el policía para que
92
nos dejara entrar, él argumento que no, que por qué no habíamos
madrugado, todas enfurecimos, mientras nos asomábamos por las ventanas
y nos percatamos que en efecto todas las sillas estaban ocupadas
y
adivinen por quien, si, todos eran hombres, unos leían la prensa, otros
conversaban y tomaban tinto, entonces nuestra compañera Inilse, muy
tranquilamente se acerco al policía y le dijo, vea señor nosotras si
madrugamos, la mayoría de nosotras nos levantamos a la 5:am, pero antes
de salir para acá, nos tocó levantar, bañar y llevar las niñas al colegio,
hacer el desayuno y dejar la casa limpia y el almuerzo comenzado, para que
cuando los cabrones que están allí sentados lleguen a casa encuentren todo
hecho y no nos griten, y para rematar nos tocó salir a buscar prestada la
planta para el bus, ¿ahora si entiende porque llegamos a esta hora?, el
policía quedo perplejo, entró al recinto levanto de las sillas 8 hombres y nos
hizo entrar a nosotras.
Otra barrera real como ya mencione antes tiene que ver con las
relaciones socio raciales, en el 2005 la joven cartagenera Johana Luz Acosta
tuvo que tutelar a las discotecas Carbonera Ltda y QKA-YITO Lounge,
ubicadas en la zona rosa de la ciudad, la joven relata en la tutela que el
portero de una de las discotecas le confesó que no la dejaba entrar porque
“Aquí los dueños del establecimiento nos tienen prohibido dejar entrar a
personas de tu color a menos que sean personas que tengan mucho
reconocimiento o con mucho dinero”. La tutela resuelta a favor de la joven
discriminada es solo un ejemplo de la cultura racista y excluyente que ha
permanecido en la ciudad a pesar de haber trascurrido más de 150 años de
la abolición de la esclavitud y a pesar de los derechos ciudadanos ganados
con la Constitución Política de 1991 y la configuración del llamado Estado
Social de Derecho.
En el Caribe y en especial en Cartagena la construcción de ciudad
excluyente para la mayoría y privilegiada para unos pocos ha calado tanto
en el imaginario cultural de la gente, que se ha configurado en ella la
cultura de “pedir favor”,
la gente del común y sobre todo las mujeres
populares, pobres y con pocos estudios, creen que acceder aún derecho es
un favor que un funcionario o un político le ha hecho. Y aquí vienen unos
elementos que el feminismo ya ha develado:
93
Igual ciudadanía para las mujeres es imposible mientras no haya una
redistribución familiar democrática del trabajo domestico incluido el cuidado
de niños, niñas, ancianos/as, y desvalidos. No habrá una apropiación real
de la ciudadanía en las mujeres mientras ellas no sepan que tienen
derechos, mientras no sepan que son ciudadanas, y que esto significa
mucho más que ir a votar; cientos de mujeres víctimas de delito del
desplazamiento forzado y la violencia sociopolítica, las que hoy engrosan los
cinturones de miseria en las urbes, escucharon por primera vez la palabra
derechos, o autodeterminación – autonomía en las charlas que hemos
realizado las redes de mujeres que las acompañamos, al menos este es el
caso de Cartagena.
Mientras la mujeres continúen siendo las más pobres entre los
pobres, nunca llegaran a ejercer su ciudadanía, “la extrema pobreza es
paralizante y neutralizante de todos los elementos dinámicos que lleven a la
búsqueda de algunas soluciones parciales” (Vargas 1994:56).
Mientras no
haya un respeto por las diferencias, culturales, étnicas, sexuales, de
género, de los tiempos, no solo cronológicos, sino culturales de la gente de
la regiones, de nuestras particular cosmovisión del mundo circundante, es
decir mientras no haya respeto por la
otredad, por la alteridad y una
comprensión del otro y la otra como par humano, humana, como
sujeto
histórico y social diferente, la ciudadanía continuará siendo un ejercicio
excluyente, un privilegio de pocos y pocas.
Y para terminar
unas propuestas, para no quedarme sólo en la
carreta. Creo que nosotras las feministas colombianas y en especial hago un
llamado a mis colegas del Caribe (como un compromiso por nuestra región)
debemos trabajar más fuertemente en los temas que impliquen cambios y
transformaciones
profundas
en
la cultura, en
las
mentalidades
e
imaginarios sobre lo femenino, hemos realizado un trabajo extraordinario
en cuanto a participación política, tenemos la ley de cuotas, y otras tantas,
pero el hecho de que estas no se materialicen o tengan tan poco desarrollo
en la práctica y por lo tanto no contribuyan grandemente, o hagan real la
ciudadanía plena de las mujeres depende de esos imaginarios culturales, es
que realmente esta sociedad patriarcal no cree que las mujeres somos
importantes.
94
Temas como el aborto legal y seguro y una vida libre de violencias
deberían ser prioridad de todas nuestras agendas. Ustedes saben, estas han
sido las armas de sometimiento más contundentes del patriarcado. Y la
lucha por un estado laico y democrático respetuoso de las diferencias que
garantice el ejercicio pleno de la ciudadanía civil, la ciudadanía política y la
ciudadanía social de las mujeres.
Debemos hacer mayor esfuerzo por trabajar desde el sector
educativo, la comunidad educativa es un espacio y un lugar apropiado para
las transformaciones, los niños, niñas y jóvenes, los maestros y maestras,
los padres y madres de familia son los sujetos a transformar, si
comenzamos desde allí a propiciar los cambios de mentalidades, de
imaginarios culturales, a cambiar los contenidos sexistas, hegemónicos,
excluyentes, racistas, degradadores, segregadores, discriminatorios, y hablo
de la educación básica y media. (Tenemos pocos, muy poquitos trabajos en
estos espacios). Finalmente, debemos impactar en los medios masivos de
comunicación, hay que inventarse una estrategia
que cambie el modelo
trillado, desgastado y dañino de la madre abnegada o la puta del barrio.
Trabajemos por cambiar este formato.
Bibliografía
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95
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Cartagena de Indias. (1990 – 2003). Tesis (no publicada) para optar al titulo de
Magister en estudios de Género. Universidad Nacional de Colombia.
96
Teorías que fundamentan las políticas públicas: Desafíos para
las mujeres
Eucaris Olaya
Resumen
Más allá de una ponencia, considero que es una reflexión colectiva
que hemos adelantado con diversos grupos, tanto en mis estudios
doctorales como con organizaciones y grupos de mujeres en Bogotá. Es
importante señalar que con la Asociación de Mujeres y Madres Abriendo
Caminos –AMMAC - Bogotá, hicimos un grupo de estudio que nos permitió
acompañar debates a través de lecturas en temas como Políticas Públicas,
Derechos de las Mujeres y los desafíos colectivos para la defensa de
nuestros derechos. A lo largo del proceso se analizó el papel que tiene el
Estado y la influencia que ejerce el mercado para imponer lógicas que
afectan la garantía de los Derechos Humanos y especialmente los derechos
de las mujeres. El interés que teníamos era acercarnos a la reflexión de la
política y lo político para las mujeres. En ese marco, logramos identificar en
el panorama un mundo globalizado, que evidencia las profundas tensiones y
contradicciones sociales, políticas, económicas y culturales, así como los
profundos efectos que tiene en la vida de las mujeres el sistema económico
neoliberal. Como aporte importante del proceso señalo dos: 1. Logramos
analizar los fundamentos que acompañan las Políticas Públicas, para lo cual
tomamos como referencia la Teoría del Manejo Social del Riesgo, una
iniciativa liderada por organismos internacionales que posicionan la lógica
del mercado (compra y venta de servicios) y minimizan las acciones del
Estado. 2. Socializamos con otras mujeres las reflexiones y posicionamos en
diferentes espacios la necesidad de continuar defendiendo un Estado Social
de Derecho, que garantice los derechos de todas las personas y en especial,
los derechos de nosotras las mujeres.
Introducción
Es con profunda alegría y emoción que en estos 22 años de activismo
feminista me encuentro en un espacio tan importante para compartir
97
abrazos, sueños, ideales, y utopías. Es una maravillosa oportunidad para
conocer y reconocer a mujeres feministas que vienen de diferentes lugares
del país. Así mismo, quiero manifestar mi gratitud a las mujeres que
hicieron posible éste Encuentro, especialmente a Isabel Ortiz; y hago
extensivo mi agradecimiento a la Casa de la Mujer de Bogotá, pues fue con
mujeres como Patricia Uribe, Martha Lucía Uribe, Nohema Hernández,
Norma Enríquez, Ximena Castilla, Olga Amparo Sánchez, María Eugenia
Sánchez, y Denise Ramírez, con quienes conocí el feminismo, ellas
contribuyeron significativamente para transformar mi proyecto de vida, y
junto con otras mujeres logramos conocernos, reconocernos, valorarnos,
dignificarnos, construir vínculos de amistad y sororidad entre mujeres.
Para nosotras es importante reconocer el papel que tienen mujeres
activistas y feministas en diversos escenarios de la vida política, social,
económica, y cultural
en Colombia. Son mujeres que contribuyen en la
promoción y garantía de los derechos humanos, así como quienes participan
en la formulación y gestión de Políticas Públicas y Sociales. Sin embargo,
existe una seria preocupación por las innumerables dificultades que existen
en la implementación e impacto de las acciones que se promueven y
desarrollan en diferentes contextos tanto locales, regionales, nacionales e
internacionales.
Con el ánimo de ahondar en las reflexiones he tomado como punto de
partida lo ocurrido en la primera década del siglo XXI, en la cual toman
forma dos corrientes teóricas que fundamentan las políticas públicas y
sociales, especialmente en el contexto de América Latina y el Caribe: la
teoría del Manejo Social del Riesgo, liderada por el Banco Mundial y en la
cual haré énfasis. La otra es el Universalismo Básico, sin embargo, esta
última no será tratada en este espacio.
La
Teoría
del
Manejo
Social
del
Riesgo,
ha
sido
utilizada
estratégicamente para posicionar conceptos como “riesgo”, “vulnerabilidad”,
“inclusión” y “sostenibilidad”, sin que se logre percibir realmente su
intencionalidad política, como ocurre en Colombia con el Ministerio de
Protección Social y sus políticas en temas de Salud y Empleo.
98
Quiero señalar que en el marco político-ideológico, denominado para
algunos/as de neoliberalismo y para otros/as de liberalismo más radical1
guarda
intima
relación
con
el
proceso
de
globalización
económica,
justificando la desigualdad social a partir de la idea de las diferencias
naturales. El Estado está en el centro de la disputa neoliberal, pues como
movimiento político-ideológico busca esencialmente usar el poder político
para dar libertad de acción al gran capital, no existe interés de superar las
profundas desigualdades e injusticias generadas por el sistema económico.
El Estado para los neoliberales, debe ser débil en la esfera de la
regulación económica de la tributación sobre el capital y en la promoción de
beneficios y derechos sociales. Como lo señaló la investigadora Cortés
(2006) El Estado neoliberal debe fortalecerse para defender el libre mercado
y fortalecer la acumulación capitalista. Así, el sistema capitalista asume
cada vez más un carácter privatizador, aliado a la apertura económica y a la
reducción
de
la
seguridad
social.
