Los soviéticos ganaron la carrera espacial, pero EEUU tuvo mejor promoción

Los soviéticos ganaron la carrera espacial, pero EEUU tuvo mejor promoción

En la historia popular, Estados Unidos se convirtió en el ganador de la carrera espacial cuando el Apolo XI llegó a la Luna en 1969 y el astronauta Neil Armstrong dio su "gran salto para la humanidad". Sin embargo, los verdaderos pioneros de la exploración espacial fueron los cosmonautas soviéticos y gran parte de los avances que hoy se usan en la Estación Espacial Internacional (EEI) se deben a los conocimientos y las innovaciones de la Unión Soviética.

Los datos hablan por sí solos: la primera nave espacial del mundo con un hombre a bordo, la Vostok, se puso en órbita desde la Unión Soviética el 12 de abril de 1961. El primer animal en el espacio fue la perra moscovita Laika, en el Sputnik 2. La primera estación espacial fue soviética, y la primera mujer en salir de la órbita terrestre fue la cosmonauta soviética Valentina Tereshkova.

Sin embargo, mientras los rusos se dedicaron a fabricar las mejores herramientas espaciales, los norteamericanos pusieron el foco en promocionar sus acontecimientos. Con la televisión y el empuje de Hollywood, todo el mundo recuerda al Apolo 11 y el nombre de Neil Armstrong y su llegada a la luna. Una lección histórica sobre la importancia de la promoción.

El cohete más potente

Cuando los estadounidenses lanzaron la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki nació un nuevo orden mundial, en el que el poder y la influencia no se medirían en términos de esfuerzo humano, sino de avances tecnológicos. Si la URSS quería tener influencia internacional, debía remontar velozmente la enorme ventaja que le había sacado EE.UU. Y lo lograron: en sólo cuatro años, los soviéticos produjeron su propia bomba atómica. Como era mucho más pesada que la estadounidense, debieron desarrollar un cohete más poderoso que la transportara, lo que terminó impactando en el programa espacial.

 El ingeniero Sergei Pavlovich Korolev fue la mente maestra detrás del invento. En 1939, Stalin lo había declarado enemigo del Estado y enviado uno de los terribles campos de trabajo (o Gulags), donde se esperaba que muriera. Pero ante la necesidad de mentes brillantes al comienzo de la Guerra Fría, decidió darle otra oportunidad. Lo consideraban tan importante desde el punto de vista estratégico que, para protegerlo de cualquier intento de asesinato, mantuvieron su identidad en secreto hasta sus últimos días. Se lo conocía simplemente como el "diseñador jefe".

 En 1957, Korolev concluyó su obra maestra, el cohete R-7 Semyorka, que era nueve veces más poderoso que cualquier otro lanzador creado hasta ese momento. Logró volar 5.600 kilómetros hasta la península de Kamchatka. Fue el primer misil balístico intercontinental y, con él, Korolev convirtió a la Unión Soviética en una superpotencia global.

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  Después vendría el lanzamiento del Sputnik 1 en Octubre de 1957, el primer satélite en el espacio. Un mes más tarde EEUU recibiría otro mazazo: en noviembre del 57 los soviéticos mandaban al primer ser vivo al espacio, la perra Laika. El animal murió en el intento, pero los avances conseguidos gracias a este viaje hicieron posible que un par de años más tarde se lanzaran los primeros seres vivos al espacio y volviesen con vida. Y en 1961 el primer ser humano, Yuri Gagarin, fue enviado al espacio, orbitó alrededor de la tierra y aterrizó con vida.

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 Sin embargo, el ultrasecreto programa Apolo iba a conseguir la primera victoria importante en la carrera espacial para los EEUU: el 20 de Julio de 1969 Neil Armstrong se convertía en el primer humano en poner el pie sobre la superficie lunar, un evento histórico tan sumamente mediatizado que, por lo menos en occidente, llegó a eclipsar los anteriores logros soviéticos, el peso en el imaginario colectivo de ver a un humano caminando por otro planeta encumbró al equipo espacial estadounidense. Aunque la URSS ganara esa batalla, fue EEUU quien ganó la guerra, y desde su hegemonía cultural y propagandística ha sido capaz de hacernos creer que fueron ellos los vencedores. En casi todo el mundo pudimos ver televisada la llegada a la luna, pero es probable que nunca hayamos visto cómo Yuri Gagarin surcó el espacio a grito de ¡Poyejali!.

El marketing existe hace mucho, no sólo en los negocios. Las famosas 4 P's (producto, promoción, locación y precio) fueron los pilares de la estrategia de difusión utilizados sabiamente por USA en la carrera espacial con Rusia. Podríamos decir que el producto, más allá de sujetos y artefactos concretos (Apolo 11, Neil Armstrong) era "Estados Unidos" como país, presentándose al mundo como supuesta potencia espacial. La locación se circunscribió hábilmente a un lugar: la luna. Porque, si bien los soviéticos habían puesto en órbita al primer hombre, la primera mujer, el primer animal y la primera nave no tripulada a la luna, los norteamericanos explotaron una imagen muy poderosa: el hombre pisando la superficie lunar. Con respecto a la promoción, la transmisión fue un acontecimiento sin precedentes: fue el evento más visto en su tiempo con 600 millones de teleespectadores, la quinta parte de la población mundial para ese entonces.  Walter Cronkite, presentador de la CBS, era conocido como "el hombre más confiable de Estados Unidos", y estuvo al aire durante 27 de las 30 horas que le tomó a la tripulación del Apolo 11 completar su misión. La planificación de CBS News era compleja, costosa y de gran alcance, e involucraba múltiples ubicaciones desde tres continentes. La CBS, junto con las otras dos cadenas del país, NBC y ABC, gastaron juntas US$13 millones en programación. No hay dudas de que, en términos actuales, la misión del Apolo 11 fue el primer Trending Topic mundial. Un asunto no sólo científico sino también propagandístico, una enorme campaña de relaciones públicas en donde los medios y los políticos juntaron fuerzas para ganar simbólicamente la batalla. 


Fuentes: BBC, El Comercio, Sputnik News, El Carburante de la Historia

 

 

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