El fútbol argentino tiene unos de los grupos de hinchas más dedicados del mundo del fútbol. Estos hinchas son las personas que llegan al estadio seis horas antas del partido, los que decoran el estadio de banderas y letreros simbólicos y que nunca paran de cantar todo el partido. Pero muchas de las excentricidades que hacen estos grupos no es por el amor que ellos tienen por su equipo de fútbol, pero en vez es por el dinero que se puede hacer por estar encargado de coreografiar este espectáculo y por el poder que viene con estar encargo de todos los hinchas.
Estos hinchas son conocidos como las barras bravas del equipo, con muchos de estas personas teniendo más o tanto poder como el presidente y el dueño del equipo. Ellos son las personas encargas de pagarle a los miles de policías que trabajan en el estadio. Esto hace que los policías trabajen para ellos porque ellos son las personas que les están pagando las personas que les está poniendo la comida a la mesa de sus familias. Si los policías llegan a hacer algo contra las barras bravas, las barras bravas se van a ser seguro que esos policías no sean contratados por el equipo para seguridad de nuevo.
Las barras bravas también hacen negocio siendo hincha de los equipos argentinos. Muchos de los equipos les dan entradas gratis a las barras bravas para entrar al partido. Pero cuando las barras bravas van al partido los miembros entran al juego sin entradas y las entradas que el equipo les regala a las barras, las barras los revenden por 3 a 4 veces el precio regular. Muchos de los miembros de las barras bravas son delincuentes que hacen trabajos ilegales con muchos de ellos ya habiendo servido tiempo en cárcel.
Los más grave de las barras bravas es que la mayoría de las muertes de hinchas que ocurren en Argentina no es acabo a conflictos entre hinchas de diferentes equipos, pero a lo opuesto a conflictos entre hinchas del mismo equipo. Estos conflictos ocurren por la pelea de poder entre las barras bravas con un miembro de la barra tratando de quitarle el puesto al líder de la barra.
Pero el verdadero perdedor en todo esto es el fanático regular del club de fútbol y las familias. Muchos de los fanáticos modestos ya no pueden ir a los juegos por el precio alto de las entradas con las barras bravas teniendo una gran parte en la inflación del precio de las entradas. Las familias tampoco ya no pueden ir a los estadios por la gran violencia que hay en los estadios gracias a las barras bravas. Por esta razón muchos niños no podrán experienciar la emoción de ir a un partido de fútbol con su padre.
EL DOCUMENTAL SOBRE BARRAS BRAVAS