En
sus
palabras:
“los
derechos
conquistados en décadas anteriores, pasaron a un proceso de „reformas‟ en
las funciones del Estado, disminución de protección social, reducción del
gasto social, cambios en las leyes de trabajo y disminución de la regulación,
permitiendo el libre flujo de capitales. Esta perspectiva es retomada de los
ideales del liberalismo clásico, desde la idea de que el individuo es el
responsable de su desenvolvimiento, que los salarios comprometen los
lucros, que la nueva base tecnológica exige cambios en el mundo del
trabajo y que es preciso dinamizar el mercado reduciendo el Estado” (Ibid:
74)
1. Teoría Manejo Social de Riesgo
Como se pudo identificar el modelo económico ha impuesto una serie
de medidas para limitar las acciones por parte del Estado frente a las
Políticas Sociales y los derechos humanos. En este espacio pretendemos
evidenciar las apuestas teóricas existentes para que “cada individuo sea
1
Según Vieira, “El liberalismo más radical atraviesa los límites de la razón y del derecho, pero ha sido
experimento en el control de la crisis capitalista, a pretexto de defender el Estado y las instituciones, o
como se dice, preservar las instituciones públicas, los espacios públicos, los fondos públicos. Sometida a
la igualdad de los imperativos del Estado y de las instituciones, le queda la pretensión de regular la
desigualdad por medio de un nuevo contrato social, quimera amargamente rechazada por la realidad. Por
increíble que pueda parecer, el combate a la exclusión se hace por la propia exclusión.” (2007;122)
99
responsable de su bienestar” y logre superar situaciones de riesgo y
vulnerabilidad a los que se encuentra expuesto/a.
En el año 2003 salió publicado un documento de Robert Holzmann y
Steen Jorgensen denominado “Manejo Social del Riesgo: un nuevo marco
conceptual para la Protección Social y más allá”. El documento hace énfasis
en la inserción de lo social a la lógica de mercado y la acción gubernamental
sería una opción cuando el mercado y la familia fallan. Introduce como
actores fundamentales de la política social a los individuos y sus
comunidades (Rodríguez, 2004).
Para contextualizar este planteamiento recordamos que a partir de
los años de 1980, la Organización de Naciones Unidas -ONU promueve una
mayor participación en la formulación de Políticas Sociales en varios de los
organismos que la conforman. Es así como el Banco Mundial asume un
papel importante en el marco de las Políticas Sociales en el mundo. En ese
mismo orden, comienzan a tener incidencia política otras entidades como el
Banco Interamericano de Desarrollo –BID- y la Organización de Cooperación
y Desarrollo Económico –OCDEEn el año 2000, tanto la ONU como el G7, solicitan al Banco Mundial
formular “principios sociales” y “buenas prácticas de política social” según
los autores “para guiar las autoridades en sus intentos por mejorar las
condiciones sociales mínimas de las personas, incluido el suministro de la
protección social en tiempos normales y en períodos de crisis y de
tensiones” (Holzmann y Jorgensen, 2003)
Según lo planteado por el Departamento de Protección Social del
Banco Mundial (2000), existe un interés conceptual para que se logre
diseñar políticas, programas y acciones que contribuyan a la reducción de la
pobreza, por consiguiente, en la Teoría del Manejo Social del Riesgo, se
visualiza la “protección social como intervenciones públicas para 1. Asistir a
personas, hogares y comunidades para el manejo social del riesgo y 2.
Proporcionar apoyo a quienes se encuentran en la extrema pobreza”.
En palabras de Holzmann y Jorgensen (2003:3) “La protección social
es una red de protección y a la vez como un trampolín para los pobres (…)”
así mismo, señala “la protección social no puede ser vista como un costo,
100
sino más bien como un tipo de inversión en la formación de capital
humano.”
El Manejo Social del Riesgo, según algunas/os estudiosas/os en el
tema, entre ellas Rodríguez (2004) señalan que se justifica desde los
supuestos que afirman que, las economías en desarrollo, tienen escasos
recursos públicos y que es poco lo que pueden gastar en proveer seguridad
de ingresos a su población, y más cuando existen altos niveles de pobreza.
En otras palabras, existe una notoria inseguridad en los ingresos de las
personas en los mercados laborales tanto formales como informales.
De acuerdo con Holzmann y Jorgensen (2003), ¿Cómo se define el
riesgo?, y ¿Qué fundamenta el Manejo Social del Riesgo? Respecto a la
primera inquietud, estos autores afirman que el riesgo es definido como
“fluctuaciones no deseables o eventos que pueden ser predecibles o no, y
que pueden generar situaciones de gravedad o poner en peligro a las
poblaciones.” Desde esta perspectiva, “el Manejo Social del Riesgo –MSR, se
fundamenta en que todas las personas, hogares y comunidades son
vulnerables a múltiples riesgos de diferentes orígenes ya sean naturales
(Terremotos, inundaciones y enfermedades) o producidos por el hombre2
(como desempleo, deterioro ambiental y guerras). Estos eventos afectan a
las personas, comunidades y regiones de una manera impredecible o no se
pueden evitar, por lo tanto generan o profundizan la pobreza.” (Ibíd: 5)
Así
mismo,
indiscriminadamente
nos
la
preguntamos:
palabra
¿Por
“vulnerables”?,
qué
¿Será
que
utilizamos
estamos
entendiendo su sentido e intencionalidad cuando formulamos Políticas
Públicas? Pues bien, la vulnerabilidad se puede definir como la probabilidad
de resultar perjudicado/a por sucesos inesperados o la susceptibilidad a
impactos exógenos trascendiendo la perspectiva tradicional de la pobreza.
Según los autores “Los pobres y particularmente los muy pobres, son
especialmente vulnerables porque normalmente están más expuestos a los
impactos y tienen menos instrumentos para manejar los riesgos”. En la
hipótesis de éstos autores “mejorar las capacidades de manejo de los
2
Los autores escriben la categoría Hombre como genérico. Sin embargo, consideramos que es una
categoría que no incluye a las mujeres y bien se podría afirmar que en la cultura patriarcal se ha insistido
en el poder protagónico y hegemónico de los varones, muchos de ellos responsables por situaciones de
deterioro ambiental y promotores de guerras en el mundo.
101
riesgos por parte de los pobres y los no pobres reduce su vulnerabilidad y
aumenta su bienestar” (Holzmann y Jorgensen, 2003: 9)
Como se puede identificar los conceptos de Riesgo y Vulnerabilidad
no son presentados como elementos que integran la estructura económica y
social del modelo neoliberal. No se identifican las causas que originan las
desigualdades entre las poblaciones. Es interesante observar cómo dicho
fundamento invita a identificar los/as que están en riesgo y se concluye que
todas las personas pueden estar en “riesgo” en algún momento, por tanto,
deben ser responsables de prevenir dichos riesgos. Así mismo, centran la
atención frente a poblaciones pobres y muy pobres quienes son los/as
“vulnerables” y están en mayor riesgo.
Retomando la propuesta teórica y el cómo se pondrá en práctica, el
Departamento de Protección Social del Banco Mundial recomienda tener en
cuenta los actores principales del MSR: los individuos, las familias, las
comunidades, las Organizaciones No Gubernamentales, las Instituciones de
Mercado (Empresas privadas, bancos, Aseguradoras, entre otras) el
gobierno y las organizaciones internacionales.
En la Teoría del Manejo Social del Riesgo se afirma que tanto
individuos como hogares contribuyen con la mitigación del riesgo, mediante
la adquisición de seguros, ahorros y en algunos casos endeudamiento y
todo esto permite la optimización del consumo y el bienestar de la unidad
familiar. Su hipótesis señala “entre mejores sean los instrumentos (oferta)
del mercado mayor efectividad tendrá el manejo del riesgo en las familias.”
En palabras de los autores Holzmann y Jorgensen (2003) para un
efectivo cumplimiento del “Manejo Social del Riesgo se requiere unificar
acciones de intervención política y económica que sean tanto del sector
público como del mercado.” La responsabilidad de superar las situaciones de
riesgo y vulnerabilidad es de todos/as, y por tanto tenemos que estar
preparados/as para contar con unos instrumentos que nos ofrece el espacio
familiar,
la
comunidad,
las
organizaciones
no
gubernamentales,
las
entidades privadas y en caso de falla contamos con el sector público. Es así
como lo presenta el marco Teórico del Ministerio de Protección Social en
Colombia.
102
2. Ministerio de Protección Social en Colombia
En el año 2004, en Sao Paulo –Brasil, el Ministro Diego Palacio
Betancourt, presentó ante organismos internacionales la efectividad de la
Propuesta del Sistema de Protección Social en Colombia. A continuación
haré un breve resumen de su presentación con el fin de evidenciar la puesta
en marcha de la Teoría del Manejo Social del Riesgo:
En primer lugar, el documento señala que la “crisis recesiva tuvo un
impacto negativo en la población más pobre”, “La recesión económica
aumentó las tasas de desempleo y pobreza” Por tanto, se ven en la
necesidad de consolidar un Sistema de Protección Social que garantice el
bienestar de todas las personas: Trabajadores formales e incluir los
trabajadores informales, así como las familias que están excluidas de la
oferta laboral.
En segundo lugar, señalan la importancia de hacer tres reformas:
Empleo, pensiones y riesgos profesionales, lo cual permite que se logre
consolidar el Ministerio de Protección Social, que nace por la fusión del
Ministerio de Salud y Trabajo con el fin de tener mayor efectividad en las
acciones.
Respecto a la Reforma de empleo se señalan tres aspectos: 1)
Flexibilidad laboral -contratos flexibles de acuerdo a necesidades e intereses
de las partes- 2) Incentivos al empleo –apoyo al sector privado para que
ofrezca más puestos de trabajo- 3) Subsidios al empleo –Protección a
desempleados y Sombrilla de Protección con las Cajas de Compensación
Familiar.
Reforma a las pensiones, se tuvo en cuenta: 1) Sostenibilidad
financiera –participación del sector privado en el manejo de cesantías y
pensiones. 2) Balanceo Institucional –participación de diversas entidades
gubernamentales y no gubernamentales para la competencia y efectividad
de servicios. 3) Equidad y Solidaridad –Aportes proporcionales a los niveles
de
ingreso
y
redistribución
con
equidad.
Finalmente
los
Riesgos
Profesionales se mencionan pero no se identifican las acciones.
El documento del Ministerio Señala que la “Protección Social se
fundamenta en abrir oportunidades para que los actores privados (hogares,
comunidades,
instituciones
de
mercado,
103
entre
otros)
aumenten
su
capacidad para manejar los riesgos; prestando especial atención a quienes
se encuentran en situación crítica (vulnerabilidad)” Así mismo, hace énfasis
en la participación del Estado, la sociedad civil y el sector privado.
El ministro Palacio afirmó que el concepto central de la Política de
Protección Social es la vulnerabilidad, entendida como la probabilidad de ser
afectado por un riesgo de cualquier naturaleza y en este sentido, está
vinculada con la capacidad de enfrentarlo. Respecto de la capacidad de
enfrentarlo por parte de los hogares se sugiere que:
a. Ahorro monetario (una propuesta del mercado financiero)
b. Bienes Inmuebles (préstamos bancarios o venta en el mercado de
finca raíz)
c. Superación del deterioro del capital humano: expresado en la
deserción escolar, falta a la contribución en salud, trabajo infantil,
disminución de la dieta diaria entre otras.
Respecto a la Salud, se sugiere que para una verdadera reforma en el
sistema de salud se debe comprender que la Salud hace parte del ciclo vital
y que para enfrentar los riesgos se requiere de apoyo del sector financiero
tanto privado como público y la prestación de servicios en el área de la
salud serán entidades sociales, ONG, instituciones locales y comunitarias.
