Insatisfechos con las demandas mentales y físicas del ejercicio regular, algunos buscadores de emociones llevan estos desafíos atléticos a nuevas alturas. Los deportes extremos representan un sector del fitness en crecimiento caracterizado por el riesgo inherente y la adrenalina.
Mario Reyes-Bossio, psicólogo deportivo de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, define un deporte extremo como “una actividad física que despliega una serie de acciones relacionadas con el riesgo.” Según la Biblioteca Nacional de Medicina (NLM), los ejemplos comunes de estos deportes incluyen paracaidismo, patineta, escalada en roca, snowboard, surf y puenting.
Si bien los deportes extremos brindan las mismas ventajas que el ejercicio tradicional, estas actividades también ofrecen un conjunto único de beneficios. El investigador de NLM, Giuseppe Musumeci, describe que el aumento de adrenalina de estas actividades aumenta el flujo sanguíneo, alivia la tensión muscular y mejora la regulación de la glucosa en sangre a través de una función hepática mejorada. Además, los deportes extremos ofrecen beneficios para la salud mental derivados de un mayor sentido de propósito. Según Reyes-Bossio, estas actividades ofrecen a los deportistas “una forma de superar sus límites y vencer los miedos” que genera “fortaleza mental y emocional.” Dado que los deportes extremos requieren una gran confianza entre los compañeros deportivos, estas actividades también fortalecen las relaciones interpersonales.
A pesar de estos beneficios, los deportes extremos conllevan graves consecuencias. Estas actividades pueden tener un carácter adictivo entre los deportistas debido a la liberación fisiológica de adrenalina, dopamina y serotonina. Mientras que el Centro Especializado en Adicciones de Barcelona informa que los deportes extremos no pueden causar adicción de forma independiente, la periodista de El Comercio Isabella Jugo explica que “los deportes extremos pueden provocar cierto nivel de obsesión” desde “la sensación de peligro, la búsqueda constante de placer y satisfacción, liberación y aumento de la autoestima.”
Como resultado, los deportes extremos a menudo causan lesiones graves y múltiples muertes al año. Después de practicar el deporte regularmente, los atletas que buscan adrenalina tienden a volverse insensibles a su nivel de riesgo. Musumeci ilustra, “se acostumbran al mismo desafío extremo y empiezan a buscar uno más intenso, para volver a sentir la emoción, arriesgándose a morir tal como sucede en la adicción a las drogas.” Esto destaca la importancia de que los practicantes de deportes extremos mantengan un equilibrio saludable al realizar estas actividades, siendo realistas sobre el nivel de riesgo y los requisitos de seguridad.
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