SOÑÉ QUE SOÑABA UNA CRÓNICA DEL MOVIMIENTO FEMINISTA EN COLOMBIA DE 1975 A María Cristina Suaza Vargas

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2 SOÑÉ QUE SOÑABA UNA CRÓNICA DEL MOVIMIENTO FEMINISTA EN COLOMBIA DE 1975 A 1982 María Cristina Suaza Vargas

3 Soñé que soñaba Una crónica del movimiento feminista en Colombia de 1975 a 1982 MARÍA CRISTINA SUAZA VARGAS Edición MIRIAM COTES BENÍTEZ Ilustración de carátula, diseño y diagramación ROSA HELENA PELÁEZ Las fotografías incluidas en este libro son de Dora Cecilia Ramírez, Flora Uribe, María Cristina Suaza y Juan Franco. La fotografía de la página 61 fue tomada de la Revista Alternativa No. 240 de noviembre de 1979 y la de la página 101 de El Espectador de noviembre 6 de A mi familia: La Mona, El Papá, Hugo, Main, Darío, Mario, Tato, Adriana, Marco Aurelio, Carlos Mario y Juan Sebastián. La investigación y edición de esta obra fue posible gracias al apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrrollo (AECID) Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo en Colombia (AECID) Impreso en Colombia por: JM Limitada Bogotá, noviembre de 2008 ISBN:

4 C O N T E N I D O 7 PRESENTACIÓN 9 PRÓLOGO 11 INTRODUCCIÓN 15 LA INICIACIÓN Socorro, auxilio el aborto me persigue! Mi feminismo El gran amor de mi primera vida La única feminista en Colombia? 27 UN PARTO DIFÍCIL Las Mujeres! Amores y sinsabores Al fin feministas en Bogotá El Aquelarre EL PRIMER ENCUENTRO Feministas y no tan feministas Espacios para nuestro trabajo LO QUE VINO DESPUÉS Qué siga la fiesta! Documentación para las mujeres No a la violencia contra las mujeres La Casa de la Mujer Brujas en el CEIM EN ESE TAMBIÉN ESTUVE! Lima México El Salvador Chile 53 MEDELLÍN ATÍPICO Juntas para muchas cosas 117 REFLEXIONES Y CONVERSACIONES Reflexiones Ser feministas hoy LAS MUJERES DECIDIMOS En Campaña El banquete de la vida Money, money, money Yo soy mía Una carta para los patriarcas El aborto me seguía persiguiendo Adopción en Bogotá SOÑÉ QUE SOÑABA Y llegó Giovanna Machado Historia de un desencuentro Secuelas de Sopó Preparaciones y descoordinaciones AGRADECIMIENTOS BIBLIOGRAFÍA ANEXOS Anexo 1: Cronología Anexo 2: Los Encuentros Anexo 3: Las mujeres del Primer Encuentro Anexo 4: Materiales presentados en el Primer Encuentro Anexo 5: Consignas y canciones Anexo 6: CD ROM 5

5 P R E S E N T A C I Ó N Sueños que se hacen realidad S oñé que soñaba es la historia de una y cientos de colombianas que se resisten a aceptar que la vida de las mujeres en Colombia y en el resto de mundo no sea sinónimo de libertad. Es la historia de una mujer y de todas las mujeres que han decidido caminar juntas desde sus múltiples diferencias compartiendo una apuesta común por el disfrute pleno de sus derechos -los que aún no se tienen y los que se han logrado-. En este libro Cris Suaza nos invita a un recorrido por los momentos que fueron clave para el surgimiento de propuestas entonces transgresoras como el surgimiento del feminismo en Colombia de 1975 a 1982, prestándonos unos lentes especiales: su vida misma. Desde su construcción personal como mujer feminista y las vivencias de las propias protagonistas de la historia, a quienes la autora da la palabra, Cris Suaza recrea de manera colectiva los múltiples avatares de lo que significó el proceso de consolidación del Movimiento de Mujeres en Colombia así como de escenarios trascendentales como el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe realizado en Bogotá en julio de Con una forma de expresión abierta y un lenguaje cotidiano y ameno, este libro permite conocer y reconocer los múltiples retos y dificultades que las mujeres enfrentan al construir en colectivo y las respuestas que permitieron avanzar o no en estas apuestas. Este texto se erige en memoria histórica del feminismo colombiano y está dedicado de manera especial a las organizaciones de mujeres colombianas que cada día enfrentan los avances y retrocesos de su lucha, como una apuesta política que pasa por una permanente reflexión. El aporte generoso de Cris Suaza al compartir sus recuerdos y amplia documentación sobre el movimiento feminista en Colombia desde la vivencia 7 real de las mujeres, además de ser un reconocimiento a la labor realizada por las protagonistas de la historia, anima e impulsa el imparable esfuerzo de las miles de mujeres que continúan construyendo a favor de los derechos de las mujeres desde el feminismo. Así mismo, este libro resulta inspirador para alentar el compromiso de las instituciones que apoyan el trabajo de las organizaciones de mujeres en el país. Para la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha sido un placer apoyar la recreación de la fascinante historia del nacimiento del feminismo colombiano a través de los ojos de la autora de esta crónica. Esta iniciativa se realiza en el marco de la Estrategia de Igualdad de Género de la Cooperación Española en Colombia y quiere ser un homenaje al valioso trabajo que realizan las organizaciones feministas, sin el cual no se hubieran logrado muchos de los derechos hoy ejercidos por las mujeres colombianas Esta memoria colectiva tejida con la filigrana de la historia propia nos invita a soñar, pero sobre todo nos recuerda que es posible encontrarnos para soñar -cada cual a su manera- un mundo más justo y con derechos para todas y todos. MAR HUMBERTO CARDOSO Responsable de Programa Género y Derechos de las Mujeres Cooperación Española en Colombia

6 P R Ó L O G O Feminismo y filigranas de la memoria C onocí a Cris cuando estaba recién llegada de París y la fiebre del feminismo brotaba por sus poros, en un afán por corroer las costumbres establecidas y crear otros mundos posibles. El discurso de Cris sobre la construcción de un mundo nuevo que atravesara nuestra cotidianidad me resultaba completamente refrescante cuando llegué a Bogotá, a finales de los años 70, como aprendiz de sociología y con las marcas de una militancia política que no arrojaba un saldo favorable respecto a ciertas transformaciones personales. Con Cris aprendí muchas cosas y todas ellas llevaban la vena roja y palpitante, la vena si se quiere lila, del feminismo. Algunas de las cosas que podría evocar se refieren a cuestiones como aquella de que lo personal es político y de que la revolución empieza por casa; el trabajo doméstico no sólo tiene como veta la parte alienante, también es motivo de goce y placer, del cuidado de sí mismo(a) y del otro(a); es legítimo establecer agrupaciones con sentido político por fuera de la lógica de los partidos; optar por las reivindicaciones femeninas no significa situar a los hombres como enemigos; y es posible construir micro-experiencias en las que las costumbres establecidas sean contestadas y entendidas como microespacios situados, con opciones libertarias y propiciadoras del cuidado de sí y de los(as) otros(as). A partir del momento en que conocí a Cris, el feminismo fue una de mis opciones de vida y, al igual que muchas otras mujeres de mi generación, ella constituyó uno de los referentes respecto a las reflexiones que nos llevaron a militar en dicho movimiento a finales de los 70 y comienzos de los 80. Cris encabezó una de las corrientes del feminismo que nos retó a experienciar nuevas formas de relacionarnos, no sólo en la esfera privada sino también pública, que nos llevó a las calles a pedir reconocimiento y opciones de vida en igualdad con los hombres, en cuanto cantábamos eso de jugar a la vida es algo que a veces duele. 1 Sobre memorias de esta época del feminismo nos habla Cris en este libro. Su voz se levanta para narrar sus propios recuerdos y olvidos sobre los avatares de esta generación, para dejar las huellas de quienes hicieron parte de este movimiento, de sus luchas y de sus conquistas. En la crónica de Cris se mezclan abigarradas memorias individuales y colectivas, lo cual muestra, por un lado, que quien recuerda lo hace de manera individual y mediante los marcos de su propia subjetividad, pero por otro lado señala, también, que quien evoca lo hace dentro de marcos colectivos y en dichas evocaciones la memoria individual se entreteje con la social, en un complejo fluido que da cuenta del ambiente cultural e intelectual de una época. Nadie recuerda solo(a). Cris, una documentalista apasionada por la conservación de la memoria, no se contenta con brindarnos un refrescante y descom- 1 Letra de una canción de la mejicana Amparo Ochoa. 9

7 plicado relato de sus experiencias como una de las protagonistas del feminismo, sino que deja emerger, al mismo tiempo, voces diferentes a la suya, para evidenciar la polifonía del movimiento del cual ella es sólo una de las intérpretes. En esta dirección, complementa su trabajo con un archivo, en soporte CD ROM, donde de manera generosa pone a disposición sus tesoros personales, el baúl en el que soporta su memoria, conformado por documentos, fotografías, cartas, caricaturas y dibujos, brindando un recurso documental que permite a otras personas leer en clave diferente a la que usa la autora en su propia lectura e interpretación. Estos documentos, que con un agudo sentido de lo público la autora había guardado de manera celosa, eran para ella como una especie de muertos vivientes a los cuales desempolvaba, lustraba y ordenaba de tanto en tanto cuando los prestaba para que se hiciesen tesis, artículos o investigaciones, soñando ella misma con tejer su propia historia, pero sin que sus heridas le permitieran concretar un proyecto de publicación. No obstante, la memoria obstinada, la memoria herida, galopaba en su ser, clamaba ser escuchada, reivindicada, hasta que una mano generosa se interesó y brindó posibilidades para que lo personal se tornase en memoria colectiva. Hoy Cris coloca en el escenario público su propia mirada y, podríamos decir con Ricoeur, 2 que el deber de la memoria ha logrado ser cris-talizado. La autora publica sus memorias del feminismo en un momento histórico en el que la experiencia subjetiva cobra relieve en el ámbito académico y social y hace emerger cierta sensibilidad por la recuperación de memorias subalternas, de memorias silenciadas. Es por ello que este tipo de discursos cobra legitimidad y le permite a la autora liberar su memoria y con ella la de varios grupos de militantes feministas que incidieron en la esfera pública en las últimas décadas del siglo XX. 2 Paul Ricoeur, La memoria, la historia, el olvido. México, Fondo de Cultura Económica, La obra de Cris coloca en el debate de lo público una experiencia, una historia de vida, en cuya trayectoria cobra sentido aquello de que lo personal es político, ya que allí se narran las luchas de colectivos de mujeres por obtener transformaciones sociales que pudieran incorporar las dimensiones de la vida íntima y privada, recuperando su sentido político y cultural. Es esta la lección a la que apuntan las memorias de esta importante pionera del feminismo, es esto lo que ella transmite a las nuevas generaciones: Lo personal es político, luchemos por ello! Bienvenido sea su legado! MARTHA CECILIA HERRERA C. D esde el principio mi problema fue decidir qué era importante de contar en esta crónica y qué documentos incluir. Como dice Simone de Beauvoir, no se puede contar todo. Debía encontrar una situación en la que me sintiera cómoda y que no implicara incluir mi archivo completo en el que todo me parece importante. Sabía que tenía que sujetarme a un número específico de páginas y limitarme con los documentos, tal como me limité a contar solamente mi vivencia en el movimiento feminista en Colombia y cómo veo los hilos que se tejieron hasta llegar al momento del Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe y sus repercusiones inmediatas. h Cuando empecé a escribir este libro experimenté grandes sufrimientos tratando de tener presente que lo que estaba haciendo no era ni literatura ni un documento académico, y que de lo que se trataba era de contar una historia amena, amable y lo más documentada posible. h I N T R O D U C C I Ó N Aquellas que saben que el acercamiento a lo que quiera que sea, se hace de modo gradual y penoso, atravesando incluso lo contrario de aquello a lo que uno(a) se aproxima [...] Entenderán [ ] que este libro nada quita a nadie. h La pasión según G. H. Clarice Lispector Ante la imposibilidad de entrevistar a todas las mujeres y hombres que quería, decidí hacer unos conversatorios conjuntos, uno en Bogotá y otro en Medellín, con mujeres que estuvieron cerca de lo que sucedió entre 1975 y En el primero estuvieron Martha Herrera, Gloria Rendón, Main Suaza, Miriam Cotes y Dora Lucía (Teo) Betancur, y más tarde en la noche aparecieron el Mono y Disney. Ésta fue la primera reunión del círculo cercano. Después hicimos una reunión ampliada, un almuerzo de sábado, al que llegaron Ana María Giraldo, Sofos, Patricia Sanabria, Eulalia Carrizosa, Rita Escobar, Marisol Isaza, Graciela Fandiño, Beatriz Quintero, Beatriz Bayona y Martha Madrid. También estuvieron Teo, Lucas, Marlon, Sandra, Main, Gloria y Miriam. La segunda reunión fue en Medellín. Allí estuvieron Martha Vélez, Flora Uribe, Gertrudis Martin, Teresa Fernández, Clara Mazo, Gloria Upegui, Cachela y Gloria Patricia Zuluaga. Aparte de ser una conversación donde se recobró mucho del espíritu de ese feminismo que vivimos conjuntamente, también recordamos datos. De esas conversaciones de Bogotá y de Medellín he seleccionado algunos fragmentos especialmente para complementar la información y dar una idea de lo que pensábamos en ese entonces y de lo que pensamos hoy

8 Este proyecto tiene dos registros documentales: uno es el texto de la crónica y los documentos que se incluyen ahí, y el otro es el CD ROM, en anexo, en el que van los documentos completos, no solamente los que se refieren al Primer Encuentro Feminista sino muchos de los que he conservado desde Ahí están para aquellos y aquellas que quieran profundizar en el tema y tener una idea más amplia que se puede complementar con lo que ya han escrito algunas historiadoras colombianas y de otros países sobre este tema. h Hace poco, leyendo el libro Inclusión sin representación: la irrupción política de las mujeres en Colombia de María Emma Wills, en una cita de un documento que ella consultó de mi archivo, decía: Del archivo de Cris Suaza, sin fecha ni lugar. Eso fue terrible para mí, para una documentalista! Me di cuenta de que, como dice el dicho, en casa de herrero cucharón de palo, y que yo, que me he preciado de mi amor, de mi apego, por la información y por los documentos, he caído en vacíos de registro de la memoria. h Desde luego, este libro no llena todos los vacíos frente al Primer Encuentro Feminista y las circunstancias que rodearon su realización, pero sí contribuye, espero, a un mayor conocimiento del Encuentro y de las mujeres y grupos feministas que participamos en el movimiento en esa época. h 12 Para mí, hacer este libro ha sido un reto no sólo por lo que significó el encuentro con un pasado que en ocasiones me parece muy presente, con el recuerdo de tantas personas que conocí y de las cuales no quisiera olvidarme (y si algunas no están aquí pido disculpas de antemano) sino también desde el punto de vista de mi salud: sólo hace unos pocos meses me recuperé de una enfermedad que me impedía ver bien, y hace unas semanas murió mi papá. El reto, entonces, fue desde mi alma, desde mi cuerpo, desde mi corazón, desde mi cabeza, desde todo mi ser! h Mi vida personal se mezcló con la militancia, con el feminismo y con la profesión y, por eso, para poder hablar de los eventos, de los encuentros y de los grupos feministas tuve que hablar de mi vida personal. En la época que narra esta crónica, y aún hoy, sigo pensando que lo personal es político. Desde ese entonces soñaba con una comunidad y la estaba construyendo, y esa comunidad se convirtió en el centro de la vida de algunas personas como Jorge Meza, Martha Herrera, Main, Luz Helena Restrepo, Camilo Rojas, Juan Monsalve y Mauricio Saiz. En el proceso de escribir este libro hubo momentos de mucha angustia y de bloqueo, momentos en los que creía que no iba a ser capaz, momentos en los que me confrontaba conmigo misma frente a la imh En este momento ya estoy en otras cosas. He pasado a otra etapa en la cual mi activismo político con las mujeres prácticamente no existe. No obstante, siento que mi opción de vida feminista está tan interiorizada, y exteriorizada, que lo notan las personas con quienes me relaciono en todos los ámbitos. A veces les gusta, a veces no, pero ahí voy, apoyando muchas cosas de las mujeres, de los niños y de las niñas, de los hombres, del planeta y de la paz. Como siempre, los métodos de lucha varían, y creo que todos son válidos en un momento y en unas circunstancias dadas. h portancia de este trabajo en el contexto de lo que está sucediendo en este país, con sucesos diarios aparentemente más graves. Es parecido a cuando llegué de París: quería hablar de feminismo pero no se podía porque la revolución era primero. En este momento me doy cuenta de que lo que digo es verdad, que todo es un proceso, que las cosas cambian, se devuelven, sino en círculo sí en espiral. Entonces, todo esto tal vez signifique que estoy llegando a otra etapa. h Experimenté muchas cosas con las entrevistas que hice para el libro: lo que sentían las mujeres en ese momento, las posiciones de algunas que decían que se les había olvidado todo pero a la hora de la verdad recordaban cosas y detalles importantes; la posición de las que recordaban esa época con mucha alegría por todo lo que hicimos y sentían nostalgia de lo que fue, lo que expresaron las mujeres que tienen hijos y que se resume de alguna manera en esta frase de Martha Madrid a sus hijos: Yo logré por ustedes la libertad sexual, vean ustedes ahora qué hacen con eso. Todas las amigas con hijos reconocieron haber hablado mucho con ellos de toda esa época y cómo en la educación que les dan siempre están presentes los principios feministas. También oí las posturas de quienes se han dedicado a la academia, a proyectos alternativos en otras áreas, a los negocios privados y de las que naturalmente han continuado en grupos y ONG, en acciones del movimiento social de mujeres. h No fue posible, y fue una decisión difícil, ampliar el universo de los conversatorios por problemas de tiempo y porque el que mucho abarca poco aprieta. Lo repito: no pretendo hacer un estudio o una recolección documental de todo lo que sucedió en el periodo que abarca esta crónica sino de lo que yo he reunido o conservado y de mi propia experiencia. Por supuesto, esto pasa por reconocer y valorar lo que han dicho otras mujeres sobre esta misma época. En este libro, simplemente, estoy presentando mi punto de vista. 13 Los papeles de Cris Por más de veinticinco años hemos convivido con los papeles de Cris. Viajaron de Teusaquillo a Sopó, se arrumaron en La Perseverancia, se expandieron en La Macarena y aumentaron significativamente en San Felipe, donde vivimos ahora. Son documentos de todo tipo: libros, revistas, páginas de cuadernos, recortes de periódicos, dibujos realizados en medio de una conversación vehemente o reflexiva, servilletas convertidas en documentos históricos, grabaciones de música y memorias individuales o de grupo, afiches y cartas. En sus noches de insomnio, Cris ha ordenado de varias maneras estos papeles: por el orden alfabético de los nombres, método no tan fácil ya que muchas feministas no firmábamos lo que escribíamos; por título, pero algunos escritos no tenían título, iban directamente al grano Cronológicamente tampoco era fácil, pues las fechas en muchos casos eran inexistentes ya que la pasión del presente se imponía sobre el futuro. En medio de este ir y venir de tiempos, formas, situaciones, los documentos tomaron vida propia. A veces se encontraban, muy juntitas, versiones en pugna como las de las feministas radicales y las mujeres socialistas, y las de las respondonas ateas con las de las cristianas por el derecho a decidir. Otras veces se alejaban, entre ellas, las mismas feministas radicales y se encontraban entre los manifiestos de las mujeres campesinas. Cris se sabe los documentos de memoria porque los ha guardado en un archivo fotográfico interior, y entonces los encuentra por la apariencia, pero también por el olor y la textura, y no estoy segura de que en algún momento no haya intentando saborearlos. Para esta feminista-documentalista y viceversa la cosa no es sólo clasificar, es rememorar, marcar, insertar un pequeño texto como una gota en medio de un creciente mar de palabras que buscan narrar el mundo de otra manera. Luego de más de veinticinco años, algunos de estos papeles van a tomar muchos rumbos, se convirtieron en libro, caminaron de lo privado a lo público. Ya tienen mayoría de edad y su objetivo es inundar el mundo. Main Suaza

9 LA INICIACIÓN 15

10 SOCORRO, AUXILIO EL ABORTO ME PERSIGUE! Y allí fue cuando el indio viejo me golpeó. Las enseñanzas de Don Juan Carlos Castaneda C on cierta desconfianza acompañé a Lamia a comprar la nueva revelación médica: el examen de embarazo que podías hacerte tú misma sin necesidad de ir al laboratorio. Con el estómago encogido vimos cómo fue cambiando el color de la orina en el recipiente: el resultado era evidente. El examen era positivo! Lamia estaba embarazada. Apenas veinte días antes habíamos llegado a Francia para hacer un curso de Ciencias de la Información en la Universidad de Grenoble, es decir, éramos estudiantes extranjeras en un país donde había que comprar las pastillas anticonceptivas con receta médica. Era invierno, nevaba, y no conocíamos a nadie pues Lamia era libanesa y sus amigos eran árabes militantes y, para variar, yo era colombiana y sólo conocía a otra colombiana que también estada haciendo el curso qué tal! Qué hacer? Lamia llamó a su hermana y a sus amigas en Beirut, habló con su novio, lo pensó y lo pensamos, pero no había caso: abortar era la única solución. Por múltiples razones no podía tener un hijo en ese momento y, claro, yo no podía evadir mi papel: apoyarla en la búsqueda de ayuda para abortar, así tuviéramos que irnos a París. La oportunidad llegó cuando nos invitaron a una fiesta de los profesores y las estudiantes de pregrado. Tímidamente le pregunté a una de las chicas que me había mirado con simpatía dónde podía encontrar un médico o un hospital donde hicieran abortos. Su respuesta, acompañada de una sonrisa, fue: Sí, claro que puedo ayudar a tu amiga! Yo pertenezco al MLAC (Movimiento para la Liberación del Aborto y la Anticoncepción) y la próxima reunión es el jueves Además, soy feminista Qué descanso! 17 El día de la reunión llegó y Lamia y yo estuvimos muy puntuales en el sitio. Había unas veinte personas, mujeres y hombres. El ambiente era muy acogedor. La reunión comenzó con una exposición clara y directa sobre los métodos anticonceptivos, asegurando que al aborto se llega como una solución no deseada cuando los dichosos métodos fallan o no se conocen. Se habló del método Karman o de aspiración y de los legrados. Luego nos dieron la palabra a las asistentes. Cada una fue contando su caso con naturalidad, sin culpa ni vergüenza. No podía creerlo! A continuación pasamos a la fase de resolución de problemas. Había cuatro posibilidades para abortar: ir a Londres, ir a Holanda, acudir a los pocos médicos de la región, o hacerlo con las mujeres del grupo, entre las cuales había médicas, enfermeras y mujeres entrenadas para llevar a cabo el procedimiento. Escuchaba con la boca abierta cómo se organizaban los abortos según las necesidades de cada quien, en dinero, tiempo y urgencia. Lamia estaba entre las que no podían viajar por problemas de visa. Siendo árabe debía esperar un mes y ya sería demasiado tarde. Ella le dio la plata que tenía a una mujer francesa que podía viajar pero no tenía dinero. A Lamia le harían el aborto las mujeres del MLAC. Heme aquí asistiendo a las reuniones preparatorias para el aborto de Lamia. En la reunión siguiente había mujeres que ya habían abortado y querían hablar de su experiencia. También había otras mujeres que querían pertenecer al grupo. De pronto llegó una mujer, tarde, porque nevaba fuertemente, y el tono de la reunión cambió. Empezó a hablar con cada uno de los asistentes, tanto hombres como mujeres: quién había tomado la decisión, por qué, qué significaba abortar, qué significaba tener hijos. A medida que la conversación se iba desarrollando, una luz brilló en mi cabeza. Entendí el significado político del acto de abortar. Hasta ese instante nunca se me había ocurrido relacionar el aborto con la lucha política. Jamás en mi paso por los grupos políticos a los

11 cuales había pertenecido se había hablado de cosas como el aborto, un asunto privado, íntimo, relegado a la otra vida de las militantes. Abortar era cosa de mujeres y nada tenía que ver con la política. Pero esa mujer, Françoise, seguía ahí sentada en el suelo, con sus botas llenas de nieve, y a medida que hablaba, un telón se iba descorriendo en mi mente. Allí fue cuando el indio viejo me golpeó! Nunca he logrado recordar exactamente lo que dijo Françoise y no me canso de lamentarlo, pues ese día cambió mi vida. Entendí que el aborto no era sólo un asunto de mujeres ignorantes y descuidadas que no eran previsivas como yo que había llevado desde Colombia las doce cajitas de Eugynon, aunque el curso duraba sólo once meses! Llevaba cinco años con dolor de cabeza por las pastillas pero no me decidía a dejarlas. De pronto me vi a mí misma hablando desbocadamente del aborto en mi país, del miedo que tenía de quedar embarazada y del drama que hasta ese momento había sido el aborto en mi vida. El aborto había sido un hecho cotidiano y cercano a mí desde que empecé a tener eso que llaman uso de razón, pero siempre lo viví como una enfermedad mortal, un problema, un trauma, un delito y un peligro de muerte. En Aranjuez, el barrio de mi niñez en Medellín, cuando vecinas angustiadas llamaban a mi mamá a media noche para que las acompañara al hospital, ella, siempre tratando de ayudar a la gente, salía corriendo, y como yo no sólo era su hija mayor sino su compinche, me pedía que la acompañara. Luego me tocó el aborto en Brasil con dos de mis compañeras de estudio, y después el aborto fue el causante de mi separación de Bernard, el gran amor de mi primera vida! Para el aborto de Lamia compré una torta de fresas para acompañar el té y las aguas aromáticas que les daban a las mujeres después de abortar. Con Lamia cantamos en un descanso: Qué bonitos ojos tienes debajo de esas dos cejas Luego nos fuimos a un restaurante y comimos y bebimos y nos reímos sin culpa pero, de todas maneras, con mucha tristeza. Me ofrecí, además, de intérprete de María la portuguesa cuando le tocara abortar. Yo que me desmayaba viendo sangre! La acompañé, la ayudé a respirar, a relajarse, a pesar de que a duras penas nos entendíamos, pues el portugués que yo había aprendido en Brasil era muy diferente al de Portugal. A los quince días salí para Holanda acompañando a las mujeres que iban a abortar. El bus llevaba un letrero gigante que decía: Vamos a abortar a Holanda. Estuve tres días entregada a estas mujeres. En la clínica el proceso duraba de cinco a siete minutos. Este asunto del aborto volvía a ser doloroso. Mi papel era acompañarlas, conversar con ellas, darles ánimo, oírlas y hacerlas reír. Para ellas y para el grupo esto era muy importante. También cuidé los niños de las que abortaban. Los niños entraron en mi vida con derechos. En los partidos políticos sólo estorbaban. Tener hijos era una especie de sino de los pobres y para las militantes era un verdadero estorbo. Pero la actitud de estas mujeres era distinta. No sólo hacían abortos. Eran feministas con una práctica política y una forma de vivir diferente. Incluso fueron perseguidas por la policía y acusadas de realizar abortos ilegales, a pesar de que ya había sido aprobada la ley y de que estaban mejor capacitadas para hacerlos que muchos médicos. A partir de ese día asistí a todas las reuniones, repartí volantes, fui a mítines y, sobre todo, empecé a ver el mundo de otra manera. Y entonces, yo, que tenía la idea de que las feministas eran unas señoras amargadas, feas, locas y con bigotes, disfruté de ser mujer! La historia de los niños, y la felicidad que me producen, como la del aborto, han sido hitos en mi vida, vea usted la contradicción. A partir de mi encuentro con las mujeres del MLAC también entendí uno de mis papeles en esta vida: dar energía, alegría, trasmitir ideas y sentimientos, explorar en los abismos de lo desconocido. EL TERCER OJO Nunca olvidaré aquel fin de semana en un pueblito, cuando me invitaron con los hijos y los maridos, la forma en que compartimos el trabajo doméstico, la alegría cuando llegamos a una casa de 300 años y repartirnos el trabajo en la cocina, como siempre en medio de risas y cuentos míos sobre Colombia. Les servimos primero a los niños y dejamos a los adultos para la segunda tanda. Después de recoger los platos, vi que todas las que estaban en la cocina se sentaron en la mesa. No entendía. Parada en medio del comedor, les pregunté: Pero quién va a servir? Y ellas se rieron, pues aparecieron todos los niños felices de la vida, ya que les tocaba servir la comida! Nadie les dijo, Cuidado con la olla, No se vayan a quemar, No vayan a hacer daños Simplemente nos sentamos allá y esperamos a que nos sirvieran de la misma manera que nosotros lo habíamos hecho antes. Había niños de los tres a los diez años de edad. Todos participaron sirviendo la comida y después el mismo ritual se repitió en las siguientes comidas, y en todo el trabajo doméstico. Este acto, aparentemente tan insignificante me marcó para siempre. Yo me decía: Esto es lo que yo quiero, esta vida, esta comunidad, esta manera de hacer las cosas. La participación de los niños me abrió el tercer ojo, toda esa relación que tuvimos con esos hombres tan feministas y esos niños y esas niñas, y yo feliz revolcándome en la nieve con ellos. MI FEMINISMO Me lancé de cabeza en la literatura feminista. Mientras más leía, más ganas me daban de mirar dentro de mí. Pasaba noches enteras escribiendo recuerdos de infancia que tenía ocultos bajo años de olvido. Toda mi vida adquirió una nueva dimensión. Era capaz de verle el lado feminista a cualquier cosa: a lo cotidiano, a mi profesión de ratona de biblioteca, a la música, a la literatura, a la comida, al mundo, aunque no entendía todavía muchas cosas y, sobre todo, no tenía el vocabulario marxista ni sicoanalista, indispensable en esa época para que te pusieran atención, incluso los conservadores y los católicos. Le escribía cartas a mi hermana Main inflamadas de feminismo y amor por los niños, pues su opinión era muy valiosa para mí: ella no sólo es mi hermana sino mi amiga, mi compinche, mi compañera. Aunque no sabía muy bien lo que iba a hacer, soñaba con volver a Colombia y estaba segura de que algo nuevo me tendría que suceder. Entendí, entonces, que el feminismo no me obligaba a tener que recitar a Marx, a Lenin, a Mao, a Freud y a todos esos señores para validar mi pensamiento. Para mí, el feminismo no era una ideología. Era una forma de vida. Eso también lo entendí en Francia y fue muy liberador. Desde la formación en mi familia tenía elementos que puedo llamar feministas. Me los dio mi mamá que nunca fue una mamá tradicional que quisiera que yo siguiera sus pasos y que me dijera que si no me casaba y tenía hijos no sería una verdadera mujer. Mi mamá siempre nos enseñó la libertad, la rebeldía, el amor por los demás. Y lo que más le agradezco es que aunque éramos pobres, siempre podría realizar mis sueños de estudiar, viajar y conocer el mundo. Sólo tenía que desearlo con fuerza. De mi papá heredé el amor por la música clásica, los libros y la lectura, a pesar de que nunca fue a la universidad y estudió mecánica automotriz por correspondencia. Cuando entré a estudiar bibliotecología en la Universidad de Antioquia, se iniciaba una reforma educativa, en la cual todos los estudiantes, sin importar la carrera, debíamos estudiar un año en Estu

12 dios Generales y compartir materias básicas como sociología, historia del arte, física, química, matemáticas y literatura. El Doctor Antonio Mesa Jaramillo, el Director de Estudios Generales, compró todos los libros que estaban prohibidos por la Iglesia Católica e incluidos en un catálogo llamado El Índice, y convirtió este espacio en un centro cultural, lleno de conferencias, carteleras, exposiciones, teatro y debates de todo tipo. Un día, me dijo: Acaba de llegar un libro que a usted le va a gustar mucho. Era El segundo sexo de Simone de Beauvoir. Creo que me lo recomendó porque yo ya estaba leyendo a Sartre y a Camus. No se equivocó. Quedé fascinada! La verdad, yo nunca soñé con un matrimonio de vestido blanco ni nada de eso. Ni siquiera cuando era niña tenía este sueño. Sí quería tener hijos, pero no me veía en la iglesia, no sé bien por qué razón pues de todas maneras mi familia era católica. EL GRAN AMOR DE MI PRIMERA VIDA Bernard y yo nos conocimos por carta. Yo tenía catorce años y él quince. Fue una de esas relaciones entre estudiantes, en las que uno le escribía a un corresponsal de otro país para intercambiar postales y estampillas, sólo que él quería una amiga pues su sueño era venir a conocer el continente americano. Poco a poco fuimos ampliando nuestros temas de conversación hacia la literatura, la historia, la política, la música y, naturalmente, nuestras vidas. Entonces cuando después de seis años de habernos escrito cartas, vino por fin a Medellín, nos sentimos muy cercanos, nos gustamos y de ahí al enamoramiento no hubo más que un paso. Era el hombre que yo quería y como habíamos crecido juntos y nos habíamos escrito tantas cartas compartíamos un mundo común. Cuando llegó Bernard, en 1969, a pesar de todos los prejuicios y de todo lo que eso significaba, me fui a vivir con él abiertamente, sin miedo al que dirán y sin miedo al futuro porque sabía que él y yo podíamos estar juntos un mes, dos meses, pero no me importaba. El caso es que Bernard se quedó viviendo en Colombia otros seis años! En búsqueda de nuevos horizontes, nos vinimos a vivir a Bogotá. Pero no le gustó la ciudad, se había enamorado de Medellín, del clima y de la gente paisa, y entonces me propuso que nos regresáramos, pero yo no quise pues a mí sí me había encantado todo, la ciudad, el trabajo en Colcultura, el teatro, el cine, el aire, la verde y hermosa sabana de Bogotá. Bernard se fue para Medellín y yo me quedé en Bogotá. En la relación con Bernard, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre fueron nuestros modelos. No lo decíamos expresamente pero sabíamos que lo que queríamos tener era algo como lo que ellos tenían, una relación con muchas libertades, donde lo más importante era no decir mentiras ni esconder nada. Seguíamos manteniendo esas ideas sobre la pareja, eso de la amistad más allá del bien y del mal. Bernard usó esa libertad y un día me dijo que una compañera de trabajo estaba embarazada de él. Yo me sentí mal, pero no traicionada, no sentí que fuera un acto de infidelidad ni nada parecido. De esa libertad habíamos hablado todo el tiempo y yo lo tenía claro. Yo no usaba esa libertad porque no me interesaba, no porque no pudiera, sino porque ningún otro hombre me llamaba la atención. Así que me dispuse a ayudarle y, después de llamar a muchas puertas, al fin encontré un lugar en Bogotá donde hacían abortos. Le di los datos para que su amiga llegara directamente, pero el médico era muy loco y le dijo que se tenía que sacar unos dientes para poder hacerle el aborto. Aterrada, me buscó para que le ayudara, y entonces continuamos en la búsqueda hasta encontrar otro médico. Nos hicimos amiguísimas, pero Bernard no quiso saber nada más de ella. En 1972 solicité una beca al gobierno de Brasil para ir a estudiar documentación a Río de Janeiro y me la dieron. Nos fuimos los dos durante un año. Después de que regresamos de Río de Janeiro, nos vinimos de nuevo para Bogotá y, al poco tiempo, Bernard se fue para la Guyana Francesa. Nuestro sueño era conocer el mundo, viajar. Incluso nos íbamos a casar para poder tener las dos nacionalidades, pero a los dos o tres meses de estar allí, me llamó un día y me dijo que una maestra, compañera suya de trabajo, estaba embarazada y que si me la mandaba para que yo le ayudara de nuevo con el aborto! Ya le había ayudado con el otro aborto y, entonces, en ese momento comprendí que no iba ser capaz de seguir con Bernard más allá del bien y del mal, porque ya no me pareció, ya no me sentí cómoda, era demasiado. Por eso, le di esta respuesta que nunca olvido: Primero, si yo estuviera en tu misma situación no te habría pedido ese favor. Segundo: no tienes que venir aquí, estás más cerca de Brasil. Y tercero, yo no me voy a casar ni contigo ni con nadie Fue muy doloroso, pero fue la decisión que tomé. La pasé muy mal, estuve tres meses angustiada, sin poder dormir. Pero en ese momento me llegó información para estudiar en Francia, me inscribí y me gané la beca. Me fui sola. Bernard se quedó en la Guayana. Yo me morí por todo lo que pasó y por la decisión que tomé, pero renací! A los seis meses ya estaba en París sola! Bernard y yo nos seguimos escribiendo aunque él no asimiló de la misma forma que yo el hecho de que no lo hubiera querido ayudar con el aborto de su compañera. Me fui muy herida para París y me encontré con el feminismo. Siempre digo así: me morí después de Bernard, pero renací a esta que soy ahora, que se gusta mucho más. Me fui a París y allá también dejé la militancia política de izquierda. Había acabado de vivir esa experiencia del aborto y la primera amiga que me encontré en Francia, Lamia, estaba embarazada! LA ÚNICA FEMINISTA EN COLOMBIA? Regresé a Colombia en 1976 y empecé a hablar con todo el mundo. Cualquier tema me daba pie para hablar de las mujeres, de los niños y de otra forma de concebir la pareja y la familia. Sin embargo, la respuesta siempre era la misma: nada de feminismo. Quería un grupo, buscaba compañía, recortaba artículos de prensa, reunía información, hacía bibliografías y tomaba notas en unas fichitas. Tenía el virus feminista! Sin embargo, no encontraba eco. Como te volviste de rara. Eres como medio snob, decían unos. Se ve que estás fuera de la realidad, acotaban otros. Si quieres organizamos un debate, exclamaban los más sesudos. Cuáles son las bases ideológicas del feminismo?, me preguntaban los intelectuales. Aquí la cosa es diferente: primero hay que hacer la revolución, aseguraban los militantes. Cuente a ver pedían los menos. Y yo contaba y contaba, sobre todo a la gente amiga de Medellín, aunque cargué las fichitas con mis notas feministas más de una vez sin que nadie se interesara. La inminencia de un golpe de Estado me hacía dar hasta pena con mis historias de la mujer. Main escuchaba y se quedaba callada. Pero mi fervor feminista era tal que no desaprovechaba oportunidad de ponerle el cassette feminista a cualquiera que me diera la oportunidad. En esa época trabajaba en el ICFES, el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior. Allí también empecé a hablar con algunas compañeras sobre el feminismo, sobre los anticonceptivos, sobre los nacimientos sin violencia, sobre los niños. Eran mujeres 20 21