Como estrategias se recomienda que se aumente la afiliación de cotizantes
y recursos, ampliar la cobertura de los sistemas contributivo y subsidiado
en salud. Hacer seguimiento para reducir la evasión especialmente de
quienes están en el sector informal.
Finalmente, el documento insiste en la necesidad de focalizar a las
poblaciones con el fin de garantizar el bienestar individual, reducir la
vulnerabilidad y buscar la equidad social. Concluyen: “El Sistema de
Protección Social contribuye al desarrollo y al crecimiento económico, así
como reducir la pobreza de manera efectiva y duradera.”
Al analizar la propuesta y las acciones adelantadas por el Ministerio
de la Protección Social, se evidencia un interés por minimizar las acciones
gubernamentales, las cuales están puestas al servicio del mercado,
especialmente, el sector financiero. El papel preponderante lo asume el
mercado en la oferta de servicios a través de entidades privadas
prestadoras de servicios y se desdibuja el marco de un Estado Social de
104
Derechos
que
debe
garantizar
los
Derechos
de
sus
ciudadanas
y
ciudadanos.
En palabras de Garay (2005:25)
“En un Estado Social de Derecho, se legitima la intervención del
Estado y asume responsabilidades en la regulación política de la
economía a fin de equiparar o compensar las desigualdades sociales
que se
consideran inaceptables
bajo
un esquema de justicia
distributiva acordado por decisión colectiva mediante el contrato
social instaurado en la Constitución Política.”
Los gobiernos son responsables de dar cumplimiento a lo propuesto
por la Constitución. En un Estado Social de Derecho, las políticas públicas
deben estar referidas a la garantía de los derechos. El presupuesto debe
contemplar el gasto social destinado a la satisfacción de necesidades y al
cumplimiento del bienestar social y humano de su ciudadanía. Los criterios
de distribución de recursos deben contribuir a la igualdad mediante la
provisión de asistencia y prestaciones que aseguren condiciones básicas de
la existencia humana y el logro de una igualdad de oportunidades entre las
personas que integran la sociedad. En palabras de Garay, señalando a
Garronera. “El Estado Social debe estar en la procura del orden económico y
social en ejercicio de las funciones reguladoras y de servicio.”
3. Desafíos para el movimiento feminista
El panorama nos permite comprender el papel ético-político que
tenemos como feministas. De una parte, es fundamental que desde nuestro
compromiso
continuemos
desarrollando
procesos
investigativos
que
contribuyan a avanzar en marcos teóricos y metodológicos tanto en las
Políticas Públicas y Sociales, como en los Derechos Humanos de nosotras
las mujeres.
Como bien lo señaló la Declaración del Foro de Organizaciones
feministas ante la XI Conferencia Regional sobre la mujer: “La acción de las
feministas es poner en el debate público la opresión y discriminación que
surgen
en
sociedades
antidemocráticas,
lesbofóbicas y homofóbicas.” (Cepal, 2010)
105
sexistas,
racistas,
clasistas,
Por tanto, continuamos denunciando que en Colombia la desigualdad
salarial es evidente, como lo demuestran las estadísticas que hizo el DANE,
octubre de 2010 “si un hombre gana $1.297.000, una mujer gana
$942.000” desde esta lectura, las mujeres ganamos en promedio, entre un
70% y 75% con relación a lo que gana un varón, desempeñando cargos
iguales y con niveles educativos similares.
Así mismo, la ONU, señaló que la tasa de desempleo femenino en
Colombia era del 24.2% en Colombia, en tanto que la de los varones se
mantenía con un 17.1%, esta cifra contradice el 12% que señala el
gobierno frente al desempleo en el país. Igualmente ocurre con las cifras
que se manejan en la economía informal, siendo las mujeres las que se
encuentran vinculadas en mayor proporción, en un 60% y no tienen ningún
tipo de Seguridad Social, no tienen garantía de salud, pensión, o
prestaciones sociales que asegura la ley, así lo indicó Clara Helena
González, de Escuela Nacional Sindical.
La situación de las mujeres es de desventaja y desigualdad, no solo
en cuestiones salariales, sino en la posibilidad de pensionarse, como lo
demuestra un estudio de Portafolio: De 10 adultos en edad de pensionarse,
lo logran 3, entre ellos dos hombres y una mujer. Sin embargo, los
intereses del sector privado y los Fondos de Pensiones esperan que en la
reforma de pensiones se logre igualar la edad de jubilación como ocurre en
países de Europa, el caso de Alemania.
Finalmente, en estos momentos en Colombia se viene trabajando por
la Reforma a la Salud, la cual se mantiene para la mayoría de Colombianas
y Colombianos en Estado de Emergencia, la mayoría de veces para que se
garantice el derecho se debe poner tutela. Es indispensable que sigamos
insistiendo en el Derecho. Las mujeres necesitamos una Protección Social
integral, vista como un derecho que lo garantice el Estado, y no como un
servicio que se compra y se vende en el mercado de prestación de servicios
sociales.
El movimiento social de mujeres y feministas
debe
continuar
afianzando un proyecto social desde la democracia vivida, sentida, por un
Estado Social de Derecho que garantice la vida y la dignidad humana. La
incidencia política que se ha hecho en diferentes escenarios tanto en
106
espacios locales, regionales, nacionales e internacionales es evidente. Sin
embargo, debemos contribuir con conocimientos para la reflexión, y el
debate crítico frente al papel del Estado.
Puedo afirmar que somos muchas las feministas que trabajamos por
la defensa de los derechos humanos, los derechos de nosotras las mujeres,
considero que el énfasis de la Subsecretariá de Mujer y Género en Bogotá,
ha sido posicionar las políticas que garanticen los derechos de las mujeres.
Para finalizar, quiero señalar lo dicho por Nancy Fraser, “la necesidad de un
enfoque bidimensional de reconocimiento y redistribución se hace aún más
acuciante cuando dejamos de considerar por separado los ejes de
subordinación y comenzamos a considerarlos al mismo tiempo. Después de
todo, el género, la „raza‟, la sexualidad, la clase social no están
radicalmente separados entre si. Al contrario, todos estos ejes de
subordinación se intersectan de tal manera que influyen en los intereses y
necesidades de todas/os.”
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107
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Espacio Abierto, 2003.
Vieira Edvaldo, Os direitos e a Política Social. São Paulo, 2ª edição. Editora Cortez,
2007.
Web:
http://www.portafolio.com.co/economia/economiahoy/colombia-rumbo-a-unareforma-de-pensiones_8282402-3
http://www.actualicese.com/actualidad/2010/10/05/mujeres-efecto-multiplicadorde-la-economia-pero-con-desigualdad-salarial/
108
Las cuotas de género en el sistema electoral colombiano, una
conquista por alcanzar y un debate vigente.
Graciliana Moreno Echavarría.
.
1. Una mirada a la participación de las mujeres en los órganos de
representación popular en Colombia.
Para analizar el caso colombiano con relación a la participación de las
mujeres en órganos de representación debe tenerse en cuenta además de
las reglas electorales recientemente introducidas y las especificidades
propias de la competencia electoral, la interacción de otros factores que
inciden en la presencia de mujeres en la política.
La dinámica del conflicto armado interno colombiano incrementa el
riesgo de ser candidato o candidata y de participar como tal en las
elecciones populares. De acuerdo con la Misión de Observación Electoral, los
riesgos activos por violencia en las elecciones está dados a partir de la
combinación de variables de diverso orden: la violencia política, entendida
como el conjunto de atentados contra la vida, integridad personal y libertad
de candidatos electorales; la presencia de actores armados ilegales (Farc,
Eln y paramilitares); la confrontación armada; el desplazamiento interno
forzado y las violaciones a la libertad de prensa. A lo anterior se suma la
actual polarización política partidista y la fuerte infiltración en política de los
grupos paramilitares. Así, según el informe del Sistema de Alertas
Tempranas (SAT) de 2010, se identificaron un total de 362 municipios en
riesgo de los 30 departamentos, de los cuales 244 se encuentran en riesgo
alto y 118 municipios en riesgo medio, principalmente por la acción de
grupos guerrilleros y paramilitares (Defensoria, 2010).
Estas condiciones hacen todavía más difícil el acceso de las mujeres
al poder público, no sólo como candidatas sino también como electoras,
pues permanece una grave limitación al derecho a elegir y a ser elegidas
que afecta gravemente su ejercicio democrático.
Al observar el comportamiento en cifras de la participación en cargos
de decisión como el Congreso de la República, es evidente la brecha de
desigualdad existente a nivel de género en este ámbito de participación,
109
constituyéndose en un déficit democrático, cuya escasa representación e
inclusión de las mujeres en los cargos de decisión genera una insuficiente
influencia transformativa en la vida social y política del país.
Desde el análisis de las listas presentadas por los partidos y
movimientos políticos para las elecciones al Congreso en el año 2010, se
anticipó lo que sería el incumplimiento de los compromisos internacionales
de avanzar en la presencia de mujeres en las corporaciones públicas. Así,
de los 2335 candidatos(as) sólo 551 fueron mujeres, los otros 1784
aspirantes fueron hombres1.
Fuente: Votebien – Registraduría Nacional del Estado Civil.
Silvia Marcela Yáñez Moreno.
Respecto a la elecciones de 2006 se observó un leve aumento de 5.5
puntos al presentarse un 18% de aspirantes mujeres al Congreso, que
puede verse matizado por el aumento del tamaño de las circunscripciones
para las recientes elecciones.
Los partidos políticos no tradicionales son los que encabezaron las
listas para el Senado con el mayor porcentaje de participación de mujeres
candidatas. No obstante, son igualmente los que menor número de
aspirantes presentaron.
Mientras que cuatro partidos no presentaron mujeres, en sus listas,
uno tuvo una representación por debajo del 10% y más de la mitad tuvo un
porcentaje inferior al 35%.
1
Artículo publicado en la página
html/vbn521-listas-machistas.htm
de internet: http://www.terra.com.co/elecciones_2010/votebien/
110
Número de
candidatas
109
Elecciones
Senado 2006
Elecciones
Senado 2010
Número de
mujeres electas
12
234
18
Índice de
elegibilidad
11
7,69
Fuente: Silvia Marcela Yáñez Moreno - Registraduría Nacional del Estado Civil.
En las listas de candidatos(as) a la Cámara de Representantes, la
mayor representación se registra nuevamente en el Movimiento Mira,
Movimiento
Apertura
Liberal
y
el
Partido
Verde.
Mientras
que
los
departamentos con menor representación de mujeres en las listas para
Cámara son: Vaupés, Vichada, Atlántico, Risaralda, San Andrés, Córdoba,
Santander, Huila, Caquetá y Bolívar. Todos, con porcentajes que no superan
el 20% de participación2.
Respecto al comportamiento de la participación femenina en las
elecciones al Senado, de acuerdo con los resultados electorales de las
pasadas elecciones del 14 de marzo de 2010, de las 234 mujeres que se
postularon como candidatas tan sólo 18 fueron electas. Si bien en
comparación con el 2006 se asiste a un aumento del número de mujeres
candidatas y electas, es importante señalar que desde el punto de vista del
éxito electoral3, en las pasadas elecciones las mujeres ganaron más,
disminuyendo el índice para estas elecciones en casi tres puntos.
