8 minute read

ELEMENTOS DE LA CULTURA

ELEMENTOS DE LA CULTURA

Por. Lina Isabel Zapata Morales. Maestría en innovaciones educativas. UPEL.

Advertisement

Las expresiones de una sociedad que regulan, unifican y conceptualizan su comportamiento, forma de ser y de pensar. Incluye costumbres, rituales y creencias, así como también vestimenta, comidas y otros elementos. Conforman lo que se denominan los elementos culturales, los cuales no son estáticos; tienen el dinamismo de las sociedades, especialmente en los últimos siglos.

Retomando la revisión de Esqueda de Vielma (2007), de acuerdo con los elementos de los que dispone la cultura para hacerse presente esta apunta a ser tomada como “un conjunto de pautas de conductas adquiridas y transmitidas mediante símbolos, utensilios, artefactos, instituciones, tradiciones, ritos y hábitos que marcan la valorización de todo lo que rodea al hombre. (p, 17)

Estos elementos se manifiestan en dos niveles: uno invisible que deriva de los elementos que si se ven como las instituciones y artefactos o lo explicito resultantes de la expresión de un comportamiento. Lo oculto corresponde al aspecto implícito de la cultura. Así pues la cultura se puede analizar desde los componentes abstractos que moldean el comportamiento como los valores, normas, ritos y hábitos y desde las manifestaciones como el idioma, religión y agentes socializadores cono la familia, instituciones y grupos.

A continuación se presentan varias posturas y clasificaciones con relación a estos elementos presentes en la cultura, al respecto en primera instancia, Hofstede (1991) propone que los elementos que constituyen aquello que denominamos cultura, se encuentran agrupados por cuatro niveles en los que cada uno depende del inferior. En la base del modelo los valores, que están en un nivel oculto y sobre este de hallan: los rituales, los héroes y los símbolos, permeados de forma transversal por las prácticas.

Los símbolos hacen referencia a las palabras, los gestos, los dibujos y los objetos con significado reconocible por aquellos que comparten la misma cultura. Los héroes son personas, vivas o muertas, reales o imaginarias, con características apreciadas en la sociedad. Los rituales acciones grupales consideradas esenciales.

Otro modelo es el de Hampden-Turner (1997), ubica en el nivel externo de las manifestaciones explícitas visibles y simples de modificar, como la ropa, alimentación, lenguaje, entre otras. Seguido por las normas y valores, y luego amplia el nivel base donde ubica las reglas y métodos del

funcionamiento de las personas, identificadas como las asunciones básicas o nivel que condiciona los juicios culturales siendo difícil de identificar y de variar.

Spencer-Oatey (2000), presenta un modelo similar e el que la capa externa está conformada por los productos y artefactos seguida hacia el interior por los sistemas e instituciones y un nivel de creencias y actitudes que se amplía para llegar a un análisis de los resultados de los valores culturales y las asunciones básicas. Esta forma de organización deja explicar, que los cambios en las creencias, no implican que hayan dado variaciones en los valores.

De acuerdo con Usunier y Lee (2005), parafraseando a Esqueda (2007), la cultura de un grupo es un proceso que puede ser diferenciable de otros considerando las diversas maneras en las que pueden asociarse los elementos que la conforman. Dichos elementos pueden estar ubicados en cuatro fundamentos que surgen de la relación entre las necesidades biológicas y la manera en que las personas se organizan y regulan en una comunidad, entre estos se hallan el lenguaje, las instituciones, la producción o productos materiales y símbolos. Estos se describen en el siguiente gráfico:

Elementos de la cultura

Fuente: Elaboración propia a partir de la revisión de Esqueda (2007)

Continuando con las ideas de Esqueda de Vielma (2007) ella hace referencia a que los antropólogos de la cultura han expuesto que aunque sus manifestaciones pueden ser únicas, ellas comparten rasgos comunes o universales, que incluyen “sistemas simbólicos (códigos lingüísticos y no verbales), sistemas de relaciones (de parentesco y de rol, y sistemas de creencias y valores”. (p 22).

Dichas manifestaciones de los rasgos culturales se perciben cuando algún miembro de otra cultura se pone en contacto con ellos.

Dentro de las características de los elementos culturales se puede especificar que identifican a un grupo humano, son cohesionadores son vitales para la transmisión, su carácter es colectivo, histórico e intangible, necesitan de práctica para su continuidad y son creativas, entre otras.

Por último como ejemplo de estos elementos se encuentran la lengua la religión, las creencias y rituales, la vestimenta, la música y la danza, las tradiciones culinarias, Juegos y deportes, la arquitectura, la artesanía, las celebraciones y hasta la tecnología.

Para concluir en la cultura existen unos elementos que son generados, convenidos difundidos por los individuos pertenecientes a un grupo para establecer una relación con el medio, entre estos factores se encuentran los significados, los símbolos, las creencias, las actitudes y los valores, dando a los sujetos una referencia general para la comprensión de las conductas y del mundo que les rodea.

