A partir del momento en que conoces tu primera obra de Fernando Botero las reconocerás todas, para siempre. Este célebre pintor y escultor colombiano se convirtió en uno de los artistas contemporáneos más destacados internacionalmente por su forma única de representar las figuras: corpulentas y redondeadas.
Tanto es así que su particular estilo fue bautizado con el nombre de "boterismo", homenajeando su trayectoria artística compuesta por más de 300 obras, incluyendo 177 pinturas y 23 esculturas destacadas, además de algunos trabajos de ilustración.
El autor murió el 15 de septiembre de 2023 dejando un extenso legado artístico al mundo, que puede disfrutar de sus obras en distintas partes del globo a través de destacados museos e incluso en las calles de importantes ciudades, donde se ubican algunas de sus esculturas.
CUATRO pinceladas sobre la vida de botero: su Biografía
Nacido en la ciudad colombiana de Medellín el 19 de abril de 1932, Fernando Botero dedicó gran parte de su vida temprana al estudio artístico en importantes instituciones como la Real Academia de San Fernando en Madrid, España, y la Academia de San Marco en Florencia, Italia.
Su primera publicación artística llega en 1948 cuando, con tan solo 16 años, incluyen sus ilustraciones de desnudos en el suplemento dominical de El Colombiano, importante periódico de su ciudad natal.
Esa publicación y, posteriormente, la de un artículo titulado "Picasso y el no conformismo en el arte" le costaron la expulsión de su escuela de secundaria, el Liceo de Marinilla de Antioquia, pero le brindaron la oportunidad de trabajar para el mismo periódico bajo contrato.
Al mismo tiempo, realizaba las primeras exposiciones de sus obras: una muestra de su trabajo en la Exposición de Pintores Antioqueños en Medellín, seguida de una primera exposición individual en Bogotá.
Su carrera artística lo llevó a visitar varios países del mundo como España e Italia, donde culminó su etapa formativa; México; Estados Unidos; Francia o Mónaco, donde finalmente estableció su residencia de forma permanente.
SU ICÓNICA Obra, y lo que el mismo autor opinaba de ella
Si bien sus pinturas y esculturas más famosas son popularmente conocidas por mostrar figuras voluptuosas, Fernando Botero siempre ha afirmado que no "pinta cuerpos gordos" sino que sus personas, animales u objetos exhiben la belleza del volumen como concepto.
En mis cuadros hay cosas improbables, no imposibles.
Así, los protagonistas de sus obras lucen contornos redondeados, proporciones exageradas y un tamaño realzado, en ocasiones ocupando prácticamente todo el espacio dentro del lienzo.
Además, sus cuadros se caracterizan por transmitir una sensación de cercanía y calidez. Una forma de conseguirlo es a través del uso del color, una técnica que en el arte se utiliza a menudo para transmitir emociones y estados de ánimo concretos. Las gran mayoría de sus obras destacan por el uso predominante de tonos cálidos que van desde el amarillo a distintas tonalidades de marrón.
Por otro lado, los seres vivos que creó comparten una mirada que mezcla la complicidad y la ingenuidad, que además representan escenas realistas y de mensaje muy directo.
Esta última es una de las características principales de su estilo artístico, que se puede encajar en el figurativismo. Sin embargo, su obra también denota cierta influencia del muralismo mexicano, un estilo que se atribuye al célebre artista Diego Rivera.
El arte figurativo tiene la finalidad de presentar obras de interpretación y conceptos sencillos, identificables y veraces a pesar de su aspecto ligeramente distorsionado o exagerado dentro de una naturalidad.
Por este motivo, las interesantes temáticas elegidas para sus representaciones realistas llegan a ser muy variadas: desde la recreación de otras obras famosas a escenas de la vida cotidiana. Botero juega con la tradición, la naturaleza, el cuerpo humano a través de personajes tanto reales como imaginados, e incluso la crítica social. Él mismo llegó a definir su estilo como "costumbrista y pintoresco".
Entre su extensa obra cabe destacar algunas de la pinturas que interpretan el volumen de la singular forma en que solo el boterismo ha podido conseguir, y que se exhiben en el Museo Botero del Banco de la República de Colombia, en Bogotá. Asimismo, se pueden encontrar algunas de sus esculturas más famosas repartidas por distintas partes del mundo.