13 Medellín, 10 de septiembre de 2008 Hola tú, la reina Mora, mejorana como ninguna, sonrisa abierta, carcajada. No me molestas con tu invitación. Las mujeres primigenias de toda América echaban, en una buena piedra honda y cubridora, calentada al punto necesario, untada de manteca, el maicito-amarillito-pequeñito para que saltara y se abriera la Crispeta. A mí, hierba Mora, no me molesta para nada responder tu preguntario. Me dispuse con gusto, pero hacer la tarea no ha sido fácil. En una bonita tarde veranera, sentada al borde de la pileta de cara al Museo de la U. de A., esperé que a la sombra de la aún joven arboleda se juntaran unas mujeres que yo no conocía. Fue León Zuleta el que supo y me contó que este era el punto de encuentro de compañeras socialistas o simpatizantes, actuantes, protagónicas en la escena académica, literaria y del movimiento estudiantil, que se encontrarían para escuchar a una chica que venía de París y quería-contar-traía noticias del movimiento feminista. Cuando se hizo el corrillo me metí y ahí me quedé y ahí nos quedamos. Meses antes de que tú, Cris, llegaras de París, esta solitariedad de feminista se había conjuntado en un grupo de estudio conformado por León Zuleta y yo. León con su nuevo ser homosexual y público buscaba la expresión política. Nos comprometimos a estudiar y escribir para publicar una revista que tocara tres temas: la lucha feminista, la lucha política homosexual y la protección de la naturaleza. Por eso, León que sabía todo de las organizaciones y reuniones de las vanguardias, se enteró de la reunión convocada para invitarnos a formar grupos de mujeres que pensaran y lucharan para mujeres y con mujeres por fuera tanto de las prácticas socialistas como de las retrógradas. Tú, la chica que vino de París, que de todas eras amada, habiendo vivido y participado de los grupos de mujeres y de la revolución feminista, hiciste de la reunión sonrisa y carcajada, alegre tacto y respuesta a la apuesta de hacer un grupo de mujeres para hablar de las mujeres y sus derechos y su subordinación y la insubordinación Inquieta la memoria en las fugaces escenas del recuerdo. El feminismo radical en y de Medellín tiene, creo, como ninguno, la praxis de la autoconciencia como experiencia política y como generadora de conocimiento propio y acción pública al respecto. Entonces, en la memoria del feminismo radical primigenio local emerges tú como la tejedora provocadora de la autoconciencia y de la saficidad en las reuniones y encuentros de mujeres mismas, en el goce, señora, fuera de toda culpa. Un beso y chao. La Negra 23

14 que conocía de otras luchas, de cuando habíamos sido Camilistas 1 o habíamos pertenecido al MOIR (Movimiento Obrero Independiente Revolucionario) pero ellas tampoco estaban interesadas en el tema feminista. Aunque mi mamá había sido una líder del Partido Liberal, no me incliné por este partido. En la universidad me uní a la lucha estudiantil, hasta la llegada de Camilo Torres en mi época en Estudios Generales. Era el capellán de la Universidad Nacional de Bogotá y un cura revolucionario. Su propuesta era conformar un frente unido en el que tuvieran cabida todos los colombianos que quisieran luchar para construir un nuevo país: campesinos, obreros, estudiantes, profesionales, políticos, incluso la iglesia. Su propuesta me conquistó, además de la forma clara de exponer sus ideas, de su ironía, de su presencia y de su humor permanente. Así que me incorporé a uno de los grupos de estudio que se formaron en la universidad. Trabajaba hasta altas horas de la noche e incluso una noche tuve que amanecer en la sede de un sindicato porque nos sitiaron. Vendía periódicos y en las manifestaciones llevaba la mochila llena de pañuelos y botellitas de agua, pues la policía siempre terminaba echándonos gases lacrimógenos. A veces llevaba bolas de cristal dizque para hacer resbalar a los caballos que también nos echaban encima. Es como ahora, sólo que en esa época a las mujeres no nos tocaban ni nos daban bolillo como a los hombres. Cuando mataron a Camilo Torres quedamos huérfanos. El Frente Unido se disolvió y entre todos los grupos, partidos y movimientos que quisieron ganarnos, escogí al MOIR, más por lealtad con mi gran amiga y compañera de estudios, Blanca Riascos, que por los planteamientos de este movimiento. Cuando en 1970 me vine con Bernard a Bogotá a trabajar en Colcultura, era del MOIR. En ese tiempo, este partido estaba dividido 1 Camilo Torres Restrepo, sacerdote, sociólogo y revolucionario nacido en Bogotá el 3 de febrero de 1929 y muerto en Patio Cemento, Santander, el 15 de febrero de entre los que trabajaban con los obreros y los otros que nos llamábamos el Frente de Intelectuales Revolucionarios. Bueno, dizque éramos intelectuales porque sabíamos leer, escribir, teníamos trabajo y profesión. Bernard les daba clases de francés a muchos de los amigos que querían irse a estudiar a Francia, pues en ese tiempo la moda era ir a estudiar a Francia o a Bélgica como lo había hecho Camilo Torres. Intentaba sentir que pertenecía al MOIR y leía juiciosamente a Mao, a Lenin, a Marta Harnecker, pero ni cuando leía estos autores ni cuando oía a mis compañeros, así fueran mujeres, podía encontrar algo que tuviera que ver con mi vida común y corriente, con mi cotidianidad. Siempre estábamos hablando de los obreros, de los campesinos, o criticando a la pequeña burguesía y a los burgueses. Aparentemente, los militantes y revolucionarios éramos una cosa muy especial, no nos cobijaba ninguna de esas otras categorías. Al regresar de Francia en 1976 y reintegrarme al ICFES, lo primero que hice fue afiliarme al fondo de empleados. Les propuse trabajar con los niños y las mujeres, y que hiciéramos una fiesta de niños, un concurso de pintura, pero en el que no hubiera un ganador, ni un primer puesto, ni un segundo, ni un tercero, sino que todos los trabajos fueran expuestos en el auditorio. Los niños recibirían un premio por el solo hecho de participar. Era el mismo premio que se les daba de navidad, un juguete. Los niños se apoderaron del auditorio del ICFES. Invité a Posuco, un titiritero que hacía parte de La Fanfarria de Medellín, quien vino con Patricia Londoño y todo el grupo, e hicieron su espectáculo en el patio. Lo que los niños tenían que hacer era pintar algo sobre la obra que habían visto. La única condición era que estuvieran solos, sin padres ni madres para que hicieran lo que les diera la gana. Los que estábamos allí sólo estábamos para ayudarles. Ese tipo de cosas expresaba lo que yo quería que fuera diferente. Quería hacer cosas como darles libertad a los niños. Al mismo tiempo, como una posible actividad feminista, me puse en el trabajo de ayudar a crear el sindicato del ICFES, y aunque los sindicatos eran mal recibidos y mal vistos en una profesional como yo, hablando con todos y todas me di cuenta de que había un interés en la creación del sindicado. Utilicé el método de invitarlos a almorzar a mi casa uno a uno y juntarlos luego hasta tener el número suficiente. Firmamos el acta de constitución del sindicato en mi casa, pues no nos sentíamos tranquilos en el ICFES. Aunque en uno de mis viajes a Medellín logré que me escucharan, me sentía muy sola a pesar de estar siempre muy acompañada. Me sentía la única feminista en Colombia! 25

15 UN PARTO DIFÍCIL 27

16 U LAS MUJERES! n buen día recibí una llamada de Main desde Medellín. Me invitaban a la reunión del grupo feminista que se había formado allí al que le dieron el nombre de Las Mujeres. Me sentí feliz! Me fui con mis fichitas y todo mi feminismo alborotado: allí estaban Main, Gloria Rendón, Luz Rojas, Elizabeth Amézquita, La Negra (Martha Álvarez) y Gertrudis Martin. Leían, discutían, escribían, bailaban, se reían tal como yo lo soñaba. Ahí mismo me quedé pegada a ese grupo a pesar de vivir en Bogotá. En ese momento ellas ya no militaban en los partidos de izquierda y en algunos números de la revista Las Mujeres hasta los cuestionaban. Además, tocaban todo tipo de temas que tenían que ver con el feminismo, con la libertad, con el derecho al aborto, con la sexualidad, con todo lo que sentíamos que era el feminismo. Con la colaboración del grupo Las Mujeres, Gertrudis tradujo del francés un libro que se llama Du Côté des Petites Filles de la italiana Elena Gianini Belotti, el cual se publicó en coedición con la Corporación Educativa San Pablo con el título de Nosotras las niñas. 2 Elena Gianini Belotti sostiene la misma tesis que desde 1949 Simone de Beauvoir planteó en El segundo sexo: uno no nace mujer sino que se convierte en mujer. Son los condicionamientos culturales, y no unos mágicos factores innatos, los que determinan las tradicionales diferencias de carácter entre hombres y mujeres. Este hermoso libro brindaba muchas claves y explicaciones de la relación entre mujeres y hombres y la formación de los roles de género, concluyendo que lo que hay que desarrollar son las calidades humanas independientemente del sexo. El texto les sirvió a Las Mujeres para analizar, discutir y profundizar en los mismos temas desde su propia experiencia e, incluso, para escribir artículos que luego publicarían en Las Mujeres. Cuando el Partido Comunista las invitó a la Manifestación de las Ollas Vacías, respondieron que no querían que les llenaran las ollas pues eso significaba quedarse encerradas en las cocinas. Si participaban en la marcha, lo que expresarían era la perversidad de la pobreza. Por Las Mujeres también conocí a León Zuleta, uno de los primeros líderes del movimiento gay en Colombia. León era todo un libertario! De familia comunista, abandonó el partido y abiertamente se declaró homosexual. Cuando nos conocimos en Bogotá, hubo una empatía muy grande, un amor a primera vista y una admiración profunda que duró hasta su muerte. 3 Luego de luchar prácticamente solo contra el mundo universitario, académico y familiar, inició el Movimiento de Liberación Homosexual y publicó un periódico que se llamaba El Otro. CRIS SUAZA Y LEÓN ZULETA 2 Esta primera edición fue publicada en Medellín en Más tarde el libro se tradujo otra vez con el título de A favor de las niñas y fue publicado por Editorial Lumen de España. A propósito de este libro, Magdala Velásquez me atribuye la traducción a mí en su artículo La condición de las mujeres colombianas a finales del siglo XX. Como esta información no es cierta, con esta nota la estoy rectificando León Zuleta fue asesinado en 1993 en Medellín por manos y motivos que aún no han sido esclarecidos. (Página web Colectivo León Zuleta).

17 ILUSTRACIÓN DE GLORIA RENDÓN Y MAIN SUAZA: MANIFESTACIÓN DE LAS OLLAS VACÍAS, JULIO 22 DE 1977, MEDELLÍN 30 Con León entendí lo que era el destino histórico de cada persona y, específicamente, del mío. Para él era muy claro el suyo, vivía cada segundo intensamente, una caía en sus redes o se aburría de su obsesión. León era muy creativo y muy productivo: Incluso escribía ponencias feministas! Al mismo tiempo, en ese fabuloso año de 1977, en Cali también se estaban conformando grupos feministas como el Grupo Amplio por la Liberación de la Mujer, una de cuyas fundadoras fue Gloria Velasco. En 1978 apareció la revista Cuéntame Tu Vida, dirigida por Yolanda González, con temas de reflexión política y psicoanalítica y con testimonios, poemas y entrevistas de mujeres. Además, desde 1972 había nacido el Grupo de Teatro La Máscara. Inicialmente conformado por Lucy Bolaños, su directora, y Pilar Restrepo, una muy buena actriz y escritora, y más tarde ampliado con la participación de Ximena Escobar, Susana Uribe, Claudia Morales, Valentina Vivas y otras mujeres actrices, La Máscara asumió la problemática de las mujeres como objeto de su práctica artística, tal como lo dice Pilar Restrepo en su libro La máscara, la mariposa y la metáfora publicado por el Teatro La Máscara en El único grupo feminista que estaba naciendo no era el de Las Mujeres. En otros lugares de Colombia también se estaban formando otros grupos. En un momento llegó a la Universidad de Antioquia una gente de Cali que había trabajado con Estanislao Zuleta, el famoso filósofo y sicoanalista que había sido profesor en la universidad y se había ido a vivir a Cali. En ese grupo había mujeres como Clemencia Varela y Yolanda Gonsález que fue compañera de Estanislao. Eran mujeres muy formadas intelectualmente y tenían una interpretación freudiana del feminismo. La mayoría eran profesoras universitarias. Nosotras, las de Las Mujeres, en cambio, éramos espontáneas. No éramos teóricas ni nada de eso. Éramos un grupo muy pequeño, pero a pesar de eso tuvimos mucho impacto porque era un momento muy especial. Main Suaza 31 AMORES Y SINSABORES Poco tiempo después de que se creara el grupo de Las Mujeres en Medellín, me llamó Socorro Ramírez para invitarme a unas reuniones de un frente amplio de mujeres que el Bloque Socialista estaba conformando. Mis amigas le habían hablado de mí. Se habían conocido en el Primer Encuentro Continental sobre la Mujer y el Trabajo convocado por la Unión de Ciudadanas de Colombia y realizado del 16 al 19 de noviembre de 1977, al cual Rosita Turizo las había invitado. Realmente no quería pertenecer de nuevo a ningún partido ni siquiera de izquierda. Había encontrado el feminismo y no me interesaba nada más. Invité a Socorro a mi casa y le hablé de lo que quería con las mujeres y con el feminismo, y ella estuvo de acuerdo con todo. Esta maravillosa mujer me convenció de que precisamente la idea de su partido era invitar a muchas mujeres diferentes para conformar un frente amplio a partir de unas premisas fundamentales, de las cuales la más importante era la independencia del partido. Nunca olvidaré la primera reunión y la impresión que les causó a las mujeres presentes las palabras de Socorro cuando dijo que yo había militado en Francia a favor del aborto. A grandes rasgos les conté mi experiencia con Lamia, aunque me apresuré a manifestarles mi deseo de relacionarme con el Frente Amplio de Mujeres sólo por medio de la documentación. Sin embargo, de inmediato me convertí en la mujer a quienes todas se dirigían sigilosamente para pedirle ayuda para abortar. Pero yo era feminista y no sólo una defensora del aborto! A Socorro casi no la volví a ver en las reuniones pues se lanzó de candidata a la presidencia de Colombia. De todas formas era muy bueno que en los partidos de izquierda hubiera interés por las mujeres. Me parecía delicioso reunirme con ellas y echarles mi cuento feminista. Seguí asistiendo a las reuniones del Frente y allí conocí a Gladys Jimeno, a Luz Jaramillo, a Laura Restrepo, a María Cecilia Paz, a Florence Thomas, a Margarita Jackim, a Marie, a Gloria Cecilia Barney, a Julia Mancera de Camargo y a muchas otras mujeres muy valiosas como Yusmidia Solano y Elizabeth Quiñones, todas ellas interesadas en el feminismo.

18 Nos pasábamos horas discutiendo cómo deberíamos llamarnos, aunque para el Bloque estaba claro que éramos el Movimiento de Mujeres Socialistas que estaba luchando por la construcción de un Frente por la Liberación de la Mujer. En cada reunión cambiaban las asistentes y ni siquiera sabíamos los nombres de las otras mujeres que venían a las reuniones. No éramos personas, éramos un problema. Cada tema empezaba así: El problema de la mujer, El problema del aborto, etc. Y eso sí, todo al servicio de la revolución! Mi primera propuesta fue hacer una fiesta para conocernos. Les pareció muy raro, muy pequeño burgués. Sabía que referirse a alguien como pequeño burgués era un insulto, y lo había oído permanentemente en la universidad, sólo que ahora era a mí a quien le ponían el mote mire usted! Les explicaba que era hija de un mecánico, obrero de Fabricato, y de una maestra de escuela, costurera y artesana, y que había hecho mis estudios por medio de becas, pero de nada valía porque el solo hecho de venir de París me empequeñoaburguesaba. Mi forma de hablar las hacía reír o enojarse cuando afirmaba que era virgen de Marx y de Freud, y que si no cambiábamos a las personas sería muy difícil cambiar las estructuras sociales. Sin embargo, no le ponían seriedad a lo que decía. Para ellas lo esencial era el partido, las tareas, las consignas, las manifestaciones y las reuniones con una estructura rígida y, para mí, muy tensa. Se crearon grupos de estudio en torno a temas generales como la situación de la mujer en el trabajo, la opresión y la represión sexual de la mujer en la sociedad de clases, la pornografía y las mujeres como objeto sexual, el aborto y la separación entre sexualidad y reproducción, la conducta sexual humana, la libertad sexual, la revolución sexual y social, y la familia y la maternidad. Olvidando mi propuesta de participar únicamente como documentalista, en forma natural me uní al grupo de sexualidad y aborto pues con sus integrantes era con quienes tenía una mejor relación. Eulalia Carrizosa y Sara Bright, de este grupo, incluso ya habían hecho un audiovisual sobre el aborto. El aborto seguía persiguiéndome! El grupo de estudio sobre sexualidad y aborto creció y se fue convirtiendo en el más beligerante y contestatario del Frente Amplio. Las reuniones eran largas, a veces duraban noches enteras. Además de sacar comunicados, discutir y sobre todo complotar contra el Bloque Socialista, nos dábamos el tiempo para cocinar, leer poemas, reír e incluso bailar. En el grupo básico estábamos Eulalia, Claudia, Susana, Sara, la Chola, María Isabel, Rosario y yo. Después de un tiempo de trabajo sacamos un comunicado que ofrecimos como elemento de discusión fundamental con el ánimo de unificar criterios para enfrentarnos unidas a las luchas por nuestras reivindicaciones. En este comunicado reclamábamos que nosotras éramos las llamadas a luchar por nuestra reivindicaciones y UNA PAISA MUY DESPIERTA En marzo de 1977 el Presidente Alfonso López Michelsen convocó a un Foro Nacional Femenino cuyo tema central era la mujer y el trabajo. Teniendo en cuenta que, según se publicó en el periódico El Tiempo del 3 de marzo de ese año, el foro sería un encuentro femenino, pero no de carácter feminista y que su objetivo no era ir en contra de nada sino analizar las circunstancias en las que labora la mitad de la población colombiana, constituida por las mujeres, no quise aceptar la invitación de la Consejera Presidencial María Carmenza Arenas, quien nos invitó a todas las funcionarias de la administración a participar en el foro, ni la del Bloque Socialista que también quería ir a presentar su punto de vista que no coincidía necesariamente con el del gobierno. Era un sábado y Gladys Jimeno me llamó para que le ayudara con unos periódicos y un comunicado titulado El movimiento de mujeres socialistas pide la palabra, que querían distribuir en el foro. Alguien me llevaría en su carro y lo único que tenía que hacer era dejar los comunicados y los periódicos y entregárselos a las compañeras que estaban participando en el foro. Dije que sí, me bañé a las carreras y salí. La compañera me recogió. El evento se llevaba a cabo en el Club de Empleados Oficiales que quedaba donde ahora es el Parque de los Novios. Cuando llegamos al Club, cogí los ejemplares del periódico del Bloque, Combate Socialista, saqué la primera parte del paquete y la puse a la entrada de donde se estaba llevando a cabo el evento. Hice llamar a Gilma Carrillo mientras iba a sacar el resto de periódicos y chapolas del carro. Cuando regresé y estaba agachada poniéndolos en el suelo, vi unas botas militares muy cerca y me di cuenta de que estaba rodeada de soldados y que unas voces recias me preguntaban quién era yo, qué estaba haciendo ahí, y me pedían la cédula de ciudadanía. Como había salido de mi casa corriendo no había llevado la cédula ni el bolso porque solamente iba a descargar unos periódicos. Entonces, los soldados se pusieron a revisar los periódicos y a insultarnos. A mí me declararon indocumentada y, a las dos, asesinas y enemigas del pueblo por pedir el aborto. Nos dijeron de todo, claro, pues sólo en ese momento me di cuenta de que en la primera página de Combate Socialista había una foto con una bota militar aplastando al pueblo! Dijeron que era propaganda subversiva (en ese momento no se utilizaba la palabra terrorista pero era más o menos lo mismo). Gilma Carrillo, la joven que estaba conmigo, también se asustó mucho. Miraba todo en silencio, creo que porque yo estaba tan alterada que no la dejé hablar. Los soldados nos sacaron del club y se comunicaron con una patrulla para llevarnos detenidas. Empecé a defenderme. Les dije que el aborto era un derecho, que no estábamos haciendo nada malo, que yo era una persona normal, que era una funcionaria y que simplemente se me había olvidado la cédula pero que no era indocumentada, que llamaran por teléfono, que inclusive tenía una carta de invitación, pero ellos no me creían. Se formó tremendo espectáculo a la entrada del club! Como era un evento oficial, convocado por el gobierno, una periodista se puso a preguntar qué estaba sucediendo. Después de una media hora apareció una patrulla y nos subieron a ella. La periodista pidió permiso para acompañarnos y hacernos una entrevista. La noticia salió después en El Tiempo y en los noticieros de radio. Ay! Nos llevaron a una estación de policía que quedaba en la Primera Sur con Avenida Caracas: éramos Gilma, los periódicos y yo, pues 32 33

19 la periodista despareció tan pronto como llegamos a la estación. Después de esperar un rato, apareció el oficial a cargo y, de nuevo, empezaron los interrogatorios y los insultos, pero en ese momento se me iluminó la mente y apareció la bibliotecóloga para ayudarme. Cuando el oficial tenía los periódicos encima del escritorio, le dije: Señor, no entiendo por qué tanto escándalo con estos periódicos. Acepto que no tengo la cédula, pero eso no es ningún problema porque me pueden llevar a mi casa. La tengo allá junto con la invitación al evento. Sin embargo, no entiendo cuál es el cargo que le hacen a este periódico pues si usted mira bien tiene licencia del Ministerio de Comunicaciones. Al oficial le dio un ataque de ira con los otros policías pues el periódico efectivamente tenía licencia. Empezó a gritarles: Por qué me hacen perder el tiempo? Llévense a estas mujeres, déjenlas ir con sus periódicos. No quiero ni verlos! Así fue como nos soltaron. De allí nos fuimos primero a la sede del Bloque Socialista a contar la historia. Cuando llegamos, el compañero que estaba ahí ni se mosquió y sólo nos dijo: Pero no repartieron los periódicos? Le contesté que cómo íbamos a repartirlos y él exclamó: Por qué no se van entonces a sus casas, se cambian de ropa y traen unas mochilas para que los repartan? A mí me dio mucha rabia. Ni siquiera se le ocurrió tranquilizarnos por la situación sino que ordenó que hiciéramos la tarea que yo no quería hacer. Evidentemente me negué a repartir los dichosos periódicos. Cosas como esta eran las que me hacían no querer saber nada de los partidos. Como la noticia también la dieron por radio, mi mamá y mi papá se enteraron en Medellín que me habían detenido y mucha gente del trabajo supo lo que había pasado porque en la foto de El Tiempo decía: Detenidas en el foro de la mujer Una paisa muy despierta. 34 reconocíamos que esta lucha era parcial y no conseguiría todos sus objetivos pues su pleno reconocimiento sólo podía lograse mediante un cambio radical de estructuras que cree condiciones para lograrlo. Además, proponíamos un cambio de nombre del movimiento que se llamaba Movimiento de Mujeres Socialistas, ya que el término socialista tiene implicaciones partidistas. Esos eran sólo unos puntos del comunicado! Ahí se reventó la cosa. No sabíamos quién era el enemigo principal y nos la pasábamos peleando entre nosotras mismas. Se formó el Frente Amplio de Mujeres. Allí también nos peleamos hasta que finalmente nos separamos! El grupo que se llamó Frente Amplio de Mujeres y en el cual aparentemente teníamos muchas cosas en común, lo que tenía era demasiado intereses y diferencias. Por eso, A las feministas independientes o sospechosas de lesbianismo nos sacaron! Este golpe no lo esperábamos y nos obligó a recogernos en nuestras casas. Incluso muchas no quisieron saber más de la militan- cia. Sin embargo, algunas ya éramos amigas y nos seguíamos reuniendo para lamernos las heridas Por mi parte, continué con mi vida profesional y cultural. Salía mucho: me encantaba ir al Goce Pagano a bailar, ir a cine y a teatro y hacer deporte. Desde siempre tuve una inclinación especial por el teatro aunque nunca actué en ninguna obra. En el grupo de teatro de la Universidad de Antioquia era una especie de mascota y cuando llegué a Bogotá y conocí al grupo La Candelaria quedé fascinada! No me perdía obra ni peña musical, a las cuales asistía con Silvia Castrillón y Néstor Miranda, dos grandes amigos, con quienes conocí no sólo a Santiago García y a Patricia Ariza sino también a varios cantantes y grupos musicales colombianos y latinoamericanos: Nacimiento y María, y Nora y Delia, exponentes de la nueva canción de protesta argentina. De estas últimas me hice muy amiga. En cuanto a Patricia Ariza, me gustaría recalcar que no sólo ha hecho teatro sino muchas otras actividades culturales con una inclinación abierta hacia las mujeres y su participación política Es una mujer polifónica que actualmente hace parte del Movimiento Social de Mujeres. Después de lo del Foro de López, la jefa de personal del ICFES escribió al DAS solicitando información y, a partir de ahí, me empezaron a mirar raro, pues a este episodio se sumaba la creación del sindicato y nuestra participación en el Paro Nacional realizado el 14 de septiembre. En fin, mis contradicciones con el establecimiento se fueron agudizando y el 17 de julio de 1978 renuncié a la seguridad laboral y me lancé al trabajo independiente y a vivir mi feminismo! AL FIN FEMINISTAS EN BOGOTÁ! Las disidentes del Frente Amplio de Mujeres nos agrupamos y nos separamos varias veces, pero al fin logramos conformar un grupo independiente. En el primer grupo de lo que ahora llamamos autoconciencia todas éramos profesionales: Eulalia Carrizosa y Sara Bright soñaban 35 con hacer cine y lo consiguieron con Cine Mujer; Eunice Duque es economista. Se casó con un alemán, Till Rommer, amigo nuestro, y se fue a vivir a Alemania; Guentcy Armenta es educadora, casada con Jorge Luis Puerta y con cuatro hijos. Guentcy había vivido en París como yo y su mundo era la salud alternativa, los masajes, la actuación y el baile; Rosario Uribe es una gran actriz con una magnífica voz; Margarita Medina es economista, casada con un economista, solidaria e inquieta, y Martha Madrid, también economista, es una excelente dibujante. Martha hacía pancartas, afiches e ilustraba nuestros volantes y publicaciones. Luego llegaron Martha Cecilia Herrera, socióloga e historiadora, con una vocación de investigadora casi igual a su curiosidad por abrir nuevos caminos; Teresa Fernández, con dos hijos, y quien al separarse del marido inició su carrera de optómetra con una óptica alternativa, innovadora en su área; Luz Helena Restrepo, a quien llamábamos La Sardina, por ser la más joven, era estudiante de trabajo social y tiene un amor por la comunidad inmenso que sigue ejerciendo todavía hoy; Consuelo Rojas era estudiante de filosofía en la Universidad Nacional, y Main es antropóloga, escritora de poemas y con un humor negro y satírico muy suyo. La risa siempre nos acompañó y, con el baile, fue una especie de terapia de grupo. Continuamente aparecían y desaparecían otras mujeres con ideas e intereses diferentes pero que nunca se incorporaron del todo al grupo. Nos reuníamos cada semana a leer, a discutir y a reflexionar tanto sobre nuestros problemas personales como sobre los que atañen a las mujeres: la sexualidad, el aborto, el trabajo doméstico, la educación, la vida cotidiana, el socialismo y la lucha feminista y, por supuesto, la socialización y todo lo que tenía que ver con los niños, ya que ellos estaban siempre presentes. Guentcy tenía cuatro hijos, Mauricio, Jorge, Jacobo y Andrea; y Tere dos, Nelson y Fernanda. No era una obligación, pero muchas llegaban a contar los problemas que tenían con sus hijos o con su esposo y eso era parte de la reunión. Como diría nuestra querida Mary Berón, vengo a hablar mal

20 EN EL MONTE Entre las muchas mujeres que se acercaron al Frente Amplio de Mujeres y que luego se alejaron, como yo, había algunas con una simpatía evidente por las campesinas. De vez en cuando asistían a las reuniones de las disidentes y nos hablaban de la formación de grupos de mujeres que estaban luchando por sus derechos como el Comité de Coordinadoras de la Costa Atlántica de la ANUC; de la importancia de conocerlas y dejar nuestro gueto. Siendo mi abuela una campesina, había tenido oportunidad de visitar a familiares campesinos y ese mundo del campo no me era ajeno. Al contrario, me encantaba. Así que en julio de 1977 Eulalia y yo aceptamos la invitación de Emperatriz para asistir a un Encuentro de Mujeres Trabajadoras Campesinas de la ANUC que se realizaría en una vereda de Shinú, Córdoba. Pedí una licencia en el ICFES y viajé un día después de las compañeras, quienes prometieron esperarme en Shinú. Ruta en avión Bogotá-Montería y por tierra Montería-Sincelejo. Las compañeras me esperarían en la Casa del Campesino para continuar el viaje hacia el lugar de la reunión Pero cuando llegué mis amigas no estaban y tampoco me habían dejado ninguna nota. Lo peor de todo era que al parecer nadie sabía nada del encuentro! Qué hacer? Continuar el viaje hacia Medellín? Para una Aries como yo desistir sin intentarlo de nuevo era impensable. Desorientada e indecisa entré a una cantina, le pedí una gaseosa bien fría a la mesera y le pregunté por el encuentro de campesinas. Ella se sentó conmigo en la mesa y nos pusimos a conversar y, entonces, de las mesas vecinas, sólo de hombres, surgieron datos: alguien había oído sobre la manifestación del día anterior y sobre el encuentro de viejas en la vereda Santa Rita, y hasta me ofrecieron ayuda para alquilar un jeep hasta el campamento. Dije que sí. Heme aquí con un conductor desconocido en una región desconocida, decidida a llegar como fuera. Hacía parar el carro en cada tienda del camino, pero nadie sabía nada del encuentro. Por fin llegamos, después de dos horas de viaje. La plenaria había empezado y allí estaban Eulalia, Emperatriz, Brigitte y casi cien mujeres más de todas las edades y colores. Todo el mundo se rió de mi cara roja y congestionada. Me dieron un combativo y revolucionario saludo y me asignaron un lugar para colgar la hamaca. Eran tres galpones acondicionados para el evento: uno para reuniones, otro para dormir y otro para cocinar. La infraestructura estaba a cargo de los compañeros. Según la agenda propuesta ya se había iniciado la plenaria con informes de cada región y comentarios de las mujeres que venían de todos los departamentos de la Costa, y de Caldas, Risaralda, Quindío, Valle y Santander. Muchas cargaban a sus hijos y prácticamente todas querían hablar de sus luchas por la tierra contra los terratenientes y gamonales que ellas llamaban los blancos, en cuyas casas debían trabajar por la mitad del sueldo que se pagaba a los hombres y en condiciones deplorables que inducían a las jóvenes a la prostitución y a los padres a vender a sus hijas. Como los hombres estaban presos o habían tenido que coger el monte, las mujeres no sólo se habían encargado de mantener los cultivos y cuidar a los niños sino también de defender la tierra y apoyar todas las luchas Algunas contaron los problemas que tenían con sus maridos para asistir a las reuniones de mujeres e incluso para asistir a las reuniones de la ANUC. Otras denunciaron la doble jornada de trabajo. Sin embargo, el tema de la mujer no estaba en la agenda. Tanto los hombres como las mujeres estaban en contra de la planificación familiar porque era una política imperialista y nada qué decir sobre la sexualidad, el trabajo doméstico, la salud y la educación de las mujeres, los roles en la familia o la posición de inferioridad de las mujeres en la estructura de la ANUC. Naturalmente estaba prohibido hablar de aborto. La idea más sobresaliente era que el movimiento democrático y revolucionario del campesinado era la victoria sobre los enemigos de clase, los ricos. Poco a poco el lenguaje que utilizaban me iba sacando del idilio y de la felicidad de encontrarme al fin con tantas mujeres campesinas. De todas maneras intenté participar, grabando las intervenciones e, incluso, después de comer, conté chistes y hasta canté una canción revolucionaria de Nora y Delia. Ya en la noche, recostadas en nuestras hamacas, las mujeres se soltaron más. Contaron muchas historias, nos reímos y, sobre todo, recuerdo una anécdota de unas mujeres que se desnudaron delante de un batallón del ejército que quería llevárselas a la cárcel El efecto sicológico sobre los soldados fue tan fuerte que no solamente no se las llevaron sino que nunca más volvieron por ellas. No obstante, cuando estábamos en lo mejor de la conversación, llegó un compañero con su bastón de mando y nos hizo callar. Hora de dormir, señoras! Es que los compañeros portaban unos palos dizque para mantener el orden. Teníamos que hacer fila para todo y hasta pedir permiso para ir al baño, y sólo en la noche entendí que las mujeres cargaban a sus hijos porque no los dejaban salir del galpón general. Me sentía extraña y desfasada y, sobre todo, sentía que no había oportunidad de hablar con Eulalia y mucho menos con la compañera Emperatriz, quien no sólo era una simpatizante sino una dirigente de la ANUC. En la mañana tuvimos nuestro baño colectivo en un pozo cercano, naturalmente vigilado, y después del desayuno se formaron las comisiones de trabajo para asuntos planteados por la ANUC. No encontré el momento para hablar sobre temas femeninos y mucho menos feministas, y cuando lo hice sólo fue para referirme al trabajo doméstico y la educación tanto de las mujeres como de los niños. Y lo mismo hizo otra mujer que luego supe que era del grupo de Las Mujeres, vea usted. El compañero que dirigía la comisión afirmó que el trabajo doméstico no era problema pues las mujeres podían hacerlo muy bien y, si acaso no alcanzaban, siempre habría una hija para ayudarles. Dijo que pelear contra el machismo debilitaba la lucha de los campesinos, que mientras las mujeres no se vincularan a la producción no serían libres pues el machismo no se resolvería sino con el fin del capitalismo y que en últimas todos los problemas del hogar y de las mujeres eran culpa de los terratenientes. Dijo que los enemigos no eran los hombres sino los ricos y que los comités femeninos fallaban por falta de orientación y que, por eso, era necesario organizar el movimiento femenino revolucionario y patriótico Según este compañero, la consigna general de las mujeres campesinas debía ser: Luchamos por la tierra, la democracia y la liberación nacional! A medida que pasaba el día me daba cuenta de que no estaba contenta con el estilo militar y autoritario del encuentro y que a cada momento salía a relucir mi estadía en París y mi pequeña burguesía. Pensé: este no es mi lugar y por respeto hacia ellas y hacia mí, lo mejor es salir de aquí. Así que al amanecer del tercer día aproveché que bajaba el primer carro hacia Shinú y salí volando de allí para Medellín donde mi familia y mis amigas. Finalmente acepté mi pequeña burguesía! 36 37