En el caso de la Cámara de Representantes fueron elegidas 18
mujeres para integrar una Corporación de 166 escaños, esto indica que el
porcentaje llega apenas al 10,8%. Las cifras muestran un leve aumento en
el número de mujeres que representan a sus regiones en uno de los más
importantes escenarios políticos del país.
Respecto a los cargos de elección popular en las regiones tenemos
que para la elección de Alcaldías Municipales, de los 4638 candidatos(as)
inscritos(as) a este cargo uninominal 4.060 eran hombres y 578 eran
mujeres, de las cuales tan solo 99 resultaron elegidas.
2
Artículo publicado en la página de internet: http://www.terra.com.co/elecciones_2010/votebien/
html/vbn521-listas-machistas.htm
3
El índice de elegibilidad se construyó comparando el número total (TL) de candidaturas de hombres (H)
ó mujeres (M) inscritos/as con el número de candidaturas de hombres o mujeres que logran ser electas/os
(E): IE= (H-ME*100)/TLH-M. (Bernal,2004)
111
Sin embargo, de acuerdo con el análisis realizado por la Campaña
Nacional para promover la Participación Política de las Mujeres en Colombia
Más mujeres más política, en comparación con el año 2003 se asistió a un
leve aumento del número de mujeres candidatas y electas, sin embargo el
éxito electoral fue menor que en las anteriores elecciones.
Fuente: Campaña Nacional para promover la Participación Política
de las Mujeres en Colombia Más mujeres más política.
Este éxito electoral se enmarca en el número de mujeres electas en
proporción a mujeres inscritas como candidatas para esta corporación, en la
que para el 2003 hubo 317 candidatas y 77 elegidas mientras que en el
2007 fueron más las candidatas (563) y tan sólo 99 fueron elegidas
alcaldesas.
Lo anterior en un contexto en donde ningún departamento registró
niveles de participación de las mujeres superior al 30%, lo que representa
un serio déficit de en materia de acceso a cargos de elección popular.
En
cuanto
a
los
Concejos
Municipales,
se
inscribieron
como
candidatas 11.824 frente a 54.067 hombres, siendo mayor que en el
período anterior y pasando de un porcentaje de 13,34% de mujeres
concejalas a un porcentaje de 14,49%, aunque en la relación mujeres
candidatas – mujeres concejalas se mantiene el comportamiento de menor
efectividad presentado para las alcaldías, con un 16,52% en el 2003 y
14,75 en el 2007. Igualmente ninguno de los departamentos logró una
participación femenina superior al 30% en los Concejos Municipales, siendo
112
Bogotá
y
Caquetá
los
de
mayor
porcentaje
–
22,22
y
22,04
respectivamente- (Arias, 2007).
Tanto para el 2003 como para el 2007 en 842 municipios existe
participación femenina en esta corporación pública. Serán entonces, los
niveles de participación femenina en las colegiaturas las que marcarán
diferencias para estos períodos. Es importante señalar que estas diferencias
evidencian que se está presentando un salto cualitativo en materia de
paridad política, que si bien sigue siendo tímido, puede representar un
camino prometedor, en la medida en que aumentaron los municipios que
cuentan con una participación femenina en los concejos entre el 15 y el
29% y superior al 30%.(Arias, 2007:5)
Fuente: Campaña Nacional para promover la Participación Política
de las Mujeres en Colombia Más mujeres más política.
En el caso de las Gobernaciones las mujeres no han alcanzado más
allá del 6,25%, frente a los hombres que representan más del 93% del total
de los 32 departamentos existentes en el país.
Periodo
Departamento
Partido Político
1992-1994
Caldas
1995-1997
Cundinamarca y
Quindío
Ninguna
mujer
fue elegida
San
Andrés
y
Risaralda
Amazonas
y
Quindío
Partido
Conservador
Partido Liberal
1998-2000
2001-2003
2004-2007
Partido
Conservador
Partido Liberal Movimiento Nal.
Progresista
113
Nº
de
Gobernadores
1 de 32
%
2 de 32
6.25
0 de 32
0
2 de 32
6.25
2 de 32
6.25
3.20
Fuente: Fundación Mujer y Futuro 2009
Estas cifras son alarmantes, para los dos períodos electorales en los
que la efectividad de la participación femenina en los comicios es baja. En el
2003 tan sólo se candidatizaron 8 mujeres al cargo y aunque en el 2007 la
cifra ascendió a 13 candidatas, este hecho sirvió poco a la hora de obtener
mayores niveles de presencia femenina en este escenario político (Moreno,
2008).
Otro de los datos que constatan el leve avance en los derechos
políticos de las mujeres es el de los niveles de participación en las
Asambleas departamentales. Para el 2007, 17 de los 32 departamentos,
presentan un nivel de participación femenina entre el 15 % y el 45%. Es
importante señalar que Caquetá y Atlántico coinciden en el 2003 y el 2007
en ser los departamentos con mayor participación femenina y Nariño y
Tolima por su parte, en ocupar las más bajas posiciones. No obstante se
observa una mejoría en los índices de representación de las mujeres, que
ha venido en forma creciente desde 1958 fecha en la que fueron elegidas
31 diputadas. Así aunque el porcentaje de participación de mujeres entre un
período y otro no mostró mayores variaciones (se pasó del 16,83% al
17,22%), con lo cual se observa una débil pero mayor eficacia electoral.
Fuente: Campaña Nacional para promover la Participación Política de las
Mujeres en Colombia Más mujeres más política. Silvia Marcela Yáñez Moreno.
1.1. Las cuotas de género.
114
Las cuotas de género, denominadas también como cuotas de
participación por sexo o cuotas de participación de mujeres, son un
mecanismo dentro de las acciones positivas o afirmativas para garantizar la
efectiva integración de mujeres en los ámbitos políticos, de decisión y del
Estado. Se incorpora como medida compulsiva que obliga a incorporar
mujeres en las listas de candidaturas o en listas de resultados electorales y
tiene un carácter eminentemente temporal, debido a que supone una
vigencia determinada por la superación de los obstáculos que impide una
adecuada
representación
de
mujeres
en
los
espacios
de
poder
y
representación política(Bareiro y Soto, 2000)4.
Las cuotas se caracterizan por: (a) su regulación jurídica ya sea por
leyes electorales, normas constitucionales o de manera voluntaria por los
partidos políticos a través de sus estatutos; (b) ser de carácter obligatorio
para todos los espacios de aplicación independiente de las estrategias
electorales empleadas; (c) controlable en su aplicación e inequívocamente
evaluable a través de los números y porcentajes de inclusión de mujeres; y
(d) deben ser diseñadas de acuerdo al sistema electoral en el que se
insertan (Bareiro y Soto, 2000).
Son generalmente establecidas para elecciones de corporaciones
públicas en circunscripciones plurinominales como número o proporción de
lugares en listas de candidaturas o para la proporción de cargos, ya sea
como cuota mínima o máxima. La mínima pone un piso para las
candidaturas femeninas – por ejemplo la exigencia que las listas deban
incluir por lo menos un 30% de mujeres- y las máximas imponen un límite
para cualquiera de los sexos –por ejemplo: ninguno de los sexos debe
superar el 60% de los cargos-.
Se puede distinguir entre las cuotas voluntarias, las constitucionales
y
las
legislativas.
Las
cuotas
constitucionales
se
consagran
en
la
Constitución, las cuotas legislativas están en la ley electoral, la ley de
partidos políticos o alguna otra ley comparable. Por definición, ambas
formas se basan en normas legales, por lo que tiene la característica de
vincular a todas las entidades políticas que participan en las elecciones. El
4
El documento puede consultarse en: : http://www.iidh.ed.cr/comunidades/redelectoral/docs/.htm
115
incumplimiento con las cuotas legislativas o constitucionales, siempre que
se señale en la ley,
puede ocasionar sanciones para aquellas entidades
políticas que no las aplicaron. Como ejemplos de sanciones impuestas por
las autoridades legales de un país están la descalificación de candidatos, la
imposición de multas, e inclusive la descalificación de todo el partido
(Larserud y Taphor, 2007).
Las cuotas voluntarias de partido son adoptadas voluntariamente por
los partidos políticos. Son fijadas por los propios partidos para garantizar la
postulación de un determinado número o proporción de mujeres. Tal como
lo indica su nombre, las cuotas voluntarias de partido no son legalmente
obligatorias,
y
por
lo
tanto
no
existen
sanciones
para
exigir
su
cumplimiento, aunque pueden proveerse dentro de los estatutos (Larserud
y Taphor, 2007:9).
Las cuotas de género pueden ser implementadas en los procesos de
elección de potenciales candidatos(as), en los procesos de designación de
los(as)
integrantes
de
las
listas
o
directamente
en
los
resultados
electorales.
En el primero de ellos, se busca asegurar un porcentaje de mujeres
en los procesos de elecciones primarias o de consultas internas, para
garantizar la posibilidad de elegir potenciales candidatas. La aplicación de
este modelo requiere que los partidos políticos desarrollen medidas de
democratización interna y en ellas se establezcan porcentajes o números de
mujeres participantes de dichos proceso y se ha utilizado en sistemas
electorales en los que no se permite otro tipo de cuotas como los regidos
por el principio mayoritario.
En los procesos de designación de los(as) integrantes de las listas se
busca fomentar un mayor número de candidaturas de mujeres dentro de las
listas de los partidos políticos y su regulación puede variar de acuerdo con
su flexibilidad es decir si se fija o no la obligación adicional de que las
candidaturas se den en ubicaciones estratégicas dentro de las listas
(especialmente en sistemas electorales con listas bloqueadas).
Así, pueden darse reglas flexibles que fijen la obligación de postular
un porcentaje de mujeres, no obstante, pueden ser ubicadas en el final de
las listas, situación que significa –en el caso de las bloqueadas- una mínima
116
probabilidad de ser elegidas. Por el contrario, puede reglamentarse en
forma más estricta estableciendo una clasificación específica de las mujeres,
a través de métodos como el de la alternancia –una mujer, un hombre- o
un determinado porcentaje de mujeres en los primeros puestos de las
listas.
Las primeras experiencias de aplicación de las cuotas de género se
dieron dentro de los partidos socialdemócratas de los países nórdicos
quienes incluyeron medidas estatutarias para fomentar la participación de
las mujeres en los espacios de decisión de los partidos.
Por su parte, en América Latina, varios partidos políticos –todos de
diferente vertiente ideológica- también incursionaron en el establecimiento
de cuotas de género dentro de sus estatutos como mecanismos para
promocionar la participación de las mujeres en los cargos de elección
(Partido Unidad Social Cristiana de Costa Rica, El Frente Farabundo Martí
para la Liberación Nacional de El Salvador, el Partido Revolucionario
Institucional de México, la Asociación Nacional Republicana del Paraguay y
el Partido de los Trabajadores del Brasil). Argentina es el primer
antecedente de incorporación de cuotas a través de leyes electorales, pues
en 1991 sancionó la Ley 24.012, conocida comúnmente como “ley de cupos
femeninos” que consagró un mínimo del 30% de los cargos a elegir para las
mujeres en proporciones con posibilidad de ser electas. Otros países
latinoamericanos que incorporaron normativas de cuotas a sus leyes
electorales son Paraguay, Bolivia, Costa Rica, Ecuador y Brasil, este último
para elecciones municipales.