Referencias

Esqueda de Vielma, S. (2007). Especificidades culturales presentes en Iberoamérica y su incidencia en las razones de uso/ consumo de los productos y en la preferencia de actividades de ocio. Universidad Autónoma de Madrid. [Revista en línea]. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=29208 [Consulta: 2021, agosto 28]

MANIFESTACIÓN CULTURAL Y EDUCACIÓN

Por. Luz Elena Tuñón Martínez. Maestría en innovaciones educativas. UPEL.

C

uando se habla de manifestación cultural inmediatamente se piensa en la reunión de personas de diferentes tonos de piel, idioma, vestidura y costumbres bailando al ritmo de una música ancestral. Nada hay más lejano del concepto real, que esta mirada superficial y apocopada en la que se apartan elementos importantes del contexto cultural tales como el mismo pensamiento y visión que poseen cada uno de los miembros de una comunidad.

No es una tarea fácil limitar el concepto de cultura, cuando lo que está implícito va más allá del mundo real. Y mucho más cuando el concepto es sobre la manifestación cultural, es decir la gran variedad de culturas que intenta interpretar la realidad a través de sus creencias, valores, costumbres y hasta forma de vestir. Dentro de las expresiones culturales tradicionales denominadas también cabe mencionar la música, la danza, el arte, los diseños, los signos, los símbolos, las interpretaciones, las ceremonias, las formas arquitectónicas, los objetos de artesanía y las narraciones o muchas otras expresiones artísticas o culturales.

De acuerdo a Gómez, L (2015) citado en la OMPI (texto en linea) , las expresiones o manifestaciones culturales se caracterizan porque: Pueden considerarse las formas en que se manifiesta la cultura tradicional; Forman parte de la identidad y el patrimonio de una comunidad tradicional o indígena; Se transmiten de generación en generación.

Las manifestaciones culturales hacen parte de la vida contemporánea, recordando un legado de saberes y prácticas que deben atesorarse ya que son el insumo de las generaciones venideras para demostrar con expresiones los valores, tradiciones, creencias y demás conocimientos que acompañaron al hombre en su proceso de evolución cultural. El papel que juega la escuela en este proceso de multiplicación cultural es de gran reconocimiento ya que como eje principal de la transformación educativa está llamada a integrar los diversos actores culturales en búsqueda de su cultura.

Las manifestaciones culturales son parte integrante de la identidad cultural y social de las comunidades indígenas y locales, comprenden la experiencia y conocimientos y transmiten valores y creencias fundamentales. Al protegerlas se fomenta la creatividad y la diversidad cultural y se preserva el patrimonio cultural.

Desde la perspectiva de la investigación educativa, el reto de brindar las competencias básicas necesarias para integrar a los jóvenes a la sociedad y al mundo productivo ha planteado la importancia de pensar en los alumnos como demandantes de los servicios educativos, lo cual exige reconocer sus diferentes necesidades, trayectorias de formación y aspiraciones a la hora de diseñar políticas para intervenir en los procesos de crecimiento y diversificación del nivel. Cabe recordar que en la revisión de la década de los ochenta, realizada con motivo del Segundo Congreso Nacional de Investigación Educativa, se distinguieron algunas temáticas en el conjunto de los análisis en los que los alumnos se constituían de algún modo en objeto de estudio: trabajos que versan sobre su origen y condición social; su participación en movimientos estudiantiles; sus diferentes perfiles relacionados con la escolaridad y; sus expectativas y percepciones escolares (Carvajal, Spitzer y Zorrila, 1993 pags. 7-9).

La cultura y sus manifestaciones le permiten al hombre indagar sobre sus orígenes, las costumbres, las tradiciones, los valores, el lenguaje y todo aquello producto de su contexto. Es muy importante que se inculquen estos saberes en los educandos que serán actores de los procesos culturales futuros.

Toda manifestación cultural es, ante todo, una expresión social. Algunas, como las encuadradas tradicionalmente entre las Bellas Artes o la Literatura, están más mediatizadas que otras por las cualidades individuales de sus ejecutores, hecho sobre el que el romanticismo estético fundó una mística del genio entendido como una individualidad situada por encima de sus circunstancias concretas. Sánchez (2015 pags. 76-78)

Todos los procesos educativos deben propender por la formación de jóvenes capaces de reconocer los valores culturales de su región para que sean forjadores de una sociedad que reconozca la diversidad no solo en elementos tangibles sino en aquellos intangibles que permean la vida del hombre desde sus orígenes hasta ahora. El reconocimiento de las manifestaciones culturales es una muestra de la capacidad que tiene el ser humano para identificar los valores de su identidad como gestor de un contexto diverso que cada día se transforma.