21 de mi marido, pero que nadie me ayude! Normalmente nos reuníamos por las noches porque todas trabajábamos, pero algunas veces lo hacíamos en la casa de alguna un sábado y la cosa no era muy diferente, sólo que en esas ocasiones poníamos música y bailábamos. También cocinábamos, llorábamos y nos tomábamos unos vinos! La música, el canto y el baile siempre fueron, y siguen siendo, una actividad muy importante en mi vida y en nuestras vidas. Pasábamos del son cubano a los clásicos de la salsa y de la música colombiana; del rock a las baladas que nos llegaban al alma y a nuestras amigas músicas como Beatriz Castaño y Flavia, Nacimiento y María, Nora y Delia, Berta Quintero y su grupo Yemayá, para terminar dando gracias a la vida con Violeta Parra. 4 Guentcy combinaba el baile con ejercicios y casi lo volvía una terapia para toda clase de males. Sin embargo, lo principal era que había libertad para hablar de nosotras, de cada una. Teníamos claro que el grupo no nos resolvía los problemas y que incluso nos dejaba vacíos por las pocas posibilidades de asumir a corto plazo transformaciones radicales en nuestra existencia. Cuando estaba en los grupos de mujeres era tartamuda pero no me importaba serlo. Podía hablar lo rápido que hablara, y nadie me criticaba y yo no me ponía roja. Cuando estaba entre mujeres no sentía la presión de no poder tartamudear. En otros espacios era distinto: sentía que era una mujer hablando a la que, además, le iban a caer encima por tartamudear. Rita Escobar 4 Recuerdo especialmente a Celia Cruz, a Celina y Reutilio, a José Feliciano, a Joan Manuel Serrat, a Woodstock, a Santana, a Led Zeppelin, a los Beatles, a Janis Joplin, a Paco Ibáñez, a Soledad Bravo, a Amparo Ochoa, a Mercedes Sosa y a Víctor Jara. 38 En el grupo que formamos nunca nos pusimos un nombre, no teníamos ni presidenta, ni secretaria y mucho menos tesorera. No queríamos repetir las mismas estructuras de ninguno de los partidos de derecha, de izquierda, o de cualquier otra corriente. No queríamos esos esquemas patriarcales montados sobre el poder y organizados en jerarquías. Buscábamos nuestro camino: Caminante no hay camino, se hace camino al andar, cantaba Serrat. También elaboramos dos números de un boletín llamado Mi Cuerpo Es Mío con dibujos, poemas y reflexiones. El primero que publicamos era en formato oficio y muy simple. El segundo fue mejor, pero ahí murió la publicación. Por aquello de no querer ponernos un nombre, el resto de las mujeres nos llamaron El grupo de Mi Cuerpo Es Mío y como nunca dijimos que no, nos quedamos con ese nombre. Lo que sigue, tomado del No. 2 de Mi Cuerpo es Mío, publicado en 1978, da una idea de cómo nos definíamos como grupo: El pequeño grupo provee el tiempo y el lugar a mujeres con diferentes niveles de conciencia política para reunirse. Su gran potencial consiste en desarrollar conciencia de grupo en mujeres que provienen de diferentes medios, con varios antecedentes, que en la vida diaria quedarían aisladas unas de otras. Aquí, mujeres con experiencias diferentes pueden intercambiar ideas en un nivel colectivo, algo que antes no habían tenido. El pequeño grupo empieza a identificarse con mujeres y empieza la búsqueda de una política que les permita crecer y tener fuerza para luchar en contra de su opresión. El pequeño grupo es una experiencia esencial para el crecimiento de un movimiento de mujeres. Arleen Sunshine, Pequeño grupo, gran trabajo También emprendimos la traducción del francés del libro Por un nacimiento sin violencia de Frederick Leboyer, la cual dejamos ol- vidada en un taxi cuando ya estábamos a punto de terminar. Según Mandala Ediciones este libro era, en su momento, 1976, una bomba de relojería lanzada a la conciencia de los humanos [ ] El contenido es una revelación y el inicio de una revolución [ ] Es la primera vez que la medicina habla del proceso de parto desde el punto de vista del bebé [ ] El bebé deja de ser el producto del parto y pasa a ser el protagonista, la razón de ser del parto [ ] Leboyer reflexiona sobre la violencia intrínseca del nacimiento para el recién nacido y, para mitigarla, nos ofrece las claves para un nacimiento sin violencia. Con ese grupo también empezamos a hacer el guión conjunto de una película Y su mamá qué hace? El guión lo hicimos entre todas y entre todas también hicimos la producción del borrador. Y su mamá qué hace? son diez minutos durante los cuales una madre de familia de clase media se mueve como un robot, escaleras abajo, escaleras arriba, despertando niños, alistando desayunos, dando teteros, arreglándole la ropa al marido, preparando loncheras y, en fin, despachando a los niños para el colegio y al marido para el trabajo. Lo divertido de la película es que pasa a toda velocidad. La pobre señora parece conectada a un motor eléctrico mientras la leche empieza a hervir y el público espera que se derrame. La escena final es el diálogo de dos niños en el parque del colegio. Un amiguito le pregunta al hijo de esta señora: Y su mamá qué hace? Ella no hace nada, se queda en la casa, contesta el niño. Desde que conocí a Eulalia y a Sara era claro que ellas querían hacer cine sobre temas de mujeres, pero el resto de las mujeres que fundamos el grupo queríamos avanzar en la autoconciencia. Por eso, después de hacer el guión conjunto de la película Y su mamá qué hace? seguimos nuestros respectivos caminos. Sara y Eulalia crearon Cine Mujer y nosotras seguimos con los grupos de autoconciencia. Tanto Cine Mujer como nuestro grupo hicimos parte del Colectivo de Mujeres de Bogotá. 39 EL AQUELARRE Cuando regresé a Bogotá de París vivía sola. Primero llegó Camilo Rojas, el hermano de Luz. Era músico y venía a estudiar fagot en la Universidad Nacional. Mientras se instalaba, lo invité a vivir en mi apartamento. Después conocí a Jorge Benítez, al cual bauticé El Gurú y de cuya energía, alegría y delicadeza quedé prendada. Pero lo más especial fue la llegada de Martha Herrera, La Pajarita, llena de poemas y canciones, de fuerza y de dolor, y de su novio Jorge Mesa y su compinche Fernando Sepúlveda. Jorge es sociólogo y una persona muy hábil para trabajar con las comunidades, que se mostraba muy dispuesto a vivir con el mujererío. Fernando es un gran amigo y un sensible artista plástico. Martha y Fernando traían una carta para Camilo a quien ellos no conocían pero con el cual tuvieron una empatía inmediata. Lo mismo sucedió conmigo. Poco después de la llegada de Martha, mi hermana Main también se vino a vivir a Bogota. Nos conseguimos una casa en el barrio Teusaquillo. Esta casa se fue convirtiendo en una casa de la mujer, una mezcla de comuna hippie, al estilo colombiano, y un experimento que evocaba la Comuna de Grenoble, claro, con diferencias muy grandes. A esta comuna se le llamó luego El Aquelarre. Nunca se supo de dónde salió ese nombre pero nos gustó mucho y nos quedamos con él. Seguíamos teniendo reuniones con los otros grupos de mujeres, de homosexuales y con hombres no sexistas, con quienes tuvimos reuniones mixtas y actividades conjuntas como los grupos de estudio sobre sexualidad y antisiquiatría con Manuel Velandia, Antanas Mockus y Carlos Augusto Hernández, profesores de la Universidad Nacional, y como un foro sobre la mujer y el deseo, en el CINEP, tan concurrido que hubo vidrios quebrados y tal. Para continuar con la tradición de la época, algunos de los hombres que asistían a los eventos convocados por las feministas se sentían en la obligación de intervenir para mejorar, cuestionar, ampliar o rebatir abiertamente nuestros planteamientos, o para contribuir al debate, como en el caso del Foro del Cinep, cuando hablamos abiertamente de nuestra sexualidad y nuestros deseos, lo cual produjo un gran desorden y dispersión, e incluso enfrentamientos entre nosotras,

22 pues unas querían que el hombre que pidió hablar se callara, y otras querían dejarlo hablar, para no dar la impresión de feministas intransigentes! Los hombres no sexistas también querían tener su grupo. Todo contribuía a aumentar la leyenda sobre El Aquelarre, como ya todos y todas llamábamos a nuestra casa de Teusaquillo. Uno ve esas comunas hoy como algo de jóvenes, de románticos, pero creo que lo que se vivió en esa época configuró lo que somos ahora. Nosotras tenemos una capacidad de estar tranquilas con la otra gente, de compartir ciertas cosas, hasta de volvernos a encontrar después de muchos meses y poder empatar la conversación. Vivimos en una forma de solidaridad que va más allá de la familia. Gloria Rendón A pesar de que hace mucho tiempo vivo sola, cuando me toca pasar una temporada con mucha gente, no descarto la posibilidad de vivir en un colectivo. Martha Herrera 40 Pequeña historia del vidrio roto o de cómo misteriosamente aparecieron unas botellas vacías -Érase que se era una vez un frío y plano vidrio incoloro de una rectangular mesa que no sirvió para nada. El vidrio, muy fino para resistir los codos y las jarras con agua, sucumbió ante el atronador peso de más de una humanidad que se le sentó encima. - Cómo! -Lo que pasó fue que la gente decidió sentase en la mesa porque no había sillas Bueno, realmente sí las había, pero todas estaban ocupadas. Incluso había mucha gente de pie y sentada en el suelo. - Que por qué había tanta gente? Es que unas muchachas estaban hablando y leyendo unas cosas que habían escrito sobre la mujer y el deseo, y la gente estaba muy contenta: incluso se leyeron poemas y se vendió un folleto. Bueno, el folleto tenía unos poemas y unos escrito hechos por mujeres especialmente para el foro Sí! Sí! Era un foro citado por las mujeres!... -Pero por qué diablos no me deja seguir con la historia del vidrio? Qué le pasó?... Pues que se quebró! Las botellas?... Fue que nos pusimos tan contentos que celebramos el foro con unas botellas y las dejamos por ahí tiradas Sí, Sí, claro vacías! No. No, no nada de eso. Cada un decía lo que quería. Claro que el asunto se embrolló un poco porque hubo unos que empezaron a hablar de marxismo, psicoanálisis, lucha de clases, extracción de clases, origen pequeño burgués y otras vainas Pero claro! Se alcanza a imaginar? Como 200 personas hablando de la mujer y el deseo citado por ellas mismas! Subversivo!... Claro el vidrio se tenía que quebrar. - Ah! Se me olvidaba! Vamos a quebrar otros vidrios y a vaciar otras botellas. Esta vez sobre educación y poder. Camilo Rojas Bogotá, agosto 14 de 2008 Mi querida Cris: Me pides que rememore contigo esos primeros tiempos de nuestra historia común y los recuerdos surgen intensos y gratos. Lo primero que me viene a la cabeza son las palabras entusiastas de mi amiga y socia, Sara Bright, mientras me mostraba unas fotos tuyas tomadas en una manifestación. Conocí a una mujer increíble, feminista, se llama Cris En la foto aparecías con una sonrisa inmensa ondeando una bandera con el símbolo feminista. Sara y yo nos habíamos conocido por ahí en 1975 por unos amigos comunes, también ingleses como Sara y su compañero Peter Goodhew. En esa época ya andaba encarretada con el cine y me había unido a un grupo, Mugre al Ojo, para producir un cortometraje y aprender haciendo. Pronto Sara y yo nos hicimos muy amigas y nos descubrimos cómplices en una visión feminista. En Inglaterra Sara había hecho un corto sobre la imagen de la mujer en los medios y la publicidad como tesis de grado. Yo estaba escribiendo un guión sobre las amas de casa perfectas y la depresión, que nunca llegó a puerto. Sara estaba insatisfecha trabajando en publicidad. En esa época había aparecido una ley de estímulo al cine, la Ley del Sobreprecio, que les permitía a los cortometrajes colombianos recaudar un porcentaje sobre la boletería para que recuperaran al menos lo invertido en la producción. Con esta modalidad produjimos, en compañía de Peter, un documental sobre el Nevado del Ruiz. Al mismo tiempo queríamos hacer algo como feministas y comenzamos a contactar a otras mujeres inquietas con el tema. Nos suscribimos con Sara a una revista feminista inglesa llamada Spare Rib que era radical, irónica y divertida. De esas primeras reuniones, no recuerdo bien cómo, salió la idea de acompañar una iniciativa para reglamentar el aborto que iba a presentar ante el Congreso Iván López Botero y que luego retomó Consuelo Lleras. Decidimos, entonces, hacer una investigación sobre el aborto para realizar un audiovisual que presentaríamos ante el Congreso para apoyar este proyecto de ley. Creo que en esas estábamos cuando nos conocimos. Luego fue la convocatoria del Bloque Socialista a las mujeres para discutir temas como la sexualidad y el aborto. Allí estaban, además de ti y otras mujeres, Tere, Guentcy y Margarita Medina. De las tensiones con el partido surgieron reuniones de las independientes que estábamos en la comisión del aborto. En estas reuniones relatábamos nuestras vivencias como mujeres frente a la discriminación y el patriarcado. Estábamos exultantes al descubrir que no éramos sólo dos o tres y que teníamos muchas cosas en común desde muy diversas experiencias de vida. 41

23 Nos hicimos amigas, nos volvimos cómplices, y en esa explosión de creatividad nos planteamos hacer cosas. Así surgió la idea de hacer un corto sobre el trabajo doméstico invisible. En forma colectiva se fue esbozando el guión que seguía la frenética actividad de un ama de casa desde el momento en que suena el despertador hasta que despacha a los hijos y al marido. Cuando todos se han ido, suena el llanto del bebé Sara tenía unas latas de película en blanco y negro y una cámara semiprofesional de 16 milímetros que podíamos usar. El resto lo poníamos todas con desordenado entusiasmo. Improvisamos el rodaje echando mano de nuestros recursos materiales y familiares: las naranjas del desayuno de tu casa, los vestidos de la otra, el marido de Margarita para hacer de paterfamilias, los hijos de Tere Ese borrador mudo y en blanco y negro, con el titulo de Y su mamá qué hace? lo presentamos marginalmente durante el Primer Encuentro Feminista. Mientras tanto, Sara y yo estábamos inmersas en la redacción de un guión para un largometraje de ficción sobre el aborto. Pronto se nos hizo evidente que para realizar este proyecto nuestros recursos individuales eran insuficientes y que no sería posible financiarlo en Colombia. Decidimos constituir una fundación sin ánimo de lucro destinada a producir películas que ayudaran a mejorar la condición de las mujeres al enfrentar los prejuicios y la discriminación. Redactamos los estatutos de Cine Mujer y escribimos un proyecto para la película sobre el aborto dirigido a las entidades internacionales de cooperación que tenían en su mandato financiar proyectos que apoyaran a las mujeres en su lucha por la igualdad. En la película actuaba Guentcy, quien también lo había hecho en el borrador en blanco y negro. Los hijos de Tere, que además eran altos, habían crecido demasiado para entonces y en la nueva versión actuaron los hijos de Guentcy. El papel de marido lo hizo Sebastián Ospina, amigo de Patricia Restrepo. Esta vez filmamos a color y las acciones aceleradas en cámara rápida estaban acompañadas por música salsa: Cocinando Suave de Ray Barreto. En el rodaje trabajó Clara Riascos y poco después entró a formar parte de Cine Mujer. Paralelo a las actividades de Cine Mujer participamos del movimiento feminista en los tiempos del Primer Encuentro y en la mayoría de campañas y eventos que se desarrollaron después. Es difícil recordar el orden preciso de las cosas pues en la memoria se mezcla todo: la entrañable amistad contigo, las rumbas, los duelos, los éxitos y los fracasos, y esa búsqueda interminable de mí misma que es para mí lo esencial de la vivencia como feminista. Espero que este recuento te sea útil en el esfuerzo por rescatar una parte de nuestra historia invisible. Muchísimas gracias por intentarlo. Me despido con un gran abrazo epistolar! Eulalia Como la financiación de la película sobre el aborto se embolataba por lo polémico del asunto en Colombia, decidimos producir otro cortometraje de sobreprecio. Abordamos el tema de la falsa imagen de la mujer en la publicidad. Buscando actriz para la película, conocimos a Rita Escobar con quien tuvimos una gran empatía y pronto formó parte de Cine Mujer. Eso fue por ahí en Antes de hacer el corto A primera vista, viajamos con Rita y Sara a Medellín para asistir al Encuentro Nacional de Mujeres. En el rodaje trabajamos con Patricia Restrepo, quien se había formado con el grupo de cineastas caleños del que hacían parte también Carlos Mayolo, Andrés Caicedo y Luis y Sebastián Ospina. Patricia se vinculó entonces a Cine Mujer. Un poco más adelante Dora Ramírez entró a completar el grupo. Después de A primera vista, que tuvo un premio en el festival de Cine de Cartagena, presentamos un proyecto para un documental de 30 minutos sobre una mujer artesana de la Costa Atlántica. Mientras conseguíamos el dinero para la producción de Carmen Carrascal, como se llamaba este documental, decidimos hacer otro cortometraje de sobreprecio y le propusimos al grupo original que nos permitieran retomar el guión sobre el trabajo doméstico y hacer el corto para los cines, producido por Cine Mujer. 42 CARÁTULA DEL PLEGABLE DE CELEBRACIÓN DE LOS 10 AÑOS DE EXISTENCIA DE CINE MUJER, BOGOTÁ,1988. FOTOGRAFÍA DE SARA BRIGHT 43

24 Poco a poco volvimos a ver a las mujeres de los partidos socialistas. Seguían dando su propia pelea por la independencia al interior de sus partidos. Se iniciaba la discusión sobre la doble militancia. Fueron épocas muy duras para la mayoría, lo cual llevó a muchas de estas mujeres de los partidos a dejar su militancia y a conformar otros grupos y movimientos independientes, como Gladys Jimeno, por ejemplo, que no sólo dejó el PSR, sino a su compañero, y organizó una casa en Quinta Paredes con su hijo Camilo José, nuestros amigos músicos, Juan Tamayo y Camilo Rojas, y el médico Camilo Arbeláez Camilo José se adueñó de nuestros corazones! A esta casa con tantos Camilos la llamamos Alejandría y establecimos un lazo profundo y fuerte entre las casas y entre sus ocupantes. Al Aquelarre llegaron mujeres de todo el mundo y de muchas edades, colores y formas, cuyos nombres, aunque quisiera, no podría enumerar. Entre estas mujeres estaba Silvia Mejía, casada con un sueco. Silvia iba y venía de Suecia, hacia video, cine y cantaba como un ángel. Cuando decidió quedarse en Colombia se instaló en Cali y allí conoció a María Cecilia Vergara, profesora de música de la Universidad del Valle, a su hermana Amalita, también música, y a sus amigos músicos, poetas y locos, y a algunas feministas. Esta casa en Cali también fue una comuna como el Aquelarre, Sucre y Alejandría. 1 2 ILUSTRACIÓN DE GLORIA RENDÓN Y CRIS SUAZA A PROPÓSITO DE LO QUE SUCEDIÓ EN EL FORO DEL CINEP

25 Medellín 10 de septiembre de 2008 En 1977 convocamos a las distintas mujeres feministas de Bogotá a reunirnos en la casa del PST. A estas reuniones asistían libremente las compañeras militantes y las feministas que quisieran venir. Lo que sucedió fue una sorpresa. Mi querida Cris: Empiezo por un reconocimiento: contarte lo que significó encontrarme contigo en 1977, en ese espacio de encuentros de mujeres en la casa sede de un movimiento político revolucionario desconocido para ti hasta ese momento: el Bloque Socialista. Viene a mi memoria tu forma de ser y tu búsqueda para vivir un feminismo en nuestro territorio. Me llamaste y después me llevaste, junto con otras mujeres que buscábamos lo mismo concientemente y también sin tanta conciencia pero con intuición: recuperar el papel del sentimiento en la vida. Este fue un aprendizaje crucial para que entendiera el feminismo y por qué se requería la autonomía del movimiento feminista. Siendo militante del Bloque Socialista y miembro de su Secretariado, apoyada especialmente por Socorro Ramírez y por Ricardo Sánchez, en 1976 empecé a escribir en Revolución Socialista sobre varios temas de las mujeres y del feminismo. Iniciamos discusiones sobre este tema en el Secretariado. Para ese año, el Bloque era un movimiento lleno de vida y energía, con diversas tendencias que no nombro para no cansar. Este debate tuvo de inmediato distintas reacciones, nada muy distinto a lo que se ha dado y se sigue dando en nuestras sociedades actuales: que este tema no es político, que puede introducir divisiones internas entre mujeres y hombres, que la pelea es de clases y no de géneros Y había quienes se negaban a que se tratara el tema de la liberación de las mujeres al interior de la organización menos aún cuando sus fundamentos eran la libertad y el control del cuerpo y la sexualidad por parte de las propias mujeres. De todas maneras, el Bloque Socialista recogía cada vez más personas y este hecho, sumado a los debates internacionales, nos llevó a la conformación del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), alineado con la IV Internacional Trotskista. El PST lo conformamos quienes hacíamos parte del Bloque Socialista y otras diversas tendencias o grupos cercanos. Pero al conformar el PST ya el debate sobre el feminismo estaba adentro, no se podía acallar el tema de la condición de las mujeres y de los homosexuales. Las mujeres que impulsábamos estos temas en el PST (Socorro Ramírez, Luz Jaramillo, otras compañeras y yo) propusimos realizar reuniones y abrir un trabajo político feminista, y planteamos que fuera abierto. Desde luego, los que en la dirección opinaban que todo se supeditaba a la opresión de clases, nos dejaron hacer porque anticipaban nuestro fracaso y lo querían! De todas maneras, Socorro y yo éramos del Secretariado, y a ella se le había escogido para ser candidata presidencial por el PST. La escogencia de Socorro para representar al PST estuvo marcada por una resistencia que tenía tanto de política como de machista. 46 Llegaron mujeres feministas, entre ellas tú. Por casi un año nos reunimos entre sesenta y cien mujeres. Debatíamos qué era el feminismo, qué podíamos hacer. Las mujeres socialistas llevábamos nuestras posiciones y propuestas estructuradas y ustedes nos las demolían y nos llamaban a lo femenino, a la igualdad, a tocarnos en lo cotidiano, a ser íntegras, a cambiar nuestra valoración de ser y de la vida en nuestra vida misma y a buscar la coherencia con la búsqueda de ser mujeres. Claro, el feminismo en sí es político. Estábamos de acuerdo, pero no todos en el partido. Empezamos a tener debates con ustedes y debates en el partido. Los que esperaban el fracaso y encontraron que nos reuníamos muchas, empezaron a exigir que si no llevábamos a todas esas mujeres a la militancia Entonces qué? Aunque no se haya reseñado en la historia, este debate fue parte de las diferencias importantes, tanto así que la tendencia más feminista quedó en el Partido Socialista Revolucionario (PSR) cuando se dividió el PST. Se acabaron las reuniones de todas, pero florecieron las expresiones autónomas feministas y el debate quedó también instalado en los partidos. Se crearon muchos grupos pequeños, por aquí y por allá, que respondían a distintos caracteres y necesidades. Se hicieron publicaciones y bazares como el del Parque Nacional. Se apoyó la creación del sindicato de trabajadoras del servicio doméstico, se demostró solidaridad con las presas políticas y muchas cosas más. También en las otras ciudades surgieron grupos autónomos. Yo seguía militando en el partido pero mi feminismo se construía con ustedes y avivaba el de las mujeres socialistas. Nos encontrábamos con mujeres de los diferentes grupos y ciudades, incluyendo a las socialistas del PSR y PST, y cuajó la propuesta de hacer un primer encuentro feminista en Colombia surgida del grupo de Medellín y de El Aquelarre de Bogotá. Todas convocamos a ese encuentro que se realizó en Medellín en El Encuentro de Medellín fue una explosión de alegría. Nos aventuramos a conocernos, a hablar, a intercambiar, a debatir y a decidir cosas. Este fue el primer encuentro nacional grande. Éramos como 350 mujeres y nos pusimos de acuerdo con la primera campaña nacional sobre el control, por las mismas mujeres, de su cuerpo, de su sexualidad y de su reproducción. Así nos plantamos frente al debate sobre el aborto, su prohibición tajante y total en Colombia a costa de las consecuencias conocidas sobre las libertades y la salud y muerte de miles de mujeres. Esta primera acción nacional permitió que la creatividad feminista se manifestara. Hubo nuevas formas de protestar, de llamar, de hacer oposición a lo dominante, con alegría, con arte, con sorpresa, con mucho diálogo y, por supuesto, una estigmatización arrolladora liderada por la iglesia católica conservadora. El tema producía miedo y 47

26 CRIS SUAZA Y FLORENCE THOMAS (AL FONDO). DÍA DE LA MUJER, MARZO 8 DE 1977, BOGOTÁ el miedo rechazo y violencia. Empezamos a ser dispersadas y golpeadas en las movilizaciones públicas que hacíamos. Recuerdo, sobre todo, la que hicimos en la Plaza de las Nieves en Bogotá y la violencia desproporcionada de la policía contra nosotras. Esto fue en Ya en estos momentos sabíamos que podíamos ser un movimiento, que habíamos sacado el feminismo a la luz. Empezamos a soñar con el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Hicimos otros encuentros locales y regionales, el Encuentro de Sopó y los demás que siguieron. El movimiento feminista ya era un movimiento y era político en sí mismo. Las mujeres feministas de grupos autónomos y las mujeres militantes del PSR, del PST e incluso del Partido Comunista seguían trabajando juntas. Surgió el Colectivo de Mujeres como un intento de volver a buscar convergencias y coordinaciones. Pero ya el movimiento andaba solo y autónomo. Creo que esto fue lo que llevó a las diferencias con la posición de las socialistas militantes del PSR y el PST. A mediados de los 80, dejé de militar en el PSR, pues ya no creía en el centralismo leninista, además de muchas otras preguntas que tenía principalmente sobre mí misma. Llevaba doce años militando en organizaciones políticas centralizadas y lo confronté en un Comité Central, el último en el que estuve. El debate, por supuesto, fue ignorado. Nadie oyó nada. El Primer Encuentro Feminista se hizo en 1981 y fue organizado por los grupos autónomos feministas, y atravesado en su preparación por la división que se dio cuando las socialistas cedieron a lo que ya habíamos aclarado en nuestros debates internos en los que seguían existiendo muchas tensiones y oposiciones. Sabíamos que el movimiento feminista nos concernía a cada quien y a cada cual individualmente y a los grupos feministas autónomamente y, si se respetaba este carácter, los grupos feministas de mujeres organizadas en partidos podían participar en el movimiento incluso como grupos organizados. Pero una convocatoria a un encuentro feminista mediado mayoritariamente por grupos organizados y representaciones, como trató de voltearse la convocatoria al Encuentro, se correspondía con la esfera del crecimiento partidista, sindical y político y no con el movimiento feminista que se había creado en Colombia en esos momentos. Las mujeres militantes no podían volver atrás y darle al Encuentro un carácter que el feminismo nunca tendrá porque esa es la forma de expresión y organización de los partidos políticos. Sin embargo, las mujeres socialistas, seguramente presionadas por la dirección de los partidos trataron de darle su forma a un encuentro feminista amplio. Cedieron a la propuesta interna de que era una posición legítima, como partido, tratar de darle un carácter de clase y una finalidad política partidista al movimiento feminista. La presión debió de ser muy grande y la división política que había habido hacía que resurgieran los temores de hasta dónde las mujeres socialistas podían apoyar más al movimiento autónomo feminista catalogado de pequeño burgués, y no hacer esfuerzos por llegar a las trabajadoras, las obreras y las campesinas. No se entendió el momento por parte de los partidos, ni el proceso, y se quiso hacer voluntarismo político como decíamos. No creo que hubo engaño, simplemente hubo debilidad y falta de claridad por parte de las mujeres militantes. 49

27 Las mujeres socialistas que entendían la autonomía del movimiento feminista participaron individualmente en este Primer Encuentro. Esta tensión volvió a separar lo que había convergido y nos había demostrado que, no sin dificultades y con muchas diferencias y malentendidos, habíamos podido caminar juntas en la práctica durante varios años. El Primer Encuentro Feminista fue un impulso muy grande al movimiento feminista latinoamericano. Recuerdo mucho lo vivo y lo alegre que fue, la cantidad de propuestas y formas originales y bellas. Este fue el llamado que se sembró... Besos muchos, Gladys DELIA, DORIS Y LA REPRESIÓN MILITAR A finales de 1977 recibí una llamada telefónica de Caracas. Era Delia del grupo musical Nora y Delia. Debía viajar a Bogotá a recibir a su hermana que llegaba a Colombia después de dos años y medio de cárcel. Podría llegar a nuestra casa? Claro que sí. Henos a Martha y a mí esperando a Doris, una mujer que saldría directamente de una celda hacia el aeropuerto de Buenos Aires donde le sería entregado su hijo de dos años a quien no veía hacía un año y medio. Su mamá, que había cuidado al bebé ese tiempo, le entregó, a través de una reja, un cuaderno con todas las indicaciones. Luego, Doris subió al avión rumbo a Bogotá. Delia se fue al aeropuerto a recoger a su hermana y nosotras nos quedamos arreglando la casa, preparando nuestro ánimo para recibir a una mujer que había sufrido la cárcel y lo más seguro era que estuviera destrozada. Y llegó Doris, una mujer llena de energía, de humor, de fuerza, absolutamente encantada con su bebé pero sin saber qué hacer con él pues había dejado el cuaderno que le había dado su mamá en el avión! No sabíamos a qué horas comía el bebé ni mucho menos qué comía, pero después de que lloró una hora, de que lo cambiáramos, los cargáramos, lo arrulláramos, oyéramos música con él y le cantáramos, descubrimos que tenía hambre y por eso lloraba! La primera solicitud de nuestra huésped fue salir a la calle. Quería ir a la tienda. Le dio mareo tanto espacio! Su segundo pedido fue que la ayudáramos a arreglar algunas entrevistas con periódicos y medios de comunicación para denunciar los atropellos cometidos en aquella cárcel. Nos pusimos en marcha. Al segundo día de estar con nosotras, después de una estadía en el baño más prolongada que las anteriores, Doris salió radiante mostrándonos algo que traía en la mano. Eran unas bolitas de papel plateado, de ese en el que envuelven los paquetes de cigarrillos, que ella se había tragado momentos antes de salir de la cárcel. Desenvolvió los rollitos plateados con mucho cuidado y descubrimos que estaban llenos de letras y símbolos minúsculos, información sobre los casos de sus compañeros, los cuales debía denunciar a Amnistía Internacional y al mundo en general. De los rollitos salieron quince páginas a máquina! Descartamos los medios de comunicación tradicionales y seleccionamos a la prensa de izquierda, específicamente al periódico del Bloque Socialista. Primero llegó un compañero, muy bacano y todo, pero que consideró que no podía publicar las denuncias porque ocupaban mucho espacio. Luego llegó María Teresa Viecco, quien sólo estaba interesada en la trágica historia del bebé y quería a toda costa que lo despertáramos para verlo y tomarle fotos. También cortamos con la prensa de izquierda. Doris decidió partir con su hijo Diego hacia Venezuela y hacer sus denuncias desde allá. El tiempo que estuvo en nuestra casa pasamos las noches cocinando, conversando, haciendo música, riendo, hablando pero, sobre todo, escuchando embobados a Doris, a quien obligábamos a hablar y llenábamos de preguntas. Qué mujer! Supimos que había organizado un coro cuyas integrantes ensayaban desde sus celdas en varios pisos y, sin embargo, no desentonaban. Aprendieron el lenguaje Morse para comunicarse por medio de los tubos que iban entre los pisos y a escribir tan pequeño que luego se necesitaba lupa para leer. Las presas hacían muñecos de pan y artesanías con desechos. Peleaban diariamente por sus derechos humanos y, sobre todo, por no perder el ánimo y la alegría. Doris también tocaba la guitarra y cantaba casi tan bien como Delia. Nunca olvidaré a Doris. Me he preguntado muchas veces qué haría yo en circunstancias parecidas y no estoy segura de mi fuerza. Admiré todo en esa mujer. Me encantaría tener su fortaleza

28 MEDELLÍN ATÍPICO 53

29 C JUNTAS PARA MUCHAS COSAS on la participación de 250 mujeres procedentes de Cali, Bogotá, Montería, Barranquilla y Cartagena, entre otras localidades, se realizó en Medellín el Primer Encuentro Nacional de Mujeres del 9 al 10 de diciembre de En su realización participamos una gran variedad de grupos, partidos, movimientos y mujeres independientes con diferentes enfoques y puntos de vista frente a la condición de la mujer y su papel en la sociedad. 5 Entre nosotras había contactos, trabajos conjuntos o simplemente charlas, y también muchas peleas. Sin embargo, queríamos retomar los lazos y sentíamos la necesidad de conocer a otras mujeres feministas, organizadas o no, y de intercambiar experiencias en cuanto a organización y formas de trabajo, hablar, discutir, denunciar, conversar, conocer nuestros puntos en común y aceptar nuestras diferencias como lo expresamos las mujeres del Colectivo de Bogotá en la carta de invitación que repartimos. Además teníamos un propósito común: definir la participación de Colombia en la Campaña Internacional por el Aborto y la Anticoncepción y contra las Esterilizaciones Forzadas, impulsada por la National Abortion Campaign (Campaña Nacional del Aborto, NAC por su sigla en inglés) y la International Campaing for Abortion Rights (Campaña Internacional por el Derecho al Aborto, ICAR por su sigla en inglés), que culminaría con una manifestación masiva a nivel mundial el 31 de marzo de La Comisión de la Mujer del PSR invitó a un encuentro amplio, de todos los grupos femeninos, mujeres feministas, mujeres interesadas en la problemática de la mujer y los grupos de homosexuales, y propuso una agenda de trabajo que contemplaba la discusión de los siguientes temas: Campaña Internacional por el Aborto y la Sexuali- 5 Entre estos grupos se encontraban la Unión de Mujeres Demócratas (UMD), el Movimiento Firmes, la Unión de Ciudadanas de Colombia, las revistas Cuéntame Tu Vida y Las Mujeres, el grupo Mi Cuerpo es Mío, las Mujeres Socialistas, varias representantes de organizaciones sindicales, partidos políticos y numerosas mujeres feministas independientes. 55 POSTAL DE INVITACIÓN AL ENCUENTRO DE MEDELLÍN, DICIEMBRE DE 1978

30 dad Femenina; el movimiento homosexual y el movimiento feminista, y la realización de un encuentro feminista en Frente a esta propuesta de temario, las mujeres del Colectivo de Bogotá planteamos que se tratara, La sexualidad y la reproducción como marco general, lo cual nos [llevaría] a discutir formas de expresión de nuestra sexualidad; nuestros cuerpos y la medicina; el sistema de salud en Colombia; las agresiones sexuales, la violación; la maternidad y los métodos anticonceptivos; las políticas de control natal, de población y de planificación familiar y el aborto [ ] en sus aspectos morales, sociales, económicos, legales, psicológicos y médicos, ya que deseamos participar en la Campaña Internacional por el Derecho al Aborto 6 En cuanto a la organización, el de Medellín fue un encuentro atípico ya que no se definió previamente la estructura ni se invitó a conferencistas famosas. No se trabajó en grupo ni se hicieron comisiones. Sesionamos en asamblea permanente los dos días que duró el evento. Se distribuyeron los documentos de la campaña a favor del aborto y ejemplares de los principales órganos de difusión como Las Mujeres, Cuéntame Tu Vida, Mi Cuerpo Es Mío y La Picadura. Además, se presentaron videos sobre el aborto y la doble jornada de trabajo de las mujeres, y se anunció la formación del grupo Cine Mujer. Y aunque no se permitió la asistencia de todos los hombres del movimiento homosexual que querían participar, sí se escuchó la ponencia de León Zuleta, director del El Otro. Desafortunadamente, no se pudo abordar la relación entre el movimiento homosexual y el movimiento feminista. Las discusiones fueron álgidas y mostraron claramente las diferencias entre las feministas que no pedían la palabra y hablaban desde sí mismas y sus sentimientos, y las compañeras de los grupos políticos que tenían una consigna de la Internacional Socialista y hablaban desde la mujer campesina, obrera, militante. A grandes rasgos, los nudos más enredados se formaron en torno a las diferencias e incompatibilidades entre militantes e independientes, lesbianas y feministas, partidos políticos y grupos feministas, revolución socialista y movimiento feminista y movimiento de mujeres y vida pública y privada. Pese a lo apretado de todos estos nudos, la conclusión general del Encuentro fue muy acertada ya que resaltó la necesidad de una amplia educación sexual para la mujer colombiana, la cual le dará derecho a escoger el tipo de contracepción que desee, el número de hijos y el momento de tenerlos, ya que la educación que se le imparte actualmente sólo da cuenta del funcionamiento de algunos órganos y de las funciones reproductoras, pero nunca de los aspectos de la sexualidad y el erotismo. 7 También se aceptó la participación de la mayoría en la Campaña Internacional por el Aborto y la Anticoncepción y contra las Esterilizaciones Forzadas, la cual tenía como slogan Las mujeres deciden. Para mí, el de Medellín fue un Encuentro muy intenso, innovador, agitado, a veces agresivo, desordenado, provocador y extenuante. Fue una confrontación, un choque permanente entre militantes y feministas, por un lado, y por otro la fiesta, el baile, la rumba, el encuentro con nuevas amistades, las cuales permanecen hasta hoy, las conversaciones y discusiones hasta las tres o cuatro de la mañana, el amor y el desamor, la locura, la vida. Cuando decidimos asistir a este encuentro, partimos con la idea de que todas estábamos a favor del aborto, pero resulta que no era cierto. Me dejó estupefacta y furiosa escuchar a una compañera del PSR que me había pedido ayuda para hacerse un aborto uno o dos meses antes, despotricar contra el aborto y la Campaña pues era una imposición de los gringos para acabar con el pueblo, especialmente con los pobres y los indígenas, y gritar que las feministas éramos unas pequeño burguesas y tal. El caso es que por estar peleando, no logré explicarles la relación entre la recuperación de nuestro cuerpo y el aborto, es decir, conseguir la separación entre reproducción y sexualidad! Nosotras apoyamos el Encuentro de Medellín en el 78. Fue un evento que no tuvo nada de financiación: éramos ciento y pico de mujeres y cada una aportó un poquito, y al único hombre que dejamos hablar fue a León Zuleta, pero después de una gran discusión, porque él decía que era feminista, aunque dirigía el movimiento homosexual, y algunas no aceptaban eso. Al Colectivo de Mujeres, posterior al Grupo Las Mujeres, llegamos muchas de las que salimos de los partidos de izquierda: Beatriz Quintero, Cachela, Rocío, Socorro Montoya, Marian, Amantina, Claudia Montoya y muchas otras. Después del Colectivo de Mujeres nació la Colectiva. El Colectivo nació de los partidos políticos pero después se volvió un grupo de autoconciencia. A raíz de las discusiones en los partidos políticos, muchas mujeres terminamos en esos grupos y casi todas participamos en el Encuentro de Medellín. Clara Mazo Beatriz Quintero 6 Mujeres de Bogotá. Nov., PLEGABLE DEL ENCUENTRO DE MEDELLÍN, Encuentro Nacional de Mujeres: Informe sobre el aborto. El Tiempo, 20 de diciembre, MATERIALES PRESENTADOS EN EL ENCUENTRO DE MEDELLÍN,

