Cándido López

 

Cándido López (1840-1902)

Cándido López nació en Buenos Aires el 29 de Agosto de 1840.  Desarrolló una temprana carrera como pintor y fotógrafo retratista  Estudió pintura con Cayetano Descalzi y Baltasar Verazzi..  Hacia 1860, en sociedad con el fotógrafo Juan Soulá, recorrió, entre 1859 y 1863, los pueblos de Mercedes, Bragado, Chivilcoy, Luján y Carmen de Areco, en donde realizó retratos al daguerrotipo y algunas pinturas, entre ellas el retrato al óleo realizado en 1862 al general Mitre. 

En 1865, al estallar la guerra con el Paraguay, se incorpora como voluntario en el Batallón de Guardias Nacionales “San Nicolás”, recibiendo el grado de teniente 2º.

El 22 de Setiembre de 1866 forma parte de la 3ª Columna de Asalto a Curupaytí; en el avance un casco de granada le despedaza la muñeca derecha.  Así da cuenta de este hecho en su Diario de Viaje: “Regresé, y cuando estaba próximo a la zanja vi las cabezas de las columnas de la División Arredondo que ya iban a trasponer la zanja en cuestión.  Me senté al pie de un tronco que había inmediato a ella y con un pañuelo empecé a vendarme la herida.  Cuando las tropas de la 2da. División habían terminado su pasaje, vino hasta mí mi asistente, que se había enterado de mi herida. En ese momento yo siempre sentado, estaba mirando en dirección a la trinchera.  El sacó un gran pañuelo a cuadros blancos y colorados y con él hacía sombra a mi herida.  De pronto una granada estalló a nuestro lado y uno de sus cascos hirió mortalmente a mi estimado González, cuyo pañuelo cayó sobre mi herida.  Este doloroso suceso me hizo pensar que debía buscar una posición menos expuesta a las balas del enemigo, y me introduje en la zanja, habiéndome en esta situación puesto el brazo en cabestrillo, sirviéndome para ello del pañuelo que me dejó mi asistente. Desde allí estuve observando largo rato la batalla, esto me sirvió para recuperar las fuerzas, pero mi herida era sumamente dolorosa. No se qué tiempo estuve en esta posición, cuando de repente oí el toque de atención y retirada. Volví la vista de donde partía, y vi al general Mitre, siempre con su viejo trompa de órdenes en una actitud tal que me infundió las fuerzas que necesitaba así, por mis propios medios, poder trasladarme a mi campamento en Curuzú, a donde llegué ya tarde, encontrándome con el Dr. Lucio del Castillo, quien con toda solicitud puso hilas y vendas.”

La convalecencia fue larga, pero educa su mano izquierda para seguir pintando.  Durante la guerra había realizado numerosos croquis de batallas y campamentos.  Tiempo después utilizó este material para desarrollar su serie sobre la Guerra del Paraguay y pintados con la mano izquierda.

Para realizar las escenas de batallas, movimientos de tropas, desembarcos y la vida en los campamentos, utilizó un formato de lienzo muy particular, muy apaisado en una proporción de uno a tres (40 por 105cm), lo que le permitía una narración al máximo detalle de acciones múltiples y simultáneas, como así también optó por puntos de vista elevados, lo que hace extender aún más la profundidad de las perspectivas y de esta manera poder desarrollar las acciones bélicas en superficies de terreno que se prolongan extensas, hasta la línea de horizonte, siempre ubicadas en la parte superior de la obra.

Su idea original era realizar al menos 90 cuadros de batallas pero alcanzó a pintar 58; en ellos vemos al 1er Cuerpo del Ejército Argentino pasar por el río Corrientes, cruzar el arroyo San Joaquín, el velatorio del primer soldado muerto perteneciente al Batallón de Guardias Nacionales de San Nicolás, los campamentos en Uruguayana, en Empedradro, en las costas del Paraná frente a Itapirú; las batallas de Tuyutí, Yataytí, Corá, Boquerón, Curupaytí, etcétera. También hay una descripción minuciosa con detalles miniaturistas de los uniformes de cada uno de los batallones de la Alianza como así también del ejército paraguayo, de las armas utilizadas, de las tareas que se realizaban en los campamentos, los preparativos para cruzar un río e infinidad de situaciones. 

El 22 de septiembre de 1872 se casa con Emilia Magallanes, con quien tiene 12 hijos; en 1880 se establecen en un campo de Carmen de Areco, que pertenecía a la familia de su esposa, y se dedica a tareas agrícola-ganaderas, pero sin abandonar sus actividades pictóricas. Sus últimos años los pasó trabajando entre Buenos Aires y Merlo, realizando naturalezas muertas (algunas firmadas como Zepol, invirtiendo las letras de su apellido) y algunos otros motivos.

Falleció en Buenos Aires el 31 de Diciembre de 1902.

López recién fue aceptado como pintor 69 años después de su muerte. En 1963, sus descendientes le donaron al Museo Nacional de Bellas Artes una colección de cuadros de batallas pintados entre 1891 y 1902 y un autorretrato de 1858.  Pero la donación recién fue aceptada cinco años después y presentada al público en 1971; el interés que el autorretrato produjo consiguió variar sustancialmente el concepto artístico que se tenía de él.

Fuente

Buche, Roberto A.  – Cándido López, El manco de Curupaytí.

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

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Roca, Julio Argentino – Iconografía Militar, Museo Roca, Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires (2006).

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