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Samuel Moreno, el carismático alcalde que murió condenado por la corrupción del ‘carrusel de la contratación’

Tuvo todo para conquistar la Presidencia, pero fulminado dado por la corrupción ni siquiera alcanzó a terminar su periodo como mandatario de Bogotá

El exalcalde de Bogotá, Samuel Moreno, en septiembre de 2020, en una audiencia de imputación de cargos.
El exalcalde de Bogotá, Samuel Moreno, en septiembre de 2020, en una audiencia de imputación de cargos.Mauricio Dueñas ((EPA) EFE)

A Samuel Moreno se le veía sonriente casi siempre, hasta que tuvo que empezar a responder por el llamado “Carrusel de la Contratación”, uno de los mayores escándalos de corrupción en la historia reciente de Colombia. El político carismático, cercano y alegre, se convirtió en un hombre distante y con semblante de preocupación que tenía que comparecer a innumerables audiencias judiciales. La historia de quien fuera uno de los alcaldes más populares de Bogotá, nieto de expresidente e hijo de excandidata presidencial y de exsenador, cambió para siempre cuando todavía ocupaba el segundo cargo más importante del país. El que era el momento más trascendental de su carrera política se transformó en el más espinoso de toda su vida.

Moreno Rojas era un abogado de la prestigiosa Universidad del Rosario que se adentró en el mundo de la política siendo muy joven, a los 22 años, como muchos otros herederos políticos. Lo hizo de la mano de su madre María Eugenia Rojas, conocida como La Capitana, hija del general Gustavo Rojas Pinilla, quien fuera presidente entre 1953 y 1957 tras un golpe de Estado. Fue la única dictadura militar en Colombia en el siglo XX. Samuel Moreno siguió no solo los pasos de su familia materna, sino de su padre, el excongresista Samuel Moreno Díaz. Fue senador de la República desde 1991 y reelegido hasta 2006 por la Alianza Nacional Popular (Anapo), el partido que fundó su abuelo al regresar del exilio.

En 2007 fue elegido alcalde de Bogotá con más de 915.000 votos, 325.000 de ventaja frente a su contendor, Enrique Peñalosa. Logró una votación histórica, la más alta hasta entonces. Para quedarse con la candidatura primero tuvo que disputarse el aval del Polo Democrático con la exministra de relaciones exteriores y exembajadora de Colombia ante Naciones Unidas, María Emma Mejía, en una consulta popular. A ese partido de izquierda también pertenecía el actual presidente de la República y entonces senador, Gustavo Petro, quien respaldaba a la excanciller. Pero los votos estaban a favor de Samuel Moreno. Con la consulta y las elecciones ganadas, fue él quien sucedió a Luis Eduardo Garzón para el periodo 2008-2011.

Era hincha de Millonarios, uno de los clubes de fútbol bogotanos, y le gustaba recorrer la calle. Evitaba quedarse entre las frías paredes del Palacio Liévano, donde funciona la Alcaldía, en el centro histórico de la capital. Con frecuencia visitaba barrios, colegios y parques en distintos sectores donde era bien recibido. Samuel Moreno se detenía, saludaba y sonreía. Nadie se imaginaba que aquel hombre cordial sería condenado años más tarde. Le apostó a la inversión social, a la reducción del déficit de vivienda y estableció la educación gratuita hasta el último grado de secundaria. Avanzó en los diseños de la primera línea del metro y adjudicó los contratos para implementar el Sistema Integrado de Transporte Público que permitió reemplazar buses viejos por una flota moderna e integrada a Transmilenio. “Era muy buen tipo, tranquilo y de relaciones amables”, recuerda una persona que formó parte de su gabinete.

De Samuel Moreno se creía que tenía todo para conquistar la Presidencia de la República. Pero no alcanzó ni siquiera a terminar su periodo como alcalde. En junio de 2010, Caracol Radio reveló la prueba reina del entramado de corrupción que estaba robándose los recursos públicos de los bogotanos. Era una conversación entre el excongresista Germán Olano y Miguel Nule, la cabeza de un grupo de contratistas que había logrado quedarse con la cesión de un millonario contrato para construir la troncal de Transmilenio por la calle 26. Olano y Nule hablaban del pago de coimas a cambio de acceder a la jugosa contratación del Distrito. Salpicaban a los jefes de organismos de control locales y al entonces senador Iván Moreno Rojas, hermano del alcalde y quien era considerado el poder “detrás del trono”. Utilizaba intermediarios como el condenado Emilio Tapia, con la anuencia de su hermano, para pactar el pago de comisiones a cambio de contrataciones fabricadas a la medida de consorcios como el de los Nule. La mayoría eran licitaciones para la construcción de obras viales, incluido el Transmilenio por la 26, la principal vía de conexión con el aeropuerto de Bogotá que, paradójicamente, se construyó originalmente bajo el mandato del general Rojas Pinilla, el abuelo de los Moreno Rojas.

En mayo de 2011 la Procuraduría suspendió a Samuel del cargo. El Polo Democrático lo expulsó definitivamente de la colectividad que estuvo dividida por el prolongado respaldo de algunos de sus líderes en medio de las denuncias. En septiembre de ese mismo año fue capturado, mientras avanzaban las investigaciones penales. Contra Moreno recayeron tres condenas, de 24, 39 y 30 años de prisión. La primera fue en 2016 por haber recibido cerca de 2.790 millones de pesos en sobornos por un contrato para el servicio de ambulancias. La segunda y tercera condena, en 2019, fueron por concusión, cohecho propio, interés indebido en la celebración de contratos y peculado por apropiación. Una de ellas se redujo a 11 años y 10 meses de cárcel. En total, hubo más de 40 juicios y condenas por el llamado “Carrusel de la Contratación”, entre ellas la de Iván Moreno, capturado desde 2011 y actualmente detenido en la cárcel Modelo de Bogotá.

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El exalcalde Samuel Moreno, esposo y padre de dos hijos, murió el pasado viernes a las 6.30 de la tarde en el hospital militar, a pocas horas de cumplir 63 años. Había sido remitido tras un desmayo en la Escuela de Caballería donde permanecía recluido. Estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos con pronóstico reservado tras una intervención de urgencia asociada a una enfermedad coronaria severa. El presidente Gustavo Petro lamentó el deceso. “Me entristece la muerte de Samuel Moreno. Una vida verdaderamente perdida. Una enseñanza a las izquierdas sobre los caminos que jamás debe emprender una alternativa política”, escribió en Twitter. También se pronunció la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. “Lamento la muerte repentina del exalcalde Samuel Moreno. A su familia y amigos mis condolencias y respeto en este momento tan doloroso y difícil. Muy especialmente a su esposa e hijos y a su señora madre”, expresó.

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