31 Y FUE UNA NIÑA Lo más paradójico e inolvidable me pasó al final del Encuentro, el domingo en la noche. Casi todas las mujeres de Bogotá estábamos alojadas en una casa en el barrio Sucre. No era cualquier casa, era SUCRE, un espacio comunitario, nuevo, alternativo, en donde vivían nuestras amigas feministas del grupo Las Mujeres, hombres homosexuales y heterosexuales, artistas e intelectuales como Gonzalo Giraldo y Fernando Sepúlveda, y en donde se recibían muchas visitas. Sucre había surgido porque una de las hermanas Rojas se había ido de la casa por una pelea con su mamá y varios de sus hermanos y hermanas la habían seguido. Los otros habitantes fueron llegando con los días. Algunos de los fundadores se quedaron, por ejemplo, Luz Rojas, y otros fueron habitando este espacio de libertad que, como Teusaquillo, Alejandría y la Casa de Silvia y María Cecilia en Cali, acogió a muchos seres de diversas índoles y naturalezas. El caso es que esa noche de domingo Sucre estaba lleno de mujeres pues hacía una hora había terminado el Primer Encuentro Nacional de Mujeres y nos encontrábamos en ese estado de cansancio y agitación que llega casi siempre después de este tipo de eventos, y que no nos permitía dejar de hablar y comentar y llorar y reír y buscar comida en la cocina y cerveza en la nevera. Estaba en la cocina cuando sentí voces agitadas en la puerta y luego mujeres que gritaban y me llamaban. Manos afanadas me empujaron para que saliera de la casa. - Qué pasa? Qué pasa? pregunté sin entender nada... -Que tienen que acompañar a una señora vecina al hospital pues no hay taxis y, el único carro es el de Sofos y ella no puede manejar. De un momento a otro me vi montada en el asiento delantero del carro con Rita Escobar al volante y una pareja de vecinos acomodados en la parte de atrás. El hombre iba sentado en una esquina y la mujer recostada en sus piernas gemía porque estaba a punto de tener un bebé. Rita no conocía el carro y mucho menos la ciudad, y Medellín cambia tanto que yo misma después de tantos años de vivir en Bogotá ya no recordaba muy bien el sentido de las calles. Socorro, auxilio! Le di algunas indicaciones a Rita y arrodillada en el asiento delantero me volteé para atrás y traté de ayudar a la señora a acomodarse mejor. Llevaba puesta una levantadora de algodón desabotonada por delante y tenía puestos unos calzones grandes de maternidad. Empecé a escuchar ruidos extraños provenientes de los calzones e intenté quitárselos, pero ella no quería. Se resistía y yo no podía distinguir muy bien lo que pasaba por los movimientos del carro y de la mujer y, para colmos, el marido no había parado de regañarla desde que el carro arrancó! -No ve, mija, yo se lo dije, la culpa es suya por demorarse y no avisar a tiempo. Ofuscada le pedí a Rita que parara el carro y mirando furiosa al hombre le dije: - O se calla o se baja! No volvimos a escuchar su voz hasta nuestra llegada al hospital. Cuando logré sacarle los benditos calzones a la mujer, sus piernas se abrieron e inmediatamente una cabecita empezó a aparecer. Por mi mente pasó a gran velocidad toda la información de aquel libro que habíamos estado traduciendo en el grupo, Nacimiento sin violencia. Así que cuando la cabeza terminó de salir y se dio la vuelta mostrándome el rostro de un bebé, puse mis manos bajo sus hombros y su espalda, y cuando le vi los pies lo tomé por las axilas y, con un movimiento rápido, lo puse encima del estómago de la mamá. Ella no se esperaba esto e intentó rechazarlo gritando me va a ensuciar. Pobrecita, es que esa textura húmeda y gelatinosa de la placenta era todo lo contrario a la idea de piel de terciopelo de los bebés que teníamos tanto ella como yo, a pesar del libro aquel que me había leído varias veces! Con una mano aseguré al bebé y con la otra me apoderé de la mano de la mujer y suave pero firmemente la obligué a tocar y acariciar la espalda de su bebé mientras le decía, tóquelo sin miedo. Mire que todo saldrá bien si usted le transmite su calor, y cosas por el estilo. Ella se fue calmando y el bebé, después de unos tenues gemidos iniciales, se quedó tan callado y quietecito que hasta llegué a sentir pánico de que ya no respirara, aunque lo sentía vivo bajo mi mano y recordaba que, según el libro, no era obligatorio pegarle golpes a los niños para que respiraran ni cortarles el cordón umbilical inmediatamente. Entre tanto, Rita se pasaba semáforos en rojo y se metía en contravía y cuando encontraba mi mirada de terror me repetía, tranquila, maestra, tranquila. Por fin llegamos al hospital. Como en las películas, a los pocos minutos aparecieron una enfermera, un médico y un ayudante empujando una camilla, y allí mismo, en el asiento trasero, le cortaron el ombligo al bebé y supimos que era una niña. Cuando todo terminó el marido se nos acercó para darnos las gracias y nos preguntó cómo podría pagarnos lo que habíamos hecho. Rita le respondió: -No nos debe nada. Y enseguida le ordenó: - Lo que usted debe hacer es tratar bien a su mujer y póngale Cris a esa niña! Regresamos volando a Sucre en donde reinaba gran agitación y mucha especulación. Después de contar con pelos y señales todo lo ocurrido, de reírnos y llorar, la gallada concluyó: -Ah, entonces lo único que hizo Cris fue sacar una niña de unos calzones! Pero para mí fue más que eso. Otra vez estaba ahí esa aparente contradicción entre mi lucha por el derecho a tener los hijos cuando se quiera, y no por un descuido o porque Dios así lo quiere, e incluso por no tener hijos, o sea, usar métodos anticonceptivos o abortar, y mi relación con la vida! 58 59

32 LAS MUJERES DECIDIMOS 61

33 S EN CAMPAÑA egún lo que habíamos decidido en Medellín, cada una de las ciudades y regiones haría sus propios eventos para participar en la Campaña Internacional por la Anticoncepción, el Derecho al Aborto y en Contra de las Esterilizaciones Forzadas. Lo único que íbamos a tener en común era el día internacional, el 31 de marzo de En Bogotá todas las feministas independientes y los grupos de todas las tendencias que en ese momento se estaban formando decidimos juntarnos ya fuera como feministas o para lo que los partidos llamaban trabajar por las mujeres. Aunque no siempre estábamos juntas en la preparación de los eventos, sí lo estábamos en la realización, lo cual los hacía muy concurridos, coloridos y animados. Una de las características de esta campaña fue lograr reunir a todos los grupos con diferentes tendencias en torno a un tema común, y que trabajáramos en armonía a pesar de que las diferencias eran claras y surgían a cada momento. Estaban los partidos socialistas y el Partido Comunista que había logrado acercarse por medio de algunas de sus militantes, y poco a poco fueron apareciendo grupos que antes del Encuentro de Medellín ni siquiera sabíamos que existían. En la Campaña trabajaron las siguientes organizaciones: el Colectivo de Mujeres de Bogotá, la Comisión de Mujeres del Partido Socialista de los Trabajadores, la Comisión de Mujeres del Partido Socialista Revolucionario, la publicación Mi Cuerpo Es Mío, el Frente Amplio VOLANTE DE LA CAMAÑA A FAVOR DEL ABORTO, 1979 de Mujeres, el Círculo de Mujeres, el Movimiento Firmes, la Unión de Mujeres Demócratas de Colombia (UMDC), Fenaltrase, CSTC, la Liga Comunista Revolucionaria, el Instituto Sindical María Cano y decenas de mujeres y hombres independientes como se llamaban a sí mismas y a sí mismos. EL BANQUETE DE LA VIDA En Bogotá decidimos hacer un audiovisual sobre el aborto, teniendo en cuenta que ya Sara y Eulalia habían hecho uno y habían levantado estadísticas, y que Consuelo Lleras estaba preparando una propuesta de ley de aborto, la que inicialmente había presentado el senador Iván López Botero El texto para el audiovisual lo hicimos colectivamente y tenía tres niveles: uno eran las estadísticas que nos proporcionaron Sara y Eulalia y que incluían también estadísticas de salud pública publicadas por el gobierno; el otro nivel era el significado del aborto y la posición de la iglesia, y el tercer nivel, que también era muy importante, eran nuestros testimonios. La idea no era hacer un audiovisual que mostrara eventos trágicos. Por eso fuimos seleccionando imágenes de mujeres e imágenes de pintores y pintoras famosos que tomábamos de cualquier libro. Fiel a nuestra filosofía, solamente pagamos el trabajo que no podíamos hacer nosotras mismas, es decir, tomamos las fotos con cámaras prestadas e hicimos la grabación con nuestras propias voces. Fue un sonoviso que tenía 93 diapositivas y un cassette. Lo titulamos Cuál es la vida que dicen defender? 63

34 Cuál es la vida que dicen defender? Cincuenta y cuatro de cada cien muertes maternas son producidas por abortos mal hechos Este drama que se vive individualmente se convierte en una tragedia social con visos de epidemia, que se esconde, se calla, se culpa, se inculpa, se castiga. Pero qué es lo que se castiga, inculpa y penaliza? El derecho de las mujeres a decidir el número de hijos que queremos tener? La posibilidad de escoger en qué momento queremos que nuestros hijos nazcan? El no poder acoger una obligación que es del Estado como es la de crear unas condiciones mínimas de subsistencia para cada ser humano? Cuál es la vida que dicen defender? Qué es lo que nos obliga a enfrentar la muerte en esta desigualdad de condiciones? Creación colectiva MONEY, MONEY, MONEY Para financiarnos, hicimos unos bazares en el Parque Nacional el 11 y el 31 de marzo de Para estos bazares reunimos ropa y accesorios de segunda mano en buen estado y que pudiéramos vender. En El Aquelarre pintamos botellas e hicimos velas de colores con los niños y con los compañeros con los cuales vivíamos. Eran velas muy bonitas pero no muy efectivas. Los niños hicieron dibujos donde invitaban a la jornada. En el teatro del Parque Nacional se presentó la película que ya había hecho Cine Mujer Y su mamá que hace? Había música, CARÁTULA DE LA REVISTA SER MUJER, 1979 especialmente de nuestras amigas, Beatriz Castaño y Flavia, y otros grupos de música folclórica. Para las manifestaciones hicimos máscaras de yeso con nuestras propias caras, y un papagayo de espuma que milagrosamente sobrevivió a pesar de todos los correteos con la policía y de los abrazos solidarios de otros. El Colectivo de Mujeres de Bogota también elaboró una publicación llamada Ser Mujer. Sus tres grandes capítulos se llamaban Reproducción humana y anticoncepción, Aborto y control de población y Esterilizaciones forzadas. Cada uno de estos capítulos incluía información muy didáctica y también testimonios y entrevistas. YO SOY MÍA Aunque para la campaña se había definido como Día Internacional el 31 de marzo, nosotras trabajamos todo el año y nuestro evento en el Planetario Distrital fue el 8 de abril a las 10 de la mañana. Invitamos a las mujeres a que vieran el audiovisual, presentamos un folleto informativo y discutimos entre nosotras ideas sobre el tema. En el folleto se decía que las invitábamos a participar en un taller de pintura para niños y a ver películas infantiles porque la idea era compartir con los niños ADHESIVO DE LA CAMPA;A A FAVOR DEL ABORTO lo que hacíamos. Imprimimos una calcomanía con un dibujo que decía Yo soy mía. Lo que queríamos era que las mujeres pudieran decidir cuándo y cuántos hijos tener y, para ello, era necesario tener educación sobre la concepción y sobre cómo no quedar embarazada cuando no se quisiera o no se pudiera. Además, la campaña les reclamaba al Estado y a los gringos que no utilizaran métodos para esterilizar a las mujeres. En este contexto se denunció que en muchos países, cuando las mujeres iban a tener sus hijos, les ponían dispositivos intrauterinos sin su consentimiento. Incluso se denunció que había problemas con los hombres porque consideraban que si las mujeres utilizaban métodos anticonceptivos era mucho más fácil que fueran infieles. Por eso, dijimos que muchos hombres estaban en contra de la anticoncepción. DIAPOSITIVAS DE LOS CRÉDITOS DEL AUDIOVISUAL CUÁL ES LA VIDA QUE DICEN DEFENDER? 64 65

35 UNA CARTA PARA LOS PATRIARCAS En 1979 también participamos en una concentración a favor del aborto libre y gratuito. El evento se llevó a cabo el viernes 23 de noviembre en la Plaza de las Nieves. Fue una manifestación muy nutrida en la que estuvieron presentes todos los grupos. La concentración fue muy publicitada y provocó muchas manifestaciones en contra, tanto que empezamos a sentir los efectos del Estatuto de Seguridad del Presidente Turbay Ayala: golpes, gases lacrimógenos, correteos con los caballos. Sentíamos que en cada una de las manifestaciones que hacíamos había mujeres detectives ( tiras las llamábamos) vigilándonos! Las consignas que sacamos eran Anticonceptivos para no abortar, aborto libre para no morir, que coreaba el Colectivo de Mujeres de Bogotá, y Luchamos por mejores condiciones de existencia. Nuestra lucha es por la vida que coreaban todos los grupos. Otras de las actividades fueron los debates: íbamos con nuestro audiovisual a colegios y a universidades. También participamos en debates con médicos y otros profesionales para apoyar el proyecto sobre aborto propuesto por Consuelo Lleras. Main escribió una carta que después fue publicada en un dossier de la revista Dones en Luita de Barcelona, que se titulaba Carta abierta a los obispos, arzobispos, primados y cardenales, y entre otros puntos incendiarios planteaba lo siguiente: Ustedes obisposarzobisposprimadosycardenales se escandalizan cuando se habla del aborto Se desesperan y hablan del derecho a la vida Ustedes arzobisposobisposprimadosycardenales que hace poco clamaban por la pena de muerte para los secuestradores hablan ahora del derecho a la vida. Ustedes primadoscardenalesobispos que han permanecido silenciosos frente a las afrentas contra la vida que han ejecutado el ejército, la policía y todas las instancias represivas dicen ahora que no le podemos negar a nadie el banquete de la vida. CUÁL BANQUETE? Y más adelante lanzaba preguntas de este tipo: Creen que cuando se comen un huevo están matando un pollo? Ustedes que se supone que no pueden tener cuerpo ni sexo deciden sobre la mayoría de seres sexuados del mundo?, y al final proclamaba: Dedíquense a sus cosas Las mujeres decidiremos por nosotras mismas! Por último, como Colectivo de Mujeres de Bogotá, presentamos una ponencia sobre los Derechos de la Mujer Colombiana en el Foro Nacional sobre los Derechos Humanos que se llevó a cabo en Bogotá el 30 de marzo de PREPARATIVOS DE LAS JORNADAS DE LA CAMPAÑA A FAVOR DEL ABORTO 66 67

36 EL ABORTO ME SEGUÍA PERSIGUIENDO Porque había hablado abiertamente de mi apoyo al aborto, la casa de Teusaquillo y nosotras como grupo nos convertimos en un lugar donde muchas mujeres llegaban a pedir ayuda para abortar. Eso me causaba mucha angustia porque nunca fue mi idea dedicarme únicamente a la causa del aborto. Lo que quería era encontrar una nueva forma de vivir en la que lo más importante no fuera verse obligada a abortar sino tener conciencia de la diferencia entre la reproducción y la sexualidad. Proclamaba que se tuvieran hijos, que era muy importante tenerlos, pero planeados. Cuando venían a pedirnos ayuda les dábamos la dirección de la Unidad, un centro de asistencia médica donde se hacían procedimientos de aborto utilizando el método Karman que yo conocía desde que estuve en Francia, o las remitíamos donde algunos profesionales que también utilizaban este método. ADOPCIÓN EN BOGOTÁ Para aquellas mujeres a las que se les había cumplido el tiempo de las diez semanas y querían tener el hijo pero no podían por la familia, por no querer ser madres solteras, o por el argumento de que mi mamá me va a matar o voy a matar a mi mamá del susto, o para otras que creían que cometían un asesinato si abortaban, existían las casas de adopción. Nunca tuve contacto directo con ninguna. Sabía que existían y que si se hacían los trámites pertinentes, una vez que las mujeres tuvieran sus hijos podían darlos en adopción. Esta era una solución que no nos gustaba mucho porque algunas de esas casas exigían que las mujeres se concentraran allí y luego no sabían nada de sus hijos. La adopción se convertía en algo ilegal, en trata o venta de niños. No era tan clara ni organizada como ahora. Otra solución era encontrar una familia en la que se pudiera confiar y que quisiera el bebé. Este fue el caso de Luz Eugenia con una pareja sueca, amigos de Silvia Mejía. Ellos no podían tener hijos propios. Se hizo un compromiso con esta pareja: pagaron todo durante el embrazo y el parto, y luego la adopción se hizo legalmente. Se llevaron al bebé con la promesa de que Luz Eugenia nunca iba a ir a pedir que se lo devolvieran. En este caso todo resultó muy bien. Se siguieron comunicando con ella, y cuando el niño estuvo grande le contaron la verdad. Ella se conoció con su hijo y establecieron una buena relación. CARTEL DE LA JORNADA DE LA CAMPAÑA A FAVOR DEL ABORTO AFICHE PARA LA CONVOCATORIA DE LA CAMPAÑA A FAVOR DEL ABORTO JORNADAS DE LA CAMPAÑA A FAVOR DEL ABORTO

37 DECLARATORIA EN USAQUÉN El centro de reuniones de la Campaña fue nuestra casa en Teusaquillo. Allí llegaban mujeres de todas las clases grupos y partidos. Por eso, tuvimos que soportar no solamente el peso, la angustia de las mujeres que pedían ayuda para abortar, y sin exagerar puedo decir que llegaban por montones sin avisarnos sino, además, la persecución de la policía. En ese momento, en el gobierno de Julio César Turbay Ayala a finales de los 70 y comienzos de los 80 se había expedido el Estatuto de Seguridad y la represión y violación de los derechos humanos estaba a la orden del día. Las fuerzas de inteligencia del Estado empezaron a preguntar quiénes éramos y que hacíamos. En ese año, el M-19 había robado las armas del Cantón Norte en Usaquén y la situación era muy delicada. A diario se denunciaban torturas, desapariciones y muertes de personas de izquierda o a las que se les acusaba de ser del M-19. Un día citaron al grupo más evidente, Mi Cuerpo Es Mío, para que nos presentáramos a declarar en la temible Estación de Policía de Usaquén. Fue muy interesante porque de las mujeres que trabajábamos más directamente en la Campaña, que éramos como quince, finalmente no fuimos a Usaquén sino tres. Claro, primero averiguamos con el abogado de Consuelo qué debíamos hacer y él nos recomendó que mejor fuéramos a declarar porque si no iban por nosotras. En el trayecto a Usaquén recordé otros momentos parecidos como la detención en el Foro de López y las historias de Doris, la hermana de Delia que había estado en prisión en Argentina. Internamente me pregunté: Qué pasa si me encuentran culpable y me dejan allá? Pues si el delito es ser feminista, que sea lo que tenga que ser y al decirme esto una extraña calma me invadió. Cuando el oficial me preguntó quiénes éramos y por qué nos reuníamos tanto, le expliqué que éramos mujeres que nos reuníamos para conocernos, para hacer cosas juntas, como una película sobre el trabajo doméstico, y hablar sobre asuntos de mujeres Mirándome curioso me preguntó: Asuntos de mujeres? Cómo cuáles? y entonces me lancé a darle detalles sobre la menstruación! Desconcertado, me dijo, bueno, bueno, y pasó a hacerme otras preguntas sobre mi origen y profesión, y especialmente sobre Consuelo Rojas, y luego me dijo adiós. A Main y a Margarita les hicieron casi las mismas preguntas y, al parecer, quedaron conformes con nuestras respuestas. Entonces supimos que nos estaban vigilando pues éramos sospechosas de ser del M-19. La esposa de uno sus dirigentes también se llamaba Consuelo Rojas como nuestra compañera del grupo. A Consuelo sí la metieron a la cárcel y allí se enloqueció. La encerraron en un mundo donde no entendía nada. Después, cuando empezaron hacer juicios por recomendación de la Cruz Roja Internacional, soltaron a Consuelo y, además, le dieron una indemnización por el error cometido, pero ella nunca se recuperó del todo. Finalmente a nosotras no nos pasó nada grave pero fue un momento de mucha angustia. CONCENTRACIÓN EN PLAZA DE LAS NIEVES EN LA CAMPAÑA A FAVOR DEL ABORTO CONCENTRACIÓN EN PLAZA DE LAS NIEVES EN LA CAMPAÑA A FAVOR DEL ABORTO

38 SOÑÉ QUE SOÑABA! 73

39 E Y LLEGÓ GIOVANNA MACHADO n diciembre de 1979 apareció en Bogotá Giovanna Machado, feminista venezolana del grupo La Conjura que se había creado en octubre de 1978 con la publicación del boletín Una Mujer Cualquiera. Tenía una propuesta bomba. Resulta que en Venezuela se venía preparando un encuentro latinoamericano de mujeres feministas pero las condiciones económicas de su país y la situación del movimiento feminista hacían muy caro y difícil el evento y, entonces, ellas y las peruanas habían pensado que era mejor hacerlo en Colombia donde ya tenían contactos con algunas mujeres de Cali y Bogotá. Nos proponían que lo hiciéramos nosotras. Quiénes? Las mujeres colombianas que se sintieran aludidas, que quisieran y que pudieran. Giovanna estuvo muy poco tiempo en Colombia. Habló con mujeres de diferentes tendencias y se fue. Quedó la inquietud, aunque sin muchas pistas, sobre el carácter del evento. Yo no hablé con Giovanna pero la idea de un encuentro feminista ya estaba en nuestros sueños como grupo y en el aire. Era una necesidad sentida en Colombia y, tal parece, que en el mundo entero. 8 Incluso había sido un punto de la agenda de nuestro Encuentro de Medellín que al final no pudimos abordar. La noticia se propagó y se planeó una reunión para enero cuando hubiera pasado la época de navidad y el cansancio de la campaña a favor del aborto. 8 En 1975 se realizó en México la Primera Conferencia Internacional de la Mujer con el lema Igualdad, desarrollo y paz. Esta reunión tenía como objetivo encontrar vías de solución a la situación de la mujer en el mundo y comprometer a los gobiernos de todos los países asistentes a colaborar con dicho propósito. Como había demasiados problemas que tratar, demasiadas realidades que modificar, surgió un plan de acción de diez años firmado por todos los países asistentes. A cinco años de haberse firmado el plan de acción, en 1980 se evaluó en Copenhague lo que se había hecho en el primer quinquenio y se proyectó lo que se haría en el segundo, cerrándose así la década iniciada en México. El último día se reunieron las latinoamericanas, y con el fin de prepararse para la siguiente conferencia mundial en 1985, decidieron reunirse en Venezuela en En 1985 se reunieron mujeres en Nairobi, África, para evaluar la Década de la Mujer. 75 Y se promovió, claro, una reunión general con las mismas mujeres que habíamos trabajado en la campaña. Aunque era evidente que el trotskismo era el que estaba promoviendo el trabajo con las mujeres, en Colombia el terreno ya estaba abonado para hacer un encuentro. Finalmente, si no hubiera sido por la campaña del aborto no hubiera germinado la idea de un encuentro feminista. Vea usted! De nuevo hubo una fuerte batalla, pues naturalmente cada una tenía su idea sobre lo que sería un encuentro feminista y, obviamente y como siempre, sobre lo que significaba ser feminista. Primera pregunta: Somos capaces de hacer un encuentro? Respuesta: Sí! Segunda pregunta: Qué vamos a hacer? Cómo será? Respuesta: cantidades de diferencias en cuanto a la concepción del encuentro. Algunas de las propuestas fueron hacer un congreso de mujeres con invitadas famosas como Simone de Beauvoir, mucha propaganda en los medios de comunicación, mucho impacto en la opinión pública. Otras propusieron hacer un congreso de representantes de todos los sectores oprimidos de todas las regiones. Algunas más dijeron que mejor hiciéramos una reunión de grupos de mujeres colombianas, pues que fuera latinoamericano era mucha responsabilidad. Tercera pregunta: Y qué nombre le pondremos? Deberíamos quitarle la palabra feminista para no asustar? Respuesta: No! Las discusiones fueron intensas. Algunas mujeres incluso se retiraron y no volvimos a verlas sino en el Encuentro. Supuestamente, la mayoría aceptó abiertamente que el carácter del Encuentro sería feminista, amplio y muy diferente a los que hacían en la Unesco, la OEA, o en los foros gubernamentales, como el de López, donde se concluyó que no se debían reivindicar temas exclusivamente femeninos! El Partido Comunista no se vincularía a la organización pues según una de sus dirigentes, la concejala Yira Castro, había que combatir el feminismo [ya que] la lucha de la mujer sólo se entiende en el contexto de la lucha general por la liberación del pueblo. 9 9 María Isabel García. En diciembre en Bogotá Encuentro Latinoamericano de Feministas. En: El Tiempo, Bogotá, nov. 21, pág. 12D.

40 Otras preguntas: Cómo? Cuándo? Dónde? Y entonces nos montamos en ese tren rumbo a la realización del encuentro el siguiente diciembre. El primer punto álgido tenía que ver con el funcionamiento interno, teniendo en cuenta nuestras diferencias y que no constituíamos una entidad, organización, grupo ni nada por el estilo. Simplemente nos íbamos a reunir para realizar una tarea, para la cual, como en el caso de la campaña del aborto, teníamos acuerdos comunes. Tendríamos reuniones periódicas y cada vez escogeríamos a una de nosotras para dar la palabra. Nada más. No habría jefaturas. Nos decidimos por una participación individual, es decir, quien quisiera participar en la organización del Encuentro debía hacerlo como persona, así perteneciera a un grupo o comisión de mujeres. Nadie iba a representar a nadie. Cada una se representaría a sí misma. Dónde hacer el Encuentro? En el campo o en la ciudad? Cómo y a quién invitar? Para evitar confusiones, decidimos que aquellas mujeres que tuvieran ideas, propuestas o sugerencias, las pusieran por escrito, y entonces las analizaríamos y discutiríamos en reunión plenaria. El día de la plenaria sólo hubo una propuesta escrita, la que presentamos Martha Herrera y yo. Martha escribió un artículo titulado Sobre una laberíntica discusión, en el que tocaba las varias concepciones del feminismo, nuestro eterno desencuentro. Por mi parte elaboré una guía metodológica de cómo organizar el Encuentro. Con algunos comentarios y pocas sugerencias, nuestra propuesta se aprobó no porque fuera extraordinaria sino porque era coherente y porque, además, fue la única que se presentó. Rápidamente se pasó a máquina y se distribuyó entre las feministas del resto del país en Medellín, Cali, Montería, Barranquilla, Ovejas, Bucaramanga y Cartagena con el fin de que hicieran sus comentarios. Empezamos a trabajar conforme a la propuesta. Nombramos comisiones e hicimos planes de trabajo. Seguimos discutiendo sobre miles de asuntos, como la participación de los hombres y de los niños. Empezaron a llegar respuestas de todo el país, orales y escritas. Aprendíamos a trabajar en grupo, estábamos menos tensas, (o al menos eso creía yo) y aunque a medida que pasaba el tiempo la asistencia se iba reduciendo, era lo normal. Evidentemente era necesario hacer una reunión preparatoria a nivel nacional en la cual pudiéramos hablar y conocernos todas, llegar a unos acuerdos comunes, y conformar una coordinadora para planear conjuntamente el Encuentro. Nos pusimos en la tarea. De allí saldría la propuesta final: Íbamos a imaginarnos un encuentro! Íbamos a exponer el sueño de cada una y, a partir de ahí, construiríamos el sueño conjunto que luego volveríamos propuesta e invitación al resto de las mujeres en Colombia y en América Latina. Soñé que soñaba que un encuentro feminista se realizaba! HISTORIA DE UN DESENCUENTRO No dudamos de que la sede de la reunión preparatoria del Encuentro sería Bogotá, pues nuestro colectivo, a pesar de lo reducido, treinta mujeres en promedio, era de todas maneras numeroso. De fuera podrían venir diez o veinte mujeres como máximo. En total seríamos unas cincuenta, suficientes para trabajar juntas, conocernos, crear la coordinadora nacional y disfrutar de la compañía. El lugar debía ser amplio y la duración de dos días como mínimo. Mandamos las invitaciones y nos pusimos a la tarea de conseguir la infraestructura física. La primera propuesta que se hizo fue que la reunión preparatoria se llevara a cabo en el CINEP. Mujeres en la Lucha ofreció aportar un dinero, pero la propuesta de hacerlo allí fue descartada no recuerdo por qué. La otra propuesta fue que se hiciera en El Aquelarre, en nuestra casa en Sopó, a donde nos habíamos mudado recientemente. Habíamos hecho un intercambio con Beatriz Bayona: ella se quedó con la casa de Teusaquillo y nosotras nos fuimos a una casa en el campo, que era de su familia, en cercanías de Sopó. Aunque con cierto temor y desconfianza de parte de algunas a las que seguramente les parecíamos hippies muy locas, se escogió Sopó para hacer un ensayo que nos mostrara cómo podíamos organizarnos con todo lo operativo. La consigna era la autogestión y lo importante sería crear las condiciones para que las mujeres nos pudiéramos encontrar y luego dejar brotar las ideas y las energías a ver qué resultaba. No tendríamos que pagar alquiler, nosotras mismas compraríamos la comida, y en la casa y en carpas tendríamos posibilidad de alojamiento para unas cuantas que vinieran de otras ciudades, además de las amigas y las del Colectivo de Bogotá que quisieran quedarse a dormir. Para la realización de esta reunión preparatoria hubo mucha planeación pero poca efectividad. Nada resultó como se planeó. Aprobamos una guía de lo que haríamos. La Comisión de Estudio se encargó de organizar el orden del día y de llevar algunos trabajos: propuesta para la guía del informe sobre la mujer en cada país y desglose del temario propuesto con el fin de que las participantes pudieran tener ideas más claras sobre los temas que abarcaba cada área: teoría, historia, música, vivencias personales. El resto nos dedicamos a lo operativo: mercado, consecución de utensilios, transporte, cuidado de los niños. No asistí a la última plenaria antes de la reunión preparatoria pues estaba demasiado ocupada en los preparativos de la casa en Sopó y muy triste por la muerte de mi hermano Carlos Mario que ocurrió en esos mismos días. Sin embargo, escribí las tareas y las precisiones sobre la comida y la infraestructura para las aproximadamente treinta mujeres que íbamos a dormir allí. Y heme aquí lanzada a organizar el galpón de nuestra casa, lugar seleccionado para las reuniones plenarias, aunque muchas queríamos que fuera al aire libre si el clima lo permitía. Preparamos una exposición de publicaciones, fotos y afiches de las actividades que habíamos realizado. Y llegó el día de lo que ahora se llama Encuentro de Sopó y que se llevó a cabo entre el 19 y el 20 de abril de Pero resulta que una cosa pensábamos las que nos habíamos estado reuniendo desde el inicio y otra las compañeras de los partidos, quienes tomaron esta reunión como un preencuentro y no sólo fueron con la idea de abordar todos los temas relativos a la opresión de la mujer, sino, además, de presentar informes sobre las acciones realizadas por los partidos e incluso de convencer, o ganar, mujeres para el feminismo. Estas diferencias se notan en los artículos aparecidos en el periódico Combate Socialista y, muy específicamente, en la carta de Florence Thomas, en la cual se asegura que cualquier mujer que luche por sus derechos es feminista. Este punto no lo compartíamos las llamadas independientes

41 Dice Florence en la carta: [ ] Toda mujer que lucha contra su opresión es feminista [ ] Toda mujer que está empezando a tomar conciencia de su opresión y de su explotación en la fábrica, en la oficina, en la casa realizando una doble jornada, es una mujer feminista [ ] Todas estuvimos de acuerdo para decir que cualquier grupo de mujeres que lucha concretamente por su liberación es feminista. Esto no era del todo verdad. No todas eran feministas. Primera sorpresa. El número de asistentes previsto se duplicó. Vea usted. Nuestra reunión de trabajo se convirtió, en una reunión nacional! Me extrañó el repentino interés de tantas mujeres alejadas de nuestra actividad, pero ya era tarde. Recibimos a las cien mujeres que llegaron. Naturalmente, ninguna se preguntó cómo haríamos para alojar y alimentar a toda esa gente. El sábado por la mañana nos levantamos tempranísimo para hacer café, caldo de papas y agua de panela. Así que me quedé de última para bañarme. Cuando llegué al galpón, la reunión no sólo ya había comenzado, sino que, además, habían nombrado una mesa directiva con tres cargos: relatora, coordinadora y secretaria. Y lo peor de todo fue que yo no podía hablar pues tenía que pedir la palabra y esperar el turno para saludar! Todo en Sopó se decidió por votación y no por consenso como habíamos planeado y hubiéramos querido. Cuando el encuentro apenas había comenzado, apareció de la nada un bus lleno de señoras votantes de partidos de izquierda y de diferentes grupos, a las que nunca habíamos visto y tampoco volveríamos a ver después. Como eran mayoría y como la reunión se había organizado muy democráticamente mientras me estaba dando una ducha, los votos mayoritarios fueron para las propuestas de los partidos y los otros grupos para quienes la metodología propuesta era muy hippie o simplemente no la conocían. Orden del día aprobado: en la mañana presentación de las participantes nombre, partido, ciudad; historia del encuentro, lectura de una carta de Giovanna Machado y presentación de informes de otras ciudades y grupos: grupo del PSR de Ovejas; grupo de Medellín y grupo de Cartagena, Grupo Amplio por la Liberación de la Mujer y revista Cuéntame Tu Vida de Cali; Mujeres en Movimiento, Mujeres en la Lucha y Círculo de Mujeres. En la tarde se trabajó en comisiones sobre los temas de la guía. Al día siguiente, domingo, se presentaron los resultados de las comisiones y por la tarde se habló de la organización del encuentro. Aunque Guentcy leyó la primera parte de la propuesta de organización Sobre una laberíntica discusión que había escrito Martha, no se estudió realmente, ni se leyeron los objetivos del encuentro. No hubo tiempo. Si algo caracterizó esta reunión fue el acelere. Casi sentamos un precedente de rapidez: no tuvimos ninguna pausa ni descanso, a excepción de la hora necesaria para almorzar. Nadie miró las carteleras ni tuvo tiempo para leer lo que habíamos escrito antes! Ay, ay, como el título de un libro reciente de Jane Barry y Jelena Dordevic: Qué sentido tiene la revolución si no podemos bailar?! Las conclusiones no tenían nada que ver con lo que habíamos pensado: jornadas, foros, campañas, publicaciones, una plataforma de lucha con consignas y todo. El carácter del encuentro: amplio, de mujeres trabajadoras. Muy poco tiempo para discutir detalles. En Sopó no pudimos hacer las cosas bonitas que habíamos imaginado. No pudimos hacer el ensayo, ni compartir, ni conocernos. Así que desde entonces lo he llamado el Desencuentro de Sopó. Para mí, Sopó fue la historia de la tiranía de la mayoría, pero para Luz Jaramillo fue un encuentro muy positivo, según el artículo titulado Productivo Encuentro en Sopó. Florence Thomas dijo de este encuentro, en la carta publicada en Combate Socialista ya mencionada, cosas tan entusiastas como éstas: El trabajo adelantado durante esos dos días fue enorme y me voy a limitar a resumir los puntos de mayor importancia (de los cuales algunos merecen, por sí mis- mos, un artículo completo): Lectura de los informes de las comisiones de trabajo (preparatorio al Encuentro Latinoamericano) ya existentes en Bogotá [ ]; lectura de los informes de las otras ciudades, que mostró el trabajo tan importante y significativo que están realizando las compañeras en el resto del país; [ ] clasificación de la temática propuesta para el Encuentro Latinoamericano, la cual, después de calurosas discusiones y proposiciones, se divide en cuatro grandes ejes: a. Sexualidad y vida cotidiana; b. Feminismo y lucha política; c. Mujer y trabajo y d. Mujer, comunicación y cultura. [ ] Cada uno de esos temas fue discutido e ilustrado en comisiones de trabajo y aprobado en plenaria. [ ] Uno de los resultados tal vez más positivos de estos dos días de trabajo fue haber iniciado un debate caliente sobre la cuestión del feminismo en Colombia y de sus implicaciones a nivel de la vida cotidiana, de participación política, etc. Debate importante en el sentido que está encaminado a imprimirle el carácter específico al Encuentro Latinoamericano que queremos las mujeres feministas de Colombia; debate bien positivo porque en Sopó se pudieron empezar a despejar denominadores comunes entre muchos grupos y muchas mujeres y por consiguiente líneas de acción comunes a pesar de las diferencias existentes. [ ] Todas estuvimos de acuerdo en que construir el Encuentro Latinoamericano de Mujeres Feministas significa en la práctica hacer que muchas mujeres lleguen ellas mismas al Encuentro; y si bien como lo decía, existen muchas diferencias e inclusive muchos lenguajes entre nosotras mismas y entre los diferentes grupos de mujeres, estoy segura de que en Sopó hemos avanzado mucho, demostrando que más allá de los grupos, de los partidos, de las organizaciones, [ ] más allá de definiciones y otras fórmulas frías, ESTAMOS NOSOTRAS, las MUJERES reconociéndonos de pronto por primera vez y buscando con una esperanza sin límite la manera de hablar juntas, de comunicarnos y de trabajar [ ]