1.2. Sustento normativo de las cuotas de género
Desde finales de la década de los años setenta el sistema universal
de Derechos Humanos constató las condiciones de discriminación y violencia
a la que son sometidas las mujeres alrededor del mundo y la violación
masiva y sistemática de sus derechos que obstaculizaron su participación en
iguales condiciones a las de los hombres en la esfera política, económica y
cultural de los países.
Aunque existe en el derecho internacional de los Derechos Humanos
(CEDAW – Plataforma de Acción de Beijing) una clara y decidida
117
consideración de eliminar la discriminación histórica en contra de las
mujeres y de la necesidad que los Estados adopten medidas afirmativas que
fomenten la participación de las mujeres en los diferentes ámbitos de la
sociedad.
Sin embargo, más de veinte años después de la adopción de la
Convención y luego de quince años de la Plataforma de Acción de Beijing,
las mujeres de todas partes del mundo continúan estando ampliamente
marginadas e infrarepresentadas en la esfera política. Así, pese a los
esfuerzos, de constituir la mitad de la población mundial y el 50% de la
fuerza laboral, la situación de esta parte de la población es de pobreza,
analfabetismo y, lo que es peor, la toma de decisiones sobre la superación
de estas condiciones y de erradicación de la violencia sistemática ejercida
contra ellas, continúa estando en gran medida en manos de los hombres.
En este sentido, continua como gran déficit de los sistemas
democráticos actuales la desigualdad de género que caracteriza al ámbito
político en la mayoría de países. La persistente marginación de la mitad de
la población de los órganos de representación, la falta de igualdad en el
acceso a cargos públicos, y la dificultad para que los intereses de las
mujeres sean representados, constituyen problemas evidentes de estos
regímenes políticos (Ríos y Villar, 2006:9).
En razón a lo anterior, las acciones afirmativas a favor de la inclusión
de las mujeres en los espacios políticos continúan teniendo plena vigencia
constituyéndose –incluso- en una mecanismo necesario para lograr superar
los obstáculos de representación que aún tienen las mujeres y lograr así
aumentar su participación en la actividad política y su incidencia en los
órganos públicos de decisión.
Así, las cuotas de género son justificables tanto en el ámbito
internacional de los derechos humanos que, promueve la inclusión de este
tipo de medidas como fórmula para superar la discriminación, como parte
de ideas más democráticas que propendan por una sociedad igualitaria, que
como consecuencia de los lentos avances en la materia requiere de
impulsos más eficaces que faciliten el acceso a puestos socialmente
importantes para así lograr ese fin, si no de manera directa y completa, sí al
menos como forma de simbolización de la posibilidad de romper el techo de
118
cristal que obstruye a las mujeres formar parte de la inmensa mayoría de
los centros de decisión, ofreciendo nuevos modelos de rol más igualitarios
para las generaciones más jóvenes (Ruiz 1999).
Sin embargo muchas críticas se han planteado a las cuotas de género
las cuales pueden agruparse en cuatro categorías:
(a) las que consideran que la falta de mujeres elegidas están
relacionados con problemas ajenos a la reglamentación legal de los
procesos electorales;
(b) las que afirman que estos mecanismos producen divisiones en el
proceso político;
(c) las que afirman que las cuotas vulneran el principio de igualdad y
no discriminación; y
(d) las que expresan que estos mecanismos van en contra de los
procedimientos basados en los méritos.
Al respecto podemos decir:
(a) Las que consideran que la falta de mujeres elegidas está
relacionado con problemas ajenos a la reglamentación legal de los procesos
electorales. Los detractores de las cuotas de género han considerado que en
virtud de los procedimientos legales establecidos se ha materializado la
igualdad de oportunidades para hombres y mujeres de participar en los
órganos de decisión política. Frente a esta consideración se han planteado
argumentos denominados de acción afirmativa en los que se resalta la
actual situación de discriminación de las mujeres en razón a los prejuicios
que existen alrededor de su capacidad para asumir posiciones de liderazgo
colectivo y que promueven los estereotipos que vinculan a las mujeres al
ámbito doméstico, alejadas de la esfera política y que se refieren a un
disminuido desarrollo de sus habilidades para la toma de decisiones. La
existencia de estos prejuicios -que en el ámbito electoral permean la
decisión de los partidos políticos de no incluir mujeres en sus listas o la de
los votantes de preferir hombres con larga trayectoria pública-, es la razón
que existan medidas espaciales para contrarrestar esos prejuicios, dado que
es posible transformar estas creencias (Young, 2003:47) en la medida en
que las mujeres ejerzan la representación.
119
(b) Las que afirman que estos mecanismos producen divisiones en el
proceso político. En este sentido se considera que permitir la apertura a
más grupos específicos en la toma de decisiones significa abrir la posibilidad
de que el debate político se fragmente o divida en facciones y en
consecuencia se desdibuje la búsqueda del interés común en divisiones de
segmentos poblacionales. “El problema con prestar atención al género en
los procesos políticos públicos puede ser que estemos alentando a las
mujeres y a los hombres a pensar solamente en términos de sus propios
intereses y no en términos de lo que podría ser bueno para la nación en
general” (Young, 2003:46). Frente a esta objeción, se considera que los
órganos decisorios para que funcionen debidamente requieren de -lo que de
manera general se ha denominado- la deliberación como norma para la
democracia, en la que sus integrantes manifiestan sus argumentos y
contraargumentos y en los que las personas manifiestan sus posiciones
diferentes en torno a la sociedad y a la manera de ver determinado aspecto
en debate. La deliberación es enriquecida a partir de las propuestas y
posturas diversas que finalmente conduce a una decisión. De esta manera,
no “se produce una división en facciones sino una deliberación más
incluyente, más global, en donde todos pueden aprender más sobre toda la
sociedad en su conjunto” (Ibid: 50).
(c) Las que afirman que las cuotas vulneran el principio de igualdad y
no discriminación. Los detractores de las cuotas consideran que vulneran el
principio de igualdad al no otorgar simetría en las posibilidades de obtener
cargos de representación para los hombres y las mujeres. Adicionan que
todas las personas deberían ser tratadas por igual y que la distribución de
recursos que implicaran una visión de la justicia social se debería realizar
sin atender a cuestiones de género. La respuesta para esta objeción es que
el principio de igualdad no puede considerarse como equivalencia absoluta y
que la idea de una igualdad puramente formal, que no atendiera a las
discriminaciones que de hecho existen en nuestras sociedades, acabaría
conculcando el objetivo de alcanzar una sociedad justa. Lo cierto, además,
es que con las cuotas se intenta reparar una probabilidad objetiva que pesa
en contra de las mujeres, de acuerdo con la cual -según lo demuestran las
estadísticas-
la
posibilidad
real
que
120
tienen
de
acceder
a
cargos
representativos es notablemente menor que la que tienen los hombres. En
este contexto, se puede concluir que las cuotas, más que vulnerar el
principio de igualdad, en realidad lo afianzan, en la medida en que lo hacen
real, ya que impiden una consolidada y permanente discriminación por
razón de sexo en contra de las mujeres (Carbonell, 2003).
(d) Las cuotas no respetan los criterios de mérito. Se afirma por sus
críticos que las cuotas no toman en cuenta el mérito de las personas, sino
simplemente su sexo a la hora de distribuir las posibilidades de acceder a
cargos públicos electivos. La respuesta a esta objeción es que el mérito,
siendo sin duda importante, no puede ser el único criterio para la
distribución de beneficios sociales. Puede suceder incluso que el mérito sea
un criterio injusto si la situación de partida de dos personas o de dos grupos
no es equitativa. A la crítica del mérito se suele acompañar el argumento de
que las mujeres ya han logrado avanzar mucho en los distintos ámbitos
públicos y que es solamente una cuestión de tiempo para que tengan mayor
presencia en los parlamentos y cámaras legislativas; en realidad, los datos
demuestran que incluso en sociedades en donde la emancipación de las
mujeres inició hace muchos años, los cambios siguen sin producirse y la
diferencia entre hombres y mujeres sigue siendo muy importante (Francia
es el mejor ejemplo)(Carbonell, 2003:32). Además, si el mérito ha sido
hasta ahora el criterio con el que se han integrado los órganos públicos,
habría que empezar a cuestionarlo a la vista de los pobres resultados que
ha generado y del desencanto que la gente tiene sobre sus representantes
populares. La evaluación de los méritos que actualmente hacen nuestras
sociedades puede y debe ser cuestionada, pues en muchos aspectos es
obvio que no está dando buenos resultados.
En efecto, el contexto político, económico y social, los problemas de
desarrollo, los obstáculos para la superación de la discriminación, el patrón
de comportamiento de la clase política, entre otros, condicionan los efectos
del sistema electoral; no obstante, el fortalecimiento del Estado de Derecho
y el aumento de la representación efectiva de los ciudadanos y ciudadanas
tiene como componente esencial la existencia de un sistema electoral
coherente con estos presupuestos jurídico-políticos, por lo que las reglas en
la materia pueden brindar una importante contribución para este desarrollo.
121
Bajo esta consideración, el debate sobre la inclusión de cuotas de
género y el aumento de la representatividad de las mujeres ha estado
permeado por esta disyuntiva que ha conducido a concluir de manera
común que su aplicación debe estar (i) revestida por el análisis de los
efectos reales en el sistema electoral con sus especificidades para que
pueda adaptarse en forma acertada de acuerdo con cada uno de los
elementos que lo componen, (ii) e integrada por una serie de acciones y
medidas que acompañen su efectividad y dirigidas a los factores exógenos
que constituyen obstáculos para la representación de las mujeres.
1.3. Algunas consideraciones frente a la aplicación de las cuotas de género.
Sobre los elementos que componen el sistema electoral se ha
considerado que las circunscripciones electorales grandes, es decir en las
que se eligen más de 10 escaños, amplían la probabilidad de incluir
candidatas mujeres en las listas partidarias en la medida en que hay más
bancas en juego y, en consecuencia, mayores probabilidades de que éstas
resulten electas (Archenti y Tula, 2008:16). Lo anterior teniendo en cuenta
que cuanto más pequeña es la circunscripción electoral, menor es el efecto
proporcional del sistema electoral; esto significa que disminuyen las
posibilidades de las minorías políticas de resultar electas (Dieter, 2007:37).
Sobre las formas de votación la tendencia general es apoyar la lista
cerrada y bloqueada porque permite un mayor nivel de efectividad de las
cuotas de género. Así, este tipo de lista tiene un impacto positivo en tanto
favorecen establecer mandatos de posición –a través de sistemas de
alternancia o porcentajes en los primeros lugares de las listas- y su vez se
impide
la
alteración
posterior
del
orden
de
los(as)
candidatos(as),
garantizando la posibilidad de acceder a curules.
Sobre las listas abiertas se ha señalado que van en contra de la
elección de mujeres debido a que se privilegia la competencia entre
candidatos(as) en la que aquél(a)
con más con más recursos, tienen la
posibilidad de hacer una mejor propaganda o se favorecen las largas
trayectorias políticas. Las mujeres normalmente cuentan con menos
recursos y menos trayectoria y entonces resultan desfavorecidas en la
carrera política. En este tipo de listas aunque las cuotas puedan ayudar a
122
que más mujeres se postulen, no promueven que sean efectivamente
elegidas, pues el voto preferencial altera el orden original de la lista y puede
anular los efectos del mandato de posición.
En general, el desbloqueo de las listas rompe con los acuerdos o
equilibrios que se intentan preservar en el ámbito político-institucional
mediante leyes, dada la posibilidad de alterar un orden predeterminado.
