El cuento genera comunicación, en el amplio sentido de la palabra: destreza en el uso de las palabras para expresarse, curiosidad, control balanceado del cuerpo, abordaje de la rítmica, producción y reconocimiento de sonido, ruidos, habilidades a la hora de interpretar, inventar, leer, etc.
Contar un cuento no significa leerlo: se recomienda ponerle sonrisas, caras de asombros, preguntas bien subrayadas, frases en donde se desprenda suspenso, complicidad con los personajes, se improvise con los elementos que tenemos a nuestro alcances, se haga partícipes al niño y niña con sus comentarios, etc.
Es importante que utilicen los personajes para que expresen sus deseos, se identifiquen y proyecten: ello los liberas de angustias, tensiones. Progresivamente, comienza a experimentar sentimientos varios y valores universales, tan importantes en la educación para la vida.
Los cuentos les dan a los niños y niñas un marco de confianza, seguridad y autoestima.
Contar un cuento no significa leerlo: se recomienda ponerle sonrisas, caras de asombros, preguntas bien subrayadas, frases en donde se desprenda suspenso, complicidad con los personajes, se improvise con los elementos que tenemos a nuestro alcances, se haga partícipes al niño y niña con sus comentarios, etc.
Es importante que utilicen los personajes para que expresen sus deseos, se identifiquen y proyecten: ello los liberas de angustias, tensiones. Progresivamente, comienza a experimentar sentimientos varios y valores universales, tan importantes en la educación para la vida.
Los cuentos les dan a los niños y niñas un marco de confianza, seguridad y autoestima.