42 Había un discurso feminista en la izquierda pero una práctica contraria que era apoderarse de todo. Evidentemente estábamos de acuerdo con la transformación de la calidad de vida de todas las mujeres, pero la izquierda utilizaba unos métodos políticos que eran los métodos tradicionales de llegar con una cantidad de gente a que votara, gente que votaba y nunca volvía a aparecer. En la reunión de Sopó discutimos cuál iba a ser el carácter del Primer Encuentro Feminista, si íbamos a encontrarnos las mujeres que eran feministas o era un encuentro de mujeres populares. Las compañeras llevaron una cantidad de señoras que no habíamos visto nunca. Llegaron a votar. Entonces, ganó la idea de que iba a ser un encuentro de mujeres populares. En ese momento me aburrí mucho de la reunión y me retiré. Main Suaza Cuando llegué de París conocí a Ángela Camargo, una activista que ese momento estaba organizando el Frente Amplio de Mujeres que se constituyó como un frente amplio donde confluían mujeres que tenían militancia y mujeres que no tenían militancia en los partidos. En el Frente Amplio se discutían problemas de la mujer, de la sexualidad, del aborto. Cuando se fue desarrollando la cosa, hubo más polarización entre las mujeres de partido y las de no partido. Esta polarización se reflejó en la preparación del Encuentro Feminista, donde unas se quedaron con el poder y otras quedaron por fuera, unas se apropiaron del trabajo de todo un colectivo. Beatriz Bayona La pelea que teníamos las feministas de Bogotá era con el Bloque Socialista, que era el único grupo de izquierda que estaba convocando a las mujeres y tenía un interés por ellas. Ellas fueron las que llegaron con el bus de las mujeres a Sopó. Eulalia Carrizosa LO QUE NOS DIERON LOS NIÑOS En Sopó pasó una de esas cosas que sólo suceden en los cuentos, un incidente sobre la historia de los hombres y las mujeres que si hubiéramos planeado no hubiera salido tan perfecto. Una de las niñas, Marta Helena, la hija de María Victoria, había llevado un arma de juguete. Los niños se la robaron, y entonces las niñas decidieron recuperarla. Se metieron a la carpa de los niños y simplemente se la tomaron! Cuál fue la reacción de los niños? La violencia! Les querían quitar a las niñas el arma a la fuerza!: para acá eran quince niñas halando y para allá quince niños, y el arma de juguete en la mitad. Estaban en la parte de atrás de la casa pero les quedó chiquito el espacio y vinieron para donde estábamos reunidas. Nosotras estábamos hablando del papel de la clase obrera en la revolución, cuando sentimos un ruido extraño y entró esa procesión. Esos niños y niñas halaban para acá y para allá. La que iba adelante con el arma era Marta Helena. Yo la miraba como mi heroína a pesar de que en nuestra casa los niños no tenían armas de juguete. No se dejó quitar el arma. Todas iban agarraditas entre sí. Dieron una vuelta por donde estábamos y se fueron. Nosotras quedamos ahí, pero era tal el ambiente de democracia que seguimos hablando de la clase obrera, en lugar de haber visto una muestra tan palpable del problema por el cual estábamos reunidas. Eso fue lo que nos dieron los niños! SECUELAS DE SOPÓ Después de tantas y tan pequeñas cosas, busca el espíritu mejores aires, mejores aires. León De Greiff En Sopó habíamos decidido desfilar unidas el 1 de mayo pero las militantes que irrumpieron en nuestra reunión desfilaron bajo la bandera del PST llamando a un encuentro de feministas y trabajadoras! Los demás sectores desfilamos en una columna independiente con consignas como Soy mujer y qué, Por el derecho a la pereza, Nuestra lucha transforma la vida cotidiana y Por un mundo nuevo y diferente. Ahí fue cuando empecé a darme cuenta de que algo extraño estaba pasando en la relación con los partidos: una cosa era lo que hacíamos y decidíamos con las mujeres que los representaban y otra muy diferente lo que decidían sus dirigentes. Yo, en cambio, no reconocía ninguna autoridad ni política, ni familiar ni religiosa. Era dueña de mi propia vida y de mis decisiones y lo mismo pensaba el resto de El Aquelarre. Aún con el corazón herido por la muerte de mi hermano Carlos Mario hacía poco, y cuando me había pasado un poco la inflamación de la cara producto del accidente del bus que me mordió, me preparé para volver a una reunión de la coordinadora, en donde íbamos a evaluar lo que había sucedido en Sopó y en la manifestación del 1º de mayo. Salimos de Sopó en medio de la lluvia, pero en Bogotá, la mayoría no llegó a la reunión porque estaba lloviendo! Este hecho fue la gota que derramó al vaso, y Main, Martha, la Sardi y yo salimos de la reunión y dijimos: Ya no más, que sigan ellas! Y desde ese momento colgué la toalla de la militancia, pues militar, ni en el feminismo! A partir de ese momento todas mis energías estuvieron dirigidas a fortalecer el sueño de vivir en comunidad, de aprender a vivir de otra manera, cosa que ya habíamos empezado a hacer desde cuando se formó El Aquelarre. Vivir juntos fue algo que se dio de manera natural, aunque yo era la que mayor fuerza le ponía a este sueño de tener una casa en el campo donde hubiera espacios comunes y privados, donde pudiéramos cultivar la tierra, fuéramos autosuficientes y lográramos armonizar el cuerpo, la mente y el sentimiento, las manos y la cabeza. Nos inventamos una forma de compartirlo todo sin planear de antemano ni imponer reglas. Como cantaba Serrat Caminante no hay camino, se hace camino al andar, golpe a golpe, verso a verso. En Teusaquillo y en Sopó la propiedad no era privada. Nadie tenía un cuarto propio y todos compartíamos la ropa. Los cuartos tenían nombres como Luna, Marte, Saturno y Venus. Como fuente de trabajo hacíamos resúmenes de documentos sobre educación superior por los que nos pagaba Colciencias y cambiábamos pasto por leche con los vecinos. Nos inscribimos en un taller de telares que ofrecía el SENA y como trabajo final hicimos un tapiz con una lana que compramos, limpiamos y teñimos con mora y café. Al diseño del tapiz lo llamamos el árbol de la vida, y el tapete estuvo colgado en nuestra casa, por quince años! También hacíamos galletas, y cuando Mauricio Saiz llegó a vivir con nosotros, nos enseñó a hacer quesos y arequipe. Mauricio venía de una familia muy tradicional de Sopó y poco a poco se fue incorporando a nuestra comuna, para mayor escándalo del pueblo que de antemano estaba escandalizado con nuestra forma de vivir. Nos volvimos vegetarianos y le poníamos mucha atención al cuidado de nuestra salud con métodos naturales y caseros, masajes y ejercicios. Nuestro libro de cabecera era Nuestros cuerpos, nuestras vidas del Boston Women s Health Book Collective, que aún se sigue publicando hoy y que da muy buena información sobre la salud de las mujeres teniendo en cuenta sus propias historias y sus fortalezas. No bebíamos tragos fuertes, sólo cerveza de vez en cuando. Compartíamos la responsabilidad del trabajo doméstico sin ninguna diferencia 80 81

43 EL BUS QUE MORDIÓ A CRIS De regreso a Sopó después de un día de mercado y de una de esas reuniones fallidas, nos subimos al bus Main, Jorge, Martha, La Sardi y yo cada uno en su ventanilla, felices pues el bus estaba casi vacío. A mitad de camino ya iba medio dormida, recostada en la ventanilla, cuando de pronto me despertó una ráfaga de luz muy fuerte proveniente de otro bus que iba en sentido contrario y, simultáneamente, el vidrio de mi ventanilla explotó, se deshizo en mil pedazos y muchos de ellos se incrustaron en mi cara. Me levanté como un resorte pensando que todo el bus se estaba desintegrando, pero llegó Jorge Meza a ayudarme a cambiarme de asiento, pues la única ventanilla que había estallado era la mía. Lo que sucedió fue que se habían acercado mucho los dos buses y se habían rosado, y por eso había estallado el vidrio de la última ventanilla. Aunque la sangre que brotaba de mi cara fue disminuyendo, el ardor era terrible, así que el bus siguió y me llevaron al hospital de Sopó. Me cogieron cinco puntos pues tenía roto el tabique y la cara desfigurada! Al domingo siguiente llegó Rita Escobar muy temprano, pues sintió que algo malo había pasado. Entre todos escogimos el tratamiento: emplastos de yerbas, papaya y panela rayada, un sombrero grande para protegerme del sol y mimos, muchos mimos. Mis amigos y amigas se turnaban cada día para limpiarme la cara y sacarme los vidrios que iban brotando poco a poco. Todavía tengo algunos que nunca quisieron salir, pues después de que me quitaron los puntos me negué a volver al hospital, ya que confiaba más en nuestros métodos de autocuración que en la medicina convencional. Interpreté este accidente como un llamado de atención de la vida. Qué hacía yo dispersándome en luchas partidistas así fueran socialistas? entre hombres y mujeres, adultos y niños. No vivíamos permanentemente con niños, pero llegaban todos los fines de semana: los hijos de Guentcy, de Tere, de Gladys y de Néstor Miranda y Silvia Castrillón. Disfrutaban mucho de la elaboración de las comidas con nosotras, de recoger mazorcas de la huerta, de quitarles el capacho y los pelos que luego usábamos para diversos remedios; de desgranar, moler y luego hacer las arepas y las tortas, y de recoger leña para el fogón. Pero para ellos era difícil volver a sus vidas cotidianas, pues cuando llegaban al colegio y contaban lo que habían estado haciendo el fin de semana, sus compañeros los trataban de maricas, y en algunos casos hasta los agredieron físicamente! La búsqueda no era fácil ni parar ellos ni para nosotras. La transgresión implicaba mucho desgaste emocional. Tampoco teníamos televisor y sólo conseguíamos uno para ver los partidos de fútbol ya que a Main y a mí no sólo nos gustaba el fútbol sino que nos habíamos criado jugando fútbol: con cuatros hermanos y quince primos hombres no teníamos opción! Eso sí, la música seguía siendo una de nuestras mayores satisfacciones. Mucha parte del tiempo bailábamos, cantábamos y tocábamos instrumentos musicales. Tuve seis hermanos, cuatro hombres y dos mujeres. De esos cuatro hay dos que están muertos: Carlos Mario y Álvaro León. Hugo, el mayor de los hombres, es profesor de educación especial; Carlos Mario no quiso estudiar mucho y se dedicó a los negocios; Iván Darío es mecánico, conductor, muy enamorado y el único que tiene tres hijos; Álvaro León era mecánico de avionetas y la Tata, Adriana, la menor de las mujeres, es diseñadora gráfica y una mujer muy linda y muy amorosa, el ángel de la guarda de mi familia. Nuestra casa en Sopó también fue un resultado de nuestro sueño feminista. Allí tuvimos angustias pero también fuimos muy felices. Nos permitimos vivir plenamente nuestras ganas de escandalizar con nuestra forma de hablar, de vestir y de ser! Y aunque Magdala Velásquez dice en su libro que cultivábamos el feísmo a nosotras sí nos gustaba adornar nuestro cuerpo y nos sentíamos muy bonitas! Por supuesto, no usábamos los adornos convencionales que usan las mujeres, pero en nuestro estilo realmente éramos bellas. Después de un año de vivir en Sopó nos pidieron la casa. Volvimos a Bogotá y nos fuimos a vivir a La Perseverancia, un barrio popular en el centro de Bogotá. Allí seguimos nuestro proyecto de vida, sólo que el espacio era más pequeño y el trabajo más difícil. Cada quien encontró sus propios caminos profesionales y afectivos, y poco a poco nos fuimos organizando de otra manera: una casa matriz y varias casas separadas. Así continuamos hasta el día de hoy. En cuanto a la preparación del Primer Encuentro, siempre estuvimos al tanto de lo que pasaba, pero no hice parte de la coordinadora. PREPARACIONES Y DESCOORDINACIONES Aunque la coordinadora se fue reduciendo, siguió reuniéndose y acomodándose a las nuevas condiciones. Como no estuve en esta etapa, debo dejar que sean otras voces las que cuenten esta parte de la historia. Estos son, por ejemplo, apartes de una versión tomada del folleto elaborado por las mujeres de la Coordinadora unos días antes del Primer Encuentro y distribuido luego como una ponencia en el marco del Encuentro: Qué pasó en Cali Finales de julio de 1980 Llevar el Encuentro adelante fue asumido con ardor y muchas mujeres nos encontramos de una manera diferente: no con la prisa de responderle a una situación coyuntural, creada por otros, sino con la calma de ver quién estaba sentada al lado nuestro, qué hacía, cómo vivía, qué pensaba y cómo quería ese Encuentro. La reunión nacional de Cali estuvo precedida por una carta del Grupo Amplio de Cali donde se censuraba al equipo de mujeres que estábamos organizando el Encuentro en Bogotá por haber violado los acuerdos e incumplido las tareas planteadas en Sopó. Realmente no era cierto pues en Sopó se discutió el carácter del Encuentro con base en dos posiciones: una la que había discutido largamente la coordinadora de Bogotá en el sentido de que sería un encuentro feminista, y otra, planteada por las militantes (Firmes, PSR, PST) en términos de que debía ser un encuentro donde se invitara formalmente a los sindicatos, centrales obreras, partidos, etc. La discusión llevó a dejar planteadas las divergencias y a reafirmar la posición de las feministas independientes respecto a la autonomía que nuestro movimiento debía asumir frente a los partidos y a los puntos de vista que querían convertir el Encuentro en un gran acto para mostrar y exhibir, vaciándolo del contenido inicial: conocer los grupos feministas latinoamericanos, sus trabajos, sus experiencias, posibilitar nuevos lenguajes, nuevas expresiones y afirmarnos en nuestras perspectivas individuales y políticas Se dijo que los grupos feministas eran pequeños grupos de autoconciencia sin significación política ni social posible y que, por lo tanto, era necesario ampliar el Encuentro, mirarlo desde el punto de vista de correlación de fuerzas [ ] Realmente esos fueron los argumentos expuestos en la reunión de Cali para cambiar los objetivos y el carácter del Encuentro, llegándose a oír comentarios tales como es vergonzoso que vengan mujeres de otros países a oír discusiones sobre sexo. Por los grupos autónomos de Bogotá y Medellín, cuyas posiciones coincidieron, asistieron 7 mujeres, descontando claro está a las militantes, algunas de las cuales aparecieron como representantes sin haber estado vinculadas a la coordinadora de Bogotá. Mujeres de partido miembros de la coordinadora de Bogotá asistieron dos que naturalmente allí olvidaron el Acuerdo de la Candelaria, violaron el compromiso de vincularse individualmente y se presentaron como militantes de un partido (PSR). Como se ve, las mujeres de partido ponen siempre por encima las necesidades específicas de su grupo político, aunque con ello violenten nuestro proceso y nuestros objetivos. Antes que mujeres son militantes y asegurar la influencia partidista y la captación de adeptos son sus principales 82 83

44 objetivos, aunque para ello tengan que acudir a los vicios habituales del político de derecha o de izquierda tradicional, como son los montajes de mayorías. [ ] En la reunión de Cali, la coordinadora de Bogotá (que cuenta con diversos grupos y mujeres independientes) equivalía a un voto. Nosotras pedimos que no se hiciera la votación y cuando se hizo nos abstuvimos de votar. Por ese hecho se nos censuró agriamente, se nos preguntaba si éramos delegadas o no. Cuando la votación les dio mayoría total consideraron que las mujeres de Bogotá y Medellín eran minoría y que como tal debían someterse a la mayoría como único mecanismo de funcionamiento. Nosotras preguntamos: Desde cuándo las feministas se manejan con las normas del centralismo democrático? Desde cuándo se puede decir que se es feminista cuando se impone a las mujeres un proyecto de encuentro que no quieren por la autoridad de una supuesta mayoría montada cuidadosamente? [ ] La asamblea de Cali resolvió un encuentro amplio, de masas, con invitación oficial a todos los frentes feministas de partidos y sindicatos y además agrupaciones de mujeres liberales que existen en el país. Habrá coordinadora en cada ciudad, donde según su propuesta, el trabajo se dividirá así: Bogotá: finanzas e infraestructura. Cali: correspondencia y Cartagena: selección de ponencias El criterio de selección de participación individual se abolió por la representación de partidos políticos, frentes femeninos, sindicales, agrupaciones femeninas. Además existirá un grupo operativo en Bogotá con cinco cupos que tendrán la siguiente conformación: dos cupos que ya fueron dados a Cali para el PSR y finalmente tres para los grupos autónomos que deberán ser llenados cuando las mujeres de Bogotá, según sus mismas palabras, mejoren. [ ] En otras palabras, se optó por la asamblea de mujeres y no por un encuentro de mujeres feministas [ ] Mantenemos la idea original de realizar un encuentro feminista (con el contenido que esto implica) y para él estamos dispuestas a dar toda nuestra capacidad de trabajo 84 Queremos [que este Encuentro] se corresponda con su carácter y en este sentido, no sea un congreso académico, ni una asamblea partidista, sino un encuentro de las feministas Latinoamericanas [ ] Y por último, qué vamos a propagandear? No sería mejor hacer esto después de que nosotras en un Encuentro, realmente nos Encontremos? Otra voz que muestra el contexto en el que se estaba preparando el Primer Encuentro: Acta del II Preencuentro, Cali, septiembre 1980 Durante los días 6 y 7 de septiembre se realizó en el Valle del Lili, en las afueras de Cali, el segundo preencuentro preparatorio del I Encuentro Feminista Latinoamericano, con participación de mujeres de varias regiones del país, algunas a título individual y otras en representación de las siguientes organizaciones: Organización la Mujer de Cartagena; Comisión de Mujeres del PSR, Bogotá; Comisión de Mujeres del PST, Cali; Comisión de Mujeres del PST, Pereira y Viejo Caldas; Colectivo de Mujeres Medellín; Grupo Amplio por la Liberación de la Mujer, Cali; Combate Mujer, Montería y Sincelejo; Comisión de Mujeres del PSR, Cali; Grupo Amplio de Mujeres, Barranquilla; revista Cuéntame Tu Vida, Cali; Grupo de Mujeres del Barrio Antonio Nariño, Cali; representantes de la coordinadora de Bogotá. Total 57 mujeres. La coordinación del preencuentro estuvo a cargo de 8 delegadas de los diferentes grupos o ciudades asistentes, rotándose tareas de moderación y relatoría. Los aspectos principales recogidos durante esta reunión fueron: II. Carácter del encuentro Este punto se inició con la lectura sobre del Acuerdo de la Candelaria, realizado en Bogotá en agosto 10 del presente año (anexo #1). Los puntos que se discutieron más ampliamente y en los cuales hubo participación plena de todas las asistentes fueron los numerales A) que se refiere al objetivo del Encuentro y el numeral B) sobre la participación. En relación al primer punto: A) Se planteó que era un término muy restrictivo al tener como objetivo del Encuentro, reunir mujeres latinoamericanas comprometidas en una práctica feminista puesto que no se podía determinar qué era ésta como tal, sin antes haber discutido lo que es el feminismo. Por tanto se acordó cambiar este término por el de mujeres que están comprometidas en la lucha por la liberación de la mujer. Este fue el único acuerdo unánime en el preencuentro de Cali. B) En cuanto a los criterios de participación, plantea que será a titulo individual. La organización Feminista de la Mujer de Cartagena (anexo #2) tiene otra posición al respecto, considerando que la participación puede ser individual, por grupos u organizaciones gremiales, populares y políticas. Durante la discusión se plantearon varias posiciones al respecto, no lográndose un acuerdo unánime. Los argumentos dados en contra de que el Encuentro tuviese un carácter masivo fueron los siguientes: a) Los grupos y organizaciones no deben participar como tales ya que éstos definen que el feminismo es ante todo un compromiso personal que parte de cuestionar la estructura de la familia, la sexualidad, etc., yendo más allá de las prioridades de orden económico. b) El estilo de trabajo de los partidos políticos tiene la concepción del feminismo sobre el cambio, en el sentido de que el enemigo no es sólo el orden social que oprime, sino que es necesario cuestionar la cotidianidad, luchar por transformarla, buscando nuevas formas de relaciones que cuestionen la estructura de poder aun dentro de las organizaciones de izquierda. Las mujeres en los grupos políticos son subordinadas, marginales, se trata es de definir la autonomía de las mujeres; la lucha feminista permite que la mujer, en un plano de igualdad con el hombre, participe en la lucha revolucionaria. 85 c) Si al Encuentro se invitan todas las organizaciones de mujeres sería un encuentro nacional y no un encuentro feminista latinoamericano. d) La mujeres que militan en un grupo político hablarían a partir de lo que sucede en su grupo o hablarían a nivel de su propia vida como mujeres. Lo importante es cómo somos cada una individualmente, recuperar la subjetividad; la cotidianidad de las obreras también está atravesada por los problemas de la sexualidad, las relaciones personales, etc., en ese sentido ninguna mujer va a ser excluida. A propósito de la discusión entre militancia de partido y feminismo, Amalia Fischer resume muy bien el punto central en su artículo Los complejos caminos de la autonomía : Para las feministas de la doble militancia - activismo en el partido político y en el movimiento feminista-, la lucha principal era la lucha de clases y era el partido quien podría llevar a la sociedad a una transformación total. Para ellas el movimiento feminista era incipiente, estaba compuesto por pequeños grupos de auto-conciencia, habría que darle trascendencia, para eso tendría que tornarse masivo, la participación no debería ser únicamente individual, las decisiones se tendrían que tomar por votaciones, debería haber representación de otros sectores de la sociedad como por ejemplo, de grupos u organizaciones gremiales, populares que fueran realmente políticas. Sin embargo, estas feministas, por un lado, dieron una dura disputa con los hombres de sus partidos para que sus demandas fueran escuchadas y atendidas. Y por otro, dentro del movimiento feminista se enfrentaban constantemente a las otras feministas para tener su propio espacio. Las feministas de la doble militancia muchas veces seguían más los lineamientos e intereses políticos de sus partidos que los de ellas mismas, que lógicamente estaban más ligados a los de las otras feministas. Los partidos políticos usaron a estas feministas e intentaron apropiarse innumerables veces del movimiento feminista. Esto llevaba constantemente al enfrentamiento entre feministas por la defensa de la autonomía del movimiento feminista, de partidos políticos, de sindicatos y de movimientos de izquierda.

45 EL PRIMER ENCUENTRO 87

46 F FEMINISTAS Y NO TAN FEMINISTAS 89 inalmente, el objetivo del Encuentro se redactó así: [ ] Reunir a mujeres comprometidas con la práctica feminista para intercambiar experiencias, opiniones, identificar problemas y evaluar las prácticas desarrolladas, así como planear tareas y proyectos hacia el futuro. Los temas planteados en la agenda, que habían sido definidos en el Encuentro de Sopó en abril, fueron los siguientes: feminismo y lucha política; mujer y trabajo; sexualidad y vida cotidiana; mujer, cultura y comunicación. En cuanto a la metodología, se propuso que fueran talleres y foros, agrupados según los temas y las ponencias inscritas con anterioridad. Para referirme a lo que sucedió en el Encuentro, parodio el título del video realizado por Cine Mujer Llegaron las feministas aunque para ser más precisa debería decir llegaron las mujeres, algunas feministas y otras no tan feministas. Se esperaba máximo entre 150 y 200 mujeres y llegaron 300. De dónde llegaron? De México, Perú, Brasil, Venezuela, Argentina, Chile, Ecuador, República Dominicana, Puerto Rico, Curazao, Holanda, España, Francia, Italia, Canadá, Estados Unidos y, por supuesto, de todos los rincones de Colombia. Fue el inicio de la reflexión continental sobre el feminismo. Ya no estaba en calidad de organizadora ni en calidad de representante de ningún grupo. Simplemente estaba allí a nombre propio. No tenía las responsabilidades que había tenido en los últimos eventos en los que había participado. Esto me dio mucha libertad en el Encuentro porque realmente pude asumir lo que yo quería, encontrarme con feministas, con muchas mujeres, y podía ir de de un taller a otro como quisiera. También existía la posibilidad de estar simplemente sentada en el pasto tomándome una cerveza, conversando, caminando sola, porque el lugar tenía un espacio verde muy bonito y en el que podíamos movernos con mucha libertad. Una de las cosas más particulares para algunas, y cómica para otras, fue que nos presentamos una a una durante un día entero. Algunas mujeres dijeron su nombre y de dónde venían, pero hubo otras, incluida yo, que hablamos más largo. Yo no desaproveché la oportunidad de contar algo de la experiencia de Sopó. En las noches teníamos otros encuentros. En El Aquelarre, los hombres, Mauricio y Jorge, nos tenían preparada la comida y también disfrutaban de las nuevas amistades. En la finca de Sofos prácticamente pasamos la noche entera sin dormir, conversando, riéndonos y encontrándonos de muchas formas! En ese momento ya habíamos conocido a Fernanda Pompeu de Brasil. Cuando comenzó a hablar, la asamblea se dio cuenta de que el portugués y el español no eran tan parecidos, y preguntaron que si había alguien que quisiera servir de traductora. Como había vivido en Brasil, inmediatamente me ofrecí. Desde ese momento se inició una amistad muy fuerte entre nosotras que todavía perdura hoy. Estar en el Encuentro fue como sobrevolar el continente en la medida en que pude conversar, encontrarme o simplemente escuchar a una variedad tan grande de mujeres de todas la edades, de todos los colores y que hablaban en tanto idiomas, que sinceramente puedo decir que esto fue una de las mejores cosas para mí. A raíz de las peleas que se habían dado, el grupo coordinador tomó la decisión de cortar con las trotskistas y les comunicó que no querían que participaran en el Encuentro. Cuando llegó Socorro Ramírez no la querían dejar entrar. Fue una situación muy embarazosa y angustiosa para mí, y me quedé muda, sin poder tomar partido por ninguna de las dos posiciones. Entendía que no eran las mujeres sino los partidos los que en su afán de tomarse el movimiento habían atropellado la autonomía de las mujeres feministas. En lugar de seguir trabajando con todos los grupos como veníamos haciéndolo, los partidos de izquierda propiciaron tantos enfrentamientos tan agudos y tan desagradables que la Coordinadora se vio forzada a tomar esa decisión. Sin embargo, estas mujeres de los partidos que habían trabajado por el Encuentro tanto que hasta cierto punto se puede decir que dieron el empuje inicial, querían asistir así como yo y como

47 nosotras quienes a pesar de habernos alejado de la coordinación no fuimos rechazadas. Tampoco estaban invitados los grandes medios de comunicación y esa fue una de las cosas que siempre compartí porque retomaba algo de la concepción inicial que tenía que ver con que si realmente nos íbamos a encontrar no necesitábamos ganar ningún espacio ni hacer ninguna divulgación. Para el registro estaba Cine Mujer y la propia Coordinadora enviaba los boletines de prensa puesto que el Encuentro no era para que cualquier mujer que pasara por la calle pudiera participar sin conocer los motivos de la reunión. Incluso la Primera Dama de ese momento quiso asistir, pero no se le permitió porque se consideró que eso era abrir un hueco por donde seguirían entrando los periodistas a mirarnos, y ya sabíamos lo que eso significaba: sensacionalismo y burla. Al Encuentro también asistieron algunos niños. Ese es otro punto que siempre me ha preocupado, es decir, cómo involucrar a los niños en los Encuentros. Mi respuesta es que hay que disponer de condiciones especiales para ellos. La Coordinadora del Primer Encuentro había tenido en cuenta a los niños, pero llegó una peruana con cuatro hijos y no había avisado! Esta situación generó mucha angustia y muchos trastornos para la Coordinadora. Finalmente todo se resolvió de manera positiva. Simplemente lo menciono para que tengamos presente que en los Encuentros siempre llegan mujeres que tienen niños. Para variar, también recibí una solicitud de ayuda de una de las mujeres caribeñas. Quería abortar! Fue tanta mi angustia que no la acompañé, ni la invité a mi casa, sino que sólo le di la dirección de la Unidad y algunas indicaciones generales sobre lo que le iba a suceder. 90 ESPACIOS PARA NUESTRO TRABAJO Aunque se habían definido cuatro grandes temas, la dinámica del Encuentro fue cambiando, y realmente se formaron dos grandes bloques: sexualidad y política, y aunque se realizaron algunos foros de los otros dos temas, trabajo y cultura, contaron con muy poca asistencia. Además surgieron espontáneamente otras posibilidades: música, danza, rituales improvisados en los que se juntaban todas las energías. 10 Sexualidad En este caso, los ejes temáticos fueron la violación, la maternidad, la reproducción, la anticoncepción, el aborto y la violencia sexual. Se trabajó con una combinación de relatos de experiencias y vivencias y un marco teórico. Fue la primera vez que un grupo de mujeres hablaban por sí mismas de su sexualidad rompiendo los diques de los prejuicios y los tabúes. El foro más numeroso y extenso fue el de lesbianismo, el cual no estaba en la agenda. Oír a las madres lesbianas reivindicar su derecho a la maternidad fue algo que me impactó, no sólo a mí, sino a la mayoría de las asistentes. En el taller a cargo de las mujeres del Taller de Salud de Puerto Rico, Carmita Guzmán nos enseñó cómo utilizar el espéculo para conocer nuestra genitalia. Muchas no quisieron hacerse el autoexamen porque les daba miedo o vergüenza. Otras, en cambio, hicimos las colas necesarias. En este taller también nos dieron información y nos enseñaron masajes y ejercicios de relajación para controlar las molestias de la menstruación, incrementar el placer durante el coito, tener control de los esfínteres en la edad avanzada, lograr partos sin desgarramientos, aumentar la lubricación de la vagina y trabajar en la expulsión de objetos como los tampones. Todo esto redundaba en poder percibir nuestro cuerpo de una manera diferente. 10 La fuente principal aquí es el Boletín de ISIS No. 9 que cubre las Memorias del Primer Encuentro. Trabajo Este fue uno de los eventos más reducidos en número pero en el que participaron mujeres de Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Canadá, las cuales analizaron las condiciones específicas de trabajo en estos países y algunos problemas generales como la discriminación en el trabajo y en el salario y la protección para las mujeres trabajadoras del campo y la ciudad; las condiciones para la preñez, el parto y el postparto, respetando el tiempo de lactancia; la aceptación de las mujeres casadas, preñadas o madres solteras en los lugares de trabajo y la obtención de los servicios de guardería para los hijos; la participación de las mujeres en los sindicatos y las organizaciones sociales, lo cual incluye la formación de hombres y mujeres en la problemática de la mujer y, naturalmente, el trabajo doméstico. Cultura En el taller de cultura participaron mujeres que trabajaban en medios de comunicación, teatro, cine y revistas. No sólo se presentaron audiovisuales y algunas películas sino también investigaciones sobre literatura infantil y escolar. En este espacio de trabajo surgieron dos interrogantes: Cómo romper la dicotomía entre el contenido y la forma? y Cómo lograr apropiarse de la palabra que ahora nos es ajena? La lucha política Este espacio fue el que contó con una asistencia más numerosa. Los ejes centrales de discusión fueron la autonomía de los grupos feministas, la doble militancia y el feminismo frente al imperialismo. Las discusiones fueron extensas y en ellas se tocaron muchos temas, a partir de la siguiente premisa: La práctica del feminismo atañe no sólo a las mujeres sino, además, a todos los sectores de la población, a los hombres, niñas y niños, etc. El feminismo implica la construcción de una nueva práctica partiendo de la premisa de que lo privado es político; el feminismo 91 AFICHE PARA EL PRIMER ENCUENTRO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, 1891

48 cuestiona aspectos fundamentales de la sociedad como la reproducción biológica y social, el trabajo doméstico y las relaciones de poder y dominación; el feminismo reconoce la existencia de una opresión específica de las mujeres, siendo ésta más aguda para las mujeres de los sectores populares. También se intentó definir las diferentes corrientes feministas y las relaciones de poder y dominación entre clases, sexos, generaciones, razas y naciones. Estuve en algunas discusiones relacionadas con aspectos políticos, específicamente con la doble militancia, uno de los conflictos por el que tanto nos habíamos enfrentado en los años anteriores. Me pareció interesante ver cómo esa misma situación, esas mismas diferencias se expresaban en otros países, en algunos de manera más fuerte que en otros, pero igual las tensiones estaban presentes entre la doble militancia o lo masivo y el gueto, que era la manera en que algunas mujeres hacían comentarios peyorativos sobre los grupos pequeños. De todas maneras la información que tuvimos sobre lo que se estaba haciendo y lo que estaba sucediendo en diferentes países fue muy esclarecedora. En el Encuentro me encargué de la portería De pronto todo el mundo salió corriendo: Que ahí viene Socorro Ramírez! Yo no tenía ni idea de quién era Socorro Ramírez. Ella llegó y dijo: Yo soy Socorro Ramírez y yo le pregunté: Dónde está tu inscripción? No, es que yo soy Socorro Ramírez, Sí, pero no estás en la lista de inscripción Patricia Sanabria Para cerrar este capítulo, no puedo dejar de mencionar lo que dijo Julieta Kirkwood sobre este Primer Encuentro: En Bogotá percibo un sentido descubridor. Es la posibilidad de una primera vez, una primera apertura al mundo desde el feminismo latinoamericano. Es narrar la utopía revivida para nosotras y para las demás [...]. En fin, en Bogotá ha sucedido que un gran número de mujeres parió una idea, la echó al mundo y ya la criatura no nos pertenece. Adquirió vida propia. Bogotá es el primer planteo -en grado de Continente- cuestionador y radical de las instituciones patriarcales. Es la primera revelación de aquellas que pública y socialmente se rebelan; primera apertura de conciencia en comunidad donde no importan los porqués ni los cómos. Es por ello, un primer momento [...]. Bogotá marca el tiempo de la recuperación del espacio para las mujeres. De un espacio muy especial: lo internacional [...]. Bogotá marca el momento de un desordenado asalto al orden; el tiempo de trabajo se hace canto y fiesta, la razón es desacralizada y puesta en su lugar [...]. Bogotá plantea la recuperación de los orígenes: es un embate a la historia 11 Hasta la fecha de publicación de esta crónica, 2008, se han realizado diez encuentros feministas en diversos países, y se está preparando el decimoprimero para 2009 en México. Sobre estos encuentros, el feminismo y las feministas se han escrito diversos libros y artículos, quizás el más completo de ellos la tesis de Amalia Fischer titulada Feministas latinoamericanas: las nuevas brujas y sus aquelarres. Sobre el tema, también son trabajos muy interesantes los de Francesca Gargallo, Martitza Navarro, Virginia Vargas, Lola Luna, Virginia Sánchez y Sonia Álvarez. Por supuesto, también es posible acceder a las memorias de los diferentes encuentros, la mayoría de las cuales han sido publicadas. En la organización del Primer Encuentro trabajé con Diana Rodríguez en correspondencia. Me acuerdo que después apareció Amparito Díaz y se vinculó a ese grupo. El grupo era el que contactaba gente por correo. Había un grupo de logística y otro que se encargaba de las mesas y los temas que se iban a tratar. La cosa era que no teníamos financiación y no tengo ni idea cómo lo hicimos porque nunca hubo un peso para nada. Recuerdo que mucho de la preparación se terminó haciendo en mi casa. Empezó a llegar gente no sólo de Colombia sino de México. Por ejemplo llegaron Virginia Sánchez y Amalia Fischer. Al final sí había un grupo que tenía que ver con los temas que se iban tratar en las diferentes mesas. En el Encuentro se dieron cosas que se gestaron dentro del mismo que no estaban tan planeadas. Las mujeres que después formaron la Casa de la Mujer estaban muy metidas en toda la organización. Un día antes del Encuentro, como a mi casa había llegado una gran cantidad de material, empezaron a llamar a la madrugada diciendo que nos iban a allanar, que ya habían ido a la casa de las Sánchez, y que el paso seguido era mi casa. Yo no me preocupaba, pero a Tuco se le pararon los pelos. Margarita Medina pasó al otro día en un carro y se llevó todo el material a la casa de alguien que era neutro. Diana Castellanos Julieta Kirkwood. Ser política en Chile: las feministas y los partidos. FLACSO, Santiago, 1986, pp PLEGABLE DE INSCRIPCIÓN AL PRIMER ENCUENTRO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE,