También la personalización de la campaña electoral (por la competencia
intrapartido que se desarrolla simultáneamente con la interpartidaria) que
trae consigo el desbloqueo, repercute negativamente en los sectores
marginales o minoritarios dado que requieren –para competir en igualdad
de condiciones- de mayores recursos económicos y de apoyos políticos
importantes (Tula, 2004). Sobre el umbral legal se ha señalado que
desfavorece la participación de las mujeres cuando se fija en topes muy
altos puesto que impide el acceso de los partidos y expresiones políticas
minoritarias, mientras que sobre las fórmulas para convertir votos en
escaños no ha sido analizado como un elemento que afecte sustancialmente
la representación de las mujeres y la aplicación de cuotas de género.
2. Las propuestas de reforma hacia una normatividad en materia de cuotas
de género.
El acto legislativo 01 de 2003, que entre otros temas, modificó
elementos sustanciales del sistema electoral colombiano pretendió limitar la
explosión de movimientos y
partidos políticos; fortalecer los partidos
políticos; garantizar una mayor representatividad en el sistema electoral; y
disminuir el personalismo en la competencia electoral. Sin embargo, fue
fuertemente criticada por organizaciones y defensoras de los derechos
políticos de las mujeres, no sólo por desechar la posibilidad de incluir
medidas para fomentar la participación de las mujeres sino porque en sí
mismos, los nuevos elementos, agudizaron los obstáculos que enfrentan
para participar en los órganos de elección popular.
Al respecto, se afirmó que la reforma política introdujo nuevos
elementos que profundizaron los obstáculos de entrada que caracterizan la
relación entre las mujeres y la política y en dónde se encuentran las normas
que
rigen
un
sistema
electoral
determinado,
123
y
aquellas
que
son
determinadas por la cultura patriarcal en términos de los estereotipos de los
atributos y roles que debe cumplir la mujer en la sociedad5.
Específicamente, las organizaciones de mujeres se opusieron a la
implementación
del
voto
preferente
por
considerar
que
el
efecto
característico que conlleva, es decir la personalización de la campaña
electoral y la competencia intra e interpartidaria, se convertiría en un
elemento más en contra de la participación de las mujeres al privilegiar a
quienes tienen mayor maquinaria electoral, es decir se continuaría
fomentando
el
sistema
caudillista,
que
supuestamente
se
pretendió
eliminar. (Archenti y Tula, 2004:19)
Se argumentó que la sustitución de las listas cerradas y bloqueadas
por el voto preferencial actúa a favor de la individualidad de las
candidaturas y en desmedro de las listas partidarias y en ese sentido se
privilegian a quienes tienen suficientes recursos financieros y técnicos para
promover eficazmente sus candidaturas de manera individual durante las
campañas electorales, sea que sus propuestas personales se adhieran o no
a los principios y programas de los partidos.(Jiménez, 2008:175)
Esta consideración se basó en la experiencia comparada que
demuestra a nivel mundial que entre los doces países con una porción del
25% o más mujeres elegidas al Parlamento, ocho tienen un sistema de
listas cerradas, incluyendo los dos países con más alta proporción: Suecia
(40,4%) y Noruega (39,4%), comparación que permitió deducir, aún en
consideración a los contextos sociopolíticos disímiles que los sistemas
preferenciales, en que el electorado puede elegir, constituyen una barrera
potencial a la representación política femenina.
5
Angélica Bernal encontró en la investigación realizada sobre las mujeres y la política a nivel local tres
tipos de obstáculos que caracterizan la complejidad y dificultad de esta relación:
- Obstáculos de partida, producidos por los diferentes mecanismos de socialización que reproducen los
estereotipos sobre las mujeres y la feminidad y que no les permite el dominio de una serie de destrezas,
conocimientos y oportunidades para entrar en el juego político en igualdad de condiciones con los
hombres. Todavía hoy lo privado es el escenario del que las mujeres están más apropiadas.
- Obstáculos de entrada, que son los impuestos por a) la cultura patriarcal en términos de los estereotipos
sobre las esferas de acción y los papeles que deben cumplir las mujeres y que las aleja del mundo de lo
público. b) las instituciones políticas y electorales que refuerzan los otros obstáculos ya que la mayor
parte de las veces se formulan sin considerar sus consecuencias en la participación de las mujeres.
- Obstáculos de permanencia, que encuentran las mujeres una vez han logrado entrar en la política y
que son las características y dinámicas mismas del quehacer político, con las que algunas mujeres no se
sienten identificadas y que se constituyen en la razón principal por la que la mayoría decide retirarse a la
esfera privada o al trabajo social o comunitario.
124
El estudio de Linda Helfrich6, fortaleció los argumentos en contra de
la lista abierta, al concluir que a través del voto preferente no se eligen más
mujeres. Según su investigación las experiencias estudiadas establecen que
si la elección de las candidatas se deja en manos del electorado depende
mucho de la equiparación que se ha logrado en general entre ambos
géneros en la respectiva sociedad o de la adopción de mecanismos
adicionales como las cuotas en los partidos. Incluso, se retomaron estudios
realizados en Noruega donde llegaron al mismo resultado (Bernal, 2006):
Adicionalmente, se criticó la implementación de un umbral expreso, el
cual resultaba innecesario en razón a la existencia de circunscripciones
pequeñas en su mayoría y la cifra repartidora, los cuales favorecen a los
partidos grandes y con mayores votaciones en detrimento de aquellos que
son relativamente pequeños y jóvenes, fuerzas que en teoría debieran ser
más proclives a acoger a poblaciones antes discriminadas políticamente
(Wills, 2008).
Con este panorama, las mujeres que realizaban incidencia política
creían aún más necesario que la reforma constitucional incluyera una cuota
obligatoria que impulsara a los partidos a incluir a más mujeres en sus listas
y así lograr aumentar la posibilidad de que más candidatas fueran elegidas.
Durante el debate en el Congreso las organizaciones de mujeres realizaron
un persistente cabildeo con este fin, sin embargo, a pesar de los esfuerzos,
aun los partidos que en “principio se habían declarado a favor, excluyeron la
propuesta cuando se votó la ley, demostrando el grado de resistencia que
estas medidas suscitan en los partidos” (Wills, 2008:13).
De otro lado en el año 2005, surgió por parte del Gobierno Nacional
en cabeza de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer: “el
pacto para una inclusión efectiva de las mujeres en la política”, iniciativa
que nació con el apoyo de la Federación Colombiana de Municipios, la
Federación Nacional de Concejos y otras entidades de apoyo como la
Agencia Alemana de
Cooperación
Técnica Deutsche
Gesellschaft für
Technische Zusammenarbeit (GTZ), Fondo de Desarrollo de las Naciones
6
Helfrich, Linda. Sistema Electoral, nominación de candidatos e igualdad de género: La ampliación de la
participación parlamentaria de las mujeres en Alemania. Instituto de Política Comparada y Relaciones
Internacionales de la Universidad de Frankfurt. Publicado por Boletín Electrónico del Observatorio Mujeres
y Participación Política No 5. www.fescol.org.co
125
Unidas para la Mujer (UNIFEM) y Fundación Friedrich Ebert de Colombia
(FESCOL).
Su objetivo fue promover que Colombia diera un paso hacia una
democracia progresista e incluyente, a través de acciones que fomentaran
en los partidos y movimientos políticos un trabajo en pro de una mayor
participación de la mujer, a nivel interno de los partidos y en los cargos de
elección en Colombia, es decir fomentar la participación de la mujer en los
cargos directivos y a su vez motivar la participación de las mujeres y el
apoyo de los partidos y movimientos políticos para que se incrementara la
intervención del género femenino en los cargos de toma de decisión y en los
cargos de elección como Senado y Cámara de Representantes (Figueroa,
2006).
El Pacto se
constituyó como una acción afirmativa de compromiso
político por parte de dieciséis partidos y movimiento políticos: Partido de la
U, Cambio Radical, Partido Liberal Colombiano, Dejen Jugar al Moreno.
Varios de estos, para las elecciones de 2006 se reformaron dando como
resultado otros trece partidos políticos. Los partidos se comprometieron a
implementar estrategias para lograr reformas estatutarias que incluyeran
un porcentaje de cupos para las mujeres en las listas que se presenten a
elecciones.
El balance de cumplimiento de los compromisos del pacto para las
elecciones de 2006 fue negativo en tanto que las listas reflejaron una baja
presencia de mujeres candidatas tanto a la Cámara de Representantes
como al Senado de la República, hecho que hizo visible la falta de
implementación de acciones orientadas a fomentar la inclusión de las
mujeres.
Aunque el pacto no estableció un porcentaje exacto para indicar la
inclusión efectiva de las mujeres en las listas a cargos de toma de decisión
y en este caso para el congreso de la República, los resultados de la
conformación de las listas para el año 2006 no dejaron aún satisfecho al
género femenino, comparándolo con el número de hombres en cada una de
las listas (Figueroa, 2006:33).
126
Fuente: Campaña Más mujeres Más política. Elaboración propia.
En el año 2010, las cosas no fueron muy diferentes pues ninguno de
los partidos y movimientos políticos firmantes del pacto obtuvo un
porcentaje satisfactorio, al menos superior al 30%; para el Senado el
movimiento MIRA continuó siendo el que más incluyó mujeres en sus lista
(no es firmante del pacto), el Partido Conservador aumentó en casi diez
puntos al igual que el Polo Democrático Alternativo, el Partido Liberal y el
movimiento Alas equipo Colombia (ahora Partido Alas), el Partido de la U
mantuvo la tendencia, mientras que el movimiento Dejen Jugar al Moreno
perdió su personería en las elecciones de 2006.
Las organizaciones de mujeres que realizaron un seguimiento al
cumplimiento del pacto señalaron que éste no logró los efectos esperados,
convirtiéndose en un acto simbólico “donde algunos partidos y movimientos
políticos firmaron una serie de compromisos que no ha transcendido, ni ha
proporcionado pautas para que los partidos y movimientos realicen cambios
internos
que
repercutan
positivamente
en
las
mujeres”
(Figueroa,
2006:35). Dentro de las causas se señala la falta de un esquema de
sanciones públicas, que trascendieran el compromiso moral de los partidos
y movimientos políticos, a partir de lo cual se han impulsado acciones de
evaluación pública como la propuesta por Instituto Internacional de
Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de
127
la Mujer (INSTRAW), la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer,
con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).
En el 2006 en el Congreso de la República mediante la resolución 01
del 27 de septiembre de ese año, se creó la Comisión accidental bicameral
para el trabajo, por la equidad de género, los derechos sociales, políticos
laborales y la salud mental, sexual y reproductiva, conformada por todas las
mujeres congresistas con el fin de promover proyectos legislativos a favor
de las mujeres especialmente en materia de violencia contra la mujer,
participación de las mujeres en los partidos políticos y consolidación de la
Comisión. Su conformación tuvo como causa las nuevas dinámicas de
actuación por bancadas generadas por la reforma política de 2003 que
generó que veintiséis congresistas en esa oportunidad dieran vida a la
bancada de mujeres.
Con esta Comisión Legal, las mujeres del congreso pretenden darle
una estructura jurídico administrativa sólida y dinámica al trabajo ya
iniciado desde la Comisión Accidental en el trámite y gestión de iniciativas
que materialicen los derechos reconocidos o pendientes de reconocimiento
en el ordenamiento jurídico interno; de las políticas públicas con perspectiva
de género y el cumplimiento de los acuerdos y compromisos suscritos por el
Estado Colombiano en materia de los derechos humanos de las mujeres.
