21 de junio de 2023

¿Cómo se realizan las instalaciones eléctricas en los edificios de viviendas?

instalaciones eléctricas en edificios

Las instalaciones eléctricas son un elemento clave en la mayoría de los edificios, y su correcta disposición y mantenimiento es esencial para garantizar la seguridad de sus ocupantes.

Por esta razón, es fundamental contar con profesionales altamente capacitados en el ámbito.

En este post, te contamos más sobre estos sistemas, además de la importancia de una buena formación en este campo. ¡Vamos allá!

¿Qué son las instalaciones eléctricas?

Con instalación eléctrica nos referimos a los circuitos eléctricos formados por diferentes equipos, sistemas, máquinas y conductores cuyo propósito es generar, transformar y distribuir energía eléctrica para su uso en diferentes servicios.

Normalmente, consta de varios componentes;

Los principales son, una fuente de energía eléctrica, como una red de electricidad pública o un generador privado, conductores eléctricos, y dispositivos de protección y control, del tipo de interruptores, fusibles y disyuntores que aseguran que los dispositivos conectados a la instalación eléctrica funcionen correctamente y de manera segura.

Colocarlos de manera correcta es esencial para garantizar su seguridad y eficiencia.

Esto implica seguir las normas y regulaciones aplicables y tener en cuenta diversos factores, como el flujo de corriente eléctrica, la capacidad de carga, o la distancia de los cables, entre muchas otras cosas.

Tipos de instalaciones eléctricas

Existen diferentes tipos en función de la tensión eléctrica o cantidad de voltaje con la que cuente.

Esto se decide al momento de su disposición dependiendo el objetivo y la utilización en concreto que se desea darle.

De este modo, se dividen en múltiples tipos dependiendo de su tensión y de su uso:

Instalaciones eléctricas según su voltaje

  • Instalación eléctrica de muy baja tensión: no se suelen usar debido a que la limitación de la diferencia máxima de tensión permitida entre dos conductores es de 24 voltios; es decir, no se pueden manejar dispositivos de alta potencia, ya que podrían sobrecargar el circuito y provocar un fallo.
  • Instalación eléctrica de baja tensión: las que normalmente se encuentran en ámbitos domésticos o en pequeños comercios. En este caso, la tensión máxima permitida entre dos conductores es de hasta 1000 voltios, pero siempre garantizando que no sea inferior a 24 voltios.
  • Instalación eléctrica de media y alta tensión: infraestructura de gran potencia, pero también con considerables pérdidas energéticas debido al calentamiento que sufren los diferentes conductores. La diferencia de potencial máxima entre dos de ellos es de más de 1000 voltios. Por sus características son las usadas en fábricas a industrias.

Instalaciones eléctricas según su uso

  • Instalación receptora: empleadas en la gran parte de viviendas, así como de empresas, siendo las más comunes.
  • Instalación transformadora: tienen la función de modificar la energía eléctrica que reciben, adaptándola para su uso o transporte, aumentando o disminuyendo el nivel de energía según las necesidades específicas en cada caso.
  • Instalación de transporte: conectan diferentes instalaciones eléctricas. Estas redes pueden estar construidas con líneas eléctricas subterráneas situadas dentro de galerías o zanjas en el suelo, o con líneas eléctricas aéreas, que se sitúan sobre distintos apoyos.
  • Instalación generadora: producen energía eléctrica gracias a otras formas de energía mediante una fuerza electromotriz. Para poder transportar la corriente alterna desde el punto de generación hasta donde se va a consumir, usa líneas de transmisión de alta tensión.

Mantenimiento de las instalaciones eléctricas

El correcto mantenimiento de las instalaciones eléctricas es esencial para garantizar la seguridad de la misma, la salud e integridad de todos los empleados y personas que se encuentren en el inmueble, y el correcto funcionamiento del negocio, de manera que no se interrumpa ninguno de los procesos del día a día.

Para que esto se cumpla, es necesario asegurar de dos factores: de que el propio sistema se dispone de la manera correcta, y de que se efectúa un mantenimiento adecuado y constante.

En primer lugar, todo el proceso de colocación y comprobación del sistema lo debe efectuar una persona debidamente cualificada y autorizada para ello.

De lo contrario, podría llegar a ser altamente peligroso, poniendo en peligro tanto su integridad como la salud de las personas.

Unido a esto, no se puede pasar por alto la necesidad de llevar a cabo revisiones periódicas que aseguren que todo sigue en buen estado.

O lo que es lo mismo: un mantenimiento regular de las instalaciones eléctricas, ya que estas sufren desgaste y deterioro con el tiempo debido al uso constante y a las fluctuaciones eléctricas.

Esto incluye la inspección y limpieza de los equipos eléctricos y de la infraestructura, detección de posibles fallas, reparación o reemplazo de componentes dañados, revisión de los sistemas de protección y seguridad, y el cumplimiento de las regulaciones de seguridad eléctrica.

Si no se realiza un mantenimiento adecuado, pueden presentar fallas eléctricas, cortocircuitos, sobrecargas o incluso incendios, lo que puede resultar en lesiones personales, daños a la propiedad y pérdida de productividad y beneficios en el caso de las empresas.

Al igual que ocurre con la propia colocación, el mantenimiento solo lo puede efectuar una persona debidamente autorizada para ello y que tenga la formación necesaria.

Para ello, actualmente existen cursos y certificados de profesionalidad, tanto online como presenciales, cuyo objetivo es el de proporcionar los conocimientos precisos para llevar a cabo estos trabajos.

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