49 Fui a varias reuniones sobre la organización del Encuentro. Recuerdo que hubo un rompimiento total y la organización se durmió. Diana Castellanos, que es una organizadora nata, fue la protagonista de esa parte del Encuentro. Ella no venía de ninguna militancia. Muchas criticaban eso, pero ella era la que en ese momento jalonaba el Encuentro. El día que llegamos al lugar del Encuentro había un afiche que decía Bienvenidas: Mujeres en la Lucha Eso le dio duro a Diana. Ese afiche era de la disidencia, es decir, del grupo de Olga Amparo Sánchez. Graciela Fandiño Ese invento del Primer Encuentro de enseñarnos a mirarnos el útero y ponernos un espéculo fue maravilloso. Para las jóvenes feministas de Vamos Mujer es una maravilla que exista ese objeto Yo lo guardo como un tesoro! Clara Mazo En el Primer Encuentro nos enseñaron a masturbarnos Tere Fernández Recuerdo que en el Primer Encuentro había una mujer de Canadá que nos perseguía a todas invitándonos a hablar de lesbianismo. Uno se escabullía y cuando miraba ya le había caído a otra. En un momento dijimos: Toca hacer un taller de lesbianismo aunque no vaya nadie Resulta que se cancelaron los otros talleres porque todas estábamos en el taller de lesbianismo! Fue muy bonito. De un momento a otro, una mujer se levantó y dijo: A mí el feminismo me cambió la vida. Tengo cuatro hijos y un marido y ahora estoy enamorada de una mujer. Miren cómo estoy: he perdido diez kilos, estoy ojerosa, no duermo, no como No sé cómo se vive esto No sé si es enamoramiento. Estoy confundida. Ese taller al que todas le huíamos terminó siendo parte importante del Encuentro. Allí se habló del lesbianismo de manera tranquila y sin angustias. Nadie se esperaba que en el Primer Encuentro y en Bogotá se hablara de ese tema. Fue una sorpresa. Lo otro que me gustó fue el día que decidimos dónde iba a ser la fiesta de cierre del Encuentro y quiénes iban a la fiesta. Hubo una discusión: el ochenta por ciento de las mujeres quería llevar a sus maridos. Ahí se evidenció una dimensión profunda del feminismo, de respeto a la autonomía, de protección de nuestros lugares íntimos. Se hizo visible la tensión entre el derecho a estar solas, a enrumbarnos solas, a no decir dónde estábamos, y las que querían llevar a sus maridos. Algunas de ellas finalmente no fueron a la fiesta. El Primer Encuentro tocó cosas muy primordiales del movimiento feminista y de nuestra búsqueda, que luego en otros encuentros, donde las peleas eran por la financiación, no se volvieron a tocar en la dimensión realmente vital en que se tocaron en el Primer Encuentro. En los otros se tocaron de una manera más intelectual, apoyándose en bibliografía, pero como se tocaron en ese Encuentro fue un cimbronazo. Martha Vélez ILUSTRACIÓN DE GLADYS JIMENO 94 95

50 Estuvimos presentes en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe que se realizó en la ciudad de Bogotá del 18 al 21 de julio pasado La reunión lejos de ser fría y formal, estuvo llena de música de todos nuestros países, llena de caras alegres y entusiastas. Bailamos cumbias, merengues, vallenatos, rumbas, tangos, el jarabe tapatío, salsas, sambas y sones veracruzanos. Discutimos bastante, intentando sacarle al tiempo el tiempo que no tenía. Hablamos acaloradamente sobre la doble militancia de algunas feministas a las que les parece insuficiente políticamente estar dentro del Movimiento de Liberación de la Mujer (MLM) y complementan su práctica con la del partido de izquierda. El feminismo autónomo levantó la voz para reivindicar al MLM como un movimiento político y radical. Algunas mujeres agregaron que el movimiento no le teme a la toma del poder. Las discusiones se alargaban y de pronto era necesario salir a tomar aire. Mientras tanto, a la voz de se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla, por ahí se organizaba la compra de las chelas bien frías, para entonarnos y dejar atrás el cansancio que ya todas acumulábamos. Las canciones no se hacían esperar, entonamos los clásicos corridos de la revolución mexicana, valsecitos peruanos, las llaneras venezolanas, canciones viejísimas de origen negro a changó y hasta sin prejuicios entonamos, ante la petición general, Sigo siendo el rey. Colombia es un país, hasta donde vimos, hermoso, interesante y que atraviesa por una crisis política muy fuerte. También es como todos nuestros países un enjambre de contradicciones. De hambre y dignidad, de miseria y de identidad cultural, de tristeza y de fiesta, de selvas y montañas nevadas, de ríos y ciudades, de valles y tormentas, de temporales y de soles. Mientras estábamos en el Encuentro sucedieron cosas que delatan algo sobre esta situación política. Una organización revolucionaria armada, el Movimiento 19 de Abril (M 19) lanza dos granadas contra el palacio de Nariño tomando por sorpresa a los habitantes del famoso palacio, entre ellos al doctor Turbay Ayala, presidente de Colombia. La represión no se hace esperar y vemos de pronto plagada la prensa de informaciones y denuncias sobre allanamientos, detenciones ilegales y decisiones de las autoridades civiles y militares para encontrar el mortero que se ha utilizado para el atentado. A los pocos días, el M 19 explica que quiere la paz pero que ha decidido hacerle la guerra a la democracia ya que no es por la paz que los van a dejar salir a participar en las elecciones del próximo año. Muchas pintas en las paredes de la ciudad cuentan como la amnistía propuesta por el gobierno era una amnistía parcial y que no favorecía sino al mismo gobierno. Los cerca de 800 presos políticos de diferentes organizaciones que inundan las cárceles del país delatan rápidamente que no debe ser muy sencillo expresar el desacuerdo político con la actual forma de gobernar, sin estarse arriesgando a conocer la cárcel por dentro. Así la vida cotidiana está marcada por esta situación general y dentro de este contexto se realizó el Encuentro. Aunque duró sólo cuatro días, y nos hicieron falta por lo menos cuatro más, la reunión ha sido fundamental. Las mujeres veníamos de Dominicana, Puerto Rico, México, Ecuador, Perú, Venezuela, Colombia, Chile y Brasil. Fuera de la comunidad salsera y tropical, también llegaron mujeres de Europa, Canadá y EEUU, a vernos de cerca y a compartir sus propias experiencias. Ahora sabemos que las mujeres de la Librerie des Femmes de regreso a Francia han reducido al MLM en este lado del mundo subdesarrollado y dependiente a un feminismo financiado por fundaciones imperialistas. Durante las presentaciones, que se llevaron un día y medio, pudimos conocer las experiencias y trabajos que diferentes grupos de mujeres hacen ahora en este continente. Centros de salud, talleres de análisis sobre la condición de la mujer, trabajo sindical en apoyo a las reivindicaciones específicas de la mujer trabajadora, talleres de sexualidad, centro de información y de investigación, periódicos, revistas, materiales audiovisuales, cooperativas de producción, ensayos en barrios y comunidades para ir socializando las tareas que limitan la participación de las mujeres, etc. Las raíces de muchos trabajos y problemas que enfrentan son bastante comunes y generalizables, pero existe ya cierta riqueza de experiencias en la forma como estos problemas se van resolviendo en cada lugar. Luego de jornadas intensas pasamos, por supuesto, al salón de baile, sobre estas danzas alguien, por fuera del Encuentro, nos preguntaba solamente mujeres? Pero qué chiste tiene rumbear si no hay hombres? A esta mujercita, tan intrascendente, vino a romperle ese esquema que no era nuestra intención romper. Había cuatro comisiones: Mujer y Cultura, Mujer y Trabajo, Sexualidad y Salud, y Feminismo y Lucha Política. De las cuatro sólo las dos últimas funcionaron realmente por eliminación natural, en vista de las cuestiones que más nos preocupan ahora. Dentro de la comisión de feminismo y lucha política se discutió mucho sobre el obstáculo que han representado los partidos para el desarrollo del movimiento. Hablaban las viejas militantes a las que ahora la sola palabra partido les provoca aversión. Se habló bastante sobre el problema de la autonomía, de las alianzas con la izquierda, del MLM como parte de un proyecto de liberación nacional y como transformador de la cultura y de las raíces ideológicas más opresivas. También hablaron las mujeres más jóvenes que recién ingresan a los paridos de izquierda, ahora más críticos y de nueva izquierda, como les llaman. Ellas explicaban cómo había sido el partido el que les había mostrado y enseñado todo acerca de la condición específica de opresión de las mujeres. El problema con ellas era que no se podía hablar de lo que significa para nuestra sexualidad el orgasmo clitoridiano (o sea, el único) porque ellas siguen creyendo que el orgasmo femenino es vaginal. Las homosexuales dieron una batalla importante durante estos cuatro días y lograron hacer cantar, reír, bailar, jugar, abrazarse, quererse, abrirse, hasta las más remisas y sectarias de las asistentes. Plantearon los problemas más serios y las investigaciones más interesantes sobre sexualidad femenina y política. De ellas salió una buena consigna: Desiquiatrizar el deseo. Por supuesto, la discusión alrededor de la doble militancia y del papel de los partidos de izquierda para el avance o retroceso del movimiento nos ha ocupado mucho tiempo. Discutimos poco sobre la crítica que el MLM le ha hecho a las organizaciones jerárquicas, centralistas, poco democráticas, que limitan la participación de base y que anulan la posibilidad de una práctica más creativa, con mayor libertad y posibilidad de participación, por su verticalidad. El Encuentro ha sido fundamental, de importancia innegable, y nos ha permitido ver que en muchos de nuestros países existen grupos de mujeres que están intentando una práctica política distinta. Aunque la discusión fue bastante teórica, ya que no hubo tiempo para intercambiar más a fondo las experiencias concretas de trabajo, vimos que existe ya una práctica que es necesario estudiar, retomar y empezar a teorizar sobre sus aciertos y desaciertos. La historia del MLM tiene ya una trayectoria en Latinoamérica y va teniendo diferencias con la práctica europea y estadounidense; esto requiere de un trabajo de análisis que nos ubique más hacia delante. Tenemos que construir un movimiento más acorde con nuestra realidad y coordinar nuestro trabajo a nivel continental. Hemos visto que no somos tan pocas como pensábamos y descubierto que tenemos problemas muy parecidos e historias comunes. Sabemos que no estamos solas, que tenemos fuerza y que vamos a utilizarla. Jacinta Montes: Discutió el movimiento feminista en Colombia la militancia en los partidos políticos de izquierda en Uno Más Uno No. 18. Lunes 17 de agosto de 1981, México, D.F

51 RESOLUCIONES DEL PRIMER ENCUENTRO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, 1981 TOMADO DEL VOLETÍN No. 5 DE VAMOS MUJER, ÓRGANO INFORMATIVO DE LA CASA DE LA MUJER (DE IZQUIERDA A DERCHA): PILAR MÁRTINEZ, OLGA AMPARO SÁNCHEZ, DIANA RODRÍGUEZ, MARGARITA MEDINA, DIANA CASTELLANOS, ANA MARIA, JULIA CAMARGO, MARA VIVEROS, PATRICIA SANABRIA, AMPARO DÍAZ, MARTA MADRID, MARY CASTRO. 99

52 LO QUE VINO DESPUÉS 101

53 C QUÉ SIGA LA FIESTA! uando se terminó el Encuentro, nuestra casa de La Perseverancia siguió en agitación pues se quedaron allí varios días muchas mujeres de Medellín y de Cali. De Brasil se quedó Fernanda Pompeu y de México Virginia Sánchez y Amalia Fisher, y nos seguimos encontrando con otras que también se quedaron unos días en Bogotá. Iniciamos una red de amigas feministas que aún hoy se mantiene! Fueron muchos los efectos del Encuentro tanto en Colombia como en América Latina y el Caribe. En Bogotá se creó la Casa de la Mujer y en Cali se creó el Centro de Ayuda Materno-Infantil que abrió paso a una nueva perspectiva respecto a los servicios de salud que en nuestro medio se prestan a la mujer. Aparecieron, entre otras revistas, las siguientes: Brujas, La Cábala, Qué Pasa Mujer? y La Manzana de la Discordia. Como mandatos inmediatos del Encuentro hay que resaltar dos: la decisión de escoger el 25 de noviembre para protestar contra la violencia ejercida contra las mujeres, y la creación de un centro de documentación sobre mujeres. en el vehículo en el que viajaban y arrojadas a un precipicio con la finalidad de simular un accidente. Este hecho de violencia y sus repercusiones fue retomado en el Primer Encuentro. Allí las compañeras dominicanas, Magali Pineda, Mirta Rodríguez y Ángela Hernández, solicitaron que se declarara el 25 de noviembre como Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer. Desde el Primer Encuentro, el 25 de noviembre como el Día de la No Violencia contra la Mujer no sólo se ha celebrado en la mayoría de los países, sino que, además, la OEA lo incluyó como tal en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer que se suscribió el 9 de junio de 1994 en la ciudad de Belem do Pará en Brasil. NO A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES El 25 de noviembre de 1960, en Santo Domingo, República Dominicana durante el régimen del dictador Rafael Leonidas Trujillo, fueron torturadas, y finalmente asesinadas, las hermanas Minerva, María Teresa y Patria Mirabal. Minerva y María Teresa habían ido a visitar a sus esposos a la cárcel en compañía de su hermana Patria. Fueron interceptadas en un lugar solitario del camino por agentes del Servicio Militar de Inteligencia. Conducidas a un cañaveral próximo, fueron objeto de las más crueles torturas antes de ser víctimas de lo que se ha considerado el crimen más horripilante de la historia dominicana. Cubiertas de sangre, destrozadas a golpes, estranguladas, fueron puestas nuevamente AFICHE DISEÑADO POR CHILA TRUJILLO 103

54 DOCUMENTACIÓN PARA LAS MUJERES En la reunión de clausura del Encuentro se vio la necesidad de organizar los materiales que habían llevado los diferentes grupos y organizaciones y que estuvieron expuestos en el evento. Cuando se habló del tema, casi sin darme cuenta me levanté y me ofrecí a colaborar en la organización de un centro de documentación feminista, y días después recibí una gran cantidad de papeles de todas clases, los cuales incorporé a los que ya había empezado a reunir desde mi llegada de Francia. Y entonces iniciamos otra etapa: elaborar el documento final con las conclusiones y conformar el centro de documentación. Al principio hubo mucho interés de las mujeres de la coordinadora y de algunas mexicanas, como Virginia y Amalia, quienes se comprometieron a ayudar a buscar la financiación, pero rápidamente nos enfrentamos a las diferencias de opiniones y de sueños, y el grupo se fue reduciendo. En una reunión me di cuenta de que si me quedaba con ellas iba a seguir con mis contradicciones con la militancia, y entonces les dije que yo sí quería tener un centro de documentación, pero que no quería trabajar con ellas. Hasta ahí llegó el trabajo conjunto. Me quedé con un grupo pequeño: Martha Madrid, Pilar Martínez, Gladys Jimeno, Diana Rodríguez, Mara Viveros, Amparo Díaz, Martha Herrera, Margarita Medina, María Pía Cedolini y algunas indecisas como Main, La Sardi y Diana Castellanos, quien poco después del Encuentro se fue a vivir a Londres unos años. La primera sede del centro de documentación fue nuestra casa de La Perseverancia, pero luego nos acogió Olga Lucía Toro, la directora del Centro de Información y Recursos para la Mujer. Los objetivos de este centro de documentación feminista eran reunir y organizar toda la información posible sobre los grupos y movimientos feministas en América Latina; procesar y analizar esta información para producir nueva información en forma de bibliografías, resúmenes, reseñas críticas, traducciones, artículos, manuales, folletos, materiales audiovisuales, boletines, etc., y establecer los mecanismos necesarios para que esta información fuera utilizada y difundida. Los servicios que quería ofrecer el centro de documentación eran consulta personal, por correo y teléfono; fotocopias; conferencias, seminarios, etc.; publicaciones; investigaciones interdisciplinarias sobre el feminismo, y realización de cursos de capacitación y talleres sobre salud, nutrición, recreación y expresión. Publicamos un número de la revista Fémina Sapiens con la idea de establecer vínculos con mujeres que, al igual que nosotras, efectuaban un trabajo tendiente a cambiar la condición de sumisión de la mujer en CARÁTULA DE LA REV. FEMINA SAPIENS No. 1, 1982 Y CARÁTULA DE LA REV. BRUJAS No. 7 DE 1987 América Latina y en el mundo, pero nuestra idea era crear una fundación o corporación para realizar otras actividades. Preparamos un proyecto para iniciar la búsqueda de financiación pero dadas nuestras características como grupo no estábamos en capacidad de iniciar una tarea de esta magnitud, y cuando el Centro de Recursos nos pidió el espacio que nos había prestado, pues querían ampliar sus servicios, el interés por el centro de documentación desapareció, lo mismo que el grupo! 104 Una parte de los documentos que habíamos recogido la heredé yo, otros documentos se los regalé a la Casa de la Mujer, a Amalia Fischer, quien los regalo a su vez a la UNAM, y recientemente a María Emma Wills y a algunas estudiantes interesadas en el tema. LA CASA DE LA MUJER Este espacio feminista fue creado en Las hermanas Sánchez, Luz Helena, Olga Amparo y María Eugenia han sido desde jóvenes unas mujeres inteligentes y muy comprometidas con las luchas sociales. Militantes en diferentes movimientos de izquierda, incluido Mujeres en la Lucha, también asumieron como suya la causa de la liberación de las mujeres desde una perspectiva más ligada a dichos movimientos de izquierda que la mía, pero que indudablemente ha sido una contribución muy valiosa y duradera para el adelanto de la mujer no sólo en Colombia sino también en América Latina. Pese a que he tenido grandes desacuerdos con el abordaje que ellas tienen de ciertas problemáticas, nuestra relación siempre ha sido cordial y cariñosa, y parte de la valoración del trabajo que ellas han hecho por cerca de treinta años y que nadie podría dejar de reconocer como uno de los más importantes en el país. La Casa de la Mujer se inauguró el día 8 de marzo de En ese momento, las actividades que se proponían llevar a cabo eran talleres de sexualidad y salud, con preparación del parto y postparto, en los cuales se aglutinaban mujeres para discutir y compartir experiencias que las afectaran directamente; apoyo a mujeres violadas, golpeadas, con asesorías legales y psicosexuales hechas por mujeres de la Casa de la Mujer y otras mujeres profesionales; servicio de guardería para las(os) hijas(os) de las mujeres que acudan a la Casa a participar en las diferentes actividades; centro de documentación y recursos para mujeres; seminarios, foros, ciclos de películas, exposiciones, etc., y publicación de la revista Qué pasa mujer? y de un órgano informativo de la Casa, el boletín Vamos Mujer. 105 BRUJAS EN EL CEIM El CEIM (Centro de Estudios de Investigación sobre la Mujer) nació en Medellín, como propuesta de Martha Vélez, Flora Uribe, Gloria Aristizábal, Chila Trujillo y Luz Gloria López. Este centro tenía como fin promover investigaciones sobre las condiciones y los problemas de la mujer colombiana para proponer soluciones, de manera que la mujer participara activamente en el desarrollo social y económico de la comunidad. Sus principales objetivos eran fomentar la educación y la cultura de las mujeres, y producir, editar y distribuir una publicación, la revista Brujas, aparecida en 1982, después del Primer Encuentro, para dar a conocer las problemáticas de las mujeres. En ese momento, y desde entonces, hubo un florecimiento de investigaciones sobre la mujer llevadas a cabo por grandes académicas como Magdalena León, Elsy Bonilla, Monserrat Ordoñez, Carmenza Vélez, Nohora Rey de Marulanda, Magdala Velásquez, Ana Rico de Alonso, Patricia Londoño, Luz Helena Sánchez, Florence Thomas y María Emma Wills para mencionar sólo algunas. La idea con Brujas era publicar escritos de las mujeres e incidir en la cultura desde la visión de las mujeres. La revista no era periódica. Se publicaba cuando se podía. Finalmente salieron siete números. En Brujas siempre reprodujimos en la carátula la obra de una mujer pintora y en la contracarátula los textos de una mujer escritora, no necesariamente reconocida.... Brujas se agotaba, y eso que no le hacíamos propaganda, eso que no se vendía entre las mujeres chic. Aura López, de la Librería Aguirre, vivía aterrada de cómo se vendía Flora Uribe

55 EN ESE TAMBIÉN ESTUVE! 107

56 E LIMA l Segundo Encuentro fue en Lima, Perú, del 19 al 23 julio de 1983: allí llegamos 650 mujeres. Como tuvieron problemas con el espacio, se vieron obligadas a alquilar un club privado fuera de la ciudad que resultó un lugar muy bonito con cabañas distribuidas en un espacio verde, con piscina, con un magnífico restaurante y bar, y también unos lugares de reunión amplios y agradables. El tema general de este encuentro fue el patriarcado: el patriarcado y el trabajo doméstico, el patriarcado y la mujer campesina, el patriarcado y la sexualidad, el patriarcado y la comunicación alternativa, y así los 21 talleres y mini-talleres que se ofrecieron. La idea era hacer teoría. Tanto a mí como a otras feministas que habíamos estado en el Primer Encuentro, nos hubiera gustado que el tema fuera las mujeres y el feminismo. Por eso, algunas amigas como Martha Vélez, Dora Ramírez, Flora Uribe, Ingrid Cáceres, Nancy Vallejo, Amalia Fischer, Fernanda Pompeu y otras, propusimos crear un conversatorio que tendría como tema lo que había pasado entre Bogotá y Lima, en el que pudiéramos abordar temas sobre el movimiento feminista y nuestro propio desarrollo para que hubiera una continuidad y pudiéramos seguir profundizando en algunas cosas que se habían planteado en Bogotá. La coordinadora estuvo de acuerdo y así no nos sentimos tan dispersas, en medio de tanto taller sobre patriarcado. Eso fue muy bueno. El conversatorio se llamó De Bogotá a Lima. También se dio la posibilidad de abrir talleres nuevos y que la estructura no fuera tan rígida. Entre estos nuevos talleres se hizo el mini-taller de lesbianismo que se convirtió en el más grande del Encuentro, tal como había sucedido en Bogotá. También hubo un taller sobre racismo organizado por las mujeres negras del Brasil. No me sentí tan cómoda en cuanto a muchos temas que no me tocaban demasiado, pero especialmente porque me había preparado para presentar nuestro incipiente Centro de Documentación Feminista. Llevaba una ponencia de Gladys Jimeno, algunos ejemplares de la revista Fémina Sapiens publicado recientemente y un comunicado en el que hablábamos de los servicios que ofrecía el centro de documentación. Invitábamos a compartir con otros grupos y hacíamos una encuesta sobre necesidades y características de las feministas con la idea de luego retroalimentarlas con la información y los materiales que veníamos reuniendo. Por eso me inscribí en el taller de comunicación alternativa, pero allí me sentí absolutamente desubicada, pues se hablaba de información a nivel masivo, de televisión, de periódicos, de revistas que sacaban mas de mil ejemplares, es decir, de otro tipo de cosas que tenían que ver más con la comunicación masiva que con la documentación especializada, y contaban con financiación externa o eran tan exitosos que se autofinanciaban. Sólo había otro centro parecido, el Centro Informaçao Mulher, CIM de Sao Paulo, cuya alma fue 109

57 Miriam Botazzi, a quien admiré profundamente, y aún ahora lamento su muerte. La red de amigas feministas siguió fortaleciéndose e incluso aumentó con Frescia Carrasco, integrante de la coordinadora, quien muy generosamente nos recibió en su casa a María Cecilia Vergara, a Lyn, Martha Vélez, a Flora Uribe y a mí, antes y después del Encuentro. Recuerdo también con un placer inmenso a la hija de María Lady Londoño, quien con diez años de edad presentó una ponencia en uno de los talleres! Cuando volvimos a Colombia preparamos una reunión para contarle al resto de las mujeres lo que había pasado en Lima. Esta reunión la hicimos en diciembre en Cali. Me parecía muy importante para mantener cohesionadas a las mujeres feministas. MÉXICO Al IV Encuentro de México, realizado del 19 al 25 de octubre de 1987, fui invitada con tiquete y todo. Me sentí muy honrada pues ya empezábamos hablar de las feministas prehistóricas, y Bogotá se había convertido en un mito, muchas cosas se hacían queriendo emular a Bogotá o tratando de no cometer los mismos errores, cosa muy difícil porque la coordinadora invitó a la autogestión a mujeres de todo el mundo, de todas las edades y condiciones. El encuentro se hizo en Taxco, una pequeña ciudad cuya economía se mueve alrededor de la plata, una ciudad que parece colgando de la loma de una montaña, con unos paisajes muy lindos, pero pequeña para albergar a tantas mujeres. Los habitantes de Taxco nos trataron muy bien. Incluso, en algunas emisoras, hicieron programas en los cuales las mujeres llamaban para opinar sobre el Encuentro y algunas para quejarse de los maridos, y claro, los taxistas también nos trataban bien porque hicieron su negocio, porque subíamos y bajamos dos, tres o hasta más veces por día. Nos alojamos en varios hoteles distribuidos en la ciudad. Uno de ellos se había escogido como el lugar donde comíamos y realizábamos las plenarias. 110 La metodología que se utilizó fue la siguiente: en las mañanas analizábamos el tema central que era la política feminista en América Latina. En las tardes se hacían los talleres, y en la noche había teatro, danza, música y, por supuesto, en el día íbamos a la cueva de la salud. Para muchas eso de no tener horarios, ni agendas fijas fue todo un reto e incluso les creó mucho desconcierto. También hubo escándalos pues muchas mujeres del Encuentro decidieron meterse a la piscina con los senos al aire! Este encuentro fue de lo más variopinto porque había una proliferación de talleres de todas las clases, tantos que sería muy dispendioso enumerarlos, pero no olvido el siguiente: Seminario marxistaleninista-feminista-lesbianas! Y ni qué hablar de las mujeres! Eran todavía más variadas de las que había visto en Bogotá y en Lima. Una se podía encontrar con una monja con su hábito o con una indígena con su traje típico. Había mujeres de todas partes del mundo, de América y de Europa, y tam- bién de todas las edades y de todas las militancias Por ejemplo, las compañeras cubanas estaban de uniforme militar Para mí esto era algo difícil de aceptar. Siempre me ha parecido difícil que las mujeres participen en el ejército o la policía, incluso en deportes demasiado violentos como el boxeo, pues para mí no son síntomas de feminismo o de liberación de las mujeres. No quiero guerra ni para los hombres ni para las mujeres! Naturalmente también había niños de todas las edades. La única dificultad era tener que estar subiendo y bajando por esa ciudad, lo que a veces hacía perder mucho tiempo. Precisamente, el principal problema para mí de este Encuentro fue desbordar el número de mujeres que nos íbamos a encontrar, es decir, el hecho de que hubiera mujeres regadas por la ciudad nos dispersó demasiado y era difícil tener un encuentro verdadero, tener mas cohesión, aunado al hecho de que muchas mujeres no eran feministas. Sólo fueron a mirar, e incluso afirmaban que no querían ser feministas! Por esto se habló de hacer dos Encuentros en el futuro, uno de feministas y otro de mujeres. Sueño que esto se haga realidad! Pero la red de prehistóricas seguía fuerte y grande. Allí me encontré con María Isabel Casas, Casitas, una colombiana que vivía en Holanda, aún hoy luchadora por los derechos humanos de las mujeres, y quien desde entonces entró a formar parte de nuestra familia extensa. En Taxco también hubo una jornada especial para Colombia. Fue una especie de homenaje a la vez que una presentación de las colombianas. Ya en ese entonces hablábamos de la agudización de la guerra en Colombia, de las persecuciones. Las de la Casa de la Mujer llevaron un letrero gigante que decía: Hoy en Colombia estar vivo es un peligro, pensar un delito y comer un milagro. Por su parte, Martha Vélez y otras amigas promovieron un taller llamado: La Matria: una tierra común. Su propuesta era la fundación de un lugar donde el cambio de vida vaya acompañado por una transformación de nuestro mundo al margen de la patria y del Estado. 111 El último día en Taxco tuvimos fiesta: fuegos artificiales, serenata con mariachis, una comida mexicana en uno de los hoteles donde tomamos muchos tequilas y muchas margaritas, comimos todas las cosas picantes y bailamos primero con orquesta y después con equipo de sonido. Cuando en el hotel nos apagaron las luces, sacamos las grabadoras de los cuartos porque había una euforia que no podíamos parar. Yo saqué mi cassette con los clásicos de la salsa, Catalina la O, Mujer Divina y Rebelión, la canción de Joe Arroyo, con la cual casi todo el Encuentro cantaba, no le pegue a la negra. Volvimos a Ciudad de México y allí desfilamos en una marcha muy alegre por el Zócalo y después otra despedida con tres orquestas! Desde el punto de vista de la fiesta, México fue una explosión. EL SALVADOR Al siguiente encuentro al que asistí, el sexto, fue en El Salvador, Costa del Sol, del 30 de octubre al 5 de noviembre de Realmente fue un Encuentro centroamericano pues la coordinadora estaba conformada por mujeres de Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Panamá y las refugiadas centroamericanas en México. Este encuentro fue muy importante para mí, pues en enero de 1992 había recibido una invitación de la Coordinadora del VI Encuentro para viajar a Guatemala con el fin de participar en un taller preparatorio del próximo Encuentro que iba a realizarse en El Salvador en La invitación me tomó por sorpresa pues ya hacía años que estaba alejada de la vida pública y de la militancia feminista. Sin embargo, la idea de mirar hacia atrás para planear el futuro me llamó la atención y acepté gustosa. Para encontrar la información que me pedían desempolvé los restos del archivo del Primer Encuentro que había guardado por diez años, y abrí mi baúl de tesoros personales Y encontré una variedad increíble de cosas! Junto al documento final del Primer Encuentro (con las conclusiones, las recomendaciones y la lista de las participantes) encontré la

58 mayoría de las ponencias presentadas, artículos de revistas, recortes de prensa, el video de Cine Mujer, el número especial de la revista ISIS y otros documentos como afiches, cartas, chapolas, fotos, dibujos, pasacalles, poemas, periódicos mimeografiados, boletines, boletincitos, canciones, camisetas, grabaciones, actas de reuniones, agendas, notas y manuscritos de diversa índole. En fin, a simple vista una gran cantidad de basura! Como feminista-bibliotecaria-ratona de biblioteca entendí que estos materiales, muchas veces efímeros y sin valor aparente, constituían, en realidad, únicos y valiosos soportes de información, verdaderos documentos que tenían mucho que decir. Y entonces, reuní todos esos documentos como si fueran piezas de un rompecabezas y armé un collage que titulé Soñé que alguien soñaba que un Encuentro Feminista se realizaba y que presenté luego en el taller de Historia de los Encuentros realizado en El Salvador. Este es el origen de la crónica que hice en este libro. Estuve en la reunión preparatoria y luego en el Encuentro de El Salvador, al cual asistieron 840 mujeres. Desde la llegada tuvimos algunos problemas con el ejército pues no nos querían dejar entrar al país y menos al lugar donde se realizaría el Encuentro. Es que se 112 había desatado una campaña de desinformación sobre el Encuentro, tachándolo de reunión de homosexuales y lesbianas preparado por grupos de izquierda radicales. Se decía que las participantes no sólo atacaban la moral y las buenas costumbres, sino que además traerían el SIDA. A la coordinadora le tocó enfrentarse a los ataques mediáticos y al rumor de que sería necesario posponer el Encuentro. Este Encuentro tuvo una orientación más política, incluso la podría llamar político militante, ya que estaban implicados los movimientos de liberación de muchos de los países centroamericanos y muchas de las mujeres habían tenido un papel dentro de lo que eran sus fuerzas de liberación, pero de todas maneras armadas. Una de las cosas que más me impactó fue la polarización política, los cambios efectuados en cuanto a la representatividad. Éramos muy pocas las mujeres feministas independientes que nos estábamos representando a nostras mismas, e incluso se eligió a Virginia Vargas para coordinar al grupo preparatorio hacia la conferencia de Beijing en 1995, financiada por la AID, Agencia Internacional de Desarrollo del Gobierno de Estados Unidos, responsable de programas de esterilizaciones forzadas en Colombia y Brasil. Socorro-auxilio! De todas maneras, presenté mi collage y organicé un conversatorio con varias mujeres interesadas en el tema y algunas de las coordinadoras que había conocido en Guatemala, como Lorena Camacho y María Teresa Blandón con las cuales había tenido una buena relación desde siempre. También participé en el foro sobre avances, nudos y retos del feminismo en América Latina y El Caribe y en el Taller de las feministas cómplices de México, Brasil y Perú, quienes elaboraron un documento en el cual invitaban a explicitar las diferentes corrientes del feminismo, en primera persona. No estaban en la lógica de buscar culpables sino en la de la autocrítica por parte de las feministas. Eso sí, volvimos a encontrarnos muchas de las prehistóricas del Primer Encuentro con las cuales seguíamos teniendo una relación muy estrecha y que puntualmente nos encontrábamos cada día al final de la noche para conversar sobre lo que habíamos vivido en el día y tomarnos una cerveza. También me llamó mucho la atención el aumento de las ventas. Era una feria, una especie de bazar, donde se ofrecían no sólo las publicaciones y materiales de los grupos de mujeres sino toda clase de artesanías y objetos elaborados por mujeres que no tenían nada que ver con el feminismo. CHILE El séptimo Encuentro fue en Chile, del 23 a 28 de noviembre de 1996 en una ciudad que se llama Cartagena y queda a varios kilómetros de Santiago cerca al mar. Aquí, asistir al Encuentro fue para mí una confrontación muy grande, muy fuerte y muy angustiosa. A este Encuentro no fui invitada. Yo misma me inscribí, hice un préstamo y me sentía contenta porque iba a encontrarme con Martha que estaba estudiando en Brasil. En este Encuentro también hubo mucho desbarajuste en cuanto a las instalaciones. De nuevo la mayoría de los hoteles estaban regados por todo el puerto. Aunque el balneario era pequeño, la dispersión en el alojamiento nos obligaba a viajar permanentemente de un lado a otro. El local que escogieron fue el gimnasio de la ciudad. Allí se llevaban a cabo las sesiones plenarias en las que era muy difícil participar porque éramos cerca de 700 mujeres y pedir la palabra no era fácil. Tres fueron los ejes temáticos: marcos filosóficos de las distintas corrientes del feminismo latinoamericano; el lado oculto y discriminado del feminismo en el ser y el hacer feminista y el planteamiento de estrategias. En el Encuentro el ambiente era muy agresivo puesto que había acabado de pasar la conferencia de Beijín y se estaba cuestionando fuertemente a Virginia Vargas que había ido en representación nuestra. A Gina la cuestionaban las mismas compañeras suramericanas que decían que se estaba volviendo una feminista burócrata. En ese momento las mujeres tenían un fuerte rechazo contra esto. La tendencia era a agruparnos en dos bandos antagónicos, amigas/enemigas, y como reacción un grupo considerable, entre ellas yo, 113 organizó un taller al que llamamos Ni las unas ni las otras, donde intentamos encontrarnos sin odios ni violencia. Evidentemente volvió y jugó la feria de las ventas. Todos los grupos llegaban a vender sus libros, sus folletos, sus materiales audiovisuales, sus camisetas. Se hicieron algunos talleres para mantener la tradición, especialmente de los temas de salud, pero esto ya había pasado a un segundo plano. Nuestro encuentro como feministas prehistóricas se dio más que todo con las mujeres brasileñas, mexicanas, algunas peruanas, es decir, en la medida en que íbamos haciendo otros encuentros, la categoría de prehistóricas se iba ampliando.