De esta forma, el 02 de septiembre de 2009 se radicó en el Senado el
proyecto de ley 127 “Por la cual se modifica y adiciona la Ley 5 de 1992, se
crea la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer del Congreso de la
República de Colombia y se dictan otras disposiciones”, el cual fue aprobado
en segundo debate y publicada la ponencia para tercer debate el 31 de
agosto de 2010.
Durante los últimos años se han impulsado varias iniciativas
legislativas y de reformas constitucionales con miras a incluir un sistema de
cuotas en Colombia, sin embargo, aún no se ha logrado. En el 2007
diecisiete congresistas del Partido de la U y del Partido Liberal radicaron el
27 de marzo un proyecto de acto legislativo por medio del cual se buscó
modificar unos artículos de la Constitución Política, garantizando los
derechos de representación política de las mujeres, sin embargo fue
128
archivado por vencimiento de términos al finalizar la legislatura en ese
mismo año.
Para la segunda legislatura de 2007, se presentó nuevamente otro
proyecto de acto legislativo por parte de varias de las integrantes de la
bancada de mujeres pertenecientes en su mayoría al Partido de la U con el
objeto de lograr “que la mujer obtenga una real y efectiva garantía de sus
derechos de igualdad de oportunidades para las mujeres en materia
política”. Sin embargo, luego de ser aprobada y publicada en dos debates
fue archivada por vencimiento de términos.
El 20 de julio de 2008, se radicó una nueva propuesta de acto
legislativo que contaba con el apoyo de varias organizaciones de mujeres y
que tenía como objetivo lograr implementar un sistema de cuotas en virtud
del cual la mitad de las listas electorales de los Partidos Políticos debía estar
conformadas por mujeres. Este sistema de cuotas, de haber sido aprobado,
modificaría los artículos 40, 107 y 108 de la Constitución y obligaría a los
partidos o movimientos políticos a garantizar dentro de éstos la efectiva
participación de las mujeres. Nuevamente está en ciernes en la presente
legislatura el debate sobre las cuotas de género, con lo cual se confirma que
este debate está vigente. Cuál debe ser nuestra postura como feministas?.
Ahí dejo la pregunta para el debate.
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130
Aborto legal y seguro en Colombia: feministas ¿cómo vamos?
Florance Thomas
Ese taller no fue un taller sino una charla que coordine. No se nombró
relatora.
En primer lugar asistió un gran número de mujeres, tal vez
aproximadamente unas 30 a 35 mujeres, muchas de ellas muy jóvenes.
Decidí entonces comenzar con una pequeña síntesis de la historia del aborto
en Colombia antes de la Sentencia C-355 de 2006.
De hecho entre la década de los 70 y la de los 90, se presentan ocho
proyectos de ley en el Congreso de la República, todos archivados
velozmente bajo las presiones de la jerarquía católica y de los sectores anti
derechos de las mujeres, además de una sociedad de moral e ideas aún
muy decimonónicas.
Si bien desde la década de los 90, la Mesa por la Vida y la Salud de
las mujeres fue el primer escenario en el que se debatió la posibilidad de
despenalizar el aborto vía constitucional, fue la vuelta al país de la abogada
colombiana Mónica Roa también en el 2004 que cambió el rumbo de esta
historia. En efecto la abogada Roa, directora de programas de la
organización Women´s Link Worldwide realizo entre el 2004 y el 2006 un
proceso
de
“litigio
estratégico
de
alto
impacto
a
propósito
de
la
inconstitucionalidad del aborto en Colombia”. Como resultado de esto y
gracias al apoyo de las organizaciones de mujeres y del movimiento
feminista colombiano, el 10 de mayo de 2006, la Corte Constitucional emitió
la sentencia C-355 relativa al derecho a la interrupción voluntaria del
embarazo.
La Corte señala entonces que
“no se incurre en delito de aborto cuando este se realiza con
consentimiento de la mujer: 1) cuando la continuación del embarazo
constituye peligro para la vida o la salud de la mujer, certificado por
un médico; 2) cuando exista grave malformación del feto que haga
131
inviable su vida, certificado por un médico; 3) cuando el embarazo
sea
el
resultado
de
una
conducta
debidamente
denunciada,
constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento,
abusivo, o de inseminación artificial o de transferencia de óvulo
fecundado no consentidas, o de incesto” (Corte Constitucional
colombiana. Sentencia C-355 del 10 de mayo de 2006).
Seguí mostrando que a pesar de fuertes ataques de los sectores más
conservadores del país y por supuesto de las iglesias y muy particularmente
de la iglesia católica, este fallo marcó un hito en las luchas por el
reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres
colombianas. Sin embargo, y antes de abrir la discusión recordé a las
mujeres que, si bien la sentencia significa un innegable avance histórico en
relación a obtención de derechos para las mujeres, la mayoría de los
abortos en Colombia siguen siendo ilegales y clandestinos. Los abortos
despenalizados por medio del fallo de la Corte representan solo un pequeño
porcentaje del conjunto de los abortos que siguen alrededor de 250.000
anualmente. Además los obstáculos interpuestos por los estamentos tanto
judiciales como de salud y de la sociedad en general para los tres casos
mencionados,
han
dificultado
el
acceso
al
derecho
de
interrumpir
voluntariamente y legalmente un embarazo en los tres casos mencionados
en la sentencia. En estos ya casi 4 años, y reconociendo el sub registro y la
deficiencia de los sistemas de información, se ha reportado oficialmente
algo como 600 abortos realizados legalmente.
A este momento se abrió la discusión con el fin de tratar de
responder al ¿Cómo vamos?
Se presentaron entonces varias reflexiones alrededor del poder de la
cultura y muy específicamente del poder de la iglesia que se empeña por
seguir reforzando una ideología fuertemente maternalista que busca frenar
todo lo que puede significar autonomía de las mujeres para decidir sobre
sus cuerpos. Se señaló también una falta de educación sexual en el país que
lleva entre otras cosas a un desconocimiento de lo que significan los
derechos sexuales y reproductivos, dentro de los cuales está hoy en día la
sentencia C/355. Hay que sumarle a esto una evidente falta de voluntad
132
política y el relativamente reciente nombramiento del Procurador General de
la Nación, Alejandro Ordoñez y su delegada para la Infancia, la Adolescencia
y la Familia, la abogada Ilva Myriam Hoyos, quienes han realizado o
promovido una serie de acciones que frenan los avances en relación con los
derechos sexuales y reproductivos.
Sin embargo y después de varias intervenciones relativas al papel
nefasto de estos dos personajes, se volvió a hablar del papel de la cultura y
de sus múltiples redes relativas al cuerpo de las mujeres, a su autonomía
para decidir cuándo ser madres… Se habló de fomentar campañas con
varios sectores de la población y muy particularmente con adolescentes
pero también con mujeres campesinas y pobres que tienen muy poco
acceso a este tipo de información.
En general la discusión fue interesante con un buen nivel de
participación y unas apuestas para el futuro. Se concluyó que si bien es
cierto que la legalización total del aborto no es para mañana, existe el
convencimiento de que la puerta se abrió con la sentencia C-355 y que no
hay que dejarla volver a cerrarse.
133
Reflexiones Finales
De acuerdo con el programa para el cierre del evento, estaba previsto
presentar en plenaria las relatorías de los paneles y de las mesas temáticas.
Sin embargo, luego de presentadas estas últimas, una de las participantes
llamo la atención sobre la improcedencia de leer las relatarías de los
paneles, moción que fue acogida por la mayoría; se abrió entonces lo que
se esperaba fuesen reflexiones y aportes finales a partir de las discusiones
de los dos días.
Se insertan a continuación las voces de quienes se
manifestaron:
Argelia Londoño
Agradece al grupo de la Fundación Mujer y Futuro, que nos permitió
estar acá en un lugar hermoso y cómodo, con toda la generosidad de las
organizadoras de Santander. Doy las gracias a las comisiones que han
trabajado en la realización del XII encuentro feminista, quienes nos han
presentado un plan coherente, lucido y que tomaron en sus manos la
organización de un evento que seguramente muchas vamos disfrutar.
Elizabeth Quiñónez
Saludo a todas las que estamos aquí. Es este el nuevo mapa
civilizatorio que la sociedad está esperando, en esta construcción de este
nuevo mapa llevamos 30 años y de pronto no se alcanzan a ver todos los
logros. El orgasmear es el nuevo arte de la política. Debemos estar en un
completo estado de gozo.
Paulina Triviño
Este escenario estuvo lleno de palabras, de propuestas de ideas, dio
paso a las emociones, a las propuestas al cariño, propuestas que nos
invitan a abrir caminos a partir de las diferencias, las necesidades y los
intereses de cada una, en un amplio camino donde seamos capaces de
concertar unas agendas feministas que den paso a nuevos caminos que nos
invitar a transitar hacia las utopías, pues si
134
no tenemos utopías nos
estancamos. Este escenario que nos dio la posibilidad de escuchar tantas
propuestas, quedaran en los cuerpos de otras mujeres, un movimiento
fuerte que acabe con el patriarcalismo.
Piedad Morales
Quiero reconocer mi heredar en este espacio y dedico un poema a
mujeres muy importantes de mi vida, quienes permitieron que no se me
saliera el gusanito del feminismo. Mis maestras Beatriz, Elizabeth Londoño,
Argelia, Clara mazo, María de los demonios, mujeres muy emblemáticas en
lo que soy ahora. Poema Mamá.
Milena Paramo
En cuanto a la preparación del encuentro latinoamericano y las mesas
temáticas, he sentido que se privilegia la participación individual y no se
permite la participación de las organizaciones, definamos como es que se da
la participación de las mujeres, metodológicamente creo que el encuentro
nacional estuvo bien, sin embargo la cosa de la pluma me molestó. Creo
que en el encuentro latinoamericano se debe tomar otros temas como el
ambiental.
Ana Cristina González
Me quedé gratamente sorprendida de los contenidos de las relatorías
de los grupos, no solo por su agilidad sino porque allí están contenida la
agenda del feminismo en Colombia. Quiero resaltar de la comisión de
diversidad sexual, gracias a que hemos peleado por la diversidad somos un
movimiento. Los derechos humanos son parte de un proyecto que nos
interesa como feministas. Las invito a que lean el libro El derecho como un
muro de Julieta Lemetre.
Bibiana Peñaranda
Da alegría encontrarte con tantas feministas que han luchado y
conseguido muchas cosas. Aquí se quedo una pregunta con la ley de cuotas
que no se contesto. Aunque a los partidos políticos se les exige que vayan
las mujeres en las listas, ellos ponen muchas barreras.
135
Declaración de apoyo a la Senadora Piedad Córdoba
En la sesión de clausura del Encuentro Nacional de Mujeres Feministas de Colombia
realizado en a ciudad de Bucaramanga durante los días 15 y 16 de octubre de 2010, se puso
en consideración la propuesta de varias participantes procedentes de diversas regiones de
Colombia, en el sentido de hacer un necesario reconocimiento a la Senadora Piedad Córdoba
Ruiz, expresarle la solidaridad y rechazar las medidas tomadas por el Procurador General de
la Nación al inhabilitarla para el ejercicio de cargos públicos por un periodo de 18 años.