59 En el Encuentro hubo un momento muy difícil. Martha Herrera me buscó porque había un grupo muy grande de participantes de Bolivia entre las cuales había algunas indígenas que no hablaban muy bien español. Estas indígenas estaban vestidas con sus trajes tradicionales y estaban acompañadas por unas jóvenes de un estilo muy diferente, forradas en cuero y taches. Ambos grupos eran muy combativos y los dos tenían un odio muy grande por las ONG y, especialmente, por todo lo que representaba la globalización. En lugar de encontrarse y hacer propuestas para el avance del Movimiento de Mujeres, se dedicaron a discutir y a pelear por quién había ido a Beijín y quién no, a cuestionar a Gina por su papel, a pedirle cuentas y, el día del incidente no sólo de palabras sino a golpes. Para mí esto, aunque parezca mojigata, fue un asunto totalmente inesperado. Me dolió mucho ver tanta rabia y tanto odio. El Encuentro estaba planeado para reunirnos entre mujeres, entre afines, entre pares, para cambiar y para conocernos, pero se volvió una confrontación política muy agresiva. Para variar, los carabineros empezaron a hostigarnos por considerar que el encuentro era de lesbianas y guerrilleras, y eso no lo permitía la Constitución del país. Es que hicimos la manifestación del 25 de noviembre No más violencia contra la mujer, con mujeres en zancos, cantando y bailando y las caras pintadas y una de las pancartas más grande simplemente decía Lesbianas y había consignas como: Somos locas, somos listas, somos feministas, Vivir sin violencia es un derecho de las humanas, Autónomas porque no queremos pertenecer a esta manera de ser y hacer el mundo, entre otras. La prensa local e incluso nacional se dio gusto con titulares como estos: Lesbianas de América retozan en Cartagena: andan abrazadas y comen puros mariscos, Guerrillera nicaragüense abrió debate de Encuentro Feminista y otros por el estilo. Incluso un grupo de hombres realizó otra marcha en calzoncillos, en protesta por dañar la imagen del balneario. No supe cómo estuvo porque no fui. Para ese entonces ya había aparecido un movimiento muy fuerte, el movimiento lésbico, especialmente liderado por Estados Unidos. Estas mujeres exigían una presencia en el Encuentro. Estuve en una de las sesiones de esta comisión y lo que vi tampoco me gustó mucho pues eran las mismas situaciones: quién da la palabra, quién coordina, quién tienen la jefatura, quién el liderazgo, quién cuestiona a quién, mucha rendición de cuentas Bueno, ni todas las feministas son lesbianas, ni todas las lesbianas son feministas. Para mí este Encuentro fue inhóspito. Incluso se presentaron unas obras de teatro para cuestionar y burlarse de otras compañeras. Definitivamente fue muy brusco e inesperado y me sentí muy, pero muy decepcionada! Traté de aprovechar la compañía de Martha, de Lola Luna, de Beatriz Quintero, de Ana Cristina González y todas las otras amigas de los otros países y no dejarme invadir o contaminar por la rabia que se estaba expresando al interior del grupo. Incluso sacamos una tarde para visitar la casa de Neruda en Isla Negra. No volví a los otros encuentros que se realizaron en República Dominicana, en Costa Rica y de nuevo en Brasil. En ese momento sentía que nunca más iba volver a asistir a ningún Encuentro puesto que para mí no tenían ningún atractivo ni ningún significado. Sentía que el significado inicial de los encuentros ya se había perdido Sin embargo, en este momento se está preparando el Encuentro en México y siento que quiero ir. Libertad es ponerse en el umbral entre lo desconocido y lo conocido. Allí elegir entre hacer y no hacer y ser responsable por lo elegido. Julieta Kirwood, en el mural en su homenaje

60 CONVERSACIONES Y REFLEXIONES 117

61 P REFLEXIONES or medio de los grupos de autoconciencia y de la teoría y la práctica feminista, el feminismo puso en evidencia la falsa división que existe entre lo público y lo íntimo, lo estatal y lo privado, yendo más allá de la crítica a la sociedad de clases. Además, rompió con las formas tradicionales del quehacer político, pues no postulaba (y espero que no lo haga hoy tampoco) una separación entre praxis de vanguardia y praxis de base, donde unas piensan y otras actúan siguiendo y apoyando las decisiones de una comisión política. Como se ha visto en este relato, desde el inicio hubo tensiones en el desarrollo de la teoría y la practica feminista y, sobre todo, entre los grupos mismos. Sé que algunas de estas tensiones se han resuelto y que otras se han disuelto, y también sé que nuevas tensiones han surgido con el paso del tiempo. Para cerrar esta crónica, y sin tener pretensiones de plantear verdades absolutas ni sobre el feminismo en general ni sobre el caso particular de Colombia, me gustaría retomar algunas de las tensiones que existían en el tiempo en que me enamoré del feminismo y hacer unas reflexiones sobre ellas en espera de que puedan servir para algo en el largo proceso de la destrucción de un paradigma viejo y el afianzamiento de uno nuevo. En este sentido, en esta parte voy a referirme a algunos puntos que han aparecido en mi relato. Sin embargo, quiero dejar en claro que, desde mi punto de vista, después de leer y releer los artículos publicados por Julieta Kirkwood siento que no puedo aportar mayor cosa, excepto resaltar algunos puntos sobre mi feminismo, ese feminismo que ha sido para mí una forma de vida y en cuyo contexto nunca he pretendido trabajar por otras mujeres sino con otras mujeres. Las reflexiones que siguen parten de ahí. La financiación En la época previa al Primer Encuentro el dinero no constituía un problema ni para el movimiento de mujeres ni para mí puesto que todas las actividades que realizábamos eran autofinanciadas. De su lado, los partidos se encargaban de conseguir sus propios recursos 119 financieros, y en ese entonces no había ONG de mujeres, ni casas de la mujer, ni organizaciones de esta índole. Para mí, el tema de la financiación empezó a hacerse evidente luego del Primer Encuentro, cuando me vi enfrentada a la creación del centro de documentación. Hasta cierto punto, la financiación fue uno de los puntos por los que no pudimos seguir con el centro de documentación. Si queríamos mantenerlo, debíamos abordar el asunto del dinero y buscar financiación. El primer paso era hacer una propuesta para crear una fundación que nos permitiera tener una personería jurídica y recibir y ejecutar dineros. Qué sucedió? Las entidades que financiaban, la mayoría de ellas de Estados Unidos como la Fundación Ford y la Fundación Rockefeller, estaban dispuestas a financiar pero tenían unos requisitos que yo no estaba dispuesta a cumplir. En cierta medida, en ese momento tenía muchos prejuicios en cuanto a la financiación y creía que el hecho de aceptar dinero de una organización o de un país significaba vender mis principios. Puede que estuviera equivocada pero eso era lo que pensaba en ese momento. Puedo resumir mi relación con la financiación de esta manera: no logré ponerme en la situación de tener que vender un producto sin sentir que estaba vendiéndome a mí misma o a mis principios. Lo personal es político Qué quiere decir para mí que lo personal es político? Que no hay una diferencia tan grande entre la vida privada y la vida pública. Lo privado comienza en la puerta del hogar, en el cuarto matrimonial, en la cocina, en el lavadero, en el cuarto de los niños. Allí, las mujeres somos reinas, aprendemos el arte de ser mujeres, pero esto nos excluye de las actividades públicas, de la política, de la palabra. Lo público es dominio del hombre: el afuera, la oficina, el bar, la fábrica, la política. En ese entonces pensaba (y lo sigo pensando hoy), que había que ser consecuentes, que lo que pensábamos debía aplicarse a la vida tanto pública como privada. Me sorprendía que muchas mujeres que peleaban por la liberación de las mujeres, en su casa aceptaran el

62 dominio de los hombres y siguieran cumpliendo con los mismos roles que estaban cuestionando. En cuanto al trabajo doméstico, muchas mujeres seguían (y siguen) siendo las únicas encargadas. Para la mayoría de los hombres lavar un plato significaba ( significa?) desmedro de su hombría. Lo mismo sucede en relación con la preparación de la comida y, muy especialmente, con el cuidado de los niños: aunque no se puede negar que ha cambiado un poco, como en ese entonces, hoy sigue siendo una responsabilidad única de las mujeres en la que los hombres poco participan. Otro punto tiene que ver con el maltrato. Muchos dirigentes y jefes políticos de izquierda estaban peleando por cambiar las estructuras del Estado, pero en su casa maltrataban tanto física como psicológicamente a su esposa y/o a sus hijos. Esta es una historia dolorosa que merecería la pena revisarse muy bien. También estaba presente en ese entonces y sigue vigente ahora, lo que tiene que ver con la utilización de métodos anticonceptivos. Para mí, ese no es un tema privado sino que tiene que ver con la posición política que una toma frente a se mujer y madre. Desde esa época pensaba que el uso de métodos anticonceptivos es algo que atañe a la pareja y no sólo a la mujer. Al igual que la concepción, es un tema que deben manejar los dos. Desde luego, todo esto se relaciona con el aborto pero también con la maternidad. El liderazgo En cuanto al liderazgo, la cuestión era (y es) no desconocer que toda persona tiene cualidades, y que en algunos casos estas cualidades tienen que ver con el liderazgo. En esa época cuestionábamos la organización jerárquica de los partidos y movimientos políticos de acuerdo con la cual había unos que ordenaban y otros que obedecían. Esto significaba que había unas prebendas y privilegios para los líderes y que éstos seguían teniendo un estilo muy patriarcal, tanto si eran hombres como si eran mujeres. Su liderazgo, en muchos casos, reproducía los mismos roles y situaciones que estaban siendo interrogados. Había líderes que decidían y sabían, y había operativos que hacían lo que los líderes decían. Luego estaban las masas a los que supuestamente los líderes estaban guiando, a las que le daban luces, pero esta guía llevaba a que algunas personas, y en muchos casos las mujeres, no tomaran el destino en sus propias manos. Nosotras queríamos que se les abriera el tercer ojo y entendieran que cada una era dueña de su realización y su futuro, que sus sueños eran propios y respetables, y que podían compartirlos con sus compañeros, con su papá, con sus hermanos, sin que se tuvieran que subyugar a ellos. Cada una de nosotras tiene capacidades, unas más desarrolladas que otras, pero en cada uno de los seres humanos, humanas en este caso, hay condiciones para ser creativas y participar del liderazgo, así no todas tengamos capacidad oratoria o la tranquilidad suficiente para hablar en público. Pensar en esto nos lleva a preguntarnos por la representatividad, es decir, dejar en las manos de otras mujeres la defensa de nuestros derechos y esperar que sean otras las que nos ayuden a apropiarnos de ellos. No es suficiente con ser mujer para asumir la causa feminista. El hecho de que haya una mujer en un cargo público no significa que en una sociedad va a haber igualdad de oportunidades para los hombres y las mujeres. En otras palabras: siempre he considerado que para combatir las desigualdades entre hombres y mujeres no basta con poner mujeres en cargos públicos altos sino que debe tratarse de mujeres que defiendan la igualdad de sus congéneres. Los medios masivos de comunicación Siempre tuve resistencia (y la sigo teniendo hoy) a caer en manos de los medios masivos de comunicación que solamente están interesados en la chiva, que distorsionan a favor de sus propios intereses lo que puede ser la lucha de alguien o la expresión de su deseo. No es que como feministas quisiéramos escondernos en un gueto, que no quisiéramos que nadie supiera de nosotras. Lo que no queríamos era que los medios masivos de comunicación nos manosearan, que nos subieran a las alturas en un momento y después nos dejaran caer estrepitosamente toda vez que la actitud de la mayor parte de los medios masivos era no querer entender e incluso oponerse al feminismo. Siempre consideré que el hecho de que saliéramos en los periódicos no significaba que estábamos llegando a todas la mujeres y cambiando su mentalidad. Muchas mujeres, aún hoy, no leen por no tener el tiempo ni las condiciones. La mayoría sí estaban (y están) conectadas a medios como la televisión y la radio, pero las telenovelas no presentaban (ni presentan) un modelo de mujer diferente al tradicional. El hecho de difundir nuestras acciones en los medios masivos no necesariamente significaba logros en cuanto a la liberación de la mujer o en cuanto a la búsqueda de una manera diferente de ser. Personalmente, siempre he tenido una especie de fobia y unos cuestionamientos, al parecer exagerados, a los medios no sólo tradicionales sino también feministas. Para ilustrar esto, quiero contar una anécdota: Mi querida amiga Lola Luna, un historiadora española que ha hecho grandes aportes no sólo al movimiento social de mujeres en Colombia y en América Latina sino también al feminismo en nuestro país, en algún momento vino a hacer un video y entrevistó a las mujeres que habíamos tenido algún protagonismo antes del Primer Encuentro. Yo no permití que me filmara, a pesar de que conversé mucho con ella, de que compartimos la afición por montar en bicicleta y muchas otras cosas. Ahora, cuando veo que en las memorias que se han escrito hay tan poco espacio para las mujeres que participamos como independientes, cuando veo que por esa resistencia hemos sido invisibilizadas, no puedo echarle culpas a nadie. No es ninguna conspiración de ninguna de esas autoras o autores sino que tiene que ver con un asunto personal que precisamente estoy rompiendo al publicar esta crónica. La relación con el Estado La relación de las mujeres con el Estado siempre me ha parecido muy conflictiva, puesto que veo que el Estado responde a las necesidades de las mujeres por medio de leyes que nos tratan como si fuéramos minusválidas que no podemos tomar decisiones por nosotras mismas. Pensemos que en Colombia sólo en 1957 se nos dio el derecho a votar y a participar en política. Aquí me parece importante señalar que para mí la idea no era abrir puertas para participar en la estructura estatal. Como ya lo dije antes, el hecho que las mujeres tengan puestos en la administración pública no necesariamente es un logro del feminismo pues muchas mujeres, como Margaret Thatcher para dar sólo un ejemplo, no pueden considerarse feministas sino que llegan a la posición política que tienen porque comparten los valores tradicionales del Estado que oprime a la mujer. Ya sean Estados socialistas o democráticos, comparten la idea de que integrando a ciertas mujeres a los organismos estatales y haciendo reformas puntuales y parciales, van a aprovechar el potencial revolucionario del feminismo, y que la incorporación masiva de la mujer al trabajo es suficiente para lograr la igualdad entre los sexos, cuando la realidad ha probado que esto no es así. Sin embargo, no puedo negar que esta masificación del tema feminista ha incidido en que millones de mujeres tomen conciencia de sus fuerzas y de las posibilidades de cambio del régimen, e incluso que estemos aportando a la construcción de una nueva sociedad. Como dice Luis Vitale en su ensayo El movimiento feminista latinoamericano del siglo XX, es muy probable que las mujeres jueguen un papel clave en el diseño de una nueva sociedad poscapitalista, con una mayor creatividad y con un sentido más libertario y fraterno, menos competitivo y más autogestionario, dándole un contenido pleno a la relación entre democracia y socialismo. Trabajadoras, campesinas, obreras, feministas Como mujer, para mí no hay diferencias sustanciales entre la obrera, la campesina, la trabajadora, la estudiante, la profesional, la luchadora política, el ama de casa, la secretaria Lo que pienso es que la liberación de las mujeres atraviesa todas las clases, razas, religiones y todas las edades. Tal vez no podemos hablar de que las mujeres en sí

63 mismas constituyan una clase social, como lo han asegurado algunas escritoras españolas, pero sí una buena parte de la población mundial que por el hecho mismo de tener la responsabilidad de dar la vida, tenemos unas características especiales que deberían unirnos en lugar de separarnos. Hasta este momento de mi vida quiero y respeto a cualquier mujer, provenga de la clase social que provenga, ya sea trabajadora, campesina o burguesa. A todas las mujeres las comprendo y las considero, y eso no significa, como parecían pensar el los años 70 algunos y algunas, que sólo quiero trabajar, relacionarme y convivir con la pequeña burguesía. Si bien mi intención no era (ni es) ayudar a las pobres mujeres ricas, tampoco quiero convertirlas en mis enemigas per se. Lo que tengo claro es que cada una debe librar su propia lucha según su condición. En algún momento en aquella época se decía que el aborto tenía que ser gratuito, que era importante que no sólo las ricas tuvieran cómo abortar. Pero el problema es mucho más profundo que eso, puesto que tanto las mujeres ricas como las pobres, las viejas y las jóvenes, compartimos una opresión milenaria, y aunque algunas mujeres tengan plata para abortar también corren el riesgo de morir, también son oprimidas por el marido, también tienen doble jornada de trabajo, también son violadas por el padre, por el patrón, por el terrateniente, por el jefe. La doble jornada de trabajo La doble jornada significa que las mujeres, aunque nos hemos ganado un espacio para salir de las casas y trabajar, no nos hemos liberado de la responsabilidad del hogar y de los hijos. Una mujer que tenga un empleo remunerado, además de contribuir al mantenimiento de la familia, debe continuar siendo responsable del trabajo doméstico. Gran parte de las mujeres de todas las clases sociales tienen que levantarse muy temprano en la mañana para alistar a los hijos para la escuela y al esposo para el trabajo, preparar las comidas antes de salir a trabajar y regresar por la noche a hacer lo mismo: cocinar, lavar, etc., etc., etc. Estas mujeres están permanentemente ocupadas. Desde aquella época había mujeres que hablaban de la remuneración del trabajo doméstico. Esto tiene dos lados: hay mujeres que trabajan en la casa y nadie les paga por ello, y hay otras que tienen esto como oficio y aunque se les paga, en la mayoría de los casos no tienen seguridad social, ni prestaciones, ni vacaciones. En Colombia el triunfo de las peleas por los derechos laborales de las mujeres que trabajan en el servicio doméstico se ha dado, en gran medida, gracias al trabajo de la Asociación de Empleadas Domésticas. Hoy en día, estas mujeres tienen derecho a seguridad social, a vacaciones y a prestaciones. Pero quiénes pueden pagarles a estas mujeres para que ayuden? La mayoría de los hogares no, entonces el trabajo doméstico sigue siendo una tarea no remunerada de las mujeres. Tal vez lo único que pueda hacerse es cambiar la mentalidad de hombres y mujeres y, en este sentido, demostrarles a los hombres que el trabajo en la casa y el cuidado de los hijos es una actividad en la cual debe colaborar tanto la mamá como el papá sin que eso signifique que los hombres pierdan su virilidad. El feminismo en una sociedad pobre y sin educación Mi respuesta contundente a la pregunta de si vale la pena ser feminista en una sociedad como la nuestra, es que en este tipo de sociedades es donde el feminismo tiene más sentido. El feminismo plantea cambios estructurales para que haya sociedades sin miseria y sin ignorancia. Al proponer un cambio de estructuras para que haya equidad entre hombres y mujeres, el derecho a la educación, por ejemplo, sería un derecho de todos y de todas. En lo que tiene que ver con la violencia y con la guerra, ha sido el patriarcado el que se ha encargado de mantener la guerra en alianza con los mercaderes de armas, que necesitan que haya guerra para poder vender su producto y mantener su lucrativo negocio. Por su parte, la sociedad tiene una actitud muy permisiva frente a esto. Nadie cuestiona a las grandes empresas que producen armas. Aún hoy en Colombia, las mujeres son botín de guerra, son violadas, torturadas, vendidas por los actores del conflicto armado. Esto, por supuesto, no implica que crea que las mujeres no somos violentas. No sé si es inherente a la condición humana, si tiene que ver con la lucha por la supervivencia, pero lo cierto es que las mujeres también tenemos una actitud violenta que se refleja de diferentes maneras. Los hombres tienden a ser autoritarios y violentos al interior de la familia pero, muchas veces, cuando a las mujeres les pega el marido, ellas, a su vez, les pegan a sus hijos. De alguna manera lo hacen para vengarse y porque los hijos son las únicas personas frente a las cuales tienen una autoridad reconocida. Muchas mujeres reproducen las actitudes violentas de los hombres y de la sociedad. Por eso pienso que tendríamos que cuestionar la condición humana, saber cuál es el origen de esa violencia, cómo la ejercemos y por qué. En la búsqueda feminista está la idea del pacifismo pero no desde la negación de los instintos sino desde su reconocimiento. Lo que se propone el feminismo es canalizar la agresividad y aprovechar que las mujeres, tal vez por la maternidad, somos menos violentas que los hombres. En el feminismo se buscan sociedades más pacifistas, menos guerreras, y este es un planteamiento que sigo manteniendo y promoviendo hoy. La creatividad En esta sociedad hay personas que saben escribir, pintar, expresarse de muchas formas. Históricamente, sin embargo, las mujeres hemos tenido menos oportunidades de manifestarnos y expresarnos. Por eso en el grupo, y yo personalmente, promovíamos la idea de que no teníamos que ser Beethoven ni Picasso para pintar y hacer música sino que lo importante era dejar que nuestra creatividad aflorara. Por eso nos sentíamos orgullosas de todo lo que hacíamos, así fuera un monigote y no un dibujo muy acabado. Lo importante era soltarnos, tener una actitud diferente que fuera más allá de las categorías de bueno y malo, y que pudiéramos expresarnos en nuestro campo e incluso en campos en los que ya hay parámetros establecidos, la mayoría de ellos por los hombres y para los hombres. Tiendo a valorar cualquier manifestación de las mujeres porque la veo con una expresión de ellas mismas. No quiere decir que todo sea una obra de arte pero sí considero que son maneras de potenciar las cualidades que tenemos como seres humanos

64 Los encuentros feministas La a : Otro tema que me llama mucho la atención es el del lenguaje. Es casi que una incapacidad cultural asumir la a y hablar de nosotras. Sé que en el presente se ha avanzado mucho en el tema del lenguaje incluyente, pero el lenguaje excluyente está muy interiorizado: así haya mil mujeres reunidas, decimos nosotros y no nosotras. A propósito del uso de la a, voy a contar una anécdota: Para no tener que estar todo el tiempo llamando la atención sobre esto, en el Encuentro de El Salvador decidí llevar un disfraz de A para el día de las brujas. Denise Ramírez, una querida amiga colombiana, me hizo un disfraz muy bonito en espuma. Muy contenta me puse mi disfraz, pero cuando apenas salía del cuarto empecé a recibir abrazos. En consecuencia, no logré llegar con el disfraz completo al lugar de la fiesta. La espuma se deshizo! No logré cumplir con mi sueño de dejar un mensaje a todas las mujeres sin tener que echar discursos. Los idiomas: Siendo los encuentros latinoamericanos y del Caribe, partimos de la base de que todas hablamos español. Esto no es cierto. En esta región hay países en los que no se habla español. Por otro lado, a los encuentros asisten mujeres de todo el mundo. En ninguno de los encuentros en los que estado ha habido traducción y esto dificulta la comunicación y el aprendizaje. Los niños: Desde siempre, ya sea por convicción o por obligación, muchas mujeres han llegado a los encuentros acompañadas de sus hijos, especialmente de niños pequeños. A pesar que en algunos de los encuentros a los que he asistido se ha pensado en los niños, nunca se ha hecho nada específico para ellos. Esto me extraña mucho, pues todas deberíamos saber que donde hay mujeres hay niños. Pienso que lo ideal sería lograr que las mujeres pudieran estar sin sus maridos y sin sus hijos, y que sean otros los que se encarguen de ellos en esos pocos días. Esto es algo que aún no se ha conquistado pero que debe tenerse en cuenta si se vuelve a realizar un encuentro realmente feminista. Las ventas: Efectos: Por último, de todo esto lo que me parece más importante es resaltar que sin importar la clase, la edad o cualquier otra particularidad, el feminismo tuvo (y tiene) efectos benéficos para todas la mujeres que lo han asumido, ya sea a través de los partidos políticos o de los grupos feministas. El feminismo no sólo permite que muchas mujeres salgan de sus casas sino que les da una perspectiva más amplia del mundo en el que vivimos. En aquel entonces muchas de las mujeres que se hicieron feministas decidieron estudiar, así ya no estuvieran en edad escolar. Puedo afirmar certeramente que la mayoría de las compañeras de los grupos y de los partidos les han transmitido a sus hijos la manera feminista de mirar el mundo, y esto ha resultado muy benéfico para todos. El feminismo ha sembrado semillas que han dado sus frutos y que, estoy segura, los seguirán dando! En cuanto a los encuentros feministas, son varias las cosas que me gustaría decir no con un ánimo destructivo sino con el de poner mi granito de arena para que las cosas mejoren y algún día estos encuentros sean, verdaderamente, como los hemos soñado y los seguimos soñando. La asistencia: Algo que desde siempre me ha llamado la atención en los encuentros feministas a los que he asistido es que haya tamices para hacer la selección de las mujeres que se invitan y, de otro lado, que siempre haya organizaciones de mujeres que aunque no comparten los principios del feminismo quieran participar en estos eventos. Desde el Primer Encuentro rechazamos que llegara gente a mirarnos simplemente y, en lo que a mí respecta, como ya lo he mencionado, nunca creí que ganáramos nada con tener a la televisión y a los periodistas haciendo preguntas irrelevantes. Por eso siempre he creído que a los encuentros feministas era mejor que no asistieran personas ajenas al feminismo. Aquí también quiero mencionar que en la mayoría de los casos, aunque se planea un número específico de mujeres asistentes dependiendo de las inscripciones previas, siempre llegan muchas más mujeres, lo cual produce problemas e incomodidades a veces graves y que terminan molestando a todo el mundo. Me pregunto si las organizadoras de los encuentros deberían tener esto presente y prepararse para recibir un número mayor de mujeres. Otra característica de la asistencia a los encuentros es que muchas mujeres llegan sin avisar o sin inscribirse, y la mayoría de ellas no son feministas. Sigue habiendo una tendencia a que algunas mujeres lleguen sin anunciarse a los encuentros por el solo hecho de ser mujeres, de ser obreras, de ser campesinas o de ser de los sectores populares. Muchas de ellas asisten a los encuentros sin pagar y sin contribuir de ninguna otra manera. Inicialmente lo que buscábamos al exponer nuestros productos en los encuentros era mostrar lo que habíamos hecho: libros, manuales, videos y todo el tipo de materiales que hubiéramos producido como grupos, como organizaciones o como personas. Queríamos dar a conocer lo que estábamos haciendo y la mejor forma de hacerlo era exponiendo los materiales. No obstante, con el tiempo los encuentros se han convertido en bazares en los que no sólo se muestra la producción feminista si no que se vende todo tipo de productos. Estoy de acuerdo en que las artesanas feministas vendan sus productos y se financien el viaje o muestren su trabajo en el contexto de la creatividad de las mujeres, pero lo que sí no parece útil para el desarrollo del feminismo es que se vendan toda clase de mercancías, incluso productos comerciales que se consiguen en cualquier supermercado. La documentación: Desde el inicio de mi activismo feminista tuve la intención, como bibliotecóloga y documentalista profesional, de reunir toda la documentación posible, no sólo la producida por los grupos sino lo que se publicaba en periódicos y revistas, e ir conformando una biblioteca especializada en el feminismo. Constantemente me he enfrentado al hecho de que la mayoría de los materiales que se distribuyen en los encuentros no tienen un título claro o no incluyen datos elementales como la ciudad, la fecha y otros, que permiten registrar la información en forma adecuada. Esto no sólo se dio en los primeros años sino que también se sigue dando ahora cuando se publican tantos materiales con muy buen contenido y bellamente elaborados. Ya lo he contado: en nuestra época no firmábamos con el fin de evitar el protagonismo y también por razones de seguridad. Simplemente firmábamos con nuestros nombres de pila, sin apellidos, pero no estoy muy convencida de que hoy en día la renuencia al protagonismo o el miedo por la seguridad justifiquen la falta de precisión documental de muchos materiales impresos y audiovisuales. SER FEMINISTAS HOY 12 Cuando a mí se me abrió el tercer ojo decía que no me importaba tener grupo ni partido, que así yo viviera en el monte, allá estaría el feminismo porque allá estaría yo. Una vez en una reunión dije el feminismo soy yo. Creo que las asistentes no se lo tomaron muy bien. No entendieron que lo que yo quería decir es que el feminismo está vivo donde quiera que haya una mujer feminista porque el feminismo es una forma de vida. En esa reunión se hablaba de crear un movimiento de mujeres porque si no el impacto social no iba a ser mucho, es decir, había una gran preocupación por lo que se hiciera hacia fuera. Como yo no quería pertenecer a ningún grupo, no quería formar grupos 12 Como se mencionó en apartes anteriores de este libro, una buena parte del trabajo para realizarlo se hizo apoyándose en entrevistas con viejas y nuevas amigas y amigos feministas, que no sólo me permitieron recordar y precisar fechas, datos, sucesos y procesos, sino que me dieron luces sobre pensamientos que ya tenía o que tuve en ese momento y, lo más importante, me permitieron compartir este proyecto con el que tanto había soñado. Además de mi voz, en esta sección incluyo voces de las mujeres entrevistadas en Bogotá y en Medellín

65 126 para tener una concejala o para conseguir recursos para hacer cosas con las obreras y las campesinas, plantee que a mí no me importaba ese feminismo activista. Lo que quería decir era que mientras yo existiera en cualquier parte del mundo existiría feminismo, que si me iba a una montaña sola, seguro encontraría otras mujeres por ahí, y la manera como yo me relacionara con ellas o con el obrero o con el tendero era mi forma de ser feminista y mi forma de ser militante. Lo que dije fue muy criticado. Si vemos el feminismo como una actitud frente a la vida, como una forma de vivir y de construir el mundo, el feminismo siempre va a estar ahí. Si lo vemos como un movimiento organizado, hasta podría pensarse que el feminismo en Colombia se acabó. Por supuesto, existen las organizaciones no gubernamentales de mujeres, las oficinas de género en el gobierno, las que trabajan con las mujeres populares, las redes de mujeres por la paz, las madres de los secuestrados, los centros de ayuda a las mujeres violadas o los centros de recursos para el financiamiento o la salud. Hoy en día hay muchos grupos e instancias, lo cual me alegra mucho y veo como un avance, celebro y agradezco, pero no sé si eso sea necesariamente feminismo. Cris Suaza Si a mí me preguntaran hoy si soy feminista no contestaría absolutamente que sí como lo habría hecho cuando hacía parte de Las Mujeres. Sin embargo, pienso que en la vida yo he hecho lo que he querido, y que eso ha sido alimentado precisamente por esa idea del feminismo. Por otro lado, en este momento hay una situación específica de violencia en Colombia y en otros países latinoamericanos, y todas esas reivindicaciones feministas centradas en la historia de que mi cuerpo es mío, por ejemplo, se han visto desbordadas por esa situación de violencia. Entonces, muchas feministas de hoy trabajan en un campo que podría denominarse feminismo social, es decir, se trata de que las mujeres no sólo reflexionen sobre quiénes son ellas sino que logren mejorar sus condiciones de vida. Para mí, lo que hay ahora es un movimiento que no es tan radical en su definición pero que sí tiene que ver con una trasformación en la vida de las mujeres. Lo otro es que no creo que ahora se pueda hablar de un solo feminismo. En este momento de lo que habría que hablar es de los feminismos. Main Suaza Para mí asumirme como feminista siempre ha representado una ambivalencia que tiene que ver con mi trayectoria en la izquierda y las razones por las que no quise seguir militando en ningún partido. Me da dificultad pensar que el mundo sólo se pueda ver desde una óptica, así sea la del feminismo. De otro lado, me preocupa esa idea que hay entre las jóvenes de que el feminismo implica un rechazo hacia lo masculino o que está asociado con el lesbianismo, idea que muchas de mis estudiantes han expresado en numerosas ocasiones de manera abierta o velada. Cuando se acabó la época de mayor militancia y nos retiramos del escenario de lo público, se me abrió la posibilidad de pensar que el mundo tiene muchas más divisiones que las de hombre y mujer. El mundo también está divido entre blancos, negros y amarillos, entre jóvenes y adultos. Me incomoda definirme sólo como feminista porque me siento encasillada como cuando era cristiana o militante en la izquierda. Siento que el mundo es mucho más complejo, pero, a la vez, cuando veo las dificultades que tienen muchas de mis estudiantes con la palabra feminismo y el miedo que les da de que las llamen feministas, me da rebeldía y me gustaría decir que sí, que soy feminista. Martha Herrera No soy militante, incluso no sé si soy feminista. Actúo con unas convicciones pero no tengo ninguna militancia feminista, más allá de que si convocan a una marcha por el aborto allá voy, como iría a una marcha gay o contra el secuestro porque me parecen que todas estas son peleas válidas. Yo voy a la marcha gay aunque no sea gay porque considero que todo el mundo tiene derecho a tener sus deseos o satisfacciones sexuales como le dé la gana, si no le gusta a nadie, no le 127

66 gusta nadie, pero la diferencia no puede ser igual a la exclusión. Creo que el feminismo tiene un sentido, pero no es sólo la lucha de las mujeres sino de todos los que aceptamos la diferencia. Gloria Rendón Por supuesto que me sigo considerando feminista hoy. Después del Primer Encuentro y de esos primeros años sí hubo un tiempo de inmovilidad, sobre todo en Bogotá, pero regionalmente los grupos se siguieron reuniendo. El receso que se dio a nivel central era necesario porque se rompieron estilos e historias. Fue la primera vez que un movimiento de tendencia anarquista salió exitoso. Fue un triunfo. Necesitábamos un tiempo para pensar qué se iba hacer con todo eso De acuerdo con la teoría social, hay un auge, luego un periodo de calma y luego las cosas se retoman en otro nivel. En los últimos años se han refortalecido los grupos, y sí hay un cambio: por un lado se ha dado una transformación social, y por otro ha aparecido una institucionalización que es normal que exista. Beatriz Quintero En este momento manejo un proyecto con la Comunidad Europea para tratar de salvar los últimos robles que hay en Colombia. Sin embargo, también he implementado las Agendas Ambientales de Paz y las Escuelas Andantes de Formación Ciudadana para intervenir en políticas públicas y dar fuerza a la participación ciudadana, para que las personas tengan herramientas políticas, y de alguna manera esto refleja un pensamiento feminista. Por otro lado, he socializado el feminismo con mis hijos y en la ruptura frente a la sexualidad. A mí el feminismo me determinó totalmente. He tenido relaciones sexuales y afectivas muy libres con las personas que he querido, en las condiciones que he querido. Tengo dos hijos y no los he querido adoctrinar, pero ellos perciben las cosas. El feminismo me dejó elementos decisivos en este sentido. Marisol Isaza 128 Yo sí me pienso feminista. Sin embargo, no me sentiría capaz de trabajar como feminista porque para mí el feminismo es una vivencia, algo que dura 24 horas, 365 días al año. Ser feminista es vivir de otra manera. No puedo vivir el proceso de otra mujer y por eso no puedo hacer feminismo profesional. Mi proceso es diferente al de las chicas de veinte años. Soy una mujer de sesenta años, pertenezco a otra generación. No trabajaría como feminista, qué puedo decir Si el feminismo es una manera de vivir la vida, de vivir las relaciones de una manera nueva, no sé cómo se lo puedo transmitir a otra persona. Tere Fernández No sé si soy feminista, que la feminidad sea fabricada, estoy de acuerdo, no nacimos con ello, pero también sé que hay muchas otras cosas en que pensar. Gertrudis Martin Sí soy feminista y sigo trabajando por el feminismo. Me encanta! Lo que pasa es que para mí no tiene nada que ver con lo militar. Me encanta porque tiene que ver con la acción. A mí no me gusta nada de lo militar, de lo opresor, y por eso no me defino como militante, pero sí creo que el feminismo marca una actitud y un comportamiento, y que planteó un debate filosófico muy importante por el que las mujeres lucharon y que luego se movió a lo que se llama el trabajo de género. Clara Mazo El feminismo de los orígenes, de las contradicciones entre lo que soñábamos y lo que hacíamos, todo eso que se daba en ese feminismo que salía de los ovarios mismos, se ha transformado. Ahora, el feminismo es una institución que da trabajo. Cuando el feminismo tuvo ese auge y después el reflujo regresó a nosotras, tuvimos que deshacernos de todas esas penas, esas furias, esas impotencias, esos desgarramientos y pasar a dar cátedras de feminismo, a trabajar en centros de estudio sobre feminismo creados por universidades y totalmente asépticos. La Negra Álvarez Hace dos años hablamos de volver a hacer un encuentro de las que estuvimos en el Primer Encuentro Feminista pero que fuera una cosa más de amigas. Queríamos hablar de lo que pensábamos en el 78 y discutir lo que nos sucede hoy, lo que hemos logrado transformar, dónde estamos encalladas Queríamos hacer una historia con eso, que cada quien escribiera, porque uno sigue viendo que las máximas del feminismo como Mi cuerpo es mío, Somos separatistas para ser libres, Lo personal es político siguen siendo la sístole y la diástole del feminismo. Qué están trabajando las mujeres hoy? Apropiarse de su cuerpo, obtener la autonomía. Ahí está la columna vertebral que se abre en un montón de nervios que nos tocan a cada una en las vidas privadas, personales, íntimas y éxtimas. Contra esa roca nos estamos dando diariamente. El feminismo planteó eso y sigue siendo el norte. Martha Vélez Me acerqué a los grupos de mujeres porque me daba cuenta de la aceptación, del respeto que había allí a mi cotidianidad, a mis opciones personales. En los grupos feministas veía un apoyo para mí, y creo que a muchas mujeres les pasó lo mismo. En el Primer Encuentro se dieron los primeros pasos. Esa fue y es una de las cosas que nos acercó a muchas mujeres al feminismo: poder hablar de nuestras historias. Muchas mujeres abrieron los ojos a través del feminismo. Cachela 129

67 A G R A D E C I M I E N T O S Muchos son los seres que han hecho que este libro sea posible, apoyándome de muchas formas. Algunos están mencionados en los créditos, en los textos o en las listas de fuentes, pero a otras y otros quiero mencionarlos aquí y expresarles mi profundo agradecimiento: Especialmente quiero agradecer a Cecilia Barraza, Directora Ejecutiva de la Corporación Humanas, quien se interesó por mi proyecto, y además se arriesgó a servir de puente ante la AECID y yo, para la financiación de la publicación; y a Alejandra Ortíz, Mar Humberto, y Angélica Bernal, del Área de Género y Derechos de las Mujeres de la Cooperación Española en Colombia, de quienes recibí afecto y mucha colaboración. 131

68 FUENTES ORALES: Ana María Botero (Sofos) Ana María Giraldo Beatriz Bayona Beatriz Quintero Clara Mazo Diana Castellanos Disney Barragán Dora Ramírez Eulalia Carrizosa Flora Uribe Gertrudis Martin Gloria Patricia Zuluaga Gloria Rendón Gloria Upegui Graciela (Cachela) Graciela Fandiño Luz Marina Suaza Luz Rojas Marisol Isaza Martha Cecilia Herrera Marta Madrid Martha Álvarez (La Negra) Marta Cecília Vélez Patricia Sanabria Rafael Torres Teresa Fernández BIBLIOGRAFÍA 132 OTRAS FUENTES: Texto del audiovisual sobre el aborto. Cuál es la vida que dicen defender? Colectivo de Mujeres de Bogotá, Video del Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Llegaron las feministas, Bogotá, Cine Mujer, BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA: FISCHER E, Amalia P. Feministas latinoamericanas: las nuevas brujas y sus aquelarres. Tesis de maestría en Ciencias de la Comunicación. México. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, FISHER E, Amalia P. Los complejos caminos de la autonomía. Tomado de: GONSÁLEZ, Yolanda. Movimientos de mujeres en los años 60 y 70. En: Las mujeres en la historia de Colombia. Tomo 1: Mujeres, historia y política. Presidencia de la República. Consejería Presidencial para la Política Social. Bogotá, Norma, pp KIRWOOD, Julieta. Los nudos de la sabiduría feminista. Material de discusión No. 64, programa FLACSO Santiago de Chile LUNA, Lola; VILLAREAL, Norma. Historia, género y política: movimientos de mujeres y participación política en Colombia Barcelona: Universidad de Barcelona, Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología, MAZO L, Clara I. Feminismo, cotidianidad, cuerpo, afectividad y construcción de nuevos sentidos, una nueva ética y una nueva cultura democrática. Medellín: mayo de SÁNCHEZ G, Olga A. El movimiento social de mujeres. En: Las mujeres en la historia de Colombia. Tomo 1: Mujeres, historia y política. Presidencia de la República. Consejería Presidencial para la Política Social. Bogotá: Norma, pp URIBE, María Teresa. La coyuntura de los años 80. En: Las mujeres en la historia de Colombia. Tomo 1: Mujeres, historia y política. Presidencia de la República. Consejería Presidencial para la Política Social. Bogotá: Norma, pp VELÁSQUEZ T, Magdala. Las condiciones de las mujeres colombianas a fines del siglo XX. En: Nueva historia de Colombia. TIRADO MEJÍA, Álvaro. Editorial Planeta. Bogotá, Vol. IX. pp WILLS O., María Emma. Inclusión sin representación: La irrupción política de las mujeres en Colombia Editorial Norma. Bogotá,

69 A N E X O S ANEXO 1: CRONOLOGÍA 1974/75 Viaje a Francia 1976 Regreso a Colombia, Bogotá. Mayo: Creación sindicato ICFES 1977 Enero-febrero: Socorro Ramírez Marzo: Nace en Medellín el primer grupo feminista y en junio aparece el primer número de la revista Las Mujeres Marzo 8: Primera manifestación en el Día de la Mujer Marzo 24 y 26: Foro Nacional Femenino convocado por el Presidente Alfonso López Michelsen Abril 28: Reunión del Movimiento de Mujeres Socialistas Abril: Nace en Cali el Grupo Amplio por la Liberación de la Mujer Julio 20 a 23: Reunión de mujeres campesinas de la ANUC Julio 22: Manifestación de Ollas Vacías en Medellín Agosto 22: Nora y Delia y al represión militar en Argentina 1978 Mayo: aparece en Cali la revista Cuéntame Tu Vida Septiembre: Foro sobre la mujer y el deseo en el CINEP Octubre: Ya existíamos como grupo en Bogotá Diciembre 9 a10: Encuentro de Medellín 1979 Campaña a favor del aborto Jornadas de divulgación 11 y 31 de marzo 8 de abril: Concentración en el Planetario 23 septiembre: Manifestación en la Plaza de las Nieves 1980 Preparación del Primer Encuentro Feminista Abril 19 a 20: Encuentro de Sopó 1 de mayo: Manifestación del Día del Trabajo 4 mayo: Acuerdo de la Candelaria Septiembre: Reunión en Cali Octubre: Reunión en Cartagena 1981 Julio 18 a 21: Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe 135

70 ANEXO 2: LAS MUJERES DEL PRIMER ENCUENTRO NOMBRE PAÍS GRUPO Adiela Velásquez Colombia Adriana Santa Cruz México ISIS Internacional Amalia Eugenia Fischer México Centro de Apoyo a la Mujer Violada Amanda Astudillo Colombia Cuéntame Tu Vida Amantina Osorio Colombia Amparo Díaz Colombia Coordinadora Ana Amundaoyay Venezuela Ana Clara Zapata Colombia Círculo de Mujeres Ana Isabel Arenas Colombia Cuéntame Tu Vida Ana María Botero Colombia Independiente Ana María Echeverri Colombia Cine Mujer Ana María Falconi Ecuador Grupo Autónomo de Mujeres Ana María Rodríguez Colombia Círculo de Mujeres Ana María Villegas Colombia El Costurero de Manizales Ana Raquel Yensen Chile CODEM, MEC Ana Teresita Rodríguez República Dominicana ICE Ángela Camargo Colombia Mujeres en la Lucha Ángela Castellanos Colombia El Grupo Ángela Dávila Colombia El Grupo Ángela Hernández República Dominicana UMD Ángeles Necoechea México Colectivo la Revuelta y Cine Mujer 136 Angélica Chand Colombia Antonia Herrera Cuevas República Dominicana PMS Astrid Martínez Colombia El Grupo Beatriz Bayona Colombia Coordinadora Beatriz Quintero Colombia Colectiva de Los Lunes de Medellín Berty Vigota Colombia Cuéntame Tu Vida Carlotta Benthman Colombia Carmen Alfonso República Dominicana CGMFS Carmen Lucía Giraldo Colombia Cuéntame Tu Vida Carmenza Saldias Colombia El Costurero de Manizales Carmen M. Guzmán Puerto Rico Taller Salud Carolina Carlessi Perú Alimuper Catherine Thinker Estados Unidos Cecilia Falconi Ecuador Grupo Autónomo de Mujeres Cecilia Torres de Egas Ecuador Centro de la Mujer Clara Freile Gachet Ecuador Grupo Autónomo de Mujeres Clara González Colombia El Grupo Clara Inés Mazo López Colombia Colectiva de Los Lunes de Medellín Clara López Colombia Grupo Latinoamericano de Mujeres en Paris Clara María Laverde Colombia Círculo de Mujeres Clara María Riascos Colombia Cine Mujer Clara Ramírez Colombia El Grupo Denisse Chávez Perú Mujeres en Lucha Diana Castellanos Colombia Coordinadora 137

71 Diana Marta Rodríguez Colombia Coordinadora Dora Cecilia Ramírez Colombia Cine Mujer Dora López Colombia Edith Gutiérrez Colombia Grupo Amplio de Mujeres Elba Wilches Chile Elizabeth Dasso Perú Perú Mujer Esperanza Dorado Colombia Esther Orellana Estados Unidos Estrella Martínez Colombia Eulalia Carrizosa Colombia Cine Mujer Fabiola Campillo Colombia Círculo de Mujeres Fanny Contreras Venezuela Fernanda Pompeu Brasil SOS Mulher Fidelia Belaudria Venezuela Movimiento de Mujeres de Mérida Flora Uribe Colombia Centro de Estudios e Investigación sobre la Mujer (CEIM) Medellín Florencia Reyes Chile Comité Femenino de Solidaridad con Chile Gabriela Caro Montoya Colombia Gabriela Castellanos Colombia Giovanna Machado Venezuela La Conjura Gisela Sherman Colombia Gladis Niño Venezuela Movimiento de Mujeres de Mérida Gladys Jimeno Colombia Mujeres en Acción Gloria Aristizábal Bernal Colombia Centro de Estudios e Investigación sobre la Mujer (CEIM) Medellín Gloria Caldera Venezuela Movimiento de Mujeres de Mérida 138 Gloria Calderón Colombia El Costurero de Manizales Gloria Cancino Chile Comité Femenino de Solidaridad con Chile Gloria Comesaña Venezuela Gloria Henao Colombia Círculo de Mujeres Gloria Rendón Colombia Las Mujeres Gloria Upegui Colombia Independiente Graciela Gutiérrez (Cachela) Colombia Colectiva de Los Lunes de Medellín Graciela Fandiño Colombia Coordinadora Giovanna Machado Venezuela La Conjura Guentcy Armenta Colombia Mi Cuerpo Es Mío Hadi de Pino Panamá Helena Margarita Acosta Colombia Imelda Blancas Bao Perú Inés Gachet Ecuador Grupo Autónomo de Mujeres Isis Montes de Oca Blanco República Dominicana CIPAF Itzu Weiss México Centro de Apoyo a la Mujer Violada Janeth Rojas Colombia Círculo de Mujeres Judith Ramírez Canadá CASH Julia Mancera de Camargo Colombia Jutta Teigeler Canadá Match Kathryn Harvey Canadá Grupo Latinoamericano de Mujeres Katina Fantini Venezuela Colectivo Miércoles Lady Ruth Vargas Colombia Grupo Mujer Bogotá Laura Libia Villegas Colombia GRECO Medellín 139

72 Laura Medina Colombia Leny Silverstein Brasil APEM Lilian Amparo Zúñiga Colombia Grupo Amplio de Mujeres Lisbeth Sánchez Torres Perú Mujeres en Lucha Lomco Lella Italia Lucero González México Colectivo la Revuelta y Cidhal Luli Canciani Ecuador GAM Luz Elena Restrepo Colombia Mi Cuerpo es Mío Luz Elena Sánchez Colombia Mujeres en la Lucha Luz Jaramillo Colombia Mujeres en Acción Luz Miriam Beltrán Colombia Cuéntame Tu Vida Lya Maveth Fuentes Colombia Mabel Loaiza Perú Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán Main Suaza Vargas Colombia Mi Cuerpo Es Mío Mara Viveros Colombia El Grupo Margarita Elena Magaña México FNALIDEM Margarita Medina Colombia Coordinadora María Constanza Gutiérrez Colombia Círculo de Mujeres María Cristina Laverde Colombia Círculo de Mujeres María Cristina Suaza Vargas Colombia Mi Cuerpo Es Mío María de los Ángeles Canales México Centro de Apoyo a la Mujer Violada María Elena Mesa Colombia Independiente María Eugenia de la Graza México Clampero Grupo de Mujeres del Hospital Psiquiátrico Maria Eugenia Rojas Colombia de Boyacá 140 María José Aubet España Revista Donnes en Lluita María Mercedes Tello Colombia Grupo Amplio de Mujeres de Cali María Noemí Londoño Colombia El Costurero de Manizales María Pía Cedolini Ecuador GAM María Victoria Ángel Colombia Mujeres en la Lucha María Victoria Salcedo Colombia Mariana Barzela Ecuador Unión de Mujeres Trabajadoras Maricel Romero Colombia Círculo de Mujeres Marisa de los Andes Estados Unidos Mares Marisol Isaza Colombia Coordinadora Maritza Feliz República Dominicana Promotoras de la Mujer en el Sur Marivi Arreigui República Dominicana CEDEE Marleen Kruse Holanda NOVIB Martha Acosta Colombia Grupo Mujer Bogotá Martha Cecilia Herrera Colombia Mi Cuerpo Es Mío Martha Cecilia Quintero Colombia Grupo Amplio de Mujeres Martha Elena Rivero Colombia Grupo de Mujeres del Hospital Psiquiátrico de Boyacá Martha Eugenia Villamizar Colombia Martha Lamas México Revista FEM Martha Madrid Colombia Coordinadora Mary García Castro Brasil Colectivo de Mujeres de Río de Janeiro Maritza Navarro Estados Unidos Mérida Aliaga Perú Miriam González Blanco Venezuela Colectivo Miércoles 141

73 Morelia Martínez Chile Comité Femenino de Solidaridad con Chile Nelsy Aldebot República Dominicana Comité Gestor por un Movimiento Feminista Socialista Nidia Peña República Dominicana AFI Nita Adames República Dominicana Norma Enríquez Colombia Olga Amparo Sánchez Colombia Mujeres en la Lucha Otilie Pinheiro Brasil Centro de Defensa dos Dereitos da Mulher Patricia Navarrete Canadá Grupo Latinoamericano de Mujeres Patricia Restrepo Cine Mujer Patricia Sanabria Colombia Coordinadora Pilar Martínez Colombia Coordinadora Raquel Sepúlveda Canadá Grupo Latinoamericano de Mujeres Renée Castro Pozo Perú Rita Escobar Colombia Cine Mujer Rosa Inés Ospina Colombia Mujeres en la Lucha Rosa Jalabi Chile Comité Femenino de Solidaridad con Chile Rosario Vargas Colombia Cartagena Sagrada Balosa República Dominicana CIPAF Santa de Moncada Ecuador Centro de la Mujer Sara Acosta Bustamante Ecuador Unión de Mujeres Trabajadoras Sara Bright Colombia Cine Mujer Silvia Mejía Colombia Independiente Socorro Ramírez Colombia Mujeres en Acción Sofía Arenas Colombia Círculo de Mujeres 142 Soledad Martínez Ecuador Grupo Autónomo de Mujeres Sonia Cuales Curazao Sonia Rodríguez Colombia Mujeres en la Lucha Stella Martínez Colombia Cuéntame Tu Vida Stella Pacheco Colombia Barranquilla Teresa Fernández Colombia Las Mujeres Vicky Ferraras Venezuela Movimiento de Mujeres de Mérida Virginia Sánchez México La Revuelta Vivian Orozco Villasante Perú Viviana Erazo México Wilma Castellanos Colombia El Grupo Yolanda Marco España Revista Donnes en Luita 143

74 ANEXO 3: MATERIALES PRESENTADOS EN EL PRIMER ENCUENTRO

75 ANEXO 4: LOS ENCUENTROS FEMINISTAS ANEXO 5: CONSIGNAS Y CANCIONES Primer Encuentro, Bogotá, Colombia, 18 a 21 de julio, 300 participantes. Segundo Encuentro, Lima, Perú, 19 a 23 julio, 650 participantes. Tercer Encuentro, Bertioga, Brasil, 31 de julio a 4 de agosto, 843 participantes. Cuarto Encuentro, Taxco, México, 19 a 25 de octubre, participantes. Quinto Encuentro, San Bernardo, Argentina, 18 a 24 de noviembre, participantes. Sexto Encuentro, Costa del Sol, El Salvador, 30 de octubre a 5 de noviembre, participantes. Séptimo Encuentro, Cartagena, Chile, 23 a 28 de noviembre, participantes. Octavo Encuentro, Juan Dolio, República Dominicana, 21 a 25 de noviembre, participantes. Noveno Encuentro, Playa Tambor, Costa Rica, 1 a 6 de diciembre, 800 participantes. Décimo Encuentro, 2005, Sierra Negra, Sao Paulo, Brasil, 9 a 12 de octubre, participantes. Undécimo Encuentro, Se realizará en México en marzo. 146 CONSIGNAS ~ Militar ni en el feminismo! ~ La verdad nace de la experiencia propia. ~ Ya que de amor y amistad no se vive en este mundo, que el amor y la amistad ayuden a vivir! ~ Yo soy mía. ~ Mi cuerpo es mío, mío, mío ~ Doble jornada, doblemente jodida. ~ Dios es negra. ~ Educación sexual para planificar, anticonceptivos para no abortar y aborto libre para no morir. ~ El aborto no es un gusto, es un último recurso. ~ Aborto libre y gratuito. ~ Hijos por decisión no por azar. ~ La sexualidad no es genitalidad. ~ Hombres, no estamos contra ustedes. Estamos a favor de nosotras. ~ Por el derecho a la pereza. ~ Lo personal es político. ~ O princesas bellas o brujas pensantes. ~ Nos tomamos el derecho a decir no. ~ La noche y la calle también son nuestras. ~ No somos mercancías, somos mujeres. ~ El amor nunca es violación. En este anexo he querido incluir algunas consignas y fragmentos de canciones que eran muy características de la época de la que trata este relato. Por supuesto, los textos incluidos no agotan todo el repertorio, pero las que incluyo me parecen muy significativas. 147 ~ Cuando una mujer es violada, todas somos violadas. ~ Si una mujer no es madre, no es nada! Si una mujer no es nada, no importa! ~ Soy mujer y qué! ~ Nuestra lucha transforma la vida cotidiana. ~ Por un mundo nuevo y diferente. ~ El pueblo cansado de realizaciones exige más promesas. ~ Nuestra lucha transforma la vida cotidiana. ~ Por un mundo nuevo y diferente ~ Combinar todas las formas de locha! ~ El único movimiento de masas que aceptamos es el baile! ~ Sal de esa ventana, sal de ese balcón y únete a nosotras por la liberación ~ Con mujeres sin derechos la democracia no va. ~ Con mujeres golpeadas la democracia no va. ~ Con mujeres secuestradas la democracia no va. ~ Democracia es igualdad de derechos ante la ley e igualdad de oportunidades ante la vida. ~ Ven-seremos.

76 CANCIONES Porque soy mujer, la calle Para mi esta vedada, Proscrita también la noche, En una casa encerrada Estribillo: Eso de jugar a la vida Es algo que a veces duele. (Bis) Amparo Ochoa Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja con un latido interminable, interminable. Paco Ibáñez Gracias a la vida que me ha dado tanto me dio dos luceros que cuando los abro perfecto distingo lo negro del blanco y en el ancho cielo su fondo estrellado. Violeta Parra Mujer si te han crecido las ideas de ti van a decir cosas muy feas Gloria Martín Caminante no hay camino se hace camino al andar golpe a golpe verso a verso. Joan Manuel Serrat CANCIONES DEL COLECTIVO DE MUJERES DE BOGOTÁ Música: Se va el caimán Hoy dia 8 de marzo Venimos a proclamar La situación en que estamos Y que queremos cambiar (bis) Estribillo: Mira mujer Mira mujer Conoce bien tus derechos En este país de leyes, algunas tenemos ya, pero tampoco se cumplen ustedes ya lo verán (bis) Estribillo: Mira mujer... A los niños, se les dice En la clase de escritura Las madres tejen calcetas Los padres hacen cultura Estribillo: Mira mujer... Cada día es mas notoria La violencia a la mujer, Se nos pega, se nos mata, Se nos insulta después. Estribillo: Mira mujer... Música: Galerón Llanero Las mujeres en Colombia Nos vamos a organizar Junto con las feministas No lo vayan a dudar Ay ay ay ay Infórmelo allí Infórmelo allá Ay ay ay ay Música: Palo Bonito Oye, oye, oye Oye mujer con atención Eh, eh, eh, Oye mujer con atención Desde hace diez años Existe en Colombia Una ley completa Que a nadie interesa Oye, oye, oye Es la ley 51 Del año 81 Una ley entera Que no cumple ninguno. Oye, oye, oye

77 ANEXO 6: CD ROM Una parte muy importante, quizá la más importante de este libro, son los documentos incluidos en el CD ROM. De algunos de ellos ya he hablado y corresponden a eventos que tuvieron lugar entre 1976 y 1982, época en la cual se sembraron las semillas para la realización del Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en el cual participé. Los documentos están agrupados por partes, las mismas en las que se divide el libro. El CD ROM incluye un contenido general de los documentos. Este mismo contenido aparece más abajo, con el fin de que los lectores y lectoras conozcan cuáles son los materiales. Algunos de estos materiales muestran los efectos de haber estado guardados por mucho tiempo, pero ese es, en parte, su valor. La idea es que además de leer la crónica, los lectores y las lectoras puedan valerse de los materiales para profundizar en los temas. Además de los documentos originales en formato PDF, se presenta una bibliografía de las publicaciones y revistas feministas de la época, de algunas de las cuales se incluyen artículos que van más allá del periodo relatado pero cuyo objetivo es dar una muestra de los temas que se trataron en las publicaciones feministas de este momento histórico. En el CD ROM también se incluye un archivo con fotografías aportadas por varias feministas como Flora Uribe y Dora Cecilia Ramírez, pero en su gran mayoría estas fotografías son parte de mi archivo personal. Con el fin de facilitar la revisión de los documentos incluidos en el CD ROM. Se ha armado del tal forma que es fácil navegar por él. Basta con dar un clic sobre la referencia del documento y llegar allí de manera inmediata. UN PARTO DIFÍCIL Revista Las Mujeres No. 1 junio de 1977 No. 2 octubre de 1977 CONTENIDO No. 3 abril de 1978 No. 4 octubre de 1978 Suplemento No. 1. Manifestación de las Ollas Vacías. A propósito del Encuentro de Mujeres Trabajadoras Campesinas. Julio 22 de Carta de respuesta de las mujeres de la ANUC. La política del sexo. Revista Alternativa No Bogotá Algunas de mis anotaciones y opiniones sobre el feminismo radical. Marta Álvarez. Medellín, Balance del 8 de marzo, Bogotá. Movimiento de Mujeres Socialistas. Boletín Interno No. 2, abril 12 de Comunicado del Frente Amplio de Mujeres. Bogotá, Caracterización de nuestro movimiento por la liberación de la mujer. Frente Amplio de Mujeres. Bogotá, c Mi Cuerpo es Mío. No. 1 y No. 2, Grupo de Mujeres de Bogotá, Bogotá, 1977 y 1978 respectivamente. La mujer sujeto del deseo, Gladys Jimeno. Bogotá,

78 MEDELLÍN ATÍPICO Invitaciones: Invitación al Encuentro de Mujeres. Partido Socialista Revolucionario. Comisión de la Mujer. Bogotá, Encuentro de Mujeres 9 y 10 de diciembre, Medellín. Partido Socialista Revolucionario, Comisión de la Mujer. Bogotá, noviembre 8 de Hablan las Mujeres, Bogotá, noviembre de Ponencias: Ponencia al Primer Encuentro Nacional de Mujeres: tesis sobre la lucha homosexual y feminista contra la falocracia heterosexista. León Zuleta, Medellín, noviembre 20 de Ponencia al Encuentro Nacional de Mujeres, Unión de Mujeres Demócratas de Colombia. Medellín, diciembre 9 a10 de La monogamia y la condición femenina. Tesis para abordar el problema de la mujer: su opresión y su liberación. Argelia Londoño. En: La Picadura No. 3. Medellín, noviembre de Cartas de amigos: Al encuentro de mujeres. Jorge, Manuel, Fabio y otros. Bogotá, diciembre 8 de Aquí estoy, mujeres [Carta]. Manuel Velandia Sobre Cine Mujer: Feminismo con humor, entrevista con Sara Bright, Lucy Nieto de Samper. En: Revista Carrusel No Bogotá, octubre 2 de Luces, cámara acción. En: La República, El cine y la mujer, Martha Morales M. En: El Espectador. Bogotá, agosto 11 de Realizadoras colombianas (1ª Parte), Augusto Bernal. En: Revista Arcadia No. 4. Bogotá, septiembre-octubre, LAS MUJERES DECIDIMOS Día internacional de la Mujer, Mujeres del Partido Socialista Revolucionario. Bogotá, marzo 8 de Carta abierta, estatuto de seguridad, Mujeres del Partido Socialista Revolucionario. Bogotá, marzo 8 de Campaña internacional por la contracepción, el derecho al aborto y contra las esterilizaciones forzadas [Comunicado], Mujeres del Partido Socialista Revolucionario. Bogotá, marzo 8 de Artículos de prensa: Siempre es que nos falta mucho camino por recorrer, Asociación de Oficinistas Colombianas. Medellín, noviembre 18 de La mujer y el trabajo, ay qué desilusión! En: Revista Alternativa No Bogotá, Reunión feminista en Medellín. En: El Espectador. Bogotá, diciembre 9 de Informe sobre aborto. En: El Tiempo. Bogotá, diciembre 20 de Opresión sexual o económica. En: Revista Alternativa No Bogotá, enero 22 a 29 de

79 Presentación de la Campaña a favor del aborto (PSR): Tesis y consignas relacionadas a la sexualidad. Luz Jaramillo, Bogotá, noviembre 17 de Manifiesto por el aborto y la contracepción libres. Original en el semanario español Combate, abril 6 de Cuál es la vida que dicen defender? [Texto original del audiovisual]. Bogotá, Ser Mujer, Colectivo de Mujeres de Bogotá. Bogotá, Declaración sobre los derechos de la mujer colombiana [Ponencia]. Colectivo de Mujeres de Bogotá, Bogotá, marzo 30 de El viejo enemigo del hombre. En: Revista Alternativa No Bogotá, Aborto: una polémica de vida o muerte. En: Revista Alternativa No Bogotá, octubre 11 a 18 de Hay que legalizarlo, Consuelo Lleras de Samper. En: Revista Alternativa No Bogotá, octubre 11 a 18 de Investigación sobre el aborto: una decisión del bolsillo. En: Revista Alternativa No Bogotá, noviembre 22 a 29 de Ante el proyecto de ley por el Aborto Libre y Gratuito, Luz Jaramillo. En: Combate Socialista. Bogotá, octubre 18 de Proyecto de resolución de respaldo al proyecto de ley por el cual se protegen la salud y la vida de las mujeres que habitan en Colombia, Mujeres del Partido Socialista de los Trabajadores. Bogotá, diciembre 1 de Por la libre autodeterminación de la mujer, Luz Jaramillo. En: El Tiempo. Bogotá, octubre 19 de Argumentos científicos y morales no justifican el aborto, dice ponente. En: El Espectador. Bogotá, noviembre 26 de Volantes: Campaña internacional por el aborto. Marzo 31 de Por aborto libre y gratuito. Bogotá, noviembre 23 de Qué vida defienden, ah?!, Colectivo de Mujeres de Medellín. Medellín, noviembre 29 de Estamos por la libertad del aborto y la contracepción, contra la esterilización forzada. Colectivo de Mujeres de Bogotá. Bogotá, Apoyamos el proyecto de ley de Consuelo Lleras como un primer paso en la ruta hacia la libertad total para abortar, Círculo de Mujeres, Campaña internacional por el derecho al aborto, la contracepción y no a la esterilización forzosa, Mujeres del Partido Socialista Revolucionario. Cartagena, febrero de de abril jornada de trabajo feminista. Colectivo de Mujeres de Bogotá. Bogotá, Dibujos realizados por niños y niñas invitando a las Jornadas de Trabajo de la Campaña internacional por el derecho al aborto, la contracepción y contra la esterilización forzosa. Nuestra lucha es por la vida, Frente Amplio de Mujeres; Círculo de Mujeres; Colectivo de Mujeres de Bogotá; Partido Socialista Revolucionario; otros. Bogotá, Las organizaciones firmantes, hombre y mujeres independientes, denunciamos, Frente Amplio de Mujeres; Círculo de Mujeres; Partido Socialista Revolucionario; Colectivo de Mujeres de Bogotá; otros El foro femenino: otra farsa. En: El Bogotano. Bogotá, octubre 4 de Las mujeres hacen balance de 1979, Gladys Jimeno. En: Combate Socialista. Bogotá, febrero 1 de Mujeres. [Carta al Frente Amplio de Mujeres]. Bogotá, septiembre de

80 SOÑÉ QUE SOÑABA EL PRIMER ENCUENTRO Propuesta de organización del Encuentro Feminista, Martha Cecilia Herrera Cortés y María Cristiana Suaza Vargas, Mujeres: para que nos alegremos, Luz Jaramillo. En: Combate Socialista. Bogotá, mayo 1 de El productivo encuentro de Sopó, Luz Jaramillo. En: Combate Socialista, Acta del II Preencuentro. Cali, septiembre de Mujeres PSR, [Carta, manuscrito], Coordinadora de Bogotá. Bogotá, junio 24 de Y dicen que somos muñecas. En: Revista del Grupo Feminista Mujeres en Acción. Bogotá, julio de Documento sobre actividades preparatorias para el I Encuentro. Coordinadora del Primer Encuentro Feminista Latinoamericano. Bogotá, agosto 18 de El Feminismo: Negación de la militancia partidista? Yusmidia Solano. En: Combate Socialista. Bogotá, Algunas apreciaciones sobre el primer Encuentro Feminista Latinoamericano. Grupo Amplio por la Liberación de la Mujer. En: Revista Cuéntame Tu Vida. Cali, julio 15 de Piden feministas colombianas acabar con la opresión, Julia Milewicz. En: El Tiempo. Bogotá, julio 16 de Encuentro Latinoamericano de feministas, María Isabel García. En: El Tiempo. Bogotá, noviembre 21 de Encuentro Feminista Latinoamericano [Volante], Coordinadora del Encuentro Feminista. Bogotá, En el día internacional de la mujer: nuestro sentir, nuestra palabra, Coordinadora Primer Encuentro Feminista Latinoamericano. Bogotá, marzo 8 de Las hermanas de Buffalo Bill, [Invitación], Coordinadora Primer Encuentro Feminista Latinoamericano. Bogotá, mayo 23 de Las mujeres y el Primero de Mayo, Encuentro Feminista Latinoamericano. Bogotá, mayo 1 de Documento sobre la organización del Primer Encuentro, Coordinadora Primer Encuentro Feminista Latinoamericano. Bogotá, mayo 14 de Documentos preparados por algunas mujeres que participaron en la organización del Encuentro, Coordinadora del Primer Encuentro Feminista Latinoamericano: Ana María, Luz Helena, Martha, María Cristina, Ingrid, Patricia, Gladys, Marisol, Pilar, Olga Amparo, Diana, Rosa Inés, Graciela, Luz Eugenia, Jeannette, Ángela, Beatriz, Florence. Contenido: Presentación; Qué pasó en Cali; Poema; Encuentro Feminista; A propósito; Sólo yo te entiendo; Encuentro; No trataré; Carta del Colectivo de Mujeres de Medellín. Bogotá, octubre de Dossier del Primer Encuentro Latinoamericano y del Caribe Y nos entrevistamos, Guentcy Armenta; Luz Helena Restrepo; María Cristina Suaza; Margarita Medina. Bogotá, junio de Testimonio, Eulalia Carrizosa. Bogotá, Mi ortografía y mi redacción dejan mucho que desear, Diana Castellanos. Bogotá, junio 1 de Testimonio de El Grupo. Bogotá,

81 Una nota sobre la coordinadora. Bogotá, julio de Cómo nacimos feministas en Colombia , Marisol Isaza. Bogotá, Testimonio de una feminista sobre experiencias suyas con mujeres y partidos políticos: entrevista con Julia de Camargo, Mary Castro de García. Bogotá, Encuentro de feministas. En: El Tiempo. Bogotá, julio 10 de Las feministas no tienen bigotes, Luz Jaramillo. En: El Tiempo. Bogotá, julio 13 de Coordinadora Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. [Declaraciones emitidas en la última reunión plenaria del Primer Encuentro Feminista]. Bogotá, agosto 20 de Tante donne un mondo grande, Gabriela Lapasini. En: Noidonne No Italia, agosto a septiembre de LO QUE VINO DESPUÉS Documento argumentativo sobre la conformación de Ser Mujer Centro de Documentación y Comunicación. Bogotá, Carta solicitando apoyo para la conformación del Centro de Documentación, Centro de Documentación y Comunicación Ser Mujer. Bogotá, Femina Sapiens Vol. 1, No. 1, Centro de Documentación y Comunicación Feminista. Bogotá, octubre de Para imaginar: feria de los cinco sentidos [Volante], Centro de Documentación Feminista. Bogotá, marzo 19 de Volante del Centro de Documentación y Comunicación Ser Mujer. Bogotá, noviembre 25 de Ficha de Inscripción al Centro de Documentación del Centro de Documentación y Comunicación Ser Mujer Bogotá, La Casa de la Mujer, María Antonia de Cano. En: El Espectador. Bogotá, marzo 6 de Revista Qué Pasa Mujer? No. 1. Bogotá, junio de 1982 Las hermanas Mirabal: reseña de sus vidas y sus muertes, Coordinadora. Santo Domingo, noviembre de No más violencia contra la mujer [Volante], Coordinadora Distrital de Mujeres. Bogotá, No a la violencia contra la mujer [Volante], Comité Organizador del 25 de noviembre. Bogotá, noviembre 25 de Carta de invitación a participar en el Día Mundial de Lucha y Protesta contra la Violencia Ejercida sobre la Mujer, Comité Organizador del 25 de noviembre. Bogota, noviembre de Mujeres protestan contra la violencia, Clemencia Arango. En: El Tiempo. Bogotá, noviembre 27 de Jornada contra la violencia de la mujer [Volante], Unión de Mujeres Demócratas de Colombia. Bogotá, noviembre de No más violencia en contra de la mujer, [Invitación], Colectivo de Mujeres de Bogotá, Bogotá, La sexualidad femenina como factor de cambio social, María Ladi Londoño. Medellín, noviembre 3 de No a la violencia contra la mujer. En: El Tiempo. Bogotá, noviembre 27 de Su cuerpo se vende, se rifa, se realiza como un artículo mas. En: El Bogotano. Bogotá, noviembre 27 de La mujer rechaza la violencia. En: El Espectador. Bogotá, noviembre 27 de Bogota 81. En: Revista A Primera Plana No 16, Mirta Rodríguez Calderón. República Dominicana, noviembre 7 de Carátula Revista Brujas. Medellín, No.7, Cartas dirigida al Centro de Documentación y Comunicación Ser Mujer, Flora María Uribe y Martha Cecilia Vélez, mayo 15 y septiembre 22 de Grupos feministas antes y después del Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Feminismo, cotidianidad, cuerpo, afectividad y construcción de nuevos sentidos, una nueva ética y una nueva cultura democrática, Clara Inés Mazo. Medellín, Los Complejos Caminos de la Autonomía, Amalia Fischer. Tomado de: ar/salon/material_consulta/ Bibliografía feminista en publicaciones seriadas, María Cristina Suaza Vargas, Bogotá,

82 EN ESE TAMBIEN ESTUVE Tres momentos y muchas voces: ponencia presentada en el II Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, Gladys Jimeno. Bogotá, julio de EN HOMENAJE A JULIA MANCERA DE CAMARGO Carta dirigida a la Casa de la Mujer. Bogotá, s.f. Sobre los columnistas. (1985). Carta dirigida al periódico El Espectador, Sección La Carta del Día. Bogotá, agosto 3 de Sobre reforma concordataria. El Espectador, sección Opiniones Femeninas. Bogotá, Carta dirigida a la Revista Alternativa. Bogotá, septiembre 29 de Carta dirigida al Magazín Dominical de El Espectador. Bogotá, abril 17 de Las viudas de vivo también pedimos clemencia Tributaria. Bogotá, 28 de agosto de Carta dirigida al periódico El Tiempo, sección Correo de El Tiempo. Bogotá, julio 11 de Poemas: Poema desesperado a la re-candidatura, Oda mamagallista al otro gallo y A Socorro Ramírez. Bogotá, s.f. Poema a los Panclastas. Bogotá, noviembre 20 de Foto homenaje a Julia Mancera de Camargo. Poema agradecido a las compañeras del Colectivo de Mujeres de Bogotá. Bogotá, s.f. ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE FLORA URIBE 160

83

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