La proposición fue acogida por la totalidad de las participantes, y se registra en los
siguientes términos:
CONSIDERANDO
Que la Senadora Piedad Córdoba Ruiz ha dedicado su vida a la defensa de los
derechos humanos de las poblaciones históricamente discriminadas
Que en el escenario de la violencia generalizada e incesante en Colombia, ha liderado
propuestas sistemáticas orientadas a abrir caminos para una solución humanitaria y pacífica
del conflicto armado
Que en el Congreso de la República y en diversos espacios públicos y políticos ha formulado
propuestas orientadas a la liberación de quienes por efectos del conflicto han sufrido
menoscabo de sus derechos, privaciones de la libertad o lesiones al debido proceso
Que ha abanderado la defensa del derecho al libre desarrollo de la personalidad para
las personas de diversas orientaciones sexuales e identidades de género, y especialmente
Que en su trayectoria vital ha defendido y representado los derechos de las mujeres,
el ejercicio de su autonomía, la libre opción por la maternidad, entre muchos otros logros y
compromisos
ACUERDA
Hacer público reconocimiento a la trayectoria vital de la Senadora Piedad Córdoba
Ruiz, a su acción consecuente con los principios democráticos y civilistas y a sus aportes
cotidianos para la búsqueda de la paz en Colombia
Rechazar la medida tomada por la Procuraduría con la cual se pretende silenciar su
voz, sus propuestas, sus proyecciones en el Congreso de la República y su liderazgo en la
vida política del país
Presentar un saludo solidario de las mujeres feministas participantes en este evento
quienes permaneceremos atentas a las decisiones y medidas que se definan al respecto, en
procura del cuidado de su vida, sus derechos y su integridad personal.
Acogida esta proposición, en el recinto se entonaron voces que
Afirmaron:
TODAS SOMOS PIEDAD
Bucaramanga, 16 de octubre de 2010
136
Anexo 1: Agenda del encuentro
AGENDA
ENCUENTRO DE MUJERES FEMINISTAS DE COLOMBIA
Octubre 15 y 16 de 2010
Sede Catay, Piedecuesta, Santander
Viernes 15 de octubre de 2010
8.15-9 AM. INSCRIPCIÓN DE PARTICIPANTES
9.00-9.20 AM. APERTURA DEL ENCUENTRO. Bienvenida: Isabel Ortiz y Catalina
Valencia.
9.20 AM – 11.00 AM. PANEL CENTRAL: Feminismos en Colombia, entre realidades
y utopías.
Panelistas: Alejandra Ortiz, Clara Mazo, Doris Lamus, Gloria Velasco y Juanita
Barreto.
11.00 – 11.15 AM: Refrigerio.
11.15 AM -1.00 PM. DEBATE PANEL CENTRAL: Intervención de participantes y
discusión central.
1.00 PM – 2.00 PM. ALMUERZO
2:00 – 4:00 PM. MESAS TEMÁTICAS.
Violencias contra las mujeres: Avances legislativos, realidades y desafíos
para el movimiento feminista. Coordina: Claudia Ramírez.
Conflicto armado, verdad, justicia y reparación con enfoque Feminista.
Coordina: Ana Mendoza.
Feminismo y diversidad étnico-racial. Coordina: Maura Nazly Mosquera.
Feminismo y diversidad sexual. l
Propuestas de las nuevas generaciones feministas. Coordina: Corporación
Educativa Combos de Medellín.
4.00 – 4.15 PM Refrigerio.
4.15 - 6:00 PM. TALLERES TEMÁTICOS.
Taller de Defensa personal: Corporalidades y defensa feminista.
Taller: Aborto legal y seguro en Colombia: Feministas, ¿Cómo Vamos:
Facilitadora: Florence Thomas.
Información sobre los “Diálogos Consonantes”, Articulación Feminista
Marcosur. Facilitan: Beatriz Quintero y Ana Cristina González
Sábado 16 de octubre de 2010
8.30 AM -10.00 AM PANEL: Ciudadanía, derechos y participación política de las
mujeres.
Panelistas: Eucaris Olaya (Bogotá) Graciliana Moreno (Santander) Rubiela
Valderrama (Costa Caribe)
10.00 AM – 10.15 AM Refrigerio
10.15 AM – 11.15 AM DEBATE PANEL. Aportes de las participantes y debate.
11.15 AM – 1.00 PM Información de avances de Comisiones preparatorias del XII
Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Presentación de Comisiones:
Coordinación General, Logística, Temática-Metodológica, Comunicaciones, Memoria.
1.00 AM -2:00 PM. ALMUERZO Y DESCANSO
2.15- 4:45 PM. PLENARIA. Lectura de relatorías por paneles, mesas temáticas y
taller sobre el aborto. Sugerencias, aportes complementos a las relatorías, para la
elaboración del documento final. CIERRE
4.45 – 5.00 PM REFRIGERIO
5.00 PM. REGRESO A BUCARAMANGA
6.00 PM - 9.00 PM. REUNIÓN DE INTEGRACIÓN. Lugar: HOTEL GUANE.
137
Anexo 2. Lista de asistentes al encuentro
Nombre
Ciudad
ADALGUIZA CHARRIA
ADRIANA BENJUMEA
ALEJANDRA ORTIZ
ANA CRISTINA GONZALEZ
ANA JEANNETTE PULIDO
ANA MARIA CASTRO
ANA MARIA GOMEZ
ANA MARIA SIERRA
ANA MENDOZA
ANA NURY GUTIERREZ
ANDREA CAROLINA MARIN SALAS
ANDREA HERNANDEZ
ANDREA JULIANA CORREA
ANDREA MARTINEZ
ANTONIA GOMÈZ FUENTES
ARGELIA LONDOÑO
AUDREY ROBAYO
BEATRIZ GUTIERREZ QUINTERO
BEATRIZ QUINTERO
BELLA MARÍA CALUCÉ
BENILDA GONZALES GAMBOA
BIBIANA PEÑARANDA
CARMEN INÉS CRUZ
CAROLINA NARVÁEZ MARTINEZ
CATALINA VALENCIA
CATHERINE NIÑO
CECILIA BARRAZA
CHRISTIANE LELIEVRE
CIRIA MARRUGO GARCÍA
CLARA GOMEZ
CLARA INÉS MAZO LOPEZ
CLAUDIA RAMÍREZ CARDONA
CONSTANZA DEL ROCIO FLETCHER
DARLING AYALA FREITES
DIANA ALEJANDRA QUÍGUA
DIANA CAICEDO
DIANA MARCELA CARREÑO
DIANA MARCELA MONROY
DORA ISABEL DIAZ
DORIAN JULIETH GOMEZ
DORIS LAMUS CANAVATE
DUNIA LEÓN FAJARDO
ELIZABETH QUIÑONES
ELIZABETH SEPÚLVEDA
ERICA MARTINEZ
ESPERANZA CADAVID
EUCARIS OLAYA
FLOR MARIA DIAZ
FLORANCE THOMAS
GIRLANDREY SANDOVAL ACOSTA
CALI
BOGOTÁ
BOGOTÁ
BOGOTÁ
BUCARAMANGA
BOGOTÁ
CALI
BUCARAMANGA
BUCARAMANGA
PAMPLONA
BUCARAMANGA
BUCARAMANGA
MEDELLÍN
BOGOTÁ
CARTAGENA
MEDELLÍN
BUCARAMANGA
BUCARAMANGA
BOGOTÁ
POPAYÁN
BUCARAMANGA
CALI
BOGOTÁ
CALI
BUCARAMANGA
BOGOTÁ
BOGOTÁ
BUCARAMANGA
CARTAGENA
MEDELLÍN
MEDELLÍN
BOGOTÁ
BOGOTÁ
BARRANQUILLA
BOGOTÁ
BOGOTÁ
BUCARAMANGA
BOGOTÁ
BOGOTÁ
MEDELLÍN
BUCARAMANGA
CARTAGENA
BOGOTÁ
MEDELLÍN
MEDELLÍN
MEDELLÍN
BOGOTÁ
BOGOTÁ
BOGOTÁ
CALI
138
GLADYS MARTÍN NOVOA
TUNJA
GLORIA AMPARO HENAO MEDINA
MEDELLÍN
GLORIA MARÍA BUSTAMANTE
MEDELLÍN
GLORIA PATRICIA URIBE
MEDELLÍN
GLORIA VELASCO
CALI
GRACILIANA MORENO E.
BUCARAMANGA
HERLINDA VILLARREAL
BOGOTÁ
HILDA VICTORIA PALOMINO
BOGOTÁ
ISABEL CRISTINA MARTÍNEZ ARANGO
MEDELLÍN
ISABEL ORTIZ PEREZ
BUCARAMANGA
IVONNE CAROLINE CALDERON
BUCARAMANGA
JANETH JIMENEZ HERRERA
CARTAGENA
JENNY CAROLINA RODRIGUEZ
BUCARAMANGA
JUANITA BARRETO
BOGOTÁ
JUDY ANDREA HURTADO
POPAYÁN
JULIET TAMAYO
CALI
KAREN VIRGINIA ISAJAR
BOGOTÁ
LAURA FAJARDO
BOGOTÁ
LAURA GÒNIMA V.
CARTAGENA
LAURA MARTÌNEZ
BOGOTÁ
LIDA POSADA
MEDELLÍN
LIGIA PUELLO MORALES
CARTAGENA
LINA GAITÁN
CALI
LUCILA SALDARRIAGA
BUCARAMANGA
LUZ NEY NORIEGA
CARTAGENA
LUZ PIEDAD CAICEDO
BOGOTÁ
MANUELA ARVILLA HERRERA
CARTAGENA
MARÍA CRISTINA SUASA
BOGOTÁ
MARIA DE LOS ANGELES MARTINEZ MEDELLÍN
MARIA ISABEL ARIAS
BOGOTÁ
MARIBEL GIRALDO
MEDELLÍN
MARTHA QUINTERO
CALI
MARTHA BURITICÁ
BOGOTÁ
MARTHA EDITH LÓPEZ HERNÁNDEZ BOGOTÁ
MARTHA LOZADA
BUCARAMANGA
MAURA NASLY MOSQUERA
BOGOTÁ
MERY SUÀREZ PICO
BUCARAMANGA
MILENA PÁRAMO BERNAL
BOGOTÁ
MÓNICA SÁNCHEZ BERNAL
BOGOTÁ
MYRIAM GUZMAN
BOGOTÁ
NANCY PRADA PRADA
BOGOTÁ
NAOILE JOUIRA
MEDELLÍN
NATHALIA ALVAREZ CADAVID
MEDELLÍN
NIFFER URIBE
BUCARAMANGA
PATRICIA SALAZAR JIMENEZ
PEREIRA
PAULINA TRIVIÑO
BOGOTÁ
PIEDAD MORALES
MEDELLÍN
RAQUEL GONZALEZ HENAO
BOGOTÁ
ROSA RIVERA
MEDELLÍN
ROSALBA SALAZAR URIBE
PEREIRA
ROSANA RUEDA ALVARADO
BUCARAMANGA
RUBIELA VALDERRAMA
CARTAGENA
RUTH MONTESINOS
BUCARAMANGA
SANDRA MORALES CUADRADO
CARTAGENA
SANDRA OLAYA
BOGOTÁ
139
SANDRA VALOYES
SLENDY VALDEZ
SONIA VALLE
SORY VIVIANA ACEROS
SUSANA PEREZ CADENA
YENNY HILES GRANADA
MEDELLÍN
BUCARAMANGA
MEDELLÍN
BUCARAMANGA
BUCARAMANGA